Thursday, February 24, 2011

PRIMAVERA EN PORTUGAL




Decidieron alejarse del clima frío con el propósito de conocer Portugal.
Un viaje relámpago a España les había impedido llegar a Lisboa.
En la agencia de viajes esperaban los pasajes que los depositarían en ese lugar lleno de magia.
El vendedor les aseguró sorpresas inolvidables, el tiempo le daría la razón.
Sortearon sin mayores incomodidades los trámites en el aeropuerto.
Los pasillos estaban repletos de pasajeros que anhelaban cumplir los sueños cargados en las maletas.
Las pizarras indicaban que el vuelo saldría en tiempo y forma.
Despidieron al resto de la familia con abrazos y besos interminables.
Llevaban la promesa de cumplir con todos los pedidos de souvenir del nuevo sitio que conocerían.
Una voz cálida llamaba a embarcar a los viajeros.
En el centro de la pista un pájaro de alas de acero los transportaría a un sitio soñado.
Desde la ventanilla observaban la masa de nubes blancas que danzaban acariciando el cielo límpido.
Los pilotos de la aeronave le daban la bienvenida.
Las azafatas acercaban copas con champagne burbujeante, para los más pequeños bebidas sin alcohol, todo acompañado de pequeños bocados de sabor exquisito.
El amanecer los encontraría llegando a destino.
El firmamento se vistió de colores naranjas y rosados, ceremonia que auspiciaba la salida del sol que emergía majestuoso desde el agua.
El chofer del auto los esperaba, menos de quince minutos separaban el bullicioso y colorido aeropuerto del hotel que albergaría a la pareja.
La habitación tenía ventanales con vista al mar, en ese instante apacible era idéntico a un espejo.
Listos para disfrutar del primer día de playa desayunaron en la galería del hotel.
Lentamente las flores de los canteros dejaban correr por sus pétalos las gotas de rocío nocturno.
Fragancias exquisitas inundaban el sitio.
Bugamvilias rojas abrazaban las columnas de la edificación, casi ocultando la obra de grandes escultores.
Cristales blancos como el azúcar se derretían bajo los pies de los enamorados.
Azul profundo del océano apenas quebrado por la cresta blanca de las olas que decidían morir en la playa.
Despojados de pudor dejaron que el agua acariciara los cuerpos.
Un día espectacular sería el preludio de una noche amorosa.
Al día siguiente durante el almuerzo el dueño del hotel les recordó que al atardecer se inauguraría la fiesta de papel en las calles principales de la ciudad.
Otra vez el cielo había adquirido los colores de la paleta de un pintor, para la ocasión había elegido tonos púrpuras y morados, travieso el sol se despedía para dale paso al encendido de la primera estrella, más tarde orgullosa aparecería la luna.
Tomados de la mano recorrieron las calles.
Coloridas guirnaldas ocultaban el cielo oscuro.
Los negocios tenían en sus puertas adornos confeccionados con papel e imaginación.
En las esquinas grandes macetas contenían diversas flores, no faltaban pájaros y otras figuras para asombrar a los turistas.
Los flashes de las máquinas fotográficas parecían luciérnagas, todos querían capturar las bellas imágenes.
Hoy partirán de regreso a la tierra que tanto aman, para siempre quedarán en sus almas los momentos vividos.
Le contarán a los suyos que con un simple papel de diferentes colores, se pueden convocar distintas sensaciones.
Lejos ha quedado Lisboa, en el alma de cada viajero quedarán para siempre las figuras que arrancaron asombro, lágrimas y sonrisas.


