Tuesday, December 28, 2010

NOCHE MÁGICA




No falta nada para que termine el año.
Tiempo de balances.
Tiempo de alquimistas que puedan separar lo bueno de aquello que no fue tanto.
Tiempo de recuerdos que han dejado huellas en el alma.
Tiempo de recordar los rostros de los seres amados, los que están y los que han partido.
Tiempo de ansiedad ante lo desconocido.
Tiempo que espera no sea de amarguras.
Pasado reciente en el que cayeron lentamente las máscaras mostrando en una desnudez perversa a todos los que dedicaron lo valioso del tiempo que no se recupera a olvidarse de la esencia humana.
Tiene la suerte de haber acortado distancias y tener a su lado a todas las personas que ama.
Piensa en la noche clara del sitio que hace años habita.
La mesa larga estará presidida por los mayores, revivirán anécdotas mientras degustan las exquisiteces que se han preparado en los días previos para que todos estén juntos.
La vajilla heredada lucirá primorosa sobre el mantel bordado.
Hojas de muérdago intentarán en vano abrazar los platos.
Alineadas las copas de cristal ofrecerán finos y coloridos destellos.
Rojo el vino espera el momento del primer brindis.
La familia observa el paisaje sureño a través del ventanal.
Travieso el sol tarda en darle paso a la luna, no quiere que se encienda la primera estrella, es el astro, como tal será el último en despedirse hasta el próximo año.
Cielos celestes como el océano tan cercano, tanto que pueden sentir el aroma a sal que dibujará con su estela frágil la dorada arena.
Pinceladas rosas y púrpuras tiñen el cielo.
Altivo el cerro conserva en su cúspide la blancura magnífica de la nieve.
Tiempo preciso para que en escena aparezca ella con su vestido plateado ocultando en sus formas grises que hace pocos días tuvo un romance con el sol y la tierra.
Esplendorosa se reflejará en las aguas profundas.
Duendes imaginarios despedirán la noche vieja.
Gaviotas perdidas regresarán a los nidos.
Comienza la cuenta regresiva.
La emoción embarga a todos.
Imposible reprimir las lágrimas que nacen en el lugar de los recuerdos.
Las copas chocan celebrando la llegada del nuevo año.
A ti que compartiste tantos años acompañando mi pluma quiero que sepas que te recordaré en esa noche mágica.

http://www.youtube.com/watch?v=xaaiwLhehss

Monday, December 20, 2010

NAVIDAD BLANCA




El servicio meteorológico anuncia buen tiempo para la Nochebuena.
Las noches largas del sur otorgan una magia diferente.
Al sol tibio le cuesta despedirse del paisaje.
Perezoso se esconde detrás de la cúspide de los cerros pasadas las veintitrés horas.
Tiempo de juegos para los más pequeños.
Tiempo de esperanzas para los más grandes.
Como todos los años armaron el árbol que presidirá la cena.
Jugaron con las esferas de colores, buscaron armonía al colgar los diferentes objetos.
El hermano varón sería quien colocara la estrella en la punta del árbol.
El jede de familia el encargado de abrazar cada rama con luces intermitentes.
Apagaron las luces, la decoración era perfecta.
Los regalos estaban identificados con papeles y cintas de diferente color, cada uno llevaba una pequeña etiqueta con el nombre del receptor.
En la cocina otro era el movimiento, el aroma típico del pan dulce inundaba el sitio.
Los chicos contaban los comensales, entre ellos comentaban que había demasiados panes dulces.
No preguntarían nada, conocían la respuesta: es una sorpresa.
Envueltos en celofán esperarían el momento de partir acomodados en fila en un armario destinado a tal fin.
Por la mañana llegaron los últimos invitados del otro lado de la cordillera.
Gozosos esperan no tanto la hora de la cena sino el momento de abrir los obsequios.
El mantel bordado cubría la extensa mesa, al lado de cada copa unas hojas de muérdago y pequeñas campanitas doradas con una tarjetita indicaban el sitio a ocupar.
Culminado el brindis y los buenos deseos, irían a escuchar al padre Fran, quien ofrecería la Misa de Gallo en la Capilla Abierta ubicada en el bosque muy cercana a los cerros.
Noche de estrellas y media luna colgada del cielo.
Parecía que el Cristo de madera sonreía pese al dolor que provocaba la corona de espinas.
Por primera vez la mesa colocada al amparo de los alerces y arrayanes no estaría vacía.
La brisa movía levemente los manteles de papel, asemejaban pájaros dispuestos a volar al infinito de los sueños.
Los abuelos del geriátrico celebrarían una navidad en familia, junto a los seres que muchas tardes oficiaban de compañía.
Esa noche de Navidad Blanca, nadie estaría solo.
Augusto enfundado en su traje rojo repartía regalos y sonrisas.
En mucho, mucho tiempo esos abuelos no sentirían el dolor que provoca la soledad y el abandono.
La brisa se transforma en viento que empuja las nubes, tardía aparece una nevada que desconoce los designios del almanaque.
Instante para recordar el pasado, lágrimas que recuerdan a quienes los han dejado al libre arbitrio de la soledad.
Enfundan las manos que tantas caricias supieron dar con guantes y mitones.
Ocultan las arrugas de los cuellos con bufandas que otorgan calor y vida.
Es el momento de secar las lágrimas y compartir con la nueva familia.


