Friday, September 29, 2006

EL TEMPLO DE ARTEMISA

Luego de un largo viaje Marcia llega a la tierra de sus ancestros.
Cerca del aeropuerto, la espera una lancha que la llevará a la isla de Efeso, deslumbrada por el paisaje puede mirarse en las agua del mar, transparente, azul y profundo.
La brisa mueve sus cabellos tan dorados como el sol que ilumina el paisaje, sobre la estela que deja la embarcación danzan las gaviotas.
El día es diáfano, la navegación placentera y tranquila, en el cielo las nubes dibujan siluetas de ángeles, los mismos que acompañaran su estadía en la isla.
El comandante indica que están cerca, ya en tierra hermosas mujeres ataviadas con blancas túnicas y flores en sus cabellos le dan la bienvenida y les entregan un mapa enrolado y atado con una cinta roja.
Marcia decide no ir al hotel, prefiere caminar al lugar donde estaba emplazado el templo de Artemisa, se recuesta en la arena cierra los ojos y puede verlo magno con sus columnas doradas elevadas al cielo.
No puede creer que ese lugar haya sido destruido por lenguas de fuego, las mismas que hoy quiere apagar su corazón sediento.
Antes de viajar terminó una relación tan confusa como apasionada con el amor de su vida.
Recuerda noches de amor y fuego en otra isla donde sus ilusiones se convirtieron en cenizas, luego de un tiempo se levanta y camina, sabe que desde su alma las cenizas podrán convertirse en otra realidad, la de sus sueños, las olas juegan con sus piernas, la luna viste de plata el océano, allá donde una gaviota acaricia y entibia su nido, alguien le dice: Ti vida recién comienza.

Friday, September 22, 2006

MYANMAR

Su padre amante de la libertad la había bautizado con ese nombre.
Vivían muy cerca del lago Inle, en una casa modesta rodeada de flores que regalaban su perfume, la despertaba el trino de los pájaros que anidaban en las palmeras muy cerca del espejo de agua que se confundía con el cielo.
Por la tarde solía pasear por las arenas blancas iguales a su vestido de lino.
La brisa traviesa jugaba con sus negros cabellos, muchas veces debía correr en busca de su sombrero que la protegían del sol impiadoso y conservaban su piel inmaculada.
Su vida transcurría con placidez hasta que se encontró con Taboy, le llamaba la atención el color de sus ojos semejantes al lago, era alto y espigado, sus cabellos idénticos al sol que doraba todos los espacios.
El la invitó a conocer su pagoda, asombrada miraba esos techos que se inclinaban hacia el suelo.
Entraron, el perfume de los sándalos presagiaba el encuentro de dos almas gemelas, fue todo pasión y ternura, al anochecer volvieron al lago, una vez más cobijados por la luz de la luna fundieron sus cuerpos.
Sus vidas eran diferentes, ella una mujer sencilla, el heredero de una dinastía.
Pronto se supo que él había entregado su alma a una plebeya, nadie aceptaba que la fuerza del amor no conoce de castas, querían separarlos.
Taboy decidió terminar con su vida ofrendando al lago trozos de su cuerpo.
Una noche en que solo titilaban las estrellas, Myanmar se internó en el lago sabía que a medida que la cubriera el agua se acercaría a su amado.
Cuenta la leyenda que cuando el sol desaparece sobre el agua se dibujan dos siluetas entrelazadas, son las del amor que no conoce barreras.

Tuesday, September 19, 2006

EL HUMO

Cuando abrió la caja no podía creer lo que veían sus ojos.
Era un envoltorio con papel blanco, sobre una cinta que primitivamente habría sido de color rojo descansaba una rosa disecada que se asemejaba a una de las tantas que Marcia había recibido alguna vez.
Como siempre cuando recibía un regalo, eligió el rincón más confortable de su casa para observar en detalle el envío.
.En una mecedora junto a la ventana se dispuso a mirar el coqueto obsequio.
Ese lugar era mágico podía observar el vuelo de los pájaros con sus trinos la acompañaban con su melodía.
El atardecer daba al ambiente luces y sombras, decidió levantar la tapa de la caja y grande fue su sorpresa, en ella había humo y una pequeña tarjeta.
El humo le permitió observar todos los paisajes que había recorrido con su amado, playas lejanas donde aún podía escuchar, el rugido de las olas movidas por el viento, gotas de sudor recorrían su cara delineando el mapa de sus recuerdos.
Pudo verse abrazada bajo los rayos de sol que hacían que su amor fuera solo fuego.
La primera vez de ese encuentro era imposible describir con palabras, afloraban los sentimientos más nobles de una pareja que se ama más allá del espacio y el tiempo.
La flor que adornaba la caja cobró vida par regalarle su perfume de siempre, a través de éste sintió la unión de sus cuerpos adolescentes, a la vida agregó vida perfumada de nostalgia, encuentros furtivos donde florecían los más caros sentimientos, añoraba el tiempo pasado, arrullado por caricias y viento.
En el fondo del paquete una tarjeta manuscrita por la que también había pasado el tiempo decía: Te amo, nada es para siempre.

NADA

Cuando abrió el paquete no podía creer lo que veían sus ojos.
Envuelto en papel azul para evitar el color amarillo que trae el tiempo, prolijamente está envuelto su vestido de novia.
Cada piedra que adornaba el corset era un recuerdo.Lo había conocido en la playa, era esbelto, moreno, sus cabellos teñidos de blanco le daban un aire aún más interesante, estaba bronceado sabía que era un hombre bastante mayor que ella, pero eso no fué impedimento para que la llamita del amor se encendiera.
Marcia caminaba por la playa desierta, le apasionaba ver salir el sol de entre las aguas encandilando con sus colores rojos y naranjas para luego erguirse pendiendo del azul del cielo.
Nada sabía de él, no le importaba, había decido darle un cambio a su vida y no desperdiciaría la oportunidad que ese hombre misterioso le insinuaba.
Al principio fueron charlas a la orilla de la playa, sus palabras eran irresistibles, le enseñaba mundos lejanos, por sobre todo proyectos.
Una noche que el mar reflejaba la luna decidieron unir sus vidas para siempre.
Lo que no sabía Marcia es que lo eterno no existe, aún así bosquejaron una casa de piedra cerca del mar que tanto amaban, sus noches de amor eran cobijadas por el rugido de las olas cuando el viento las encrespaba.
Al poco tiempo todo cambió, se dio cuenta que Hernán ya no era el mismo, inventaba viajes de negocios que no eran tales, de a poco se alejaba pero no lo hacía solo junto a él como una pesada mochila cargaba sus engaños, sus mentiras.
Hoy cuando se acerca la primavera con su estallido de luz y flores, hace frío,Marcia enciende el hogar, más que disipar la inclemencia del tiempo quiere convertir en cenizas un pasado reciente.
Mientras se encienden los leños con sus manos desgarra el contenido de la caja, en el fuego crepitan su vestido y todas sus ilusiones, no quiere volver atrás las agujas del tiempo, toma un pequeño trozo de cenizas, abre las ventanas y deja que el viento se lleve todo, ahora comprende que jamás tuvo nada.

Friday, September 15, 2006

FUNCION SUSPENDIDA

Cuando abrió el paquete no podía creer lo que veían sus ojos, en el fondo de una caja estaban las dos máscaras del teatro y debajo de ellas, su antigua nariz de payaso.
Sentado en la arena del circo esperaba su turno para arrancarle una sonrisa a su público.
La música sonaba estridente mientras los equilibristas se mecían en el trapecio, absorto miraba el cuerpo de ella vestido con una malla de luces que dejaba ver la perfección de un cuerpo tallado por un escultor.
La había conocido cuando ella se presentó a buscar trabajo en el circo, mirarla y enamorarse fue un solo acto, no podía permanecer ajeno al hechizo de esos enormes ojazos azules que tanto le recordaban al mar profundo.
Pasaron los días y él le declaró su amor que selló con un beso apasionado, esa misma noche, caminaron hacia el bosque cercano, el perfume de las magnolias embriagaba los sentimientos, la luz de la luna sería testigo de la fusión de esos cuerpos.
Vivieron un amor intenso hasta que llegó otro integrante a la familia del circo, Fernando no sabía que ese hombre de a poco y entre piruetas que formaba en lo alto de la carpa y aferrado a una varilla de acero le robaría el amor de su amada.
Cambió la música y vio deslizarse como un ángel a Marcia que bajaba de la barra, esos labios que habían sido suyos hoy ni siquiera le dedicaban una sonrisa.Apurada corrió al trailler de la mano del equilibrista.
El animador le anunció que llegaba el turno de su número, con pasos cansados se dirigió al centro de la pista y pidió disculpas a su público, cancelaba su actuación, no podía engañarlos, no intentaría hacerlos reír su corazón comenzaba a llorar.

RECUERDOS

Cuando abrió el paquete no podía creer lo que veían sus ojos.
Llegó en forma anónima y Marcia nunca hubiera podido adivinar su contenido, allí estaba el invitándola a mirar las viejas fotos y traer a su mente los recuerdos del pasado.
En las primeras imágenes era una niña con su impecable guardapolvo para transitar su primer día de clase.
Emoción ante lo desconocido, sentimiento que marcaría cada uno de los días de su vida.
Siguió dando vuelta las hojas y se encontró cual princesa en su fiesta de quince años,su vestido blanco y las flores que adornaban sus cabellos se asemejaban a un cuadro.
En ese momento conoció al hombre con quien compartiría dichas y sueños.
Mientras miraba las fotos del álbum su vida pasaba como una película, podía sentir a través del tiempo el mismo rubor en su cara, cuando Enrique le declaró su amor, sentía la fragancia de sus cuerpos, su corazón latía como entonces , el calor de sus labios apretados con candor en los suyos, el abrazo, la unión de los cuerpos adolescentes.
También observó a esos seres diminutos que sonreían para el recuerdo y habían anidado en sus entrañas, la vida fue pródiga, todos juntos corrían por la playa, hasta podía sentir el sabor salado de las olas que los salpicaban ocasionando más risas, más juegos.
Se detuvo en la última foto, esa que había tomado con su cámara de última generación, le dolía mirarla, estaba sola, su larga cabellera hoy eran hilos de plata que enmarcaban su rostro, sintió en sus mejillas el frío de la soledad surcado por lágrimas de hielo, cerró el álbum, su mirada se perdió en el tiempo, Marcia sabía que soñando, tal vez podría reunirse como antes con ellos.

Friday, September 01, 2006

LEYENDA INMORTAL

Surgió con el advenimiento de la humanidad, cuando el planeta no estaba dividido.
Dos ancianos estaban sentados a la orilla de una playa su pequeña familia había partido para predicar la leyenda del amor, esa que en todas sus formas haría un lugar diferente para vivir.
Esa leyenda que no tenía edad cronológica se la habían transmitido los descendientes de Eros, el dios de tan majestuoso sentimiento.
Mientras Elías preparaba su barca para ir a buscar al mar su sustento, María arreglaba las pocas cosas que tenía en una cueva de piedra que era su albergue.
Cuando terminó se sentó a la orilla del lago parra ver partir a su marido, recordaba que se habían conocido hace mucho tiempo, ella era una hermosa morena de cabellos que rozaban su cintura esbelta, siempre vestía una toga blanca que contrastaba con el color de su piel y dejaba ver sus exquisitas formas.
Elías la vio y al instante nació el amor.
Una noche de luna jugaron con las sombras de sus cuerpos reflejados en la arena hasta confundirse en uno solo.
Al tiempo esa familia fue creciendo con la llegada del fruto de ese amor.
Los conocimientos eran rudimentarios pero alcanzaba porque todos estaban plagados de ese sentimiento que Eros había sembrado en la tierra.
Han pasado muchos años, el mundo se a modernizado las máquinas han reemplazado las tareas del hombre, algunos dicen que la leyenda del amor se está apagando, pero no es cierto.
He caminado por la orilla del lago ese que navegaba Elías y cuando el sol se esconde y le cede el paso a la plateada luz de la luna, pude ver dos figuras que se estrechan en un abrazo, a medida que trataba de acercarme las siluetas se diluían, en mi carrera choqué con una piedra, debajo de ella había un trozo de cuero rústico, lo abrí con cuidado y pude leer que el amor es eterno y desconoce las leyendas.
Está en cada uno de nosotros hacerlo renacer cada día.