Monday, July 30, 2007

LA MUERTE DE ESTER

Llegó al lado del Rey Jerjes una noche de fiesta, obnubilando con su presencia a todos los presentes en el evento de despedida de Amitis.
Ese día sería presagio de lo que ocurriría en el futuro, Darío había sido asesinado por su hermano Ajerjes, la reina no pudo soportar el dolor y se recluyó en una de las torres del castillo, sabía que su marido la engañaba, pero lo más doloroso era intentar soportar la ausencia de su hijo, a su tristeza se sumaba el dolor de la traición de su marido.
Amitis estaba en otro reino disfrutando del amor del rey de Babilonia, por ello entendió que debía recluirse lejos de las miradas de todos.
Ester disfrutaba de la vida palaciega, varias doncellas estaban a su disposición en el momento que quisiera, por las mañanas untaban su cuerpo con aceites aromáticos, tenía todo, joyas, vestidos, muebles que la hacían sentir reina sin serlo.
Jerjes enviaba cada mañana a su emisario, la despertaban con el aroma de flores exóticas y presentes realizados por los orfebres del reino, a ella le gustaban todas las distinciones, pero entre moblajes de ébano y plata se sentía sola, su hombre no disponía del tiempo suficiente para complacerla.
Sabía que en una torre del inmenso palacio, la reina estaba postrada en una cama, presa del dolor de haber perdido al hijo de sus entrañas y la ausencia de Amitis, solo podía acumular tristeza.
Ester necesitaba otra vida, se había cansado de los obsequios fastuosos, Jerjes apenas le dedicaba unos minutos por día para que no se extinguiera el fuego de la pasión.
Una noche tranquila, Jerjes partió rumbo a Atenas con el propósito de conquistar otras tierras.
El destino le señalaba la oportunidad, con la participación de un emisario del monarca trazó un plan macabro, debía matar a la reina, sería la única forma de terminar con su papel de amante del monarca.
Jerjes en plena epopeya recibía un recipiente de oro y plata, en él inerte descansaba el corazón de la reina.
Ester sintiéndose sola, convocaba a fiestas imperiales, se entregaba a los brazos de otros hombres, disfrutaba de una vida sostenida con recuerdos.
Una noche posterior a un baile, un eunuco la invitó a los jardines, sus siluetas se unieron al conjuro de las estrellas, en ese instante de amor y furia, de sus ropas sacó una daga, mientras besaba a Ester con pasión descontrolada hundió el filo brillante del arma en el cuerpo de la mujer admirada por casi todos.
Ester se desangraba en los jardines, al eunuco poco le importaba, otra vez más sería fiel a su reina

Friday, July 27, 2007

EL COLLAR DE ESMERALDAS

Amestris engendró a cada uno de sus hijos con amor, sin saber que a mitad de camino aparecería la traición.
En poco tiempo su hija Amitis sería presentada en sociedad, Jerjes rey de reyes llamó a su emisario Sátapes, debía emprender una misión riesgosa, cincunvalar Äfrica para traer las mejores esmeraldas que encontrara, necesitaba las mejores gemas para confeccionar un collar para su amada hija.
Al poco tiempo el emisario desplegó ante la vista del monarca una bolsa en la que llevaba las mejores gemas, había de todos los tamaños y formas imaginables.
Los órfebres del reino fueron convocados para llevar a cabo la confección del mejor collar, trabajaban día y noche para lograr una pieza única.
Las esmeraldas fueron salpicadas con diamantes en forma de estrellas.
La noche esperada había llegado, ese día Amitis conocería al Rey de Babilonia, con él partiría a lugares lejanos, como su madre también sería reina.
La fiesta se desarollaba con intensidad, la música sonaba en el interior del palacio.Mujeres y hombres danzaban.
Afuera se desarollaba una lucha encarnizada motivada por las ansias de poder.
Ajerjes mató a su hermano Darío con el propósito de suceder a su padre.
En ese instante las esmeraldas mutaron de color, se tranformaron en rojo sangre.
La soberana perdía sus fuerzas, la palidez asaltaba su rostro, un dolor águdo atravesaba su pecho, mientras su hijo caía desplomado en los jardines del palacio, hacía su entrada a los recintos Ester, una bella morena que cautivaba a todos con su mirada azabache, de cuerpo perfecto no fué indiferente a la mirada del soberano.
La reina no pudo soportar tanto dolor, afuera la figura inmóvil de su hijo, en el salón del palacio el monarca regalaba la mejor de las sonrisas a Ester.
Allí supo que la vida no tenía sentido, no solo había perdido a su hijo, también había muerto el amor.