http://www.youtube.com/watch?v=6vP34XZEeSU&feature=related

Thursday, December 16, 2010

SIMPLEMENTE ADIÓS




La ola de calor castiga la gran ciudad.
Calles y avenidas muestran humo que sale del pavimento que hierve.
La humedad que trae la brisa del río presagia un día insoportable.
Afloja el nudo de la corbata, sostiene el portafolio con las piernas para sacarse el saco del traje.
Detiene la marcha en un semáforo oculto entre las frondosas ramas de los árboles.
Consulta el reloj, tiene tiempo para seguir observando el paisaje.
Los automovilistas no respetan las señales, todos corren detrás de la vida o delante de los sueños.
Las flores que se encuentran en los canteros de la avenida más ancha del mundo muestran sus pétalos caídos, el monóxido de carbono de los caños de escape las intoxica.
Por la noche darán la bienvenida a las gotas de rocío que las reviven.
Esquina de Buenos Aires, reflejada en la tela de pintores conocidos y anónimos.
Un par de motos integran la custodia de un automóvil, los vidrios polarizados impiden conocer la identidad de un hombre rico que ostenta su fortuna.
Rico en bienes, miserable de sentimientos.
Enciende un cigarrillo, casi lo atropella un conductor, levanta los vidrios de la ventanilla, seguro se trata de un burgués que teme le quiten el auto.
En la otra vereda Juan ofrece billetes de lotería, será fortuna para unos pocos, desilusión para muchos.
Detendrá su marcha para comprar dulces, es el premio que cada día le lleva al mendigo que pasa las noches sin estrellas en la puerta del banco.
Un olvidado más de un sistema que se dice incorruptible.
Ignora la edad de ese ser que está solo, solo conoce la mirada triste del agradecimiento.
Nunca le preguntó el nombre, no quería invadir lo único que le quedaba, la identidad, único bien del mendigo.
Muchas veces lo ayudó a doblar los cartones que cubrían el cuerpo del hombre sin nombre.
Prolijos los guardaba en el bar de la esquina del Banco.
La entidad está llena de gente.
Le duelen los abuelos que hacen una fila interminable con el propósito de cobrar una migaja.
Hojas de periódicos ofician de sombrillas ante el sol implacable de diciembre.
Nadie se conmueve, ni una gota de agua para saciar la sed de los que esperan, para esos seres a los que la dignidad sostiene.
Otra vez sostendrá el portafolio entre las rodillas, tiene que ponerse el saco, no quiere escuchar a su jefe amonestándolo, ajusta el nudo de la corbata.
Una ambulancia está detenida en la puerta de la entidad bancaria.
En el interior apenas palpita el corazón del mendigo.
No lo dejará partir solo, aún sabiendo que su jefe tomará medidas arbitrarias.
No tiene nada que perder, otras puertas se abrirán si pierde el trabajo.
El deber lo conmina a acompañar al hombre casi desconocido.
Se sienta a su lado, sostiene la mano, lo escucha balbucear palabras inconexas.
Antes de partir quiere ver a su hijo.
Lágrimas cubren el rostro de estos dos seres.
El empleado bancario buscará por todas partes a la única persona que puede dejar ir al mendigo en paz.
Lo reciben en la guardia, los médicos hacen lo que pueden con lo poco que tiene.
Las agujas de los relojes se apresuran, el tiempo es escaso.
Le entregan las pertenencias del enfermo, en una libreta con hojas color sepia, está el número de teléfono del hijo que tanto espera el enfermo.
Otra vez las motos delante del auto del hombre rico, las campanadas del cementerio reciben al mendigo.