http://www.youtube.com/watch?v=ewy5V1Uhsg0

http://www.youtube.com/watch?v=Q8e9A1uXnns&feature=related

Monday, February 21, 2011

SEMBLANZA DEL RESENTIMIENTO




Celeste desea detener el tiempo,
Como finos tatuajes incoloros, las arrugas propias de la edad comienzan a surcar su rostro.
Aún mantiene el cuerpo esbelto, ni un solo día de su existencia deja de acudir al gimnasio, los fines de semana corre por los espacios verdes de la ciudad hasta que queda exhausta.
La mala alimentación para mantener la figura la transformó en un ser de carácter irritable, todo le molesta, la risa de un niño para ella es un incordio difícil de soportar.
Jamás asumirá que ella misma edificó su propia soledad.
No admite que nadie piense diferente, ella sustentó el mundo en mentiras que repite hasta el hartazgo.
No entiende que el mundo no está en contra de ella, no permite que nadie pueda integrarse a su vida vacía.
Lectora insaciable los libros son su única compañía, tiene bien ganado el mote de biblioteca ambulante.
Fue la primera que tuvo acceso a las tecnologías, la acritud de sus pensamientos la llevaron no a conocer el camino del bien sino a utilizarlas en desmedro de cualquier persona que mostrara rasgos de humanidad.
Domingo en Buenos Aires.
Durante la madrugada la lluvia hizo estragos, apenas pudo tomar lo indispensable para refugiarse en el piso superior de la mansión que habita junto a su anciana madre.
Encerrada en la habitación se niega a abrir la puerta, busca el celular, necesita hablar con Gustavo, quiere verlo enseguida.
El hombre no acepta presiones, trata de hacerle comprender que está al sur de la Provincia de Buenos Aires, no viajará, menos aceptará la extorsión de esa mujer que hoy le resulta una desconocida.
Compartieron la adolescencia, los juegos en la costa.
Acercarse a la playa para disfrutar un día de sol.
Intenta explicarle que él ha formado una linda familia, nunca dejaría a su esposa por un amor que no fue.
Le pide que guarde los recuerdos, sabe que siempre ha sido sincero, jamás le insinuó nada.
Solo es una amiga que hoy preferiría no haberla encontrado en el camino de la vida.
Le ruega no lo busque, ama a su esposa y la familia que conformaron basada en el amor.
Es inútil que le comente que un hombre libre estaría dispuesto a acompañarla.
Celeste es caprichosa, no puede evaluar más allá de los acontecimientos.
Gustavo implacable da por finalizada la conversación.
La madre golpea la puerta de la habitación, la fuerza del agua ha inundado la planta baja, necesita ayuda para salvar los documentos que estaban en la biblioteca.
Roja de ira no entiende nada, ningún argumento la hará cambiar de actitud.
Sobre el agua marrón que trajo la inundación flotan las cartas de amor y amistad.
Las aguas seguramente bajarán.
Se llevaron la vida del ser que la trajo al mundo.
Nada le importa.
El egoísmo de una mujer sin edad malogró un futuro tranquilo, sin cadenas que la ataran al pasado.
Celeste no ha cambiado, está internada en un instituto de salud mental.
Los pocos momentos en que la acompaña la lucidez los utiliza para dañar.