Monday, July 23, 2007

EL ALMANAQUE

Está allí, descansando, oculto detrás de una pared, sus hojas están amarillas, el tiempo pasó dejando sus marcas y colores.
Arranqué muchas hojas pero dejé la del mes de septiembre, con una fibra hice un círculo rojo en el día diez y ocho.
Ese día renacía a la vida, faltaba poco para el inicio de la primavera, como las flores brotaba día a día mi amor por él.
Los fuimos alimentando cada día, primero con palabras luego con hechos reales.
La primera vez que nos vimos al unísono nuestros corazones con su palpitar entonaban la misma melodía.
Fueron días llenos de amor, abrazados mirábamos las luces del amanecer que entraban por la ventana.
No nos cansábamos de caminar, a veces al borde del agua que traviesa nos salpicaba, otras por parajes desiertos que eran propicios para albergar nuestro amor.
Nuestro mundo estaba compuesto solo por nosotros dos.Todas las noches rezaba para que no se rompiera la magia.
Nuestras vidas eran un cuento lleno de amor.
Demasiado perfecto para ser real, hasta que una noche se apagaron las estrellas para darle paso a la tormenta.
No podía sentir el calor de sus manos, sus besos otrora miel se habían transformado en hiel.
Pasamos ese día recorriendo las hojas del almanaque, decidimos pulverizar juntos las tristezas, arrancamos las hojas, con una abrochadora roja como nuestra pasión hicimos papel picado, creyendo que de esa forma los papelitos volarían como pájaros rumbo al olvido.
Intentamos construir nuevamente, no nos dimos cuenta que sobre los cimientos de arena cualquier brisa se llevaría nuestros sueños.
Hoy los dos nos decimos que estamos solos, esperándonos, pero los miedos no se fueron, viejos fantasmas renacen del pasado.
De nada sirven los esfuerzos, cuando al amor sin querer lo rozó la traición.
Voy a arrancar la última hoja que me queda del calendario, cortaré en trozos pequeños esa hoja marchita, abriré la ventana y con mis manos las arrojaré fuera de mi vida.
Sin embargo mi deseo es que este pedacito de papel estrujado como mi alma, llegue a él, tal vez sepa cuánto lo quise, quizás llegue a comprender que los fantasmas deben ser desterrados para siempre, si el destino lo quiere volaré junto a él.

Saturday, July 21, 2007

TERCIOPELO Y SEDA

La ciudad se prepara para los días de carnaval, una leve bruma se levanta desde los canales que rodean Venecia.
Las góndolas esperan alineadas sobre la oscuridad de las aguas.
Varias costureras se levantan al alba, deben acondicionar los trajes que lucirán las mujeres,bordar los corset con fina pedrería que asemejarán estrellas salpicando el terciopelo de los vestidos que usarán ellas.
Los antifaces y máscaras están listos para ocultar en la noche los rostros de los invitados.
Hasta el empedrado que conforma las calles pareciera esperar que comiencen a caminar sobre las piedras, miles de historias.
Esa noche no habrá diferencias, gracias a los disfraces se reunirán todas las clases sociales.
Stella es bordadora, durante todo el año juntó cada lira para confeccionar el traje de terciopelo y seda.Le quitaba horas al sueño para que nadie viera que ella por una noche luciría un vestido igual al de las honorables damas que concurrirían a la fiesta.
En el palacio culminan los últimos arreglos, todo debe estar listo para la reunión.
Rapidamente los sirvientes terminan de arreglar las mesas, las doncellas vestidas con su uniforme negro y blancos delantales se ocupan de los arreglos florales.
Mario, el heredero, finaliza con su atuendo, mira su saco bordado y esboza una sonrisa, esa noche cautivará para siempre a una plebeya.
A oídos del monarca llegó la noticia de los amores de su hijo, enojado le comunica que si persiste en su actitud, lo expulsará del reino.
Al heredero nada le importa quiere vivir su amor sin barreras.
Los invitados comienzan a llegar, la orquesta regala suavemente sus melodías.
El ingreso de las mujeres es recibido con exclamaciones por parte de los caballeros.
De un carruaje desciende Stella, su vestido de terciopelo bordado causa admiración, su mano con delicadeza sostiene un antifaz plateado.
La música ligera invita a bailar, por primera vez Mario está junto a la mujer elegida, bailan y sonríen, necesitan estar solos.
El soberano mira a esa muchacha desconocida, los rasgos del rostro oculto detrás de la máscara, le recuerdan a otra mujer.
La reina inquieta llama a uno de sus asistentes, ella descubrió que la mujer que baila con su hijo, es la hija de una doncella, fruto de los amoríos de su marido.
No puede permitir que su único hijo avance con ese amor prohibido, sin saberlo Mario está perdidamente enamorado de su hermana.
Stella es convocada a uno de los salones del palacio, la reina le cuenta la historia.
Con el corazón destruido decide irse, detrás del antifaz como perlas ruedan las lágrimas.
Una fina lluvia de papel picado acompaña su huída.

Tuesday, July 17, 2007

TORMENTA DE ARENA

La casa se levanta a unos kilómetros del desierto, las piedras que forman la entrada guardan historias, por allí caminaron los duendes.
Por sus portones han pasado miles de historias, pintores famosos regalando estallidos de colores en sus telas.
Caballeros que con sus espadas rapidamente cortaban flores para la mujer elegida.
Bellas doncellas caminando por los caminos secretos de algún palacio dispuestas a encontrar el amor en un abrazo sincero.
Flores de mil colores y plantas exóticas que hacían sonreir a una reina que sentía el dolor de la soledad.
Cohetes o globos que surcaban el firmamento.
Aguas cantarinas que caían desde cualquier cascada, pájaros que buscaban su nido para reunirse con sus crías.
Amores resueltos en la geografía cálida de los cuerpos, cielos rosados hasta convertirse en una franja igual a los océanos que mueren en las playas.
Niños cantando en cualquier idioma expresando felicidad o dolor.
Letras que bailaban hasta formar un cuento.
Hoy la casa está sola, una tormenta de arena cubre todo de dorado, no hay árboles desnudos, esa nube de oro cubrió y bebió el rocío de las flores.
Todo es quietud, se puede escuchar el sonido del silencio, la noche es oscura, tanto como la soledad.
En la habitación las persianas están bajas, protegen con su sombra los monitores.
Los teclados están cansados, vaya paradoja de descansar, no quieren sumirse en un sueño eterno.
Necesitan que alguien los acaricie.
Cae la tarde, por primera vez el manto de arena me impide ver la cara plateada de la luna.
Quité todas las puertas de esta casa que no tenían llave, algunos de sus habitantes volaron en la búsqueda de otros rumbos, otros apenas asoman sus siluetas.
Comienza a sentirse la brisa del desierto, escucho su silbido, esta vez es tenue, parece un coro de ángeles que bajaron del cielo para acompañar esta soledad que nadie buscó.
Escucho cantos,también las risas de los que alguna vez transitaron este sendero, me acerco a una ventana, la arena solo me trae el sonido de la oraciones ,las figuras fantasmagóricas regresan los recuerdos de los rostros que no conozco, solo dibujan la geografía de sus almas.
No conozco sus palabras, todos hablan de manera diferente, pareciera que le rezan a sus dioses,cualquiera sea el nombre que tengan.
Una luz celestial me permite observar a los beduínos que miran las estrellas.

Monday, July 16, 2007

DIA DEL AMIGO

Esta semana es especial, ya que casi al concluir la misma se festeja el día del amigo.
Amigo, palabra inmensa que encierra todo, ellos son los hermanos que nos regala la vida, sin importar de donde vienen, la raza o el color.
Duendes capaces de acortar distancias a través de cálidas palabras, nos sostienen cuando el destino nos muestra su cara más gris.
Es curioso que el día para celebrar al amigo se haya instituido en forma universal el día en que un hombre posó por primera vez sus pies en la luna.
Esa misma que fué capaz de inspirar tantos cuentos, pienso que en ella vive el amor en todas sus formas.
El de la madre al hijo que gestó en su cuerpo para traerlo a la vida, el de las parejas que buscan sus destellos para pasar una noche romántica y sentir desde el corazón otro despertar.
También el de la familia que está siempre apoyando cada uno de nuestros actos.
El de los abuelos que con sabiduría iluminan nuestros senderos.
La amistad a veces tiene mil caras, solo hay una que no la representa y es la que se pone el vestido equivocado para intentar provocar desequilibrios que a nada conducen,teniendo en el tiempo la duración de un suspiro.
Sé que este viernes en todos los lugares del mundo, aún en los más desérticos se producirá un estallido de flores, se romperán las rejas que protegen el alma para dejar escapar miles de besos destinados a los amigos que en ella anidan los pájaros en sus picos serán portadores de tiernas caricias.
Habrá muchos que como yo han sufrido la pérdida física de ese amigo que durante muchos años compartió tristezas y risas.
Solo Dios sabe por qué decidió llevarlo a hora temprana, quiero que sepa que mis lágrimas lo alimentarán cada minuto de mi existencia como si fuera la flor los recuerdos, a ellos que decidieron partir dejándonos rengos, los abrazo, mientras viva seguirán prendidos en mi cielo tal como las estrellas.
El viernes y cada día de la vida disfruten de ellos, no se necesitan regalos para agasajarlos, solo una mirada una palabra y un abrazo hará que broten por todos lados los sentimientos, en ese instante de la tierra fértil nacerán las más hermosas flores, guardaré en mi alma a cada uno de los que quiero y quise siempre.

Friday, July 13, 2007

MORADORES DEL DESIERTO

En las tiendas de lona todo se llevaban a cabo los preparativos, se reunirían para despedir otra vez a los hombres que emprenderían otro viaje.
Las mujeres durante el día habían ayudado a cargar las alforjas de los camellos, en otras ciudades venderían el producto de sus cosechas.
Esa noche las mujeres acostumbradas a tejer habían agregado colores a sus túnicas blancas, querían diferenciarse de los hombres y esa noche quizás fuera demasiado especial.
Todas ocultaban sus cabellos con un shador, un acto de sumisión y respeto al gran Dios Yahvé, al que veneraban con adoración.
Los niños agradecidos participaban de los festejos, Sharif que hacía poco había cumplido siete años por primera vez acompañaría a su padre.
Un niño inquieto que había heredado los ojos como azabaches de su padre y el cabello ensortijado de su madre.
Como siempre la mañana había sido muy calurosa, sin embargo un viento extraño dio su primer aviso.
Al amanecer cuando el cielo comenzaba a teñir de naranja el espacio, los beduínos se despidieron de sus mujeres, los abrazos se repetían en todas las tiendas, las recomendaciones a los niños también, éstos se quedarían al cuidado de sus madres quienes también se harían cargo del ganado y las huertas que les permitían vivir.
Todo estaba listo, con el primer rayo de sol la caravana partió, el más anciano de la tribu los guiaría en el difícil camino.
Largos días y sus noches otra vez serían la única compañía, de día el sol abrazador del desierto convertía la arena en oro.
Las noches eran más frescas, en ese momento en que la luna inundaba todo de plata, ellos descansaban.
El aroma dulce del tabaco acompañaba sus noches solitarias, antes del descanso oraban por el bienestar de sus familias que habían quedado lejos.
Una noche se despertaron sobresaltados, el Dios de los vientos rugía, a su paso levantaba remolinos de arena que parecían fantasmas, decidieron rezar por los seres amados que presumían indefensos ante semejante tormenta, cobijados en esas tiendas que parecían pájaros de lona dispuestos a emprender vuelo en cualquier momento dejándolos en total desamparo. Invocaron a los dioses para que protegiera a sus mujeres e hijos.
El viento no cedía a medida que pasaban los minutos el sílbido era más fuerte, estaban lejos, algunos lloraban, de a poco el viento calmaba su furia, y los beduínos miraron las estrellas.