http://www.youtube.com/watch?v=VTPec8z5vdY&feature=related

Tuesday, December 14, 2010

AMOR ETERNO





Le quedaban tres días de estadía en Italia.
Juntos habían conocido la belleza de la Isla de Capri.
En las pieles se notaba el bronceado que habían adquirido sumergiéndose en las aguas azules del océano para luego descansar sobre las blancas arenas que formar un collar imaginario en el Mar Tirreno.
Ninguno de los dos pensaba en la despedida.
Querían disfrutar cada minuto que el destino les había deparado en esas vacaciones.
Lejos del almanaque que Cronos respetaba sin pausa, cenaban a la luz de la luna.
La mesa estaba ubicada unos escalones arriba de la playa.
La luz de las velas otorgaba romanticismo al momento, miraban los anillos que lucían en los anulares de la mano izquierda.
Acordes de violines acompañaban la escena, ninguno quería que terminara la magia de esa noche espectacular.
Las gotas de rocío se balanceaban sobre los pétalos fragantes de las flores.
Sosteniéndose las manos recordaron un cuento que ella había escrito cuando se produjo el hallazgo de dos cuerpos enterrados hacía tanto tiempo.
Los arqueólogos los encontraron yaciendo abrazados, imagen del amor eterno que trascendería el tiempo.
Miradas cómplices eran el idioma de los enamorados.
Apuraron el café.
A primera hora de la mañana partirían rumbo a Lombardía.
Necesitaban rendirle homenaje a esa pareja que hacía siglos había llegado al fin de la vida abrazándose como la primera vez.
Silenciosa la muerte respetó el amor, logró que partieran juntos.
Cinco mil años después revivirían ese sentimiento que eriza la piel de los que se prodigan amor del bueno.
El viaje era una vista panorámica, cerros que mojaban sus faldas en el agua encerrando otra playa majestuosa.
Mantua esperaba a los enamorados de hoy sin dejar de custodiar a aquellos que pasarían a formar parte de la historia.
Un anciano observaba la danza de las olas, gozoso veía la espuma blanca que dejaba vestigios en la arena.
Recibió a los visitantes como si los conociera de toda la vida.
Pisadas en la arena serían testigo de su paso por esa región agreste, magnífica por su belleza.
Por la tarde recorrerían el museo.
El frío del mármol les producía escalofríos.
En uno de los lugares principales, contenidos en un cofre con tapa de cristal, lloraron al ver la imagen del amor eterno.
Daba la impresión que habían querido compartir el último suspiro.
Abrazados como ellos, la pareja pasaría el resto de sus días amándose.


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http://www.youtube.com/watch?v=bg_CCYVgoy8&feature=related

Thursday, December 09, 2010

ENCUENTRO INOLVIDABLE




Mira el pasaje nevado mientras recorre el camino que la llevará al aeropuerto.
Ansía que no surjan problemas, aún cuando nada puede empañar su alegría.
Semanas atrás la sorpresa había llegado en un sobre.
Su amor de toda la vida estaba trabajando en Roma.
Cuando apareció la oferta laboral no dudaron en separarse temporalmente, seis meses pasaban rápido, invertirían lo ganado para terminar la casa de sus sueños en ese paraje remoto del país que habían nacido.
Julio en el sur es impiadoso, las nevadas se suceden continuamente, los techos de las viviendas son un tobogán para los copos blancos que quedarán en la calle para disfrute de los más chicos.
Se comunicaban a través del teléfono, la magia de la tecnología les permitía verse por medio de la camarita incorporada a la computadora.
En ninguno de los mensajes hablaban de la distancia que imponía el océano.
Cerraba el estudio de arquitectura a la seis de la tarde, el resto del tiempo lo ocupaba para hablar con su amor.
Jamás le mencionó la posibilidad de un viaje.
Días antes armaba la maleta, cargó ropa de verano que no había llegado a estrenar.
En Ezeiza anunciaban que en pocos minutos saldría el vuelo que la dejaría en la Ciudad Eterna, doce horas de viaje acrecentaban sus ansias.
Fiumicino estaba poblado de gente, allí estaría dos horas para embarcar rumbo a la Isla de Capri, tiempo suficiente para cambiar el atuendo por ropa veraniega y retocar el maquillaje.
Necesitaba estar espléndida para el reencuentro en ese sitio mágico.
Tembló de emoción al abrazarlo.
Un taxi los dejaría en el hotel enclavado a orillas del Mar Tirreno.
Desde la habitación observaban los catamaranes cargados de turistas.
Bugamvilias fucsias y blancas se casaban armoniosamente, nacían pequeñas flores rosadas que impregnaban con su aroma el sitio elegido.
Mañana radiante, el sol asomándose en el agua hasta quedar dorado y desnudo prendido del cielo.
En dos horas saldría el navío que los llevaría a recorrer la isla más bella.
Desayunaron en la confitería de la estación naval.
Ruiseñores se posaban sobre las flores.
Clima perfecto para conocer las maravillas escondidas en el mar azul y transparente, parecido a ese otro que había quedado a miles de kilómetros de distancia.
Abordaron la lujosa nave, todo era alegría, no alcanzaban los ojos para admirar tanta belleza.
Antes de llegar a la cueva azul algunos pasajeros subieron a pequeñas lanchas, otros se dedicaron a nadar en ese espejo de aguas mansas.
Tomados de la mano rieron al agachar las cabezas para evitar chocar con las piedras que el agua cantando había cincelado.
En esos sitios las sorpresas no terminan nunca.
La embarcación había aminorado la marcha, no alcanzaban las máquinas y filmadoras para capturar la majestuosidad del paisaje.
Al salir de la caverna, los Faraglionis mostraban su hermosura pétrea.
Testigos de piedra presenciarían el intercambio de anillos entre dos seres que se amaban más allá del tiempo.
Al regreso compartirían un brindis con los pasajeros.
Habían sellado un amor sincero.
La luna se reflejaba en el agua invitándolos a sumergirse en ella, nadaron un buen rato.
Noche espectacular, arenas blancas, sombras de dos cuerpos formando solo uno.
Renovaron promesas.
Esa isla encantada sería el lugar elegido cuando ante Dios unieran eternamente sus almas.

http://www.youtube.com/watch?v=__1AkXm8eec&feature=related

Thursday, December 02, 2010

VIAJE PROGRAMADO




Estaba invitada a una fiesta.
La notificación había llegado con tiempo dado que deberían desplazarse a una isla para participar del evento.
Soñaba con conocer un sitio mágico.
Sin conocerlo amaba ese mundo que había conocido a través de distintos envíos de correos electrónicos.
Los archivos adjuntos mostraban el esplendor del sitio.
La naturaleza había sido pródiga al dotarlo de tanta belleza.
De hecho estaba ansiosa era la primera vez que dejaría a sus hijos al cuidado de los abuelos en ese lugar que pocos conocían, precisamente porque los turistas llegaban a admirar la belleza a bordo de cruceros cuatros meses durante un largo año.
Paisajes agrestes que pocos querían descubrir, no sabían de la hermosura de ver la falda de los cerros, temerosas se confundían con el océano de aguas profundas, de color celeste como el cielo infinito, se sabe donde comienza, jamás donde termina.
Ella tenía su propia bahía encantada, allí pernoctaban las aves cuando el horizonte se teñía de púrpuras y rosados.
Acostumbrada al frío en cualquier época del año, soñaba con visitar la isla.
Lugar de encuentro de amistades que la distancia no pudo quebrar.
Calles angostas con perfume a flores en cada balcón.
Focos de iluminación que imitaban a las luciérnagas en las noches de estío.
Playas insinuantes que invitaban a revivir el amor que habían construido a través de los años.
Mañana sería el gran día.
Un pájaro de alas plateadas esperaba en la pista para llevarla a recorrer los sueños.
Se despojaría de la ropa invernal, a Febo regalaría la silueta.
Un bikini colorido ocultaría la fragilidad de su cuerpo, gotas saladas se adherirían a sus torneadas piernas.
Un pequeño pareo ocultaría el resto.
El mar que tanto amaba la mantendría conectada con los seres que esperarían en la casa de siempre.
Dispuesto el equipaje se dirigieron al aeropuerto.
Estaba segura que el vestido elegido para el evento atraería aún más a su pareja, el color esmeralda, hacía juego con sus ojos.
Finos bordados acentuaban la esbeltez de su cuerpo.
Tomó fuertemente la mano del ser que más amaba, en el bolso de mano llevaba una hebilla que sujetaría el manto que conformaba la cabellera.
Estaba feliz, compartían cada instante.
Nada es perfecto, el accionar de los hombres que no entienden los sentimientos, demoró el vuelo.
La espera era lo más parecido a una tortura.
Algunos pasajeros viajaban por trabajos, otros como ella solo para disfrutar el placer que regala la vida.
La angustia se convirtió en lágrimas impotentes.
Habían calculado llegar a la isla con la antelación suficiente para estar en la fiesta.
Nada de eso ocurriría.
Los intereses de otros extraviaron las maletas.
Al arribar los amigos ya habían contraído enlace.
No sabían como pedirles disculpas.
Tiempo, tiempo, no dejes que los hombres te manipulen.

http://www.youtube.com/watch?v=x0pupkkQgYU&feature=related