Friday, February 29, 2008

PENSAMIENTOS Y DUDAS

Después de un largo noviazgo, con algunas interrupciones, Selene contrajo matrimonio hace pocos días.
Para la ocasión eligió un hermoso vestido blanco con detalles bordados en cristal ,de la cintura salían pliegues plisados formando la cola del vestido,la diseñadora la había ayudado con la elección del vestido que realzaba su delgadez provista de delicadas curvas, los hombros descubiertos, en el cabello solo una flor, no llevaría ramo de novia, había optado por un largo rosario de cuentas transparentes con pequeñas rosas rosadas, finas hojas de helecho plumoso atadas con cintas blancas.
Por la mañana su madre junto a una amiga ornamentó la pequeña capilla ubicada a cielo abierto en la mitad de un bosque.
Los bancos de madera rústica estaban embellecidos con pequeños ramos de flores silvestres.
A los pies del Cristo de tamaño natural dispusieron floreros que contenían azucenas y otros recipientes con follaje.
Al caer la tarde celebrarían el matrimonio.
Cuando el cielo adquirió tonos rosados y violáceos, ella llegó del brazo de su padre, Stella su amiga de toda la vida cantaba el Ave María para recibirlos, su voz prodigiosa se escuchaba en todos los rincones del bosque.
Al notar los ojos brillosos de su hija, el padre, apretó fuertemente su brazo, a pocos pasos, Él la esperaba con una sonrisa.
El sacerdote dio comienzo a la ceremonia, Selene no lo escuchaba, arrobada miraba al hombre de sus sueños, mientras los pensamientos revoloteaban en su cabeza.
¿Sería el hombre para compartir toda una vida juntos?.
¿Podría haberse despojado de los celos que a veces la llevaban al llanto?.
¿En tan poco tiempo un hombre puede cambiar? .
Las dudas le impedían seguir las palabras del cura, lo amaba intensamente, pero a la vez temía cuando se ponía violento y ella con paciencia lo tranquilizaba.
Intercambiaron alianzas, ante Dios se prometieron amor eterno, estarían unidos hasta que la muerte los separara.
Sintió el sabor de un delicado beso, allí las dudas se disiparon, ése sería el hombre que la acompañaría más allá de la vida.

Tuesday, February 26, 2008

TERCERA EDAD

Mi nombre es Manuel, detalle que tal vez no tenga demasiada importancia, pasé las siete décadas de vida, cuando enviudé decidí no ser una carga para mis hijos y me mudé a un geriátrico.
No estoy enfermo, me siento bien, mi nueva casa es un chalet de grandes dimensiones, rodeado de jardines con flores y árboles de muchas especies, allí durante algunas horas del día sacan a mis compañeros de hogar a tomar aire fresco acompañados de enfermeras, algunos están bien, otros utilizan sillas de ruedas, algunos están enfermos de soledad y eso les ha herido el alma, el psicólogo dice que difícilmente encuentren cura para sus males, se han entregado a vivir en un mundo sombrío, no hablan con nadie.
Mi habitación es espaciosa, la ventana mira al jardín, en las rejas traviesa creció una enredadera, al atardecer el perfume inunda mi cuarto.
Tengo un pequeño placard y en el escritorio que traje de mi vieja casa, orgullosa descansa una computadora portátil que me regaló mi nieto mayor.
Mi familia viene a visitarme muy seguido, todos quieren llevarme a sus casas, pero aquí encontré mi lugar en el mundo.
Me levanto temprano y camino bastante, me gusta hacerlo cuando todos están entregados al descanso, allí en soledad, recuerdo pasajes de mi vida, solo acompaña mi caminata el trino de los pájaros.
A media mañana, la directora de este sitio me permite salir a la calle, aprovecho ese tiempo para hacer diligencias para la residencia de jóvenes de la tercera edad, cuando vuelvo nos reunimos para almorzar.
Hoy no es día de visita, no obstante recibiré a un amigo, nos conocimos en un foro literario, Él escribe cuentos como otros participantes, cuando aprendí a utilizar este aparato comencé a leerlos, encontré verdaderos artistas que dejaban en sus textos parte de sus vivencias, eso me llevó a entablar una amistad virtual con Eugenio, casualmente el también vive en un geriátrico.
Esta mañana compré unas masas secas para compartir el té debajo de las plantas, le voy a pedir que se mude a este lugar, así estaré cerca de mi hermano, hasta que la vida nos diga que ha llegado la hora de partir, compartiremos todos los momentos.

Sunday, February 24, 2008

LA VIDA CONTINUA

Ese día festejaban las bodas de plata, veinticinco años de amor que crecía día a día, coronado por la llegada de dos hijos, formaban una hermosa familia.
Por la mañana renovarían los votos matrimoniales en la capilla cercana al lago, a la noche una cena con amigos.
Como siempre le llevó a Gracia, el desayuno a la habitación, en la bandeja jamás olvidaba poner una flor.
Le gustaba mirar a su mujer dormida, los años le habían agregado belleza, conservaba la misma figura de antaño, su cabellera revuelta descansaba en la almohada, finas hebras doradas parecían ser parte del bordado de la funda.
La despertó con un beso, a ella le pareció que era temprano, descorrió el cortinado para que entrara el sol a la habitación, recordándole que a las diez, los esperaban en la pequeña capilla.
Ella agradeció con un beso, las manos acariciaban la cara recién afeitada de su marido.
Vistió un traje de paño gris con finas rayas blancas, había logrado que el sastre le hiciera un traje igual al de su esposo.
De la mano cruzaron los jardines de la capilla, los bancos estaban arreglados con cintas y flores de colores, a su paso obsequiaban suaves fragancias.
En el altar el sacerdote les habló con cariño, intercambiaron nuevas alianzas, la sencilla ceremonia finalizó con un sentido aplauso de los presentes en el lugar.
Por la noche recibirían a los invitados en el amplio parque de la casa, las mesas estaban dispuestas en los laterales, en el centro la que ocuparían la pareja y sus hijos.
En el momento del brindis ella sintió un malestar, El la tomó entre sus brazos con desesperación, estaba pálida,intentaba tranquilizarla diciéndole cuanto la amaba,besaba su boca quería darle parte de su vida, a los en pocos minutos ella murió en los brazos de su marido.
Los días siguientes para Él fueron una tortura, no asimilaba la soledad.
Los muchachos se habían independizado, la casa le resultaba demasiado grande, poblada de amor y ausencias.
Los hijos le sugirieron que invirtiera su tiempo participando en algún foro, buscó varios, entró como lector a uno de cuentos y poesías, a la semana se encontraba participando en forma activa.
Pasados varios meses, se sintió atraído por los textos de una forista, decidieron seguir la comunicación por una vía más privada.
Ambos deseaban conocerse, se encontraron en un café, departieron varias horas, los encuentros se repetían, de a poco iba naciendo un sentimiento profundo, sereno.
Había llegado el momento de presentarle este amor a sus hijos, para ello organizó una cena en el departamento de ella.
Puntualmente llegaron los chicos con sus novias, en el momento de presentarlos les dijo, ella es Ángeles mi nueva compañera, nos conocimos en un foro, la vida continúa.

Saturday, February 23, 2008

ENCUENTRO EN LA RED

Nos conocimos en un foro, al principio nuestras peleas eran fuertes, ambos teníamos una concepción diferente de la vida, de lo cotidiano, pese a los enojos admirábamos la forma de escribir del otro.
Apurados terminábamos nuestras tareas diarias para encontrarnos en el espacio cibernético, a medianoche la magia producía los encuentros.
Comenzamos a chatear, el sabía que odiaba las conversaciones que se producen a través de la red sin embargo accedí a su pedido.
Pronto llegaría la primavera, las plantas renacían en cada brote, el clima invitaba al amor.
Preparábamos un ritual antes que se produjeran los encuentros, encendíamos velas, sahumerios para lograr un clima cálido.
Cada palabra se transformaba en caricias.
Ninguno de los dos se animaba a encender la cámara web, teníamos miedo que se acabara el encanto, desconfiada cubría la mía con cinta adhesiva.
El amor no conoce de tiempos, ninguno de los dos decía dónde vivía, tal vez estuviéramos cerca o lejos, solo queríamos manifestar los sentimientos a través de las computadoras.
Misteriosamente todas las mañanas aparecía una flor sobre mi escritorio, mis compañeros de oficina ignoraban la procedencia, desde el florero parecía que los pétalos perfumados querían decirme algo, solo pensaba en él, cuando la fragancia de ellas me llevaba a soñar.
No podíamos dejar pasar más tiempo, el sentimiento que nos unía crecía día a día, decidimos conocernos.
A partir de ese instante comenzamos a delinear de a dos nuestros destinos.
Unimos nuestros mundos, por fin podía sentir sus abrazos rodeando mi cuerpo, amorosamente su boca buscaba mi cuello, las palabras susurradas al oído me hacían viajar con el pensamiento, regresaba a sus labios una y otra vez.
Caminamos por la orilla de un lago, el crepúsculo sería nuestro cómplice, al caer la tarde sobre la arena solo había una silueta de fuego.
Esta noche entraré a la iglesia del brazo de mi padre, en el altar el hombre de mi vida me espera para siempre con una sonrisa.

Friday, February 22, 2008

VACACIONES INOLVIDABLES

La mañana se presentaba límpida, el sol acariciaba las hojas del otoño, una suave brisa comenzaba a mostrar la desnudez de los árboles, le divertía ver dos ejemplares que entrelazaban sus ramas como queriendo abrazarse, corrió las cortinas, desanudó su bata y se entregó a la caricia del agua.
La radio informaba que los pilotos de una aerolínea había levantado la medida de fuerza, por suerte ella había optado por viajar con otra compañía.
Un café la acompañaba mientras leía los correos que esperaban en la bandeja de entrada.
Consultó el reloj, tenía tiempo de maquillarse, un poco de rubor, algo de rímel para realzar las pestañas y brillo para los labios.
Sujetó los cabellos con una hebilla, un rulo inquieto jugaba en la frente, jean, camisa y zapatos de taco bajo, completaría el atuendo con una campera de cuero.
Un remise la llevaría a Ezeiza, todo estaba en órden, en el bolso de mano cargó la máquina fotográfica.
Se encontraba volando hacia el Caribe, su compañera de asiento era una señora elegante, su voz agradable, a medida que charlaban, le parecía conocerla desde siempre.
Hablaron durante todo el viaje.
En minutos llegarían al aeropuerto caribeño, las dos reían pensando en los días por venir.
Quiso la casualidad que se alojaran en el mismo hotel, a partir de allí nació una amistad inseparable, compartían todas las excursiones, más que dos amigas parecían hermanas.
Ambas conocieron en ese viaje a los amores de sus vidas, las parejas se deleitaban observando el color turquesa de las aguas.
Por las tardes se reunían en la terraza del hotel, bebían refrescos tropicales , escuchaban música o simplemente admiraban el paisaje.
Nos conocimos en un foro, el destino nos reunió en estas vacaciones inolvidables.

Thursday, February 21, 2008

UN VIAJE

Amigo, más de una vez recibí tu sabio consejo, eres incondicional.
EL puerto de la vida tiene todos los sabores, dulce cuando las aguas están planchadas asemejando un espejo, en el que pueden reflejarse los rayos del sol que muestra la mitad de su cara sobre la transparencia del agua.Otras veces nos queda un sabor amargo, de cada uno de nosotros depende que dure un momento.
Hoy estás al frente del timón de tu vida, tal vez navegues aguas tranquilas, también es posible que se desate una tormenta que agite el océano logrando que las olas encrespadas acaricien tu nave.
Detrás de la espuma que va dejando tu barco, cientos de gaviotas te acompañan en este viaje que la vida quiere lo hagas en soledad.
Tenés sabiduría, solo te pido que recuerdes los momentos más felices de tu vida, sabés que anidan en tu corazón cansado, quiera Dios que no bajes los brazos, el sendero de la vida tiene muchas tormentas, para un conocedor del mar será fácil luchar con ellas.
Cada mañana al observar la brújula que te guía encontrarás tu derrotero, te indicará el camino para llevarte al puerto que elijas, aceptaremos cualquier decisión del destino.
Mira las islas que están cerca de la embarcación, allí estamos todos.
En ésa que estás mirando ahora, hay una pequeña capilla de madera, los bancos rústicos están adornados con orquídeas de suaves colores, iluminan el altar velas blancas que no extinguirán su luz, el canto de un ser alado trae las emociones.
Inca el ancla en la arena, seguiremos esperando al amigo sincero.
Si decides seguir a otra isla que solo vos conocés, no dudes que en algún momento estaremos todos reunidos para continuar el viaje y alcanzarte.

Monday, February 18, 2008

ELLA Y EL ASCENSOR

El gerente de una conocida compañía de ascensores, está supervisando el envió de varios containers con sus productos, esta vez fueron requeridos de una lejana ciudad de Oriente.
Ella viajará como representante de la firma con el propósito de efectuar la entrega y asesorar a sus nuevos clientes.
La idea de la casa central es expandirse en esa región del planeta.
Está contenta, el viaje servirá para llevar al olvido una relación siniestra que la mantenía en Argentina.
Días antes compró varias chalinas, que utilizará como shador en el país que la espera, delante del espejo los prueba, no está mal cubrirse la cabeza, elige uno de seda azul como sus ojos, las estrellas que lo adornar le recordarán a las nuevas que verá colgadas del cielo, son las mismas que aquí acompañaron sus noches de amor, la diferencia la marcan los kilómetros de distancia.
A bordo de la nave que la llevará a destino con su carga, deja sus pertenencias en un camarote, esa noche la tormenta se hiso presente, decidió bajar a la bodega del barco para controlar la carga.
Aparentemente todo está en órden, sin embargo uno de los embalajes que contiene los aparatos ejecuta movimientos, creería que habla.
El elevador desata las cintas de acero que rodean los cartones del envío.
Sabía que los aparatos tenían música que indicaba la llegada a cada piso, pero ella escucha una voz que la embriaga.Se acerca, con un pinza corta el resto de las cintas de acero que sujetan los prolijos cartones.
En ese instante el elevador se ubica en posición vertical, como si fueran brazos imaginarios abre sus puertas, la invita a entrar.
Como una autómata obedece.
Hace calor, se quita el piloto desata su cabello, la musculosa blanca se adhiere a su cuerpo, las paredes metálicas le susurran al oído, le hablan de una vida posible alejada de todo aquello que la daña.
Abraza jadeando las paredes metálicas, siente que es poseída, un momento de lucidez le indica que no es posible, prefiere seguir en ese estado de placer infinito.
El ascensor le murmura al oído palabras de amor, promesas de una vida diferente, se deja llevar, nunca se había sentido tan bien.
Mañana el envío llegará al puerto de oriente, los controladores verifican que la carga esté completa.
No coincide con los remitos, falta un elevador, buscan infructuosamente a la representante de la firma, no la encuentran.
Después de varias negociaciones y una fuerte rebaja en los precios, deciden aceptar el containers.
El misterio parece revelarse en la playa, dos cuerpos desnudos, acunados por la danza de las olas, dan rienda suelta a sus sentimientos.

Friday, February 15, 2008

RESCATE

Mamá como todos los días me mandó a comprar las facturas para el desayuno.
Me vistió con un vestidito rosa con florcitas multicolores.
Me dio miles de recomendaciones, esas que dan las mamás, no le contestes a extraños, no pierdas el vuelto, papi trabaja mucho, las horas extras se cortaron, por suerte consiguió otro trabajo por la tarde.
Mami no trabaja la despidieron cuando se enfermó mi hermano, igual somos una familia feliz.
Llamo al ascensor, no quiero bajar diez pisos por la escalera, saludo a mi vecina del “B”, ellas nos trae dulces, está siempre solita, sus hijos se fueron a buscar fortuna a otros lugares del planeta.
Aprieto mi puño izquierdo, mamá envolvió monedas con los billetes arrugados de dos pesos, si los perdiera significaría un dulce menos para mis hermanitos.
El ascensor no viene, sin embargo el indicador rojo dice que está allí, creo ver las rejas, abro la puerta.
Comienza la oscuridad, los caños de acero me lastiman las piernas, mi vestido está enredado en ellos, tengo miedo, no hay luz, me aferro a los tirantes, mis manos sangran, tengo miedo.
¿Se acordará mi mamá que la quiero? ¿Mis muñecas extrañaran mis caricias?
El tiempo es eterno, sigo sostenida con los jirones de mi ropa.
Recuerdo las clases de catecismo, no soy una alumna brillante, pero decido rezar pidiendo que me saquen de allí, ruego para que nadie decida bajar, sobre el balancín que está en el subsuelo quedaría aplastada.
Diosito escúchame soy una niña, a veces no me porto del todo bien, no hago los deberes, prefiero jugar con las muñecas, ver los dibujitos, mami me reta, pero terminamos riendo de nuestras travesuras.
Cada vez está más oscuro, aferrada a los caños recuerdo.
Siento voces, el miedo me paraliza.
¿Papá me querés?.
Vení a buscarme, sos mi ídolo.
Se escucha el ulular de las sirenas, los reconozco, son los bomberos.
El vestido está hecho jirones, pero me sostiene.
Lloro, el tiempo parece haberse detenido, el ruido de los martillos me acompaña, la visión es escasa, mis manos pierden fuerzas, en el momento que mi cuerpo va a chocar con el balancín del ascensor, un bombero me salva.
Los vecinos aplauden, mamá ríe y llora, me toma entre sus brazos, ese hombre anónimo me salvo de morir aplastada, acompaño las lágrimas de mami, siento su abrazo, el destino me enseña a vivir nuevamente.

EL ASCENSOR DE CRISTAL

El edificio estaba construido frente a la playa, todos los pisos miraban al mar.
Dotados de cuatro ascensores, dos tradicionales, otro de mayor velocidad y el último un poco más alejado de los primeros tenía las paredes de cristal.
Ella había comprado un amplio departamento en el piso veinticinco, estacionó la camioneta y caminó por los jardines que circundaban la propiedad, en ese momento el encargado estaba regando las plantas, los pétalos de las flores eran movidos por las gotas de agua, ellas reaccionaban obsequiando, aromas y colores.
Esta vez optó por uno de los ascensores tradicionales, al de cristal lo estaban ornamentando para un evento.
A medida que ascendía, recordaba a quienes tenía que llamar para finalizar la decoración del departamento, sabía que las mullidas alfombras estaban colocadas.
El empleado de la mueblería le confirmó que antes del mediodía llegaría el mobiliario, por suerte el teléfono de línea ya estaba conectado.
Sacó de su cartera una hebilla para sostener sus ensortijados cabellos, un número rojo le indicaba en que piso estaba.
Divertida observaba cuando se abrían las puertas del ascensor para que subieran otros habitantes, en cada piso imaginaba una historia diferente.
El olor a pintura fresca se sentía por todos los rincones.
Recibió un mensaje de texto, no lo respondería ahora, en el piso quince subió un joven de piel morena, la mirada del color del mar logró hacerle sentir algo que antes no había experimentado, solo quería llegar a su casa, a punto de cerrarse las puertas del ascensor, el muchacho que había perturbado sus pensamientos decidió no continuar el ascenso.
Faltaba poco para llegar a su departamento.
Los pisos de mármol relucientes igual que los pasamanos de bronce de las escaleras, todo era cálido, buscó las llaves, estaban en el fondo de la cartera, grande fué su sorpresa al encontrar en la puerta de entrada un ramo de flores, mezcladas con especies silvestres, majestuosas se mostraban las rosas.
Ingresó a la unidad que había comprado, en el arreglo floral había una tarjeta, le daban la bienvenida y le sugerían que al bajar utilizara el ascensor de cristal.
Su madre había dispuesto la colocación de los cortinados, sabiendo que a su hija le gustaban las plantas, en el balcón encontró varias especies, sonrió feliz recordándola, siempre pendiente de ella.
El llamador anunció la llegada de los muebles, los empleados acomodaron los mismos según el gusto de la dueña.
Al caer la tarde ella disfrutaba de su nueva casa, por primera vez viviría sola, comenzaría a caminar por la vida alejada de los ojos de sus seres queridos.
Las flores descansaban en un florero cerca del ventanal, sobre la playa las olas danzaban, estaba feliz, cambió su jean por un vestido sencillo que realzaba sus curvas, en ese instante recordó que debía bajar por el ascensor de cristal.
Estaba adornado con follajes verdes que acariciaban los cristales, la fragancia de las flores la llevaba a soñar, oprimió planta baja.
Nuevamente el ascensor se detuvo en el piso quince, allí lo abordó el mismo jóven que había visto por la mañana, el flechazo fué mutuo, se dejaron llevar por las sensaciones.
Él había ordenado los arreglos de esa jaula de cristal, un oportuno corte de luz los dejó en un entrepiso, allí comenzaría otra historia de amor.

Thursday, February 14, 2008

LA TORMENTA

El cielo amenazaba, el color celeste había mutado a gris plomizo, las gotas de agua dejaban huella en la arena.
El viento despiadado derribaba todo a su paso.
Saetas violetas surcaban el cielo, las olas se elevaban majestuosas, tallaban las piedras de la playa, querían desgastarlas, hasta disgregarlas y convertirlas en moléculas que regresaran al fondo del mar.
En la cueva cercana al bosque tres niños protegían sus cuencos, allí llevaban alimento para los soldados que custodiaban la ciudad sitiada.
Bajaron los fusiles que horas antes apuntaban las nubes, los dejaron sobre la arena,.
Los niños estaban asustados, no sabían si el ruido provenía del cielo o era una ráfaga de metralletas.
Aisha, con sus manitos intentaba secar su sombrero cubierto de flores frescas, algunas estaban destruídas por la acción del agua, otras eran recuperables.
Un pañuelo cubría sus largos cabellos, estaba mojado, allí nadie la vería, no le importaba contravenir las creencias de los más grandes, lo desplegó sobre una piedra, asombrada miraba las estrellas que dibujaban ese shador que estaba obligada a utilizar en público, eran iguales a las que contemplaba lejanas, colgadas como brillantes en el espacio.
El cabello renegrido cual cascada acariciaba la espalda de la niña.Mientras esperaba el fin de la tormenta para recibir el abrazo de los que tienen amor a su lado y no están solos, con una piedra dibujaba el suelo de la cueva.
Allí surgió una paloma, en su pico llevaba una rama de laurel, símbolo de la paz eterna.
Los soldados no hablaban el mismo idioma, al ver el dibujo de la inocente, comprendieron que deberían deponer sus armas, para liberar los pensamientos.
Afuera había renacido la calma, los árboles que circundaban el escondite estaban vestidos con gotas de agua, el océano parecía un espejo .
Juntos pese a las diferencias, decidieron unirse, los soldados llevaban a los niños sobre los hombros.
El camino a recorrer era extenso, sortearían todos los obstáculos, intercambiarían cocimientos.
En su carrera a una vida digna, Aisha, olvidó el sombrero con flores.
No regresó a buscarlo, quien lo encontrara sería capaz de hallar el camino de la paz duradera, alejados de los rencores, enterrando en el mar profundo los resentimientos.

Tuesday, February 12, 2008

FLORES EN EL PARAÍSO

Nacen en forma silvestre, ornamentan cuidados jardines, otras en fila esperan dar sus frutos en los viveros.
Cada una se identifica con un nombre, según su apariencia, fragancia, todas son un estallido de aroma y colores.
Ninguna conoce su destino final, algunas serán ofrenda en las iglesias, otras acompañarán la partida de los muertos.
Ella fabrica ramos de novia, sabe que cada uno será diferente, acomodará rosas blancas, agregará miosotis y hojas verdes sujetados con cintas rosas, serán sostenidas por una mano temblorosa de emoción al acercarse la ceremonia que la unirá para siempre ante su amor de toda la vida.
Hoy contraerá matrimonio su amiga de mucho tiempo, la ceremonia será junto al mar.
Sabe que no quiere llevar el ramo tradicional, será reemplazado por un rosario de cuentas de cristal, la luz del sol reflejará en ellas los colores del arcoíris, pensando en ese detalle prepara un tocado de flores multicolores, con él se verá diferente.
El mar deja su estela espumosa en la orilla, la brisa suave trae los sonidos del océano, jugando las primeras estrellas se cuelgan en el firmamento, el altar está sobre la arena, adornado por las mismas flores que tiene el tocado, sus hermanos de corta edad están ataviados con coloridas túnicas, en sus cuencos de plata llevan los anillos y pétalos de flores que indicarán el camino de los novios.
Todo transcurre con normalidad hasta que aparecen tres uniformados, los rostros cubiertos por pasamontañas, los fusiles no apuntan al cielo, el blanco son ellos.
En el instante que terminan de intercambiar las alianzas, disparos certeros, quiebran la vida de la pareja y sus invitados.
La arena dorada ahora está salpicada de rojo, el cielo se cierra, la lluvia humedece los cuerpos inertes, en ese instante ellos estaban tomados de la mano, pese al dolor, en sus rostros quedó dibujada la mueca de una sonrisa.
Seres alados los transportan lejos, saben que en el paraíso ese amor renacerá nuevamente.

Monday, February 11, 2008

EN BÚSQUEDA DE LA LIBERTAD

Desde la muerte de su esposa Halim, se había entregado a la bebida, los tres hijos mayores del matrimonio, ataviados con túnicas naranjas y marrones,descalzos caminaban por la playa vendiendo cuencos de barro.
Aisha la pequeña de diez años era la encargada de las tareas de la casa, construida con ladrillos de adobe, para la niña era como un palacio, sobre las mesas estaban las carpetas que había tejido la madre, cerca de su cama,en el ropero escondía el sombrero de paño marrón, adornado con flores multicolores y varas de muguet que la madre utilizara cuando se casó con su padre.
Todos hablaban de ella tenía una belleza exótica, Aisha la conocía por fotos, la mujer había muerto al dar a luz a su hija, la nena había heredado la mirada de su madre.
Finalizada las labores de la casa, se ocupaba de darles de comer a los animales, algunas gallinas, dos cerdos,también debía llevar a pastar a las mulas.
Cuando los hermanos regresaban de vender los cuencos, ella tenía listo el almuerzo.
Con violencia el padre les quitaba las monedas conseguidas, salía a comprar vino y licores.
Pasado un rato entre los cuatro chicos acomodaban al padre en un camastro para que durmiera.
Los vecinos de la aldea ayudaban a los chicos, le habían ofrecido a Halim hacerse cargo de la niña, para él sería más fácil, convivir con los varones.
Se opuso con fiereza.
Los días transcurrían sin grandes cambios, adicto al alcohol castigaba a los hijos cuando las ventas disminuían.
Una tarde de invierno apareció Samir, hombre de dinero, residente de otro poblado bastante lejano, conocedor de los gustos de su amigo, de las alforjas que llevaban las mulas sacó un fajo de dinero, sería para él si le vendía a su hija, agregaría dos mulas y sacos de maíz.
No le importaba la edad de Aisha, apenas una niña que lo miraba horrorizada, cuando todas las niñas juegan, ella debía casarse con un hombre al que aborrecíaPrepararon el viaje, cargaron las mulas con alimentos y abrigo.
Debían cruzar la montaña para llegar a la casa de Samir, el frío helado dejaba marcados los rostros de los viajeros, la pequeña lloraba asida al paquete que contenía el sombrero con flores.
Faltaba poco para cruzar la frontera, en ese espacio la vegetación contrastaba con la dureza de las piedras, ataron las mulas, se dispusieron a comer, el hombre intentaba acariciar a la niña, esta lo rechazaba con lágrimas en los ojos, le recordaba a su padre, bebía licor sin descanso, en un descuido de Samir, mareado por la bebida, Aisha tomó el paquete que la había acompañado durante el viaje, comenzó a correr.
Cruzó la frontera para alejarse, tres hombres armados apuntando sus fusiles al cielo, cubrían su huída.
Del otro lado la niña comenzaría una nueva vida.

Friday, February 08, 2008

NABILA

Ellos, desembarcaron en la costa al amanecer, no podían detenerse a observar el espectáculo que brindaba la naturaleza, el sol despertándose en las aguas, éstas inquietas dejando su estela espumosa en la arena.
Vestían uniformes tan oscuros como las órdenes que debían cumplir.Tomar el poblado al anochecer.
Tres hermanitos vestidos con túnicas anaranjadas, paseaban por la playa, se acercaron a los hombres armados, para ofrecerles agua fresca contenida en vasijas que portaban en sus manos.
Esos pequeños no conocían el horror que sobrevendría cuando cayera la tarde.
El cielo fue surcado por aviones, la carga era suficiente para destruir el pueblo.
El piloto se comunicaba con los hombres que ahora estaban ingresando a un monte para mimetizarse con las especies del lugar.
Esta vez la noche en su misterio estaría acompañada por el terror.
El ulular de una sirena daba comienzo a la lucha sangrienta.
Nabila, alcanzó a esconderse antes del estallido de la primera bomba, asustada lloraba silenciosamente.
Intentó descansar, el refugio era frío, ella no lo sentía, el ruido de los disparos la atemorizaba.
Temblaba la tierra.
El olor a pólvora invadía todos los espacios, columnas de humo se elevaban al cielo, confundiéndose con las luces de los explosivos.
El amanecer trajo silencio, la niña se dirigió al bosque cercano a la playa,conocía la cercanía de un espejo de agua, allí saciaría su sed, con agua clara intentaría borrar la experiencia vivida.
En ese sitio había un vestigio de paz.
Inocente cortó varías flores, no tenía noción de la hora, el instinto le decía que debía regresar al refugio.
Presa del llanto, pensaba en su familia, hacía días que no los veía, extrañaba los abrazos de su mamá, las peleas infinitas con sus hermanitos por un dulce trofeo, la voz serena de su papá, creía escucharlos, miraba a su alrededor,estaba sola.
Nabila esperó las luces del día, en ese momento no habría bombardeos y podría regresar a su casa a reunirse con la familia.
Acomodó las flores en su sombrero, caminó unos metros, sus piecitos chocaban con cuerpos inertes, la arena se había teñido de sangre, el desastre tenía fragancia a desamparo.
Se detuvo en la playa, observaba el resultado de la tragedia, los ojos negros como el azabache, miraban al enemigo armado, en ese instante el hombre que cumplía su misión se sintió pequeño ante la mirada inquisidora de la niña.
Como ella,ansiaba que ésa fuera la última guerra.

Tuesday, February 05, 2008

LA CALESITA

Andrés seguía la tradición familiar, era calesitero.
El abuelo la había ubicado en lo que posteriormente sería una plaza de un barrio de Buenos Aires.
Cuando el era pequeño, el anciano le contaba historias, antes las calesitas no tenían motor, las hacía girar la fuerza de un caballo.
Pasaron los años, Andrés , había heredado esa calesita, los terrenos lindantes se habían convertido en una plaza.
En los bancos de piedra por las mañanas los más viejitos buscaban la sombra de añosos árboles.
Cuando caía el sol los jóvenes paseaban tomados de la mano, mostraban amores nacientes a quienes quisieran observarlos.
De los cuidados canteros, alguno cortaba una flor para regalar a su amada.
Andrés es un hombre bueno, adora a los chicos, muchas veces dejaba entrar a los más carecientes, sin cobrarles boleto.
Con esfuerzo y trabajo agiornó la calesita, renovó la pintura de todos los juegos, agregó otros más modernos.
Era feliz regalando la sortija que otorgaba otra vuelta.
Los caballitos , color de cielo subían y bajaban, parecía que lo hacían al son de la música.
La risa de los pequeños hacía inaudibles las canciones.
Todos festejaban.
Cuando en el cielo esplendorosas, se colgaban las estrellas, Andrés terminaba su jornada.
Bajaba la lona que protegía la calesita, cerraba con candado la puerta de alambre.
En la casa lo esperaba el amor de su mujer, en el moisés descansaba el fruto del amor, aún no conocía de los malestares del mundo moderno.
Esa noche Andrés no podía conciliar el sueño, estaba inquieto, bajó el aire acondicionado, tapó con las sábanas al pequeño y a su mujer.
Caminó silencioso, las diez cuadras que lo separaban de la plaza.
Un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir las sirenas de los bomberos que se acercaban al lugar.
Cuando llegó, todo era cenizas, preguntó a los que presenciaban el incendio si alguien había visto algo, por respuesta solo recibió silencio.
El trabajo de años, quedó reducido a nada.
Otra vez los vándalos habían dejado su marca, los sueños de los niños convertidos en cenizas.
El silbido del viento las elevaba con rumbo incierto.
Mañana no habría risas en la plaza, los niños no entienden las conductas de los hombres, solo se preguntarán ¿Por qué?

Saturday, February 02, 2008

LAS SANDALIAS

Marcia, estaba por mandar unas cajas a las zonas afectadas por los desastres naturales y los que produce el hombre en cualquier lugar del planeta.
Sabía que Maybé, pronto cumpliría años, en una encomienda más pequeña puso un par de sandalias para su amiga.
Ésta, estaba acostumbrada a caminar descalza, sintiendo la sensación de la tierra en sus pies, no le importaba si estaba mojada por el rocío nocturno o debía pisar la aridez de la arena dorada.
Las había comprado en un shoping de renombre, mientras armaba la encomienda para que llegaran en buenas condiciones, observó que en el fondo de la caja había un instructivo, escrito en castellano e inglés, idiomas que su amiga no dominaba .
Buscando el lado práctico de las cosas, solo le enviaría un resumen para utilizarlas.
No podía creer que para calzarse los zapatos casi debería hacer una especie de curso.
El cuero con el que estaban confeccionadas no debería ser expuesto a altas o bajas temperaturas a fin de conservar su plasticidad.
Las tapitas de los tacos eran de un material especial que permitiría a quien los usara, flotar asida a los sueños.
¿Qué sabían los fabricantes de las sensaciones de una persona que vive tan lejos?
Leyó todo el instructivo para ver de qué se trataba.
Tomó una pequeña hoja de papel en la que previamente había pintado con acuarelas paisajes de su tierra, de esa forma Maybé conocería un poco más de estos lugares lejanos.
Con trazos seguros escribió una sencilla esquela:
“Amiga disfruta de este calzado, sé que en el lugar que resides no dejan entrar ciertas exportaciones que consideran un lujo.
No hagas caso, hoy es tu cumpleaños, vístete con esa túnica blanca que me contaste, si, la que tiene en su escote bordados dorados, anuda las cintas en el contorno de tus piernas, parecerás una diosa pagana.
Entra al salón del brazo de tu amado Demián.
Por un momento olvida todo, esa será tu noche, si te lo propones podrás concretar cada uno de tus sueños.
Vive intensamente cada minuto sin importar el mañana, te quiere

Marcia.

Maybé admiraba las sandalias que su amiga le había enviado desde tierras lejanas.
Solo para él las luciría, la túnica dejaba ver sus piernas bronceadas, las cintas de las sandalias terminaban en sus rodillas.
Caminaba segura al encuentro de su enamorado, esa noche sería inolvidable, le sucederían otras de amor y pasión.
Descalza abrazó al hombre que la acompañaría para siempre, las sandalias habían unido cuerpos y almas, más allá de todos los tiempos.

Friday, February 01, 2008

ZAPATITOS PARA BEBÉS

Estos zapatitos para niños de cero a dos años son fabricados en Japón, la patria del sol naciente.
Mamás, abuelitas, no duden en comprar este calzado para sus niños, les permitirá ahorrar tiempo tan escaso en estos días modernos, para ello les aconsejamos lean detenidamente el instructivo.
Mamis, abuelitas, estos zapatitos tienen varias particularidades.
Han sido confeccionados en badana, en la capellada tienen una carita.
Cada dibujo que contiene el rostro, fue dotado de sensores.
Calce el zapatito a su bebé, oprima suavemente el ojo izquierdo de la muñeca, la música que Usted escucha es para que el pequeño duerma varias horas , permitiendo a la madre concurrir al salón de belleza o al lugar que prefiera.
No toque el ojo derecho, ese sensor se activa solo, sucede cuando el niño ensucia los pañales.
¡Deténgase!
No es necesario que Usted haga nada, de la pupila saldrá un pequeño robot, será el encargado de cambiar al niño evitando que se escalde.
El robot contiene en su interior, toallitas perfumadas para limpiar al bebé.
Deposité al chiquilín en la cuna sin sacarle los zapatos, observará que el angelito duerme.
El niño crecerá como lo hacen todos, no tire los zapatos, solo basta que suavemente toque el diente derecho de la muñequita, para que ellos se agranden hasta llegar a la medida del piecito de su niño.
Tampoco deberá preocuparse por bañar a su hijo, no le quite ,los zapatos, son a prueba de agua.
El robot lo acercará a la pileta, bañera o lo que el niño tenga para recibir su baño.
Los sensores de las cejas se utilizarán para preparar la papilla del niño, cambiarlo y depositarlo en la cuna para que descanse.
Todo fue pensado para que estos zapatitos le permitan a la madre disfrutar de la vida, ir al gimnasio y sentirse como si el bebito no existiera.
Jamás se ensuciará sus cuidadas manos.
Es simple, no hay posibilidad de equivocarse.
Si estuviera cansada de la lectura y necesitara criar de la forma tradicional a su niño, toque la nariz de la muñeca de la capellada, automáticamente se abrirán las ventanas de su departamento y podrá tirarlos a la calle.
De elegir la última opción, le regresaremos vuestro dinero, solo tendrá que ponerse en contacto con nuestra casa central de Tokio, previamente deberá consultar los husos horarios, no le insumirá mucho tiempo.
En perfecto castellano una operadora robotizada contestará a su requerimiento “Señora lamentamos que Usted haya arrojado los zapatos con sensores por la ventana.
En la plantilla de los mismos, de haberlos conservado, tenía tratamiento gratuito con un psiquiatra para lograr que Usted mamita regresara a la normalidad.
No recibirá contra reembolso el dinero por Usted pagado, ese fué el costo de intentar utilizar zapatos tan exóticos para su niño.

Made in Japan 2007