Friday, October 31, 2008

LA CORTEZA DEL ÁRBOL




Estaban todos alineados formando un pequeño bosque, allí el caminante encontraba sombra cuando se detenía para tomar un mate o solamente buscar un poco de paz deteniéndose a escuchar las voces del silencio.

Las copas verdes se mecían al compás de la brisa, los pájaros susurraban suaves melodías.

Al anochecer se convertían en sombras erguidas, vigilaban todo, la luna jugaba a las escondidas entre las hojas, las hacía parecer espíritus dolientes como si adivinaran el futuro incierto.

Muchos eran jóvenes, vigorosos, creciendo al lado de sus mismas especies.

Elegí uno, la corteza se desprendía, quería ver más allá de ella.

Con mis manos recorrí ese torso amarronado, descubrí que los insectos te estaban lacerando las entrañas, no podía permitir que te lastimaran.

Fuí al pueblo, hablé con las autoridades para que te preservaran y no contagiaras a tus hermanos.

Mientras esperaba en una oficina percibí ironía en las personas que me atendieron, risas contenidas, atisbos de burlas.

Decidí llegar a los jefes de esa gente, eran de otro sitio, las mismas respuestas vagas, esta vez firmé papeles cuyo destino desconocía.

Nada me importaba, solo quería que te sanaras.

Me citaron para la semana siguiente, concurrí puntualmente, grande fue mi sorpresa cuando vi en el frente de la oficina un cartel desprolijo, el cartón decía: “Se alquila”.

Corrí al bosque, no había nada, al costado cerca de un alambrado los troncos desnudos estaban apilados, pronto serían desmenuzados.

Un hombre con una motosierra los cortaba en rodajas para venderlos.

Le pregunté quién era, por qué se adueñaba de aquello que a todos nos pertenece, no obtuve ninguna respuesta.

Le rogué exhibiera su permiso, no lo tenía.

Otra vez la desidia se hacía presente, nadie sabía nada.

Ese episodio marcó mi vida, desde entonces trabajo en una organización que protege los árboles.

HISTORIA DE UNA LUPA




Al tomarla en mis manos sentí emoción, es el mejor regalo que me dió mi abuelo.
Con cuidado de la misma forma que aparecen las caricias, la saqué del estuche de gamuza azul, estaba intacta, pese al tiempo transcurrido el mango conservaba el brillo original.

En ese instante comprendí que la lupa me permitiría observar las pequeñas cosas en el tamaño que quisiera.

Busqué escritos casi borrados por el tiempo que nos escribíamos con los chicos de la escuela, reviví las travesuras de la infancia.

Me sonrojé como entonces cuando la letra insegura de Tomás declaraba en un trozo de papel cuánto amor por mi sentía.
Una lágrima se depositó en el cristal de ese tesoro tan bien guardado.

Encontré resueltos en números casi imperceptibles los ejercicios de matemáticas, materia que sigo sin querer demasiado.
Regresar a la niñez reanimó las sensaciones que se guardan en el sitio más escondido del corazón.
Los retos de la maestra ante la falta de silencio, el murmullo de los compañeros cuando se consultaban para una prueba, traía sereno cada momento compartido.

Los recuerdos afloran a mi mente, risueña me acuerdo cuando al poco tiempo de conocerte prometí que contaría cada una de tus pestañas, marco perfecto para una mirada enamorada.
Tus ojos azules se asemejaban a la inmensidad del océano, tu sonrisa era el preludio de un beso apasionado, resumían el amor que fuimos acumulando a través del tiempo compartido.

Abuelo hoy no estás, sé que tu morada son las estrellas, a ellas dirigía la lupa con la intención de encontrar tu rostro.

Me asustaba cuando observaba a través del cristal,el volumen de algún insecto que plácidamente vulneraba los pétalos de las flores, aplaudía cuando una gota de rocío detenía su marcha.

¡Cuántos recuerdos!

Hoy vivo en un mundo imperfecto, casi todo se ha perdido.
Los valores no son los mismos, la ofensa está pronta, las palabras muchas veces se transforman en dagas que filosas perforan los sentimientos.

Guardo la lupa, mañana seguiré soñando.

Thursday, October 30, 2008

PIEL DE CRISTAL




Mami quiero abrazarte sin sentir que mi piel se lacera, no quiero estar más vendada para proteger mi cuerpo que se resquebraja como un cristal.

Encontré a Natividad llorando, su nana olvidó cambiarle los apósitos y ponerle guantes sequitos, la ayudé a quitar el vendaje húmedo sus manitos estaban resquebrajadas, tenía nuevas grietas, en su carita había dolor intenso.

Me voy a dormir con una esperanza, que la pesadilla termine para siempre.Afuera el jardín descansa de los juegos de los niños.

Las sábanas apenas me rozan, un arco las mantiene alejadas de mi cuerpo.

Por la ventana abierta ingresa el canto de los grillos.

Uno de ellos tiene un violín pequeñito, acompañará mis sueños.La luna redonda juega con las nubes.

Las flores tienen en sus pétalos diminutas gotas de rocío.

Una luz potente ilumina mi cama, lentamente se acerca un Ángel, no tengo miedo.

Despliega sus alas, las plumas acarician las lastimaduras hasta que desaparecen, pensé que era un hada como la de los cuentos que guardo en la biblioteca.

El aroma a rosas perfumadas inunda la habitación, estoy tranquilita no estoy soñando, tengo los ojos abiertos.

Me dice que pida un deseo, contesto que solo quiero sentir las caricias de las personas que quiero.

Suavemente quita mis vendas, con una pluma toca mi frente todo es mágico, poco a poco las heridas se borran.

Siento el olorcito de las tostadas, mientras lavo mis dientes, me miro en el espejo, mi piel ya no es rugosa, no brota sangre de mis heridas.