http://www.youtube.com/watch?v=vl6h7UWo1_Q&feature=related

Monday, February 14, 2011

DIEZ MANDAMIENTOS




Todas las mañanas su madre la preparaba para ir al colegio.
A veces sentía un pequeño tirón en los cabellos, reía, le había pedido a su mamá que las trenzas fueran perfectas, tanto que podía tolerar el peine que trataba de ordenar el pelo enmarañado que se resistía a ser prolijamente peinado.
Cintas azules como los ojos de la pequeña se mezclarían entre las hebras doradas.
Por primera vez en la escuela de monjas se presentaría una maestra para hablarles de religión.
Soñaba con el vestido blanco que utilizaría el día de la ceremonia de la primera comunión.
A tan tierna edad las nenas sueñan con gasas inmaculadas que cubran el cuerpo, coronas de flores que sostengan las espigas de oro que coronaran cabelleras al viento.
Del rosario se ocuparía la abuela.
No necesitaría demasiado para que fuera diferente, flores cortadas del jardín en el que tanto había reído, un poco de follaje robado a las macetas de helechos que tantas veces había cuidado con cariño.
Cintas blancas y amarillas completarían el atuendo.
Las clases de catecismo no eran fáciles, el latín no eran su fuerte, ponía empeño para aprende todo aquello que la monjita más antigua del monasterios les enseñaba.
Pequeña de estatura, el hábito azul como las noches de invierno, la cofia blanca, en sus manos un rosario confeccionado por las hermanas de caridad españolas.
Podía sentir el aroma a rosas de cada cuenta.
Junto a sus compañeras aprenderían los diez mandamientos.
Abrazó a sus padres y hermanos como siempre.
El destino le depararía una sorpresa.
Azul compartió golosinas con sus compañeras.
La vieja campana de bronce llamaba a misa.
La hermana Caridad les contó por primera vez de los diez mandamientos.
Todas las chicas escuchaban sentadas en los bancos, algo habían escuchado en el seno de sus hogares.
Cordeles inmaculados delimitaban los pasillos, perfumadas azucenas lucían en los altares.
Cristo en la cruz mostraba las heridas provocadas por las espinas.
La monja les contó los mandamientos divinos.
Azul sintió miedo cuando mencionaron la ira.
Era chica, sin embargo había adivinado ese gesto en los seres más grandes.
No tardó en asociar la maldad en todas sus manifestaciones.
Ira tenían los volcanes que dejaban su lava encendida en un sendero inexpugnable, ira poseían los hombres que no habían llegado al entendimiento.
Ira sentían los seres humanos que con sus acciones laceraban la naturaleza.
Ira tenían aquellos que no sabían conjugar el verbo compartir.
Confundida llego a su casa, recibió el abrazo cotidiano.
Le pidió a la abuela que no terminar de adornar el rosario de cuentas transparentes.
Azul no quería cintas rosadas que la ataran a la hipocresía.
Acompañaría a sus amigas en la ceremonia, las saludaría con el afecto nacido durante años.
Pequeña era un ser libre que había elegido vivir con la libertad que tienen los pájaros que despliegan su alas al viento.
Azul con su corta edad intenta señalar el camino correcto.
El paso de los años la encuentra hamacándose en un sillón de finas esterillas.
Una paloma blanca con un ramo de olivo en su pico se posa en la copa de un añoso árbol.
Ha llegado el fin.
El último suspiro lo dedica a todos los seres anónimos que siguen luchando contra los sentimientos mezquinos.
La muerte la encuentra, viste de negro.
El gesto es adusto, tanto que puede asustar a los que no han lavado su
conciencia.