Thursday, July 12, 2007

CAMPO DE BATALLA

Estamos en plena guerra en el sur de Corea, hace pocos días en una ceremonia, a la que asistieron mis familiares obtuve mi diploma de enfermera.
En mi corta vida he visto de todo.
Hombres lacerados por las esquirlas de una bomba, esas que los destruyen y socavan la tierra sin pensar que detrás de cada uno de ellos hay una historia de vida.
Padres que mueren en condiciones paupérrimas, mujeres que lloran desconsoladas ante tanta barbarie.
Sun Ly sabe que su esposo está mal herido, ella lo ama y daría la vida para no perderlo.
Acaricia con ternura las manos del ser amado hasta que él entra en un sueño eterno.
Ni siquiera pudo decirle que en sus entrañas crecía el fruto del amor.
La miseria se nota en los hospitales donde trabajo, muchas veces el suero que puede salvar otras vidas no alcanza.
Las camionetas de la Cruz Roja aceleran su marcha, no sirve el esfuerzo, a mitad de camino grandes aviones de alas plateadas vomitan sus misiles poderosos destruyendo todo.
Hoy conocí al director del hospital de campaña, un hombre de mirada dura pero con un corazón inmenso.
Me nombra su asistente, los temores me asaltan no se si estaré a la altura de los acontecimientos, me mira y mi cuerpo toma fuerza, lo admiro.
Sus manos de finos dedos se asemejan a las de un pianista, con movimientos rápidos sutura heridas, allí no se conoce el tiempo de descanso, la prioridad es salvar vidas.
Me ayuda con su experiencia, hoy a la mañana trajimos vida a la vida o a la muerte.
Esta noche los dos casualmente tenemos franco después de semanas sin descanso.
Me invita a ir a un viejo cine, es el único que queda en pié después de las batallas.
Llegamos a mitad de la función, en la pantalla se repetían las mismas escenas que nos tocaban vivir a diario, en la oscuridad toma mi mano fuertemente, siento el calor de las caricias, en el preciso instante que me besa desde la pantalla Humphrey Bogart pronuncia mi nombre.
Estoy confundida, ese hombre que me dobla en edad hace vibrar mis sentidos.
Me alejo con ternura, Humprhey insiste en su parlamento, alcanzo a escuchar que me pide que huya para mi la vida recién comienza.

Wednesday, July 11, 2007

LA CONDESA DESCALZA

Por una vez luzco la ropa que me atrae, un vestido negro con lunares blancos, claveles rojos en el talle y algunos pequeños adornando mis cabellos.
Camino por las calles de un pueblo de España, sus frentes amarillos como rayos de sol se esconden detrás de los geranios que cuelgan de los balcones, cada pétalo es una historia de amor apasionado.
Por primera vez acudo a la cita descalza, mis tobillos tienen pulseras de gitana.
En el camino me regalan un mantón de Manila para completar mi atuendo , los pájaros y flores prolijamente bordados me incitan a seguir caminando por esas calles prolijamente empedradas.
Un gitano me ofrece una mirada de azabache y fuego.
En mis brazos tintinean las piedras que los adornan .
El maquillaje acorde con la vestimenta, el cabello anudado prolijamente en la nuca, la frente descubierta, solo unas mechas pretenden jugar con mis aros gigantes, los volados de mi vestido se asemejan a la cola de un pavo real.
Camino y ellos juegan.
El escote descubre mi espalda.
Tengo que llegar temprano para ensayar, la guitarra llora su melodía, la música me invade.
Todo huele a magia en el tablado, otras bailarinas zapatean haciendo sonar sus tacos rojos.
La luz solo ilumina el escenario, en las mesas flores y copas de vino que chocan haciendo sonar los cristales.
Arreglo mi maquillaje, mis ojos verdes brillan como nunca contrastando con mi pelo y vestimenta.
La luz se apaga, los aplausos son más sonoros, desde una pantalla Humphrey Bogart pronuncia mi nombre alienta al grito de: Ava baila, desata tus sentimientos.

Tuesday, July 10, 2007

SABRINA

Pese a la oposición de mis padres estoy enamorada del hijo del jefe de mi papá, un hombre que me atrapa con sus palabras de amor, edificando la vida plagada de mentiras.
No me importan los defectos sé que lo amo entrañablemente o eso creí en todo este tiempo, para conformar a mis progenitores decidí romper con él, de esa forma no vivría pendiente de cada uno de sus actos, los míos siempre fueron respondidos con indiferencia.
Esta noche en Nueva York, estamos invitados a la avant premiere de la película que casualmente lleva mi nombre, voy a asistir en compañía de unos amigos que se han propuesto sacarme de este estado casi depresivo.
El invierno en la ciudad asoma con vergüenza de mostrarse en todo su esplendor, los días fríos, algo que complica mi atuendo.
Lo resuelvo rápido, para el evento usaré un vestido de lanilla verde para que haga juego con mis ojos, en una tienda conseguí zapatos con pulsera del mismo color que la estola de visón que llevaré para completar la vestimenta.A
Al cine concurren invitados especiales, actores y actrices de la época, ellos de traje oscuro, ellas radiantes.
En los afiches veo mi nombre que no es otro que el del film, las puertas vidriadas asemejan espejos, aprovecho para corregir detalles de mi atuendo, mi acompañante me dice que no hace falta, el vestido a mitad de pierna deja ver mis curvas, es elegante, tiene un pequeño escote en forma de letra “U”, solo lo adorna una esmeralda colgada de una cadena de oro.
Mis brazos desnudos sostienen la estola de piel, mis manos juguetean con una copa de champagne.
Quiero conocer al protagonista de la película pero éste decidió entrar por una puerta lateral.
Llegó la hora.
La música de los violines acompaña la entrada de los espectadores, me transporta a otros lugares con su melodía.
Instalados en las butacas, escucho la voz de Humprey Bogart, no sabía que pronunciaría mi nombre.
Un escalofrío recorre mi cuerpo, simplemente me pide que no lo haga, pareciera que conoce cada rincón de mi alma, que supiera de mis sentimientos.
Lo miro fascinada, en el cine estamos los dos solos él desde la pantalla yo quieta en mi butaca.
Una sucesión de imágenes parecen retratar mi vida, hasta los momentos que creí haber perdido de la mano de la desesperanza.
Siento que no está besando a la protagonista de la película, el calor de sus labios se adueña de mi boca.
No podría precisar cuanto tiempo pasé en ese estado de ensoñación, solo puedo decirles que en la puerta del cine me esperaba un lujoso auto, en al asiento trasero un ramo de rosas vestidas de verde y sus pétalos rojos salpicados de rocío, pensé en una invitación, apurada leo la tarjeta, tiene pocas palabras, dice: Sabrina sigue tus sueños.

Friday, July 06, 2007

ÄNGELES CON CARAS SUCIAS

El cine de mi ciudad es pequeño, tiene forma de chalet, para que se deslice la nieve, detrás de él se levantan los picos nevados, parece parte de un film.
Una vez por semana dan películas antiguas pero que jamás pasarán de moda por los temas que tratan.
Desde el afiche los ojos del protagonista me invitaban a ver “Ángeles con caras sucias”.
Compré mi entrada, quería evadirme de una relación enfermiza que había durado casi dos años, el séptimo arte en algo ayudaría.
Saqué mi entrada y el acomodador me acompañó a la butaca de la tercera fila.
Todas las sensaciones invadían mi cuerpo mientras se desarrollaba la historia de niños marginados que pese a estar al cuidado de un sacerdote, eligieron el camino más fácil y peligroso.
No podía entender como a edad tan temprana los niños empuñaban armas verdaderas para delinquir, esas actitudes demostraban la indiferencia de los grandes.
Los paisajes de la película eran hermosos, las mujeres vestidas de época le daban un toque de distinción a la barbarie, igual sus largos vestidos y las sombrillas con las que se protegían del sol no alcanzaban para disimular lo que es capaz de hacer un niño manipulado, esos ángeles de caras manchadas por el crimen eran capaces de todo.
El sacerdote oraba por el alma de los pequeños, sus oraciones no llegaban, para los chicos la vida fácil era moneda corriente, en su inconciencia no medían el peligro, en sus casas los esperaban madres que no conocían la dicha y padres que se pasaban el día presos de la bebida sin hacer nada.
Desde la pantalla Humphrey Bogart dijo mi nombre, en realidad me pidió que no fuera indiferente, que hiciera algo.
Turbada salí del cine, los copos de nieve adornaban las calles empinadas, el cielo estaba cada vez más oscuro, seguramente no vería ese anochecer la cara de la luna.
Llegué a mi casa, encendí el hogar, hacía frío, no alcanzaba para abrigar mi alma.
Preparé un café para entibiarme, busqué la escritura de mi casa, era demasiado grande para ocuparla con mi soledad.
A la mañana siguiente el tibio sol entraba por la ventana, la nieve prolijamente estaba amontonada a los costados de la acera, tomé mi camioneta y me dirigí al municipio.
Me atendió un señor atildado que no entendía cómo quería convertir mi casa, la herencia de mis padres en un albergue para niños en riesgo.
Los trámites demoraron mucho tiempo, casi un año, tuve que ir a distintos organismos para habilitarla.
Por fin conseguí tener lo que buscaba, mi casa se llama ahora “Refugio del ángel”, convivo con catorce niños y niñas, pese a mis pocos años algunos me llaman mamá, soy feliz por tener esta familia que me regaló la vida.
Estamos ampliando las instalaciones, pronto tendré más hijos del corazón.
Todos los días agradezco a esos niños que me dan todo sin pedir nada a cambio, por ellos vivo, lo demás vendrá solo

Wednesday, July 04, 2007

LAS LLAVES DEL ALTILLO

Corro a la inmobiliaria, voy a desistir de la venta de la casa de mis abuelos.Si, esa que todos admiraban por sus jardines floridos.
Ese lugar irradiaba la alegría de sus moradores, se veía a simple vista mirando las ventanas del altillo, mi abuela había bordado mariposas en las cortinas, allí guardaba, los juguetes de mi infancia, mi triciclo colorado en el que pretendía recorrer todos los caminos, estaba la muñeca con cara de porcelana, la misma que quise lavar y se borraron las pestañas que le daban sombra a los ojos.
Me acuerdo del reto de mi papá ¿Cómo se me había ocurrido lavar la muñeca?.
Recuerdo que lucía un bonito vestido de novia que por acción del agua quedó convertido en harapos.
Mamá con pinceles y paciencia le devolvió su rostro de niña asombrada, mi tía Carola repuso el vestido.
La primera bicicleta de mi hermano, tenía la cadena oxidada, pero él siempre la lustraba para viajar a paisajes lejanos.
Lo más valioso estaba en un secreter, allí guardaba las primeras cartas de amor, esas que contenían dulces palabras que me hacían sonrojar, en el tercer cajón había dibujos, no eran de mi autoría sino de mi primer amiga, a ella le había contado de todos los seres que visitaban un sitio llamado foro, donde la gente dejaba sus cuentos y poesías.
Entre las dos supimos darle identidad a cada uno de ellos, dotarlos de la cara que vivía en mi imaginación.
Marcia era una virtuosa con los pinceles, sabía interpretar mis palabras.
Me faltan dos cuadras para llegar al lugar, sé que mi actitud provocará el enojo de mi hermana.
Espero encontrar las llaves, pero sin ellas la propiedad no se vende.
Moran allí mis recuerdos, juguetes viejos por los que nadie daría nada pero para mi tienen el valor que les otorga el corazón.
Llegué con el alma en la mano, agitada, sin poder contener las lágrimas.
Los negocios poco entienden de sentimientos, siento que el corazón quiere salirse de mi pecho.
Seré fuerte como otras veces.
Diré que cambié de parecer por una pérdida irreparable, espero me comprendan.
Mientras espero en un frío salón con fotos que muestran las distintas viviendas en venta, llamo con desesperación a mis duendes, solo ellos pueden ayudarme a encontrar las llaves de mi lugar favorito.
Con la ayuda de esos pequeños seres disiparé futuros enojos.
Espero que la búsqueda sea fructífera y encontrarme otra vez con cada uno de Ustedes.

Monday, July 02, 2007

EL ALTILLO DE MILAGROS

Pronto debería abandonar su casa, era pequeñita, sus ojos vivaces, como azabaches iluminaban la vida de su madre que la cuidaba con ahínco y esmero, como todas las mamás.
No importaban las inclemencias del tiempo Mili siempre estaba con el ser que le dio la vida, a su manera eran felices.
Esta niña en su casa tenía un lugar exclusivo para ella, el altillo.
La madre había decorado las sogas que sostenían los peldaños con hojas de árboles y cada tanto un muñeco, alegraba cada escalón.
En la buhardilla Mili guardaba todos sus juguetes, aún aquellos que por la edad había dejado de usar.
Por la tarde la niña se pasaba horas en el sitio hablando con sus amigos imaginarios.
A media tarde su mamá le subía la merienda para todos, se integraba unos minutos al juego de la nena para no dejarla sola.
Encendía la salamandra para que el lugar fuera más cálido, aprovechaba la ocasión que dan los juegos para decirle a la niña que la nueva casa estaba un poco alejada y no tenía un espacio como el que Mili adoraba.
Cuando su madre bajaba, la nena sentaba en una pequeña silla a una muñeca que casi eran iguales en tamaño, le ponía una servilleta para no manchar el vaporoso vestido.
Ese ritual se repetía todos los días.
Una tarde golpeó las puertas de la casa un hombre desconocido en sus manos traía una notificación, en dos días deberían abandonar la casa.
Como todas las tardes la madre subió al altillo donde estaba la niña, se quedó un instante parada detrás de la puerta, solo escuchaba el sollozo de la pequeña.
Grande fué la sorpresa, al ingresar al altillo, su hijita sin que nadie se lo indicara había guardado en un viejo baúl todos los juguetes que la acompañaron en tantas tardes de juego.
Madre e hija se miraron, sobraban las palabras, ambas sin saberlo sabían los sucesos que acontecerían en pocas horas.
En la vieja camioneta cargaron todas las pertenencias.
Instaladas en la nueva casa, la nena no hablaba, las crisis de llanto se repetían, visitaron al médico quien comprobó que la pequeña gozaba de perfecta salud.
Las actitudes de la nena eran producto de la soledad y el desarraigo.
Pasaron los días y el cambio no aparecía, en infinitas oportunidades se mezclaban las lágrimas de ambas.
La madre debía seguir trabajando para sostener el hogar.
Un domingo llegó de visita el padre de nuestra protagonista, saludó apurado y de su auto bajó maderas y todo lo necesario para construir en un costado de la terraza un pequeño desván.
Al caer la tarde estaba armado, no tenía escaleras con sogas de flores y muñecos pero a la nena le conformaba.
En pocas horas los juguetes del desván estaban descansando en el sitio elegido.
Cuando los padres fueron a avisarle que la hora de los juegos había finalizado, encontraron a la chiquita abrazada a su muñeca, estaban arrodilladas ante un crucifijo, ambas le pedían a Dios que el papá se quedara para siempre.