Bajo las escaleras corriendo, por fin mami podré darte un abrazo, el Ángel curó las heridas, podré seguir viviendo como los demás chicos.

Abro la ventana, la brisa matinal me despeina, el sol tímido se posa en mis brazos.

Río al escucharte decir que tenga cuidado, no hace falta mami.

Elevo mi mano para despedir al Ángel, es invisible a la vista de los grandes.

Sabe que no es una despedida, pronto regresará a curar a los chicos que pasan po la misma enfermedad que yo.

Adios amigo, volvé pronto, aquí te esperan muchos niños.

Monday, October 27, 2008

VOLVER A JUGAR





Eugenio ha peleado cada minuto de sus ocho años de vida, múltiples operaciones trataron de corregir sin éxito su dificultad para movilizarse, pareciera que el destino lo condenó a vivir en una silla de ruedas.
Los tratamientos de rehabilitación son dolorosos, los asume con una sonrisa.
Ello no es obstáculo para que sea un niño alegre planeando un futuro incierto.
Daría un segundo de su corta existencia por correr al lado de sus compañeros, embarrarse en la cancha, mirar al cielo cuando una jugada lo tira al suelo, recibir un reto dulce de su mamá por las zapatillas rotas, la camiseta con una rajadura, los codos lastimados en pos de un sueño.
Como todas las tardes, Laura lo acerca a la cancha de fútbol que está detrás de la plaza, el niño es feliz viendo jugar a sus amiguitos.
Los ojos negros como el azabache miran correr la pelota, siempre dice que cuando esté bien atajará los goles del equipo contrario.
La tarde cae plácidamente, para que no se quede solito esperando a su madre el capitán del equipo le entrega el balón en custodia.
Se siente inmenso abrazándola.
El sol se esconde detrás de una nube, no tiene miedo en un ratito estará en la casa.
Después de la merienda vendrán los ejercicios intentando dar movilidad a sus piernas yertas.
Todo es soportable cuando se acarician los sueños y no descansará hasta conseguirlos.
La pelota se transforma en un ser extraño, salta del regazo del niño, el traje plateado parece robado a las estrellas, el ser con rasgos humanoides le dice al niño que pida un deseo, contento le responde “Quiero jugar con mis amigos”.
La figura vuelve a tomar la forma de una pelota.
Nadie puede explicar lo sucedido, hoy Eugenio vestido con los colores de su equipo favorito está en el arco, atajará goles, concretará proyectos.

Friday, October 24, 2008

CORRESPONDENCIA INTERGALÁCTICA




Querida abuela, no, no me gusta.
¿A ver cómo queda éste?
Abu:
Recibí por encomienda la muñeca que me regalaste, es muy linda, ya tiene su lugar en la casita del árbol.
Le puse un vestido con flores y puntillas igual al que estrené en mi cumpleaños.
Quiero contarte un secreto, ayer mientras jugaba en el jardín, del cielo bajó una señora muy bonita y extraña.
Tenía un vestido dorado como el sol, los ojos del mismo color que el cielo.
El cabello largo le cubría la espalda, llevaba prendidos entre el pelo flores de mil colores parecidas a la cola de los cometas.
No hablaba demasiado, bueno, no decía nada, pero la entendí observando su mirada.
Colocó alas en mi espalda, eran suavecitas como tus caricias.
Nos subimos a una luz y viajamos por el universo, casi toqué todos los planetas, vi de cerquita las estrellas, había silencio y música de ángeles.
Viajamos durante bastante tiempo por paisajes tan bonitos como desconocidos
Abu, no me retes, sé que no tengo que hablarle a los extraños, pero esta señora no es de aquí, no se llama inseguridad, desconoce las crisis, pero sabe bastante de los que habitamos la tierra, es extraterrestre.
Después de un tiempo volvimos a mi casa, mami me estaba esperando, no le conté nada, ella dice que soy fantasiosa, pero mi amiga parece humana.
No sé cuando vendrá a buscarme para pasear nuevamente por los espacios celestes, así llama al lugar en que vive.
Prometé no contar a nadie este secreto, fui feliz paseando por otras galaxias.
Te quiero mucho abu.

EL RELOJ DESCOMPUESTO




Se han detenido las agujas de todos los relojes.
¿Cómo mediremos la intensidad de las horas que compartimos?
No nos importó amarnos más allá del tiempo.
Tus manos sabias recorrían la geografía de mi cuerpo.
Renovábamos el amor a puro fuego, nos entregábamos hasta sentirnos extenuados tus besos cálidos encendían nuestros sentimientos.
No conocíamos el cansancio, alimentábamos el fuego de nuestro amor.
Pudorosas las sábanas se deslizaban por nuestros cuerpos, solo se recortaban las imágenes de nuestros contornos adheridos como las enredaderas a la pared.
Las caricias y besos nos llevaban al éxtasis.
Nada podía ser perfecto.
Un día tu voz cambió, emitías sonidos desconocidos para mi, la piel suave se tornó rugosa.
Sentí miedo, ya no caminabas, reptabas por cualquier superficie, solo conservabas el color de tus ojos, celestes y límpidos como el agua del océano.
Intenté navegar en ellos, percibí que estabas aterrorizado, de nada servía sumergirme en la superficie agitada de tu mente.
Desconocías tus propias formas.
En un instante te transformaste en un extraterrestre, no alcanzaba a comprenderte.
De mil modos te pedías que regresaras al hombre que había amado siempre, las lágrimas surcaban mi rostro, nada te detenía, te habías convertido en un extraño imperfecto.
Tus manos gélidas querían acariciarme pese a mi rechazo.
La alarma del reloj me despierta, aún tiemblo.
Froto mis ojos, estás a mi lado durmiendo plácidamente, acaricio tus cabellos, te despierto con un beso.
Adoro tu sonrisa, reímos juntos, no sos un alienígena que comparte mi vida, mi cama, sos el hombre que he elegido para siempre.
Otra vez despejamos las pesadillas entregándonos al amor eterno.
Mil veces repetiré cuánto te amo, más allá de todos los tiempos.
Las manecillas del reloj vuelven a funcionar normalmente.