http://www.youtube.com/watch?v=5dAQ4gBLOOI

Saturday, February 12, 2011

HISTORIA DE UN PILOTO




Comenzó a pilotear aviones desde muy joven.
La capacidad le permitiría lograr rápidamente ascensos en su carrera.
Periódicamente concurre a realizarse chequeos.
El resultado del último es implacable, una seria afección cardiaca le impedirá continuar con su trabajo, abruptamente terminan sus sueños.
No comprende por qué no puede ser parte del paisaje, volar cerca del cielo siempre le ha brindado satisfacciones.
Sus compañeros de la fuerza tratan de alegrarlo, siente que le han recortado las alas, nada lo conforma.
Es difícil para un hombre que siempre ha estado en las alturas encontrarse postergado detrás de un escritorio.
Cabalga el corazón del piloto en el momento que parten los pájaros de alas plateadas, es música para sus oídos el ruido de las turbinas en el momento del aterrizaje.
Todo ello le está vedado.
Por la mañana asistió a la ceremonia con motivo de la adquisición de nuevos aviones.
Anteojos oscuros disimulaban las lágrimas que derramaba, sabía que no sería parte del vuelo de bautismo.
La oficina que ocupa tiene grandes ventanales, desde allí observa todos los movimientos.
Conoce como pocos el horario de entrada y salida de los aviadores, ningún detalle es ajeno.
Despide con una sonrisa a los empleados.
Apaga las luces.
Esperará las primeras luces del día para partir.
Un café ayudará de despejar su mente, la decisión está tomada.
Vestirá el uniforme de color azul, acaricia las condecoraciones que lucen en el saco, del lado del corazón que no quiere responderle.
El personal de seguridad lo saluda con afecto.
Cerca del hangar encuentra la aeronave que lo llevará a recorrer diferentes lugares.
La documentación está en orden, necesita volar, olvidar la enfermedad que lo tiene preso de recuerdos.
Se dirigirá hacia el norte.
La primera parada para cargar combustible será en Haití, el cielo rojizo se va cubriendo con nubes amenazantes, la tormenta está cerca.
Desde las alturas la isla es más bella, parece un dibujo en medio del bravío océano.
Nuevamente el avión está listo para continuar su derrotero, atrás quedarán playas de arenas blancas, ocultas debajo del color turquesa del agua.
En unas horas sobrevolará los fiordos de Noruega, naturaleza salvaje que muere con puntas filosas en las profundidades del océano.
Descansará en un hotel cercano al aeropuerto, el día no laborable jugará a su favor, en la estación aérea de su ciudad no notarán la ausencia del avión que pilotea.
En sueños recorrerá las cadenas montañosas del Tibet, rezará en compañía de un lama.
Las imágenes danzan en su mente, escucha el sonido de las Cataratas del Niágara cantándole a las piedras.
El cielo matizado de suaves colores rosados y naranjas indicará la hora del regreso.
No puede liberarse de la angustia que antecede al final.
Mientras camina recuerda las misiones de ayuda que lo llevaron a Indonesia, lugar idílico, devastado por la fuerza del agua.
Revive al comandar la nave.
El sur y sus majestuosos paisajes lo esperan.
A baja altura sobrevuela los glaciares, Dios ha depositado allí toda la hermosura.
La blancura del hielo se confunde con las nubes que surcan el firmamento.
Desde la torre de control le avisan que será detenido ni bien aterrice.
Jamás perderá la libertad.
Una maniobra rápida lo enfrenta a la cordillera de los Andes.
Siente un dolor profundo en el pecho, apenas puede respirar, las voces son un murmullo lejano, la vista se nubla en el instante que la aeronave se estrella en la cadena montañosa.
Los rescatistas acuden al sitio con premura, el cuerpo del piloto está intacto, en su rostro se dibuja la mueca de una sonrisa.

http://www.youtube.com/watch?v=tqVnOLiH0FM

DIOS DE LAS AGUAS




Federico Insúa era ambientalista, en el tiempo que le quedaba libre, se dedicaba a su otra pasión,el ilusionismo.
De carácter parco, la larga cabellera y la profundidad de sus ojos negros le otorgaban misterio.
Había recorrido todo el mundo, encontró paisajes inimaginables.
La naturaleza a veces se mostraba exultante, otras enseñaba los faltantes en otros puntos del orbe.
Esa noche haría una reunión en su casa, el lugar elegido sería el sótano.
Los asistentes debían asistir con vestimentas blancas, sobre un pequeño escenario había posado una pantalla, en ella mostraría distintas diapositivas de los viajes realizados, al costado una calavera de ojos como rubíes igual que la boca que alguna vez había sonreído.
Acomodó una fila de pupitres para los que quisieran tomar nota de la charla, en los candelabros las velas derramaban pequeñas lágrimas de cera, en un estante había colocado flores y sahumerios.
Antes de comenzar la disertación, cortó una flor de rosa china colocándola sobre la calavera que muda asistiría al evento, el color rojo de aquella combinaba con los ojos inertes de ese testigo que presentaría a sus amigos al final de la exposición.
Pausadamente se dirigió a ellos, brevemente los introdujo en la historia, les habló de la importancia del agua para conservar las especies.
Les contó de una tierra árida, las diapositivas dejaban ver el suelo quebrado, estaba tan lastimado que podían observarse las entrañas de la tierra, allí en el medio de la nada sobrevivía una tribu, el más anciano de los habitantes le hizo saber ,que hace muchos años ese lugar había sido un paraíso, las vertientes de las mesetas eran el sitio elegido por las aguas para caer en pequeñas cascadas, los árboles crecían, entre las ramas descansaban los nidos de las aves que lo despertaban al amanecer, de a poco la mano del hombre convirtió ese espacio en un páramo.
Federico le preguntó por qué se quedaba, el anciano le respondió que allí había nacido y ahí moriría.
Antes que el ambientalista emprendiera el regreso, le regaló la calavera, en el camino le comentó que en el fondo del océano reposaba un objeto de forma indefinida, cubierto de piedras preciosas, quien lo encontrara debería subirlo a la superficie y venerarlo, de esa forma volvería el líquido elemento que permitiría la sobrevivencia de la humanidad, el nombre era Bulane, dios de las aguas.
La conferencia había concluido, el amanecer pintaba de rosados y grises el cielo, Federico decidió sumergirse quería encontrar la escultura cubierta de piedras, era necesario que todos tuvieran algo tan elemental como el agua.
Los periódicos de la mañana, daban la noticia en primera plana, el conocido ambientalista Federico Insúa estaba desaparecido.
Aún no se sabe si logró su objetivo, todos sin importar la religión que profesan, oran por su regreso.

