Tuesday, February 27, 2007

LLUVIA DE METEORITOS

Sus colores intensos descendían del univeso
Algunos caían sobre las aguas de un mar tranquilo, de ésa forma comenzaban a danzar agitando las aguas.
Otros como mariposas revoloteaban cerca de las flores.
El cielo los regalaba formando racimos multicolores.
Los más pequeños se desvanecían en la ladera de las montañas, dándole matices verdes o azulados, ellos eran la escolta de varias naves.
En el espacio eran lunares plateados que a medida que descendían tomaban mayor tamaño.
En el campo los esperaban los dorados trigales que se mecían suavemente con la brisa del verano.
El sol intentaba apagar las luces de esas naves por él conocidas, ese día el rey del planeta estaba cansado, era temprano para salir del agua.
Los tripulantes entendieron ése deseo , apagaron las luces, siguieron volando en semicírculos hasta encontrar el lugar adecuado para posarse en la tierra .
Divisaron un espacio verde ése sería el lugar elegido, los pájaros que tanto se les parecían los recibieron con el murmullo de sus trinos.
Desde su casa Juan no podía dar crédito al espectáculo que se presentaba ante sus ojos.
Los meteóritos estaban descansando en el suelo mientras lentamente las naves bajaban.
Una a una se abrieron las escotillas permitiendo que bajaran hombres y mujeres vestidos con trajes plateados,eran altos, hablaban un idioma desconocido, movían sus brazos gigantes en forma torpe.Juan asustado corrió a su casa, los alienígenas advirtieron sus temores.
Lentamente Galia se fue acercando a la casa, por medio de señas le pidió a Juan que saliera, que disipara sus miedos.
Más tranquilo al ver la enorme figura se acercó esa mirada lo atraía,en los ojos de esa mujer observó ternura.
Ella le explicó que su planeta había sido desvastado por otros extraterrestres, estaban buscando un sitio para establecerse, no tenían intenciones de molestar, solo buscaban un lugar en el mundo, conocer otras culturas, del bolsillo de su chaqueta sacó una estrella, colocándola en las manos de ese humano temeroso.
Esa actitud le devolvió a Juan la tranquilidad que por un instante había perdido.
Comprendió que esos seres solo querían compartir en paz un pedazo de tierra.
Hoy Juan vive tranquilo en su casa, sigue cuidando el campo y los animales, en las noches oscuras recibe una lluvia de meteóritos, éstos acompañan su soledad,las tierras son más fértiles, las hojas de los añosos árboles muestran una textura de terciopelo, las flores estallan en una sinfonía de perfume y colores.
Silenciosas las naves están del otro lado de la montaña.
Sus tripulantes contentos aprendieron una palabra que algún día llevaran al espacio, compartir sin ocasionar daños

Sunday, February 25, 2007

EL COMETA

Venían de un planeta lejano, antes de abordar la nave se despidieron de sus familias, el viaje quedaba a años luz de su lugar en el espacio.
Los trajes anaranjados brillaban en el universo, parecían estrellas gigantes encendiendo el cielo.
Las naves estaban preparadas para partir, revisaron el instrumental, funcionaba perfecto, en un estante descansaban los alimentos.
Antes de cerrar la escotilla atraparon un cometa, sería el símbolo de paz que los uniera a esos nuevos seres que habitaban el planeta tierra.
Los terrícolas sabían de la visita, algunos la esperaban con temor, la inocencia de los niños disipaba el miedo.
Los titulares de los diarios anunciaban el evento con letras enormes, las radios transmitían la noticia, por televisión se pedía que todos aguardaran en sus casas, no olvidando cerrar puertas y ventanas.
Los supermercados mostraban sus góndolas vacías, ninguno tenía planeado salir esos días.
La plaza del pueblo era el lugar elegido por los extraterrestres para establecer el contacto con los humanos.
Era amplia, el césped estaba recién cortado, parecía una alfombra verde que obsequiaba su aroma.
En los canteros descansaban hermosas flores de mil colores.
La casa de Juan, un hombre hosco y a veces violento, se ubicaba en diagonal a la plaza, nervioso ordenó a su familia que se reunieran en el salón principal, mientras él buscaba el rifle para defenderse.
Carolina le pidió permiso a su padre para ir a su habitación que quedaba en el primer piso, un ruido ensordecedor quebró la tranquilidad de la noche,las naves plateadas volaban en círculo, sus luces azules y naranjas parecían destellos de sol, la niña abrió la ventana, tomó su juguete preferido, un oso que mantenía abrazado cerca de su corazón.
Esos seres extraños comenzaron a descender, no entendían la soledad del lugar, sabían que habían despertado el miedo de los más grandes, seguramente no comprendían que la intención de ellos era solamente conocerlos.
Bajaron el cometa, éste apareció mostrando su plateada cabellera, la brisa desplegó su cola parecía la estela que en el agua dejan las embarcaciones, un pájaro noctámbulo les dio la bienvenida, Carolina seguía mirando extasiada el espectáculo que se mostraba ante sus ojos.
Esos seres recién llegados no buscaban controversia, sólo querían perfeccionar la vida humana dotándola de grandeza, extirpando para siempre el egoísmo, sembrando alegría con su visita.
Uno de ellos levantó la vista, vio a la niña, era el único ser humano que los esperaba liberada de miedo, parecía un ángel, ellos en su camino habían visto muchos, su cabellera parecía el reflejo del sol, sus ojos tenían el mismo color del cielo, el camisón blanco bordado la asemejaba a una muñeca.
Ella sería la elegida.
Le regalaron el cometa, sería la primera que realizara un viaje celestial .
Carolina se aferraba a la cola del cometa, mientras ascendía podía tocar con sus manitos las estrellas, pasaban cerca de inmensos globos de colores, supo después que se llamaban planetas.
Cuando en la tierra cambiaran los valores, cuando la paz reinara en el mundo la niña volvería a su casa.
Hoy los observa rodeada de estrellas, las nubes son su compañía, sabe que regresará algún día, aún no es tiempo.

Saturday, February 24, 2007

EL VALLE DE LA LUNA

Es un páramo poblado de figuras volcánicas de diferentes formas que se yerguen apuntando hacia el universo.
Marcia se dirigió a ése sitio con un grupo de geólogos, debían buscar el origen de su formación.
Para tal efecto consiguieron los permisos adecuados para proseguir su investigación.
Llevaron a lugareños que los guiarían hasta las entrañas de ésas formaciones fantasmagóricas.
Todos sabían que no podrían recoger muestras de ninguna especie, sin embargo los poros de las piedras cautivaron a la geóloga.
La tierra era árida, solo crecía en el suelo una gramilla de diminutas flores amarillas.
Al caer la tarde cuando el sol se escondía detrás de las cumbres, las estrellas no alcanzaban a alumbrar el camino.
El frío se sentía pese a que estaban en temporada estival, lejos del grupo, nuestra especialista no pudo resistirse al instinto de llevarse una pequeña piedra.
Ya en su hotel, dejó la mochila sobre un sillón, antes de sumergirse en un baño que aliviara el cansancio, corrió las cortinas de su habitación, para sentir la brisa de una noche de verano y dejar que penetrara el perfume de las flores del parque que comenzaban a cerrar sus pétalos en una sinfonía de perfumes y colores.
Envuelta en una bata cubrió sus cabellos dorados como el sol con una toalla, un rulo travieso jugaba en su frente.
Mientras esperaba la cena tomó una copa, sentada en un mullido sofá jugaba con los almohadones.
Sacó la piedra de su bolso, era gris , parecía dañada.
El sueño la venció, apareció Vulcano para contarle la historia del parque pétreo.
Hace muchos años seres de otro planeta habían elegido ese lugar para establecerse, erigieron sus casas con restos de piedras fosilizadas que habían traído en sus naves.
Por las noches los alumbraba la luz de la luna o se guiaban con la luz de los ojos rojos de las lechuzas, únicas aves que se animaban a vivir en ese lugar desolado, el viento y la curiosidad del hombre los alejaron.
El sueño de Marcia era profundo, las imágenes del pasado anidaban en su mente.
Vulcano la admiraba, desató su bata, quitó la toalla que cubría sus cabellos , éstos como una dorada cascada cubrían su espalda.
El instinto entró en escena, besó sus ojos, buscó su boca, recorrió como un sabio su silueta, la hizo suya, juntos vibraron enamorados en ese espacio sin tiempo.
El viento con su silbido despertó a la joven geóloga, no entendía porque su cuerpo estaba desnudo, no recordaba.
Decidió no volver a Ischigualasto, no necesitaba investigar más, en una noche la realidad se había materializado, sintió que se había transformado en mujer en los brazos de un alienígena, tuvo todo, caricias , sensaciones, amor.
Hoy mira el cielo sabe que muy lejos desde una estrella Vulcano guía su vida.
No quiere violar el espacio que alguna vez habitaron otros hombres, apasionada vive con sus recuerdos.

Friday, February 23, 2007

SELENE

Su vida transcurrió en la luna, de espíritu aventurero decidió recorrer otros mundos del universo.
No necesitaba de naves para ir de un planeta a otro su cuerpo estaba dotado de alas que le permitían volar al lugar que quisiera.
Usaba un mameluco plateado que contrasta con sus cabellos rojos, sus ojos eran verdes igual a los mares que muchas veces se presentaban en sus sueños.
En sus continuos viajes no dejaba de admirar el espacio, sus padres que habían partido a otro lugar del espacio, le habían enseñado el nombre de esos globos de colores sus pendidos en el espacio
Cuando estaba cansada se sentaba en el pico de una estrella, desde ese lugar privilegiado admiraba a las otras que regalaban pequeños destellos, otras veces se quedaba mirando a los cometas, su larga cola le recordaba a la estela que dejaban en el mar los barcos que avanzaban sobre el agua.
Orión le había contado que pronto se celebraría su cumpleaños, con la mayoría de edad y gracias a sus dotes podría viajar adónde quisiera.
Para ella no existía la distancia que conocemos los seres humanos, optó por mudarse a Venus, un planeta que ejercía sobre ella una extraña atracción.
Desde allí miraba un objeto brillante, Orión le había dicho que se llamaba tierra.
Quiso conocerlo y comenzó su viaje astral, solo el destino sabría adónde se dirigía en su vuelo.
Para no llamar la atención al llegar a Turquía hizo chasquear sus dedos, desaparecieron sus alas para convertirse en una túnica blanca, quitó una a una las estrellas que adornaban la cascada de su cabellera de fuego.
Caminaba por calles angostas un vendedor le regaló un shador diciendole que con él debía cubrir su cabeza, estaba contenta, se sentó al lado del hombre, sobre una alfombra tenía diferentes objetos, con paciencia de sabio Amir que no conocía de dónde venía esta bella criatura le enseñó los nombres de las cosas.
Su mirada de color azabache la miraba con ternura, ella quedó prendada de un frasco que tenía los mismos colores de los rayos del sol.
Amir le dijo que en ese frasco vivían las ilusiones, sorprendida quiso saber más.
Con esa paciencia que solo tienen los sabios fue contestando cada una de las preguntas de esa bella muchacha que había aparecido en su vida vacía.
La tarde caía, Selene reía no podía contarle a Amir que ella volaba entre las estrellas, las mismas que comenzaban a iluminar el cielo, de la mano comenzaron a caminar hacía la playa, asombrada por primera vez observó las flores que crecían junto a los árboles.
Rapidamente las manos de Amir como pájaros tejieron una corona con ellas, suavemente coronó a la reina del universo.
La oscuridad era completa, la noche despertó los instintos y mansamente Selene y Amir se entregaban al juego del amor.
Ella reía, sus corazones se transformaron en música y violines.
Sus cuerpos avivaron el fuego interior con caricias, el Creador fue testigo de la unión de sus cuerpos.
Selene sabía que debía regresar a su nueva casa en Venus, se resistía a hacerlo sola, entonces decidió pedirle que le regalara el frasco de las ilusiones e invitarlo a conocer su casa lejana en el espacio.
Amir, conocido como El Maestro no tenía nada que lo esperara en la tierra, al amancer antes que el sol terminara con sus juegos en el agua decidieron partir a ese mundo donde no existe el tiempo.
Como ángeles desplegaron sus alas, una fuerza extraña los elevaba, en el camino, Selene pidió prestadas la colas de varios cometas, antes de desintegrarse en ese lugar le dieron la bienvenida.
Amir no podía dejar de contemplar el cielo, tan inmenso, tanto silencio aumentaba su amor por ella.
Por fin llegaron a Venus, los colores estallaban para recibirlos, tomó una estrella pequeña y la prendió en el corazón de su amada.
En ese momento un terrícola y la hija de la luna decidieron estar juntos para siempre en la inmensidad del Universo.

Monday, February 19, 2007

ELLAS TAMBIEN

Urko y el resto de los hombres de la tribu estaban del otro lado de la selva, por la mañana habían cruzado el paisaje poblado de árboles, aún podía sentir el perfume de unas flores amarillas que le llevaría a su mujer por la noche si todo salía como esperaban.
El suelo ahora era árido, las ramas crujían bajo los pies descalzos de los guerreros,grises espinas laceraban sus piernas, sobre sus espaldas cargaban lanzas afiladas, el río del lado del cacerío era cristalino ahora se había transformado en una lengua de lodo oscuro, sin brillo.
Debían delimitar el lugar con troncos para que el enemigo no pasara, de esa forma resguardarían a sus familias.
En las chozas las mujeres se dedicaban a fabricar cuencos y vasijas también cuidaban a los niños.En un momento un gemido paralizó a las que se encontraban cerca de la playa de blancas arenas, rapidamente llegaron adónde estaba Kira, entraron a su choza y extendieron prolijamente hojas de palmera para que se recostara.
Un grupo de ellas alejó a los niños, otro fué en búsqueda de la mujer más anciana de la tribu para que ayudara.
Prepararon varias pieles, gotas de transpiración corrían por la cara de Kira, mordía sus labios para ahogar los gritos de dolor.
La anciana con sabiduría le daba sorbos de agua, cantaba invocando a la naturaleza, hablaba suavemente para tranquilizarla mientras apoyaba sus sabias manos surcadas por arrugas en el vientre de la joven.
Fueron largas horas, en las que se mezclaban los sentimientos de angustia y alegría.
Al caer la tarde los hombres desandaban el camino, nuevamente se encontraban en el paraje conocido, volvía el aroma de las flores, las hojas de los árboles comenzaban a vestirse de rocío,Urko tomó su cuchillo, cortó varias flores para llevarle a su mujer que en la choza pujaba para traer vida a la vida.
Apuró su pasó tal vez llegara a tiempo, posó las flores en la arena, se sumergió en las aguas para lavar pequeñas heridas que tenía en sus piernas, el agua sumaba vigor a su hermosura, sus fuertes brazos hacían remolinos en el agua, a unos metros se hallaba la cascada, tan bella como sus recuerdos, lugar de la primera cita, allí nacieron sus sensaciones, en las piedras habían plasmado el contorno de sus manos, por fin habían amalgamado sus vidas para siempre.
Comenzó a llover, las gotas de lluvia formaban cristalinas burbujas en el agua,elevo su mirada al cielo, la oscuridad le indicaba que ya era tiempo de llegar a su choza.
Se escuchó el alarido de un trueno, se ocultó la luna, detrás de ella partieron las estrellas, el corazón como Pegaso cabalgaba, parecía querer salir de su cuerpo para anidar en el universo.
Por primera vez tenía miedo, caminó un poco más, lo detuvo el llanto de un niño, por la abertura de la choza vio a su mujer,su cara perfecta demostraba cansancio, sus ojos velados por lágrimas emotivas,la boca roja, ésa que mil veces se confundió con la suya le dedicaba la ternura de una sonrisa, entre sus brazos, envuelto en pieles sostenía a Ra, su hijo recién nacido.

SOLEDAD

Se sentía solo en medio de la isla, el sitio era de una belleza indescriptible, para calmar su sed solo tenía que acercarse a un árbol de ramas verde azuladas, en el principio de sus ramas estaban los racimos de frutas que los adornaban.
Mientras bebía el jugo de ellas sus grandes ojos se iluminaban al ver como un pájaro con su pico horadaba el huevo que le daría vida a un polluelo.
Un manantial cristalino bajaba de la ladera de la montaña, bebía agua fresca o simplemente dejaba que el agua acariciara su cuerpo.
Si tenía hambre tomaba el arpón e introducía su cuerpo en el agua, cuando ésta llegaba a su cintura sabía que en cualquier momento aparecería un pez que sería su comida.
Estaba solo, aún cuando no le faltara nada para sobrevivir.
Con el tiempo supo de las piedras arrancar fuego.
Su vida era rutinaria, cuando la claridad pintaba el cielo de rosados y celestes sabía que su descanso había terminado, levantaba las pieles que lo abrigaban por la noche y con una rama limpiaba su cueva, sentía el murmullo de los pájaros, algunos levantaban vuelo en busca de alimento para sus crías.
En ese momento los envidaba, el estaba solo, su vida no tenía sentido necesitaba una compañera.
Esa mañana decidió buscarla, dejó que su canoa se deslizara como música sobre el agua, los árboles al juntar sus copas se besaban silenciosamente.
En su travesía por las aguas vio que estás danzaban acariciando las piedras del lecho del río.Al caer la tarde llegó a otra isla, en ese momento, en una ceremonia el sol le daba paso a la luna, absorto miraba la salida de la primera estrella, giró la cabeza,y allí estaba ella, emergía del agua, no podía dejar de mirarla, su cuerpo desnudo brillaba con los destellos de la luna.
Su corazón dio un brinco de alegría su soledad había terminado.
Se acercó sigiloso, cortó una flor para prenderla de sus cabellos húmedos, el instinto pudo más que mil palabras sus manos se acercaban para recorrerla, al amanecer solo una figura se dibujaba en la playa.
Sintió gritos, hizo gestos para que ella se alejara, quiso regalarle otro beso antes de partir, mientras sus bocas se encontraban lentamente el cuerpo de él caía en la arena, ésta se tiñó de rojo, una lanza atravesaba su espalda.

Friday, February 16, 2007

MORIR AMANDO

En la soledad de la biblioteca Marcia prepara su exámen final .
En unos días será arqueóloga, mientras memoriza apuntes, busca un libro, al sacarlo, del estante cae un periódico, en la primera hoja aparece la foto del siglo queda impactada con la imágen, en la arena descansan restos fósiles de un hombre y una mujer abrazados.
Cierra los ojos y emprende un viaje imaginario.
Está en un bote que se desliza por un río cristalino, las aguas cantan antes de romper en los mil sonidos de una cascada, la vegetación es abundante,los troncos de los árboles parecen rodeados de mil brazos de flores, entre sus hojas se posan los pájaros, algunos celosamente cuidan sus nidos.
Silenciosa acerca su bote a la playa, su arena blanca tiene lunares de nácar.
Un árbol le regala frutas y sombra.
Más allá un hombre esbelto de brazos fuertes saca de su canoa el producto de la pesca, no advierte la presencia de ella hasta que siente el roce de los cabellos renegridos de la mujer de sus sueños.Hablan con gestos, sus manos son como pájaros reconociendo sus siluetas.
Cae la tarde, una fogata eleva al cielo sus lenguas de fuego, quieren alcanzar un destello de luna, aprisionarlo en la playa.
Ellos siguen allí, recostados en la arena, entregados a sus caricias, sus bocas se buscan, entrelazan sus piernas, de pronto el viento comienza a levantar nubes de arena hasta cubrirlo todo, el paisaje se muestra árido, las figuras desaparecen.
Un relámpago atraviesa el cielo.
Marcia despierta, sabe que todo fue un sueño, quiere para ella todo lo que sintió tan vivo a su lado, recorta la foto del diario, la guarda en su cartera,será el amuleto que le traiga suerte en el momento de rendir su examen.
Se levanta temprano, en el camino hacia la facultad repasa la última materia.
Termina su exposición, sale al jardín de la universidad, mientras espera a sus compañeros busca la foto guardada en su cartera, no se cansa de admirarla, sabe que esos restos fósiles son la expresión del amor más allá de todos los tiempos.

UN LUGAR EN EL MUNDO

Naoh y Agho están enfrentados por el amor de Gammla, una bella mujer que habita la tribu.
Su belleza morena trasciende las peleas de fuego, ella sabe que su poder radica en su cuerpo esbelto.
Su mirada felina se asemeja a la punta de las flechas que con sus filo matan al enemigo y atemorizan a las mujeres de lugar.
Una noche le propone a Naoh huir, él le explica que es imposible ya que Agho también la desea.
Ella sabe que si se quedan en ese sitio nunca podrán cumplir sus sueños, le pide a Naoh encontrarse a solas, tiene un plan y con ayuda de la anciana de la tribu cree poder lograrlo.
Mientras las estrellas parecen querer desprenderse del cielo, le dice a su amado que intentará dormir a Agho para poder escapar, éste la invita a tomar un jugo de frutas, lo que no sabe es que dentro de la vasija, Gammla puso unas hierbas que lo mantendrán dormido bastante tiempo, comienza un juego de seducción, solo puede regarle un beso.
Agho cae pesadamente en el interior de la choza, ella corre, junta una pocas cosas que le alcanzarán para emprender la fuga, su hombre la espera en la embarcación, no sabe cuanto durará el viaje ni cuál será su destino, llevan frutas, pieles para abrigarse en la travesía, agua limpia y el resto se lo brindará la naturaleza.
En su viaje los acompaña el aleteo de las gaviotas, guían su camino orientándose con la imágen de las estrellas.
Pasa el tiempo, el cielo ha sido testigo de sus encuentros.
El amanecer se tiñe de colores rosados, no muy lejos divisan una isla, deciden que ese será su lugar en el mundo.
El mar encrespado mece la embarcación, la sujetan y bajan a tierra, hace frío, el la abriga con pieles, sus brazos infunden calor a su cuerpo, encuentran una cueva,ésa será su casa.
Los días transcurren en plenitud, mientras él con su arpón se dedica a la pesca, ella realiza algunos cacharros en cerámicas, fueron bienvenidos a este lugar del mundo, pueden intercambiar el producto de sus labores con los lugareños.Gammla sabe como encender el fuego, esa noche será especial en sus vidas, corta frutos del bosque y hace una tintura para escribir en las paredes, primero plasmará manos de diversos tamaños, no la conforma, mientras su amor permanece en el mar, ella prepara la sorpresa, en su idioma escribirá en las paredes de la cueva que ya no serán dos viviendo en la tierra que acuna el viento con su silbido.
Para cuando él llega,Gammla cubre su cuerpo de pieles, arregla la cascada de sus cabellos, en diferentes vasijas sirve una cena, el dueño de su vida le pregunta que esconde detrás de unas ramas que embellecen el gris de las piedras con la agilidad de una gacela quita las hojas doradas y allí entiende que otra vida crece en el vientre de su enamorada.
Pasan nueve lunas acompañadas de nubes y estrellas, al atardecer el mar aquieta su danza hasta convertirse en un espejo de plata, mientras afila con una piedra su arpón, un pájaro se apoya en su hombro, siente la caricia de sus plumas, más allá un llanto quiebra el silencio, ha nacido Ona.

Wednesday, February 14, 2007

CAMBIO DE PLANES

Frente a este intenso dolor, decidí cambiar el rumbo de mi vida.
Hasta que encontrara la casa soñada no vendería mi departamento, pedí unos días de licencia y me dispuse a buscarla.
Ví muchas en el recorrido, algunas se orientaban al sol que por la mañana sería el mejor alimento de mis plantas, otras reflejaban en sus frentes enrejados majestuosos, la obra de artistas anónimos.
No era una casa con rejas lo que quería, necesitaba un lugar donde la libertad se respirara.
Caminé varios días y con sorpresa tuve frente a mis ojos la casa que había imaginado en más de un sueño.
Estaba ubicada en la ladera de una montaña, un jardín cuidado invitaba a quedarse, el fondo de la vivienda tenía un amarradero, sobre las aguas color esmeralda descansaba un yate, demasiado grande para mi uso personal y el de mi familia.
Me impactó el nombre que lucía en unos de sus costados, con letras brillantes que imitaban el azul del cielo se leía “Embarcación para los duendes”.
Durante un rato absorta contemplaba los paisajes del lago,verdes y azules teñían la copa de los árboles, los pájaros que la habitaban obsequiaban su melodía.
Consulté mi reloj, me quedaba una hora para visitar la inmobiliaria, apuré mi paso y en ese instante reparé que la casa no tenía puertas ni ventanas.
Llegué a la inmobiliaria, ésa era la casa que quería, mis ahorros alcanzaban para comprarla.
Mientras esperaba miraba las flores recién cortadas que encerraba un florero, algunas estaban vestidas de rocío, me acerqué a ellas para sentir su perfume.
En ese momento apareció un anciano, su barba de plata emanaba sabiduría, apoyaba su humanidad en un bastón con empuñadura de oro.
Le expliqué que estaba dispuesta a invertir en la casa de mis sueños, una sonrisa pobló su cara, era de tal belleza que borraba el paso del tiempo.Con infinita paciencia me explicó que a esa casa no se le podía agregar nada que cercenara la libertad, alli entendí que no tendría puertas ni ventanas.
Me explicó que era una especie de condominio que podría habitarlo todas las veces que quisiera, a cualquier hora sin importar la época del año, sólo debería aprender a compartir con los otros habitantes.
Una noche de luna llena cuando el universo nos regalaba las estrellas decidí mudarme a ese sitio encantado.
Para mi sorpresa se celebraba una fiesta, todos estaban vestidos con túnicas blancas, las mujeres coronaban con flores sus cabellos.
En un salón contiguo al lugar donde se celebraba el evento, había otro más grande, sus cielorrasos representaban el universo.
Aparecieron los invitados, cada uno en sus manos llevaba un papel, leí algunos, eran cuentos.
El clima era agradable las copas retenían las burbujas del champagne, la música era ejecutada por ángeles que al desplegar sus alas nos unían a todos.Encontré gente querida que habita más allá del océano, otros vivían cruzando un río de aguas marrones al que curiosamente llamaban Río de la Plata.
Comprendí en ese momento la ausencia de puertas y ventanas, todos vivían a su manera en libertad, los que se expresan y aquellos que la vida los torna indiferentes.
Con alegría recibimos cada día a nuevos habitantes, aquellos que quieran compartir risas, sueños y otros sentimientos en ésta casa.
En este instante de nuestras vidas solo pretendemos desnudar nuestras almas.
Estamos en proceso de cambiarle el nombre al salón, se llama “Forum”, mañana tal vez se llame “El rincón de los sueños

Tuesday, February 13, 2007

LOS SENTIMIENTOS

Son contradictorios.
Juntos recorrimos los caminos del mundo, todos los paisajes estallaban en mil colores ante nuestra vista.
Veíamos el amanecer en la playa, el sol que recién salía del agua parecía cansado, apenas mostraba un semicírculo antes de animarse a subir lentamente al cielo para iluminarnos, en ese instante nos encontraría jugando en el agua.

Como tantas otras veces nos encontraría abrazados dando rienda suelta a nuestros sentimientos.
No usábamos reloj pero sabíamos que era hora de regresar a casa, siempre me quedaba en el jardín observando las orquídeas que caprichosas colgaban de los árboles regalando sus matices, en los canteros crecían flores del lugar, de a poco fuimos aprendiendo sus nombras, crecían solo en ese lugar del Caribe.

Los días transcurrían en paz y sosiego, todo era perfecto, el clima, la brisa que acariciaba nuestros cuerpos.
Una tarde decidimos visitar el pueblo necesitábamos comprar provisiones y recuerdos del lugar para nuestros amigos.

Solté tu mano y entré a un negocio para elegirte un regalo, de pronto se escuchó el grito de un trueno, el cielo se transformó en una noche anticipada, la luz de los relámpagos iluminaba el universo, el aullido del viento sembraba miedo.

No estabas, corrí por las calles buscándote, te encontré en un pequeño bar, con dolor observé que no estabas solo, te acompañaba una mujer medianamente joven, en su falda tenía sentada una niña, te mostrabas cariñoso con ellas, supe que era tu pequeña hija que te regalaba sonrisas de caramelo.
En ese momento mi corazón se rompió en mil pedazos, como pude llegué a la casa, armé mi maleta en forma desordenada, un auto me dejó en el aeropuerto, supe que había terminado nuestra historia.
Atrás quedaban las horas compartidas, tus palabras eran murmullos lejanos, solo tu recuerdo sería mi compañía.
Me llevará tiempo cerrar las heridas, nada es imposible cuando uno se lo propone, lo que nunca he podido aprender es a compartir mis sueños.

Monday, February 12, 2007

VIAJE SIN RETORNO

Frente a este intenso dolor, Marcia decide viajar al encuentro de su amado.
Hace frío, es la primera vez que manejará kilómetros por una ruta desconocida y tantas horas..
La impulsa el deseo de encontrarse con una persona diferente, tal vez ese soñado encuentro le ayude a corregir errores recientes, que aún mantienen abiertas sus heridas, nada le importa, por la ventanilla de su camioneta observa un paisaje despojado, campos de trigales apuntan su dorada silueta al cielo, más adelante el verde se transforma en la paleta de un pintor, la naturaleza sabia ha sabido mezclar los colores, todos los verdes son diferentes, unos le recuerdan el mar que tanto la atrae y otros las laderas de la montaña.
De tanto en tanto la monotonía se rompe ve las flores de los girasoles que se orientan buscando el abrigo del sol.
Pone música para no adormecerse con la calidez de las palabras que tantas veces escuchó, tiene suerte la ruta está solitaria, Flavio le dice que juega un partido la selección de su país.
Sigue manejando, decide almorzar en un paraje de casas bajas, sus frentes son blancos las tejas rojas le recuerdan las rosas que esperó sin suerte recibir de él, nada importa.
Detiene su camioneta para almorzar, el viento sopla con fuerza, sus cabellos dorados vuelan con la libertad de los pájaros, en media hora retomará la ruta de sus sueños.
El sol se esconde detrás de los girasoles, pareciera que quiere abrigar los campos con su fuego, más allá la luna comienza a iluminar su camino.
Decide descansar para retomar este viaje sin fin en otro pueblo, partirá a encontrarse con el dueño de sus sentimientos, con las luces violetas y azules del alba.
Es temprano, necesita decirle al amor de su vida cuanto lo ama, entra a un locutorio para informarle a Flavio que su viaje no ha tenido inconvenientes, mientras espera respuesta, juega con la computadora, en una página se enfrenta a la traición, ese hombre a quien pensaba regarle su vida, llenarla de abrazos la traiciona con el pensamiento, otra mujer como ella lee las mismas palabras de amor eterno, la historia se repite.
Marcia decide descansar y no llegar a destino, aún cuando cantan los grillos vuelve a la ruta, una tenue llovizna acompaña su regreso, no sabe si llora el cielo o su alma.
El paisaje es desierto, no se parece en nada al camino de ida, ese que prometía amor y proyectos, las flores descansan, los pájaros duuermen en sus nidos, nada es igual, solo soledad, aferrada al volante, desandando el camino sabe que nunca podrá luchar con fantasmas.

Sunday, February 11, 2007

IMAGENES

Frente a este inmenso dolor, ellas perduran en mi mente.
Los sentimientos son puros y nobles, camino como siempre por la orilla del mar, los pájaros duermen en sus nidos, el silbido del viento mece las hojas de los árboles cantando una canción de cuna.
La marea en su danza dejó caracoles en la playa, algunos descansan en mi bolso, otros se los llevó el agua.
La arena cubre con granitos de oro mi cuerpo, pero se queda quieta cuando llega al fondo de mi alma.Siempre te he esperado, aún cuando fueras una utopía.
Compartimos largas charlas, conocí tus sueños y dejé una puerta abierta para que te adueñaras de los míos.
El destino es incierto, a veces juega con las olas y otras se junta con el viento para desandar caminos conocidos.
Fuiste el embrujo que enrejó mi corazón, hoy la vida quiere que seas un recuerdo que siempre me acompaña.
No me canso de mirar el mar, pienso que las olas te devolverán a la playa.
Cierro los ojos y te veo esbelto, tu piel tiene el color de los caramelos, esos que probé cuando la soledad se adueñaba de mi alma.
Te recuerdo manso regalándome besos, tus labios se posaban como mariposas de colores haciendo que mis manos volaran como pájaros, hasta llegar allí, donde no existe el espacio ni el tiempo.
Compartimos noches de amor, fuego y misterio, vimos como la luna intentaba desprenderse del universo, extasiados miramos sus rayos de plata, preludio del nacimiento de las primeras estrellas.
Juntos recorrimos todos los caminos, algunas ilusiones permanecían, otras estaban rotas.
No puedo olvidar cada una de tus palabras.
Nuestro mundo era diferente, en cada paso como las flores brotaban nuestros proyectos.
Diminuta sobre el horizonte se dibujaba la silueta de una niña, inocente y cándida se entegaba a los juegos en la arena.
No supe, no quise arrebatar la ilusión de esos ojitos que brillaban como azabaches al final de la playa.
Era una niña hermosa, tal vez otros no apreciaran la belleza de sus inocentes ojos negros, sin embargo para mi era la imágen nítida de la desolación.
Era pequeñita, en su mirada tenía la fortaleza de un gigante, quise abrazarla, al intentarlo mi abrazo se perdía en las sombras,esa que una nube traviesa de a ratos ocultaba el sol de nuestras vidas.
Ella corría detrás de otra figura, sus piecitos descalzos dejaban marcas en la arena.
No tuve el valor de sentirla mía, nacida de mis entrañas, otra mujer, su mamá la esperaba para regalarle abrazos que solo puede dar una madre que ama al fruto de su vientre.
La dejé escapar, no era justo que mi utopía necesitara sentirla mía.
Sus ojitos negros hoy marcan el sendero de mi vida, con su mirada negra aprendí a escribir las primeras letras de mi destino.
Ella crece feliz en otra playa, juega con caracoles idénticos a los que alguna vez guardé en mi bolso.
¿Quién es capaz de quitarle algo a un niño?
Su recuerdo me acompaña, su sonrisa de perlas me invita a sonreír, sus ojitos brillantes intentan arrojar un poco de luz a mi solitario sendero.

Friday, February 09, 2007

MIS LAGRIMAS

Frente a este intenso dolor mis lágrimas se convierten en agua salada, en cada una de ellas prendidas a fuego están tus palabras.
Nos conocimos en un frío invierno de algún lugar del planeta, copos de algodón de nieve cubrían las calles, ésas que juntos recorreríamos para que el mundo supiera que nos amábamos.
Tus fuertes brazos rodeaban mi cintura, con una mirada podíamos lograr que esos copos blancos se derritieran.
Hoy, estoy sola recordándote, impotente quiero traer el pasado sabiendo que no vuelve.
Nos conocimos de una manera poco convencional, en un aeropuerto.
Tú viajabas por tus eternos negocios, yo esperaba en la estación aérea a mi amiga de la infancia.
Estabas tan apurado realizando tus trámites que no reparaste en mí, sin embargo ver tu figura fué un flechazo inmediato, de pronto mi corazón tuvo un estallido de flores hasta podía sentir su perfume, las imaginaba bellas regalándonos sus colores.
Pasaron varios meses, el aeropuerto estaba poblado de siluetas que se perdían entre las sombras. corrían hacía un destino incierto.
Mis visitas a la aeroestación se repetían, mi corazón me decía que no sería difícil encontrarte, pese a que no sabía el momento en que aparecerías.
Fuí constante y todos los viernes te esperaba.
Nadie entendía, a la misma hora salía de mi departamento, elegía la ropa que imaginaba podría gustarte, el perfume que lograría embriagarte dejaba una estela en el amplio salón, a veces de lejos te veía con un rictus que delataba tu enojo, tratabas siempre de simplificar todo.
Un día la neblina transformaba todo en fantasmas, la espera era moneda corriente, por fin reparaste en esa mujer de largos cabellos que te miraba en forma insistente.
Mi corazón daba brincos de alegría cuando me invitaste a tomar un café para acortar la espera.
Por primera vez escuché tu voz, miles de ángeles nos envolvían con sus alas, aprisionaban para siempre el encuentro.
Una voz monótona anunciaba tu vuelo, te despediste con un beso, otra vida te reclamaba.
Sigo visitando el aeropuerto con la esperanza de encontrarte, los aviones despliegan sus alas plateadas, se asemejan a pájaros gigantes que surcarán el cielo.
Estoy sola, mi espera será sin claudicaciones.
Del último avión descienden todos los pasajeros, no estás,quiebra mi soledad la presencia de un maletero, en sus manos trae una esquela, en ella me pides que no te espere, muere una parte de mí, en ese instante comprendo que nunca es una palabra demasiado grande, incapaz de aprisionar mis sueños.
Esta vez mis lágrimas se confunden con el llanto de cielo, en cada gota de ellas se desvanece cada uno de mis proyectos.
Te espero más allá del tiempo.

Monday, February 05, 2007

CARTA A THEO

Querido hermano:

No encuentro paz, te confieso que tampoco la busco en forma desesperada.
Sé que pronto serás padre, me hubiera gustado ver a mi sobrino.
Ser para él algo tangible, contarle de mi vida errante, decirle que el loco que se apoderó de mi alma tiene nombre de mujer.
Ella desvía mis días hasta transformarlos en noche, donde no se ven los rayos de la luna ni el titilar de las estrellas.
Son noches vacías a las que acompaña mi inseparable amigo, el licor.
No descanso, soy un joven viejo que pinta sin descanso.
En las telas reflejo lo que siempre quise tener, campos azules, tulipanes que solo viven en mi imaginación, los mismos que recorro cuando amanece y en el horizonte el sol quiere regalarme una vida que no tengo.
Te confieso que quise plasmar en un cuadro la figura de ella, la vestí de blanco, guantes largos escondían sus manos, nunca supe si eran pájaros dormidos que descansaban en su nido negándome una caricia.
Para su boca elegí el rojo de los rubíes, tan lejanos que nunca podría regalarle un beso, su cabello es del color de mis girasoles, lo adorné con delicadas flores, pero en el momento de pintar sus ojos no supe como hacerlo.
¿Dime hermano se puede pintar el desprecio?
Paseo solo por las afueras de París, es verano y la campiña es un estallido de colores y aromas.
Mi soledad me impide admirar tanta belleza.
Voy camino al pueblo, me encuentro con mujeres que venden su hermosura, pero nada me importa, comprendo que un rato de placer no serán capaces de borrar de mi alma la sensación de compartir un momento con ella.
La imagino en mis brazos, contemplo su belleza y me pierdo.No existe el mundo ni sus vivencias más allá de ella.
No quiero que veas mi decadencia espiritual.
Elegí este momento de sobriedad para escribirte, decirte que sos quien me sostiene y todo lo que no pude expresar cuando mi mente estaba nublada por el alcohol logrando que mi soledad se agigante.
Cae la tarde y la decisión está tomada.
Te regalo mi obra, siempre serás el único dueño.
Los últimos rayos de sol se adueñan del paisaje, no escucho el trino de los pájaros, desaparecieron los colores todo se ha tornado gris, tanto como mi alma, el dorado muta a negro, no puedo esperar más.
Vive la vida que no he tenido, ama sin temer las consecuencias, mira cada amanecer, comprende que la vida es bella, no me extrañes, no llores mi ausencia, en algún lugar te estaré esperando.

Vincent

Saturday, February 03, 2007

PENSAMIENTOS DEL ARTISTA

Estoy lejos de Holanda, no puedo ver los tulipanes de mil colores que albergaba en mi casa.
La campiña francesa ofrece su hermosura, guardo en mi paleta los azules del cielo, el verde de los cipreses que parecen gigantes vigilándome ,la brisa mueve sus copas en una danza desconocida, también trae el aroma de las flores del estío.
No estoy bien, decido encerrarme.
Mi cuarto despojado es de paredes blancas, solo tengo mis telas y me dedico a pintar, entre barrotes los rasgos de mi pintura son crispados.
Retrato a los enfermos, el frente de una iglesia desconocida, los colores se vuelven más fuertes, tanto como mis sentimientos.
En mil bocas busqué la de ella, traté de olvidarla y no pude, la sueño aún estando despierto.
Allí está mi compañera, una silla, en ella busco refugio cuando el cansancio vence mi lucha con los fantasmas del pasado, quiero borrarlos y no puedo..
Pinto, cada vez mis trazos son más fuertes, me cuesta reconocer mi locura, aceptar mis alucinaciones, en todas partes la veo a ella, sus ojos que muestran desprecio, su figura que se desvanece, intento rodear la silueta amada, regalarle mis besos y desaparece.
Theo me acompaña, pero me hace falta ella, no escucho, veo por los ojos de la ausencia.
El amor de esa mujer me convirtió en esto que soy, un hombre biológicamente joven pero al mirarme al espejo observo la figura de un fantasma de barba rojiza con algunas hebras de plata que parecen destellos de luna, esa que no pude pintar porque allí estaba la imágen de ella, quiero abrazarla, besarla, hacerla mía, no la tengo.
Paul tiene una paciencia infinita, cada día me ofrece su compañía.
No siento nada, me visita un colega y se ríe de mi obra intento atacarlo el brillo de la navaja asoma, no puedo.
Mi camisa se tiñe de sangre, estoy mutilado,escapo, vuelvo a mi casa poblada de duendes y recuerdos.
Imagino mi lápida cubierta con el frío del mármol y los brazos de las hiedras.
Abro las ventanas de mi estudio, escucho la melodía de los pájaros, busco el arma y un certero disparo termina con mi vida.
Por fin descanso, quizás en la enternidad pueda encontrarme con ella, y decirle que siempre fué el eje de mis sueños.

Friday, February 02, 2007

URSULA

Marcia trabaja en la pinacoteca de un museo muy reconocido, de su ciudad.
Su tarea de restauradora le permite estar en contacto permanente con obras de mucha calidad.
Sin saberlo la jornada sería especial, hacía calor y optó por un ligero vestido para ir a su trabajo, sabía que ese vestido tenía magia, pese a ser muy sencillo su estampado realzaba su esbelta figura, eligió un par de sandalias con tiras que anudaba en sus pantorrillas, su cabello rojizo estaba sujeto con una cinta del color de sus ojos que recordaban las esmeraldas, un rulo travieso jugaba en su frente, un toque de su perfume favorito y en minutos se encontraba esperando un taxi que la llevaría puntualmente al museo.
El lugar era fresco, los techos eran altos y terminaban en vitreaux que dejaban pasar los rayos del sol de esa mañana calurosa, la madera del piso le daba calidez al sitio.
Estaba sola mirando los cuadros cuando de pronto la brisa del estío se convirtió en viento transportándola a un lugar desconocido.
Su vestidito se había transformado en un largo abrigo de piel, acompañado de un sombrero que sujetaba la cascada roja de sus cabellos.
No tenía miedo, los cambios de paisaje agitaban su corazón ansioso, caminó un rato y se quedó admirando un jardín de tulipanes de mil colores, el hombre que estaba dentro de la casa la invitó a pasar.
Pese a que era muy temprano el dueño de casa tenía una copa de licor en sus manos.
Era un hombre joven pero la bebida había dibujado en su rostro surcos imborrables.
Su mirada era triste y sin brillo, en el hogar los leños crepitaban, las cenizas y el fuego dibujaban figuras fantasmagóricas.
Allí supo que ese hombre era Vincent Van Gogh, canas prematuras , igual que hilos de plata cubrían su cabeza, su barba hacía juego con ellas.
Le ofreció algo para tomar, Marcia optó por un café, mientras él lo preparaba ella admiraba los bosquejos que descansaban sobre una mesa.
En ese instante el confesó que tenía un amor despreciado por una muchacha de nombre Ursula, la amaba con pasión y sentía en el alma las dagas del rechazo, ese era el motivo por el que se había entregado a la bebida, no quería volver a la realidad y sentirse desplazado del corazón de Ursula, la amaba en silencio y con la desesperación de un amor no correspondido.
Al caer la tarde, cuando el crepúsculo tiñe el cielo de morados y violetas, Marcia, sin comprenderlo, se encontraba nuevamente en su lugar de trabajo, en ese momento un cuadro cayó al suelo, el sonido la devolvió a la realidad.
Cuidadosamente lo puso en su lugar, la imagen era la de un florero repleto de girasoles, con sus dedos recorrió cada uno de sus pétalos de oro.
Una voz interior le anunció que por fin descansaba el alma del pintor, sus lágrimas nublaron sus ojos, puso el cuadro en su lugar y comprendió que más allá del tiempo y el lugar de la historia, el amor sincero es uno solo.
El desprecio de esa mujer que alguna vez atormentó a Vincent, hoy era paz absoluta cada vez que alguno de nosotros admirábamos su obra.
Día a día ese cuadro recibía los cuidados de Marcia, era una forma de retribuir con amor ese que nunca había recibido en su vida quien luego sería uno de los pintores más famosos de todos los tiempos.