RESPLANDOR NOCTURNO




Al atardecer Alma colgaba debajo del alero las jaulas de los pájaros para protegerlo del rocío y la brisa.
Vive muy cerca de la playa sus amigos son las flores, los pájaros que cantan en sus cajas de barrotes brillantes como el sol, el mismo que los hace trinar para despertarla.
Cuando regresa de su paseo por las blancas arenas del Pacífico, hilvanado sueños se dedica a ellos.
Cada uno tiene asignado un nombre mitológico, los quiere a todos por igual.
Anochece.
Las luciérnagas salían de las matas de flores iluminando los canteros, acompañadas por la melodía de los grillos.
Erguidas las flores mostraban sus pétalos vestidos de rocío, la fragancia inundaba los sentidos.
Un cuarto de luna suspendido en el cielo.
Miles de estrellas como puntas de diamantes ornamentan el espacio celeste.
En un instante el jardín de la casa un haz luminoso se posaba en el césped.
De la nave que apenas rozaba el suelo descendió un alienígena, su aspecto era casi humano.
Confundidos los bichitos de luz regresaron a los canteros, lo grillos hicieron silencio.
Alma no tuvo miedo, el ser celestial extendió su mano, se entendieron con la mirada, Él le contó de su vida en el universo, a veces invadida por naves que provenían de la tierra, ella le habló de su vida en la tierra, evocaron recuerdos, Alma tenía una familia que alegraba cada uno de sus días.
El ser que la acompañaba esa noche vivía en soledad en una galaxia lejana se podía acceder a ella transitando el sendero de los pensamientos.
Las luces del amanecer indicaban que el extratrerrestre debía regresar a su mundo cercano a las estrellas.
Antes de la partida, unieron sus manos, transmisoras de los sentimientos más bellos.
Prometieron encontrarse algún día no lejano cuando la paz habitara todos los espacios, tanto en el universo como en la tierra.

Sunday, October 19, 2008

FRUTOS ROJOS




Al regresar de una de sus expediciones el Rey Nabucodonosor decidió que debía encontrar paz para su pueblo, para ello desposaría a la princesa Amytis.
Para concretarlo se dirigió al reino de los Medos, de esa forma encontraría una mujer que acompañara su vida y a la vez uniría dos regiones.

La bella princesa había nacido en un palacio rodeado de colinas exuberantes de vegetación, amaba la naturaleza tanto como a su vida.
En su cuarto principesco, no faltaban las flores recién cortadas.
Nabucodonosor le atraía pero a la vez se negaba a mudarse a un sitio que en nada se parecía al lugar que había nacido.

El monarca, guerrero incansable, también era un gran constructor, nada quedaría librado al azar. Junto a su palacio ordenó edificar el que ocuparía su futura esposa, para tal fin hizo traer grandes piedras capaces de contener la humedad.

Las terrazas escalonadas contendrían plantas y flores exóticas traídas de distintos lugares del mundo, una máquina semejante a una noria sería utilizada para regar el lugar.
La escaleras llevarían directamente a la costa del río.

En poco tiempo el paisaje sería parecido al lugar de nacimiento de la futura reina.
La ceremonia matrimonial fué fastuosa, a ella acudieron, emperadores, reyes y princesas de lugares lejanos.
Reconocidos orfebres construirían las joyas que serían utilizadas en la ceremonia de casamiento
Amytis no sabía la sorpresa que le tenía preparada el rey, después de la liturgia, tapó los ojos de su esposa, lentamente, la guió a los famosos jardines flotantes de Babilonia, especialmente construidos para la ocasión.

Los árboles y arbustos se divisaban desde afuera de las dobles murallas de los palacios.
Las estatuas de mármol eran réplicas de pájaros, que tomaban vida en los atardeceres regalando sus gorjeos melodiosos a la nueva reina.
El paisaje fascinante, el murmullo de los aves eran el escenario perfecto para traer vida a la vida.
Colocaron macetones en los descansos de las escaleras, contenían distintas variedades de árboles, entre los que se destacaban las granadas, sus frutos rojos aseguraban la fertilidad.
El destino y el amor le obsequiarían varios hijos a la pareja real.
Ella esperaría el atardecer, en el instante preciso que el cielo se transforma en una pintura de rosados y púrpuras junto al primer destello de la luna, Amytis comunicaría a su esposo que esperaban su primer hijo.

Rápidamente se acostumbró a la belleza, el cambio de lugar no la afectó, su marido había recreado los jardines más hermosos que una mujer pueda imaginar.

Por amor a su dama el monarca, había erigido los jardines flotantes, jamás podría imaginar que años después su obra sería destruida.

Desde entonces solo quedan ruinas a orillas del río Eúfrates.
La destrucción no pudo lastimar los árboles de granadas, los frutos rojos asegurarían para siempre la fertilidad de las mujeres.

Thursday, October 16, 2008

EL GIGANTE DORMIDO




El gigantesco anfiteatro natural, esperaba a un hombre enorme.Las piedras de las Termas de Caracalla parecían sonreír con sus vestidos color ocre.
El bosque de pinos rodeaba el anfiteatro natural.
Los reflectores dispuestos en forma estratégica daban una luz tenue a los asistentes.
Ellas lucían largos vestidos, para ellos la ocasión ameritaba rigurosa gala.
La suave brisa nocturna llevaba los acordes de la orquesta a cada rincón de ese ambiente ofrecido por la naturaleza.

Marco Aurelio jamás imaginó que siglos después allí tendría lugar un espectáculo para soñar.

El escenario inmenso y majestuoso se preparaba para recibirlo.

Un haz de luz formaba un círculo para contenerlo.

En las sillas los espectadores parecían seres pequeñitos, en sus manos las cámaras fotográficas encendían cientos de luciérnagas.

Los músicos elevaron el tono de las melodías, preludio de la aparición del artista.

Cada canción provocaba sensaciones diversas, la voz , sinfonía cristalina, inundaba cada rincón.

Siempre se brindaba a su público con pasión, logrando que el silencio solo fuera cortado por la caída de una lágrima traviesa producto de la emoción.

Entre sus manos el pañuelito blanco asemejaba las alas de un pájaro, pronto a secar la frente del gran tenor.Conmovidos por la música en ese instante comprendimos que éramos un ejército de seres casi imperceptibles unidos por la admiración.

Hoy el gigante habita una estrella lejana, desde ese espacio celeste nos envía el caudal de su voz.

Está durmiendo el sueño de los grandes, alguna vez nos encontraremos con Él.

http://www.youtube.com/watch?v=2uYrmYXsujI

Wednesday, October 15, 2008

PRISIONERA DE LOS NÚMEROS




Viernes, el fin de semana espera.
Se prepara para ir a su trabajo, está cansada de las turbulencias económicas que se presentan en el país.
Eligió un trajecito, la primavera en Buenos Aires era poco constante, amanecía con sol, por la tarde la lluvia furiosa se convertía en un vendaval, arrancando los árboles, las hojas recién nacidas morirían en la vereda.
Cariñosa saludó a sus compañeros, ocupando su escritorio.
Otro día monótono sin cambios que hicieran presagiar una esperanza.
Consultó el reloj en una hora cerrarían las operaciones del mercado de valores.
Papeles en el piso, insignificantes en el mundo de gigantes se mezclan con las colillas de cigarrillos mal apagados.

Las computadoras imprimen los resúmenes del día, los empleados cotejan los números con los de la pizarra electrónica.

Sobre el paño negro números rojos preanuncian la crisis, solo unos pocos de color verde traerán una sensación de alivio.

Desde su escritorio observa los gestos adustos, otros gritan insatisfechos, las ganancias vuelan como pájaros con destino incierto.

Todo es caos, incertidumbre.

Afuera llueve, espera que las gotas gélidas puedan cambiar los ánimos.

Camina bajo el agua, quiere despejarse.

Al llegar a su domicilio busca el comprobante de sus ahorros, los números se ríen, la casa de sus sueños está a punto de esfumarse lentamente.

¿Los gigantes le permitirán cristalizar sus deseos?
Hace tiempo que dejó de creer en las utopías, quitó horas al sueño para incrementar los ahorros que le permitieran adquirir la casa que habitaría con el amor de su vida.
Soñó con jardines poblados de flores, regalando su fragancia por doquier.
La piscina sería solo un espejismo.
Llora en silencio hasta quedar sumida en un profundo sueño.

Prisionera de los números se permite proyectar el futuro, quiere desterrar para siempre la palabra crisis.

¿Cómo hacerlo si el gigante la ha convertido en un ser casi imperceptible?.

Lunes por la mañana, todo tiende a la normalidad, las bolsas del mundo lentamente se recuperan.

Un poco de euforia le permite soñar nuevamente, para ello el gigante deberá dormirse para siempre.
El despertador hace sonar la alarma, es hora de comenzar nuevamente.

Saturday, October 11, 2008

LAS SEMILLAS




Cómodas descansaban en sobrecitos en el exhibidor del supermercado, cada una estaba identificada por especie, tamaño, lugares aptos para la plantación , fecha de floración.
Ningún detalle se escapaba si se quería lograr un árbol o una bonita planta, o solamente flores multicolores a través de las semillas en cuestión, había diversidad que podría conformar los gustos más extravagantes, también se indicaban los cuidados que deberían brindárseles todo había sido meticulosamente calculado por el Instituto Expendedor de Semillas, ningún detalle librado al azar, la clientela debería seguir consumiendo para sus jardines las famosas semillas.
En un instante un sacudón violento las hizo despertar, manos gigantes daban vuelta el envoltorio para leerlo e instruirse respecto al manejo que le daban al producto recién adquirido.
Hasta que las depositaron en una canasta enorme en el baúl de un auto, las semillas creyeron estar en medio de un terremoto, con sus movimientos violentos.
Si ese era el agitado mundo de los colosos preferían quedarse pequeñitas en las corolas de las flores y que nadie se acordara de ellas.
Querían crecer, convertirse en árboles que pudieran dar sombra a los gigantes que hoy las manipulaban.
Cierta tarde, a la caída del sol, fueron separadas, cada una iría a ocupar un lugar en un cantero gigantesco.
Recuerdan el primer riego, parecía un vendaval de agua, ellas se sostenían con sus brotes a la tierra fecunda.
Pasó bastante tiempo hasta que las semillas se convirtieron en árboles, en su copas albergaban nidos y pájaros.
A sus pies buscaban la sombra aquello gigantes que hoy eran seres pequeños.
Actualmente sus ramas intentan acariciar el cielo, son gigantes fuertes, vigorosos que deben su vida a los ciclos de la naturaleza y al alimento que les ofreció la tierra.
La brisa mece sus copas, pareciera que estos nuevos seres gigantescos, con un movimiento ondulante saludan a todos los seres pequeños que quieran descansar a sus pies.
Emiten un quejido, cuando dos enamorados con elementos filosos dañan su tronco, lacerados muestran sus entrañas.
Cada uno de nosotros para cualquier semilla somos seres enormes comparados con su tamaño.
Al transformarse en árboles llenos de fuerza, los seres humanos quedan pequeñitos ante la belleza que brinda la naturaleza.

Friday, October 10, 2008

MI ÚLTIMO REPORTAJE





Antes de su muerte Kaiko descubrió una bacteria en las fosas marítimas, en el lugar donde se bucea entre la vida y la muerte, dónde la luz se pierde para transformar en fantasmas a los pequeños seres habitan en el fondo del océano, allí donde todo se transforma, en el lugar preciso que la soledad atraviesa nuestros espíritus, para hacernos conocer la magnitud de la vida terrena.
La bacteria encontrada, fue depositada en una cápsula, pudo sobrevivir a los años, alimentándose con helio.
Los científicos comenzaron a manipularla con fines médicos y posteriormente para trascender individualmente, mostrando las miserias que se apoderan de aquellos que no tienen más objetivo que su propio triunfo.
Fue así que desafiando a la naturaleza surgieron los seres gigantes que con su poder destructor azotarían la tierra.
Seres torpes que a su paso sembraban el caos, las casa eran destruidas, los seres humanos temerosos trataban de alejarse.
Ni los propios científicos podían creer que habían sembrado el pánico.
Los seres colosales se habían apoderado de todos los espacios .
Cuando pensaron en la destrucción de esas criaturas enormes, era tarde.
En todos los lugares del planeta uno de ellos producía desorden nadie sabía como se reproducían estos humanoides, hasta transformarse en una plaga.
De aquel suceso solo quedó un sobreviviente, a él le estoy haciendo mi primer reportaje.
La emoción me embarga, el director del diario me ha prometido que saldrá en la portada de todas las ediciones del día.
Se apagan las luces del salón, el sonido se pierde, vibran las paredes, como una casa de papel comienzan a caerse.
En la penumbra observo un pié de tamaño inusitado, destruye todo.
Debajo de los escombros me espera la muerte, en ese instante pienso que es imposible desafiar a la naturaleza, las lágrimas bañan mi rostro, las imágenes de mi familia pasan por mi mente como si fuera una película.
Puedo recordar al amor de mi vida, a nuestros hijos, sola, con el último suspiro comprendo que he pagado muy cara esta primicia.

EL TERCER OJO





Shivá escucha el sonido de los tambores, sabe que traerán tragedia a su pueblo.
Buscará la respuesta a orillas del río Ganges o a su hermano el viento.
El tercer ojo que tiene en su frente le permite ver más allá de lo evidente.
Junto a la sabiduría, el don de la procreación también tiene el poder de la destrucción.
No quiere alertar a los suyos, por la noche partirá al norte de la India, llevará en esta expedición los asistentes de su confianza.
Cargan los víveres para sobrevivir durante los días que demande la misión.
Las noches inciertas son alumbradas por los destellos de la luna.
Mañana llegarán a destino.
Tablillas en el suelo le anuncian que encontrará seres de tamaño colosal, sabe que han venido a establecer un órden que no necesitan.
Ante el equipo expedicionario se presenta la sombra de Bahma, no pueden dar crédito a lo que observan sus ojos, un gigante que abrazando los árboles los arranca como si fueran pequeñas semillas.
El tamaño del ser supera todo lo imaginado, el andar cansino va dejando huellas en la tierra, aplastando plantas, hierbas y todo aquello que esté al ras del suelo.
Imposible intentar luchar cuerpo a cuerpo, los gigantes tienen demasiada fuerza.
Esperará que aparezca la primera estrella para desplegar su estrategia.
El resto de la expedición se entrega al descanso, con las primeras luces del día los asaltarán por sorpresa.
Pide a su asistente lo deje solo, así podrá desplegar su estrategia.
Concentra el poder de su mente, el tercer ojo destruirá a toda la raza de gigantes y sus genes.
En poco tiempo el sitio se convertirá en un vergel, renacerán las flores, los árboles volverán a ser el refugio de los pájaros y sus nidos.
Regresa al templo paradisíaco que lo alberga, Parvati su amorosa consorte lo espera, a ella le debe la vida, perpetuarán la historia de amor que los une engendrando a su tercer hijo.

EL PODER DE LA MÚSICA




Han pasado doscientos años de la muerte de Hirohito.
A los funerales celebrados en el palacio de Aoyama concurrieron reyes y princesas de todo el mundo.
Durante cinco días sus restos fueron venerados.
En un breve lapso de tiempo Nagako, la emperatriz, se dirigió a los aposentos del monarca fallecido, sabía que en el escritorio guardaba el testamento para la familia y directivas para la Isla de Japón, que tanto había amado en su vida.
Entre los sobres encontró imágenes de su casamiento, la fiesta había sido majestuosa, también estaban los retratos de sus hijos.
El legado de Hirohito fue respetado por sus sucesores.
Debía proteger a su nación de las invasiones futuras.
El deseo del monarca fue cumplido, construyeron una ciudad nueva, a la orilla del mar se levantarían gigantes de acero, para ser habitados por los que sobrevivieran a la cuarta guerra mundial.
La inauguración se llevó a cabo en el año 2217, los habitantes de la isla fueron migrando a otros lugares, el mar bañaba las costas desiertas.
Solo quedaba en un pueblo alejado, una familia que conservaba las tradiciones pese al temor que le infundían los esqueletos de acero, ellos prefirieron seguir como si nada hubiera cambiado.
En pequeñas porciones de tierra cultivaban la tierra, un espacio para los animales les permitiría vivir, el agua era provista por un río cristalino.
Nadie sabía que Shiori una bella niña era descendiente del monarca, nunca pudo acceder al reino por su condición de mujer.
Pese a la modernización y el paso de los años las tradiciones se conservaban intactas.
Sentada en la escalera de madera de su humilde casa, la niña cantaba antiguas canciones de amor.
Su voz angelada se elevaba a los cielos, el anciano emperador sonriente la escuchaba.
Alas imaginarias provocaban el ascenso, las estrellas doradas se convertían en notas musicales, de esa forma llegarían a todos los rincones del orbe.
No había gigantes capaces de anular el poder de la música.

Thursday, October 09, 2008

CARTA A MAMÁ




Querida mami:


El destino nos alejó circunstancialmente.
La distancia no es motivo que invalide la expresión de mi cariño infinito.
Me cuesta acostumbrarme a no sentir tu abrazo todos los días, pero cada caricia las tengo enrejadas en mi corazón.
En poco tiempo estaremos juntas, disfrutarás de tus nietos, unidas caminaremos por la playa de otro océano tan inmenso como el amor que nos prodigamos.
Vos me ensañaste a amar el mar, el color de los atardeceres, la luz que irradia el sol para entibiar nuestros espíritus.
Recuerdo que allí te conociste con papi sin imaginar que formarían la familia que hoy disfrutamos.
Mami te cuento un secreto, cuando nos comunicamos todos los días por teléfono o a través de la red, te digo que estoy resfriada, no es así soy presa del llanto por no tenerte cerca como quisiera, para abrazarte y besarte siempre.
La camarita de la compu funciona perfectamente, solo la doy vuelta para que no te entristezcas cuando me acosan las lágrimas.
No quiero que sientas mi ausencia, ambas sabemos que es temporal.
Pronto estaremos reunidas en algún lugar del mundo, alrededor de un fogón, asimilando experiencias.
Las dos sabemos que este destino fue el elegido para crecer con mi propia familia.
En un cofre guardo cada una de tus cartas, la casa está llena de portarretratos en algunos está tu imágen sola, en otras estás con papá, siempre sonriendo.
A mis hijos, tus amados nietos, les enseño todo aquello que aprendimos con mi hermana desde chiquitas, quiero que sean como vos, les transmito los valores que nos inculcaste.
¿Qué puedo decirte mami que no sepas?
Te quiero más que a mi vida, esa que hace unos años me regalaste.
Aún cuando la vida imponga distancias, estás en cada acto de mi existencia.
A tu llegada festejaremos el día de la madre, ignorando el almanaque, el día de la madre es todos los días del año.
El cariño inmenso no conoce los calendarios.
Mamá no llores, quiero ver tu sonrisa angelada, en poco tiempo estaremos juntas nuevamente, en ese instante podré demostrarte cuánto te quiero.
Sos única, la mejor mamá del mundo, solo quería decirte una vez más que te quiero mucho.

Tuesday, October 07, 2008

LLUVIA DE METEÓRITOS Y SUEÑOS




El haz de luz dio sobre su cabeza y la de todos los que estaban reunidos en Madagascar.
Se diluyó en unos instantes, sin embargo posibilitó que los asistentes abrieran las puertas del corazón para expresarse.
El calor tropical permitía pasar la noche amparados bajo el cielo, durante el día el calor era insoportable.
La humedad lograba que las flores tuvieran un color y tamaño pocas veces conocido.
Los matices verdes eran infinitos, solo quebrados por el color de las finas orquídeas silvestres que crecían solitarias entre sus ramas, alegrando con su belleza a quienes las observaran.
¿Cómo podía contener tanta hermosura una flor en soledad?
¿A quién le pedía alimento para que sus pétalos fueran frágiles y a la vez tener la fuerza que otorga la belleza?
Los científicos sabían que por la noche un meteorito surcaría el cielo africano.
Colocaron los telescopios en la playa para que los habitantes de la isla pudieran observar la majestuosidad de la estrella fugaz, pasarían muchos años para poder presenciar otro espectáculo brindado por el universo.
A medianoche el cielo se vistió de colores inesperados.
Desde lo alto a velocidad inimaginable descendía una lengua rojiza, algunos tomaron fotografías, otros filmaban el reglo de la naturaleza.
Muchos pensaron que algún asteroide lejano se desprendía de sus ropas luminosas para dejarlas car suavemente sobre la tierra.

Tal vez las Perséidas hubieran decido acercarse a la tierra.
Los enamorados pidieron por la eternidad del amor, los ancianos abrigaban los peores presagios, los más pequeños querían atesorar un trozo de esa luz parecida a una bengala.
Los científicos desmontaron los aparatos, debían seguir con su trabajo, cálculos matemáticos les permitían saber que el próximo evento se produciría dentro de muchos años, tal vez cuando Madagascar estuviera desierta, solo bañada por las olas de un mar inmenso.
El pueblo de la isla siguió en la playa.
La ciencia no les arrebataría la posibilidad de soñar.

Sunday, October 05, 2008

EL BARCO DE LOS SUEÑOS




Se descompuso el telégrafo de la lujosa embarcación durante más de diez horas no escucharían los reportes de la radio.
Pasarían horas de terror.
Gente de todas las clases sociales había abordado la nave, que se hallaba sutilmente dividida.
En el puerto todos despedían a sus familiares , participantes del viaje inaugural.
Los de menores recursos cargaban el equipaje sobre los hombros.
Autos suntuosos transportaban a damas y caballeros, ellas vestían largos atuendos coronados por sombreros y capelinas con moños o flores de color, ellos de impecable traje.
En menos de una hora la nave emprendería el primer viaje, a bordo llevaba los sueños de cada pasajero.
Historias diferentes, la misma ilusión.
La navegación había sido tranquila hasta ese momento, las fiestas se sucedían.
Esa noche William le entregaría a Diana el anillo de compromiso.
Por la tarde mientras ella utilizaba las instalaciones del gimnasio, Él en la sala de lectura planificaba la sorpresa.
Se reunirían por la noche en los salones de primera clase, degustarían una cena especial para la ocasión, en el momento del brindis intercambiarían las alianzas.
La vio bajar esbelta por la escalera, la baranda con columnas torneadas eran el marco perfecto para la belleza de esa mujer, su mujer.
La orquesta invitaba al baile, enfundados en trajes de gala parecían dos príncipes.
Diana lucía orgullosa el vestido de terciopelo y satén bordado en el talle, en el cuello un colgante terminado en una esmeralda, idénticos al color de los ojos de la joven, el cabello anudado, un broche ceñía las mechas que querían escaparse, Él vestía un elegante smokin.
A medianoche un estruendo sacudió la lujosa embarcación.
El capitán pidió calma, informando que habían chocado con un gran témpano, los botes alcanzarían para todos , los marineros los arrojaban a las frías aguas, debían protegerse del frío con las mantas que previamente habían repartido y alejarse del transatlántico que lentamente se hundía.
El iceberg majestuoso había dañado la embarcación.
El caos separó a la pareja, Diana subió a proa, pensaba encontrarse con su enamorado, la vida no tenía sentido sin él.
Pese a las advertencias lo esperaría allí en la parte más elevada del barco de los sueños.
Días después los encontraron abrazados en el fondo del mar, en otra vida continuaron amándose.

Saturday, October 04, 2008

EL RESCATE




El día soleado permitía las actividades en la playa.
Desde la costa madre e hija observaban los lujosos hoteles, esqueletos quietos que pronto recibirían el bullicio de los turistas.
Los jardineros renovaban la tierra de los canteros construidos con caracoles que el mar traía en su continuo juego, ellos contendrían la magia y el aroma de las flores.
Las mucamas arreglaban los pliegues de las cortinas, otros empleados se ocupaban de los demás detalles, esa noche arribaría al lugar el dueño de la cadena hotelera más importante de Sudamérica para inspeccionar las instalaciones, ante la inminente llegada de la temporada estival.
La pequeña jugaba en la arena bajo la atenta mirada de su madre, acercaba a su carita un caracol imaginando el rumor del océano.
Los surfistas mostraban sus destrezas cuerpos bronceados hacían equilibrio sobre las tablas.
Helenita miraba todo con asombro, la brisa movía los volados de su vestidito bordado, otorgándole un aspecto angelado.
Descalza caminó hasta la orilla, quería acercarse a esos muchachos para admirarlos, ignorando que sería arrastrada por la fuerza del agua.
Desesperada la madre se arrojó al mar, no veía a la niña, las tablas de los surfistas flotaban sobre las olas, se habían unido al rescate.
El sol majestuoso escondía sus rayos, el cielo se teñía de rosados y púrpuras .
Todos nadaban sin descanso, oraban para encontrar a la pequeña.
Los minutos se hacían interminables, parecían haberse detenido en el momento que la chiquita había desaparecido de la superficie acuosa.
Poseidón escuchó los ruegos, extendió sus manos imaginarias, en un instante Helenita emergería del agua.
Ilesa, presa del llanto abrazaba a su mamá.
Pocas veces el mar devolvía los ángeles a la playa.
Tenue el haz de luz se esfumaba.

RECUPERAR LA SONRISA




Irina desde pequeña se había destacado por su hermosura, la adolescencia daría paso a una mujer bellísima.
Era invitada a todas las fiestas que se organizaban en París, pese a ser el centro de todas las miradas masculinas, el amor se mostraba esquivo.
En la soledad de su departamento muchas veces se entregaba al alcohol, hasta que un día sus piernas no le respondieron y quedó tendida sobre la mullida alfombra.
Su mascota intentó despertarla, la lengua áspera del animal rozaba la cara de la muchacha, sin querer el perro comenzó a darle pequeños mordiscos, desesperado aumentó la fuerza de los mismos sin saber que el daño dejaría marcas profundas en la cara de su dueña.
El ulular de las sirenas quebró el silencio nocturno, León la siguió hasta la puerta del hospital, allí la esperaría.
El haz de luz estaba en la frente del cirujano, cuidadoso lavaba sus manos, se miraba en el espejo.

Ese hombre que le devolvía la serena imágen , en pocas horas figuraría en las primeras portadas de los diarios del mundo.

El quirófano estaba preparado, una asistente le sujetó el barbijo, pidió corrigieran el ángulo de la lámpara scialítica, en instantes traerían a la paciente.
Cambió con ella algunas palabras, asegurándole que todo saldría bien, mientras tanto la anestesia comenzaba a hacer efecto, la mirada azul de la joven se perdió en las tinieblas.

Observaba a la mujer dormida, pese a las heridas recibidas sus facciones delicadas dejaban adivinar su belleza.

Con precisión comenzó la reconstrucción de las heridas, optó por transplantar parte del rostro.
Era la primera vez que se realizaba una operación de esas características.

La intervención fue un éxito, la paciente despertó al día siguiente, el tratamiento sería largo tedioso, hasta recuperar todos los movimientos de los músculos faciales.

Han pasado dos años del accidente, Irina camina tranquila por las calles parisinas, la primavera estalla en mil colores, las flores regalan su fragancia.
Los árboles acompañan la colorida sinfonía vistiendo trajes verdes, los pájaros al atardecer regresan cantando a sus nidos.

León su fiel compañero labrador, se adelanta unos pasos, ha sufrido la ausencia prolongada de su dueña, sabe que nunca más intentará despertarla.

Ella después de mucho tiempo recuperó la sonrisa.

Friday, October 03, 2008

EL CASTING




Se había preparado para el casting, la voz cristalina y melodiosa le daban posibilidades de ganarlo.
En el camarín que le habían asignado todo eran preparativos, el amiente estaba profusamente iluminado, una asistente retocaba el maquillaje de la joven, otra arreglaba el cabello suelto dejándolo caer como un manto sobre los hombros, en pocos minutos estaría cantando.
Eligió un vestido largo bordado, los rayos láser formaban arabescos en el escenario.
El efecto de aquellos producía coloridos matices en las lentejuelas de su elegante atuendo.
Repasó la letra de su canción favorita, cada palabra le hacía recordar los momentos más bellos de su relación
Era semifinalista del concurso de canciones de los ochenta, el premio un viaje las Islas Fidji otra vez el marco exótico del lugar albergaría un gran amor.


“Bailar pegados es bailar,

igual que baila el mar con los delfines,

corazón con corazón, en un solo salón dos bailarines.”

No pudo concluir con el estribillo de la canción, la emoción quebró su voz.
Los asistentes y el jurado aplaudieron de pié.
Fué consagrada ganadora, en sus brazos un ramo de rosas, entre ellas los tickets del viaje.
Hoy se encuentran caminando por las islas soñadas, el paisaje fascinante atrapa a la pareja, entre arrecifes de corales, aguas transparentes dejan adivinar, cuando una y otra vez se entregan al amor, cómplices sonríen a la vida.
Comparten los sentimientos con la inmensidad del mar.
Delinean juntos el futuro, desde que se conocieron han sido inseparables.
Flores recién cortadas conforman una corona para los enamorados, la brisa marina acompaña las sensaciones avivándolas.
Concluido el viaje ocuparán la nueva casa.
Un haz de luz iluminará el sendero de amor eternamente.

OPERACIÓN ROSA PÚRPURA




El haz de luz dio sobre su cabeza, produciéndole la pérdida parcial de la visión.
Agudizó los otros sentidos para no sentirse tan desvalida.
¿Por qué la habían elegido a ella para semejante experimento?
Debía permanecer tranquila, un movimiento la llevaría a recorrer caminos no deseados, el miedo se apoderaba lentamente de su cuerpo, miles de brazos imaginarios la sostenían fuertemente, como si quisieran impedirle escapar..
Cruzó las manos sobre el pecho, el corazón latía con fuerza.
La respiración era dificultosa, trató de pensar en la familia que amorosamente había formado, reunidos en la casa de los sueños.
Esa que habían construido con amor cerca del mar, la misma a que l agregaban habitaciones a medida que llegaban los hijos.
Recordaba el jardín, los rosales en flor, los pensamientos alineados amalgamando colores, las enredaderas cansadas por el peso de las flores arqueaban sus ramas.
El silencio del sitio asustaba.
Una voz ronca anunció que había llegado el momento de la operación.
Tembloroso el cuerpo cayó hacia un costado, sintió que el alma se elevaba lentamente cuando le transferían información.
Exhausta se aferró a sus pensamientos, nadie podría borrarlos.
El alma de la joven mujer se elevó a los cielos, allí se reencontraría algún día con sus amores, la sonrisa de sus pequeños poblarían los espacios celestiales.
La habitación quedó en tinieblas, un grito aterrador laceraba la quietud.
El hombre de voz ronca encendió las luces.
No daba crédito a eso que se presentaba ante su mirada, todo había sido preparado minuciosamente,.
Como orfebres que trabajan las joyas habían elegido a la persona indicada, le quitaron descanso a los días, pensando que el éxito los coronaría.
Sobre el sillón solo encontraron la ropa de la muchacha, sobre ella una rosa color púrpura inundaba con su fragancia el salón.
El haz de luz comenzaba su ascenso hasta esfumarse.
La operación una vez más fracasó.

Wednesday, October 01, 2008

CARRERA DE PALABRAS




Sonríe feliz, mientras piensa en los rostros de los amigos imaginarios.

Hace un tiempo las letras se habían plegado a una huelga, estaba en un sitio al que amó desde que lo conoció, en aquel momento, sintió que todo se esfumaba.
No podía dejar de recordar que en ese espacio había aprendido a enhebrar las letras que conformarían un cuento.
A veces le escribía al amor, elegía paisajes lejanos donde la belleza de la naturaleza estallara quería hacer llegar a quienes la leyeran la fragancia de las flores, el vuelo de un pájaro regresando al nido para alimentar a sus crías, el rumor de las olas que danzaban su danza de antaño.

Extrañaba a sus amigos, miraba el contador de cuentos, el movimiento era casi imperceptible, igual confiaba.

El momento llegó sin anuncios previos, lentamente todos fueron ocupando los lugares de la casa.

Decidieron apagar el equipo de música, no había melodía más linda que la que ejecutaban los teclados.
Otra vez surgirían los cuentos, sostenidos por la imaginación sin límites, esa que desnuda el alma de quien escribe.
No buscaba reconocimiento, solo la caricia de un comentario que ensayaran sus amigos.

No importaba en qué lugar del planeta se encontraran, los ideales se mantenían intactos.

Imaginariamente realizó una lista, faltaban algunos invitados, confiada dirigió sus pasos a la playa, el mar siempre tenía respuestas para ella, inmenso contestaría a las dudas que inquietas se alojaban en su mente.

Sentada en la arena miraba el horizonte, recordaba los nombres, algunos tenían rostro, la distancia impedía que se fundieran en un abrazo fraterno.

Aparecieron varias gaviotas en la playa, en sus picos portaban cintas de colores.En ese instante supo que otra vez podía anudar los lazos que los unían.
La esperanza de reencontrarlos era una llama encendida que jamás se apagaba.

Pidió por los que no estaban, a gritos quería hacerles saber de su cariño.

Un viejo marino regresó de los cielos le dijo: No desesperes, todos los seres que hoy extrañas, que se han alejado por diferentes motivos llegarán en la próxima lancha.