http://www.youtube.com/watch?v=YEDSWurtngk

Thursday, February 10, 2011

DESOLACIÓN





Marina trabaja en la biblioteca de la ciudad.
Camina las pocas cuadras que la separan de ese sitio a veces lóbrego y triste.
Aspira el perfume de las flores, el estío ha encendido el corto sendero con exquisitas fragancias.
Implacable el sol intenta atravesar la copa de los árboles cuyas ramas se abrazan cual enamorados brindando sombra en un día tórrido.
El silencio es cortado por el zumbido monótono de los acondicionadores de aire.
Busca en el bolso un pañuelo para atrapar las pequeñas gotas que van cubriendo su rostro.
Utilizará el celular para recordarle al jardinero la promesa de recortar el césped que circunda los jardines de la biblioteca.
El edificio muestra el paso del tiempo, las paredes descascaradas, producto de la desidia de años, asemejan láminas de piel que lentamente se despega del genio de los autores que contiene obras de excelencia de todas las épocas.
Saluda a la directora quien le comunica las escasas novedades que se han producido durante la mañana.
Se despiden con la calidez de siempre.
Nadie ocupa los bancos del salón de lectura.
Ordena los libros que han quedado sobre la mesa.
Detiene la mirada en una nueva edición de un texto de pintores famosos.
Un ventilador de techo refresca el sitio en penumbras, se ubicará cerca del ventanal orientado hacia la costa.
Los turistas disfrutan un día de playa, una nube traviesa en un instante opaca los rayos de sol.
Música ligera completa la escena.
Marina acaricia suavemente las hojas del libro, atrapa la última imagen.
La ensoñación la lleva a un lugar desconocido.
Su vestimenta se transforma en un vaporoso atuendo, gasas etéreas cubren el cuerpo, pies descalzos se deslizan por la gramilla.
Las manos sostienen una delicada sombrilla, el cabello contenido en un sombrero con finas cintas.
Está en las puertas de una mansión.
Las rejas de hierro la asemejan a una prisión.
Avanza curiosa, atraviesa la puerta.
Siente escalofríos al escuchar una discusión.
Cerca de un ventanal visualiza a los hombres que pelean.
Acude a sus recuerdos, dos famosos pintores han olvidado en el fragor de la pelea rasgos de humanidad.
Puede reconocerlos, Claude Monet intenta disuadir a Vincent Van Gogh.
El suicidio no es el remedio para una pena de amor.
Claude sabe que una vez más su amigo de siempre está preso del licor, entiende que debe dejarlo solo, tal vez la soledad pueda atenuar el dolor.
Marina está asustada, no quiere ver a su pintor favorito en el momento de la partida.
Necesita regresar a su tiempo y espacio, encontrar el abrazo de los seres que ama.
Han pasado décadas de este episodio, nadie ha podido descifrar el enigma, justificar la desaparición de la bibliotecaria.
Del antiguo edificio solo queda el esqueleto.
Antes de la demolición han rescatado muchos libros, jamás pudieron encontrar el texto que contenía las pinturas famosas.
Un operario retira lo que ha quedado del mobiliario.
Afuera ruge el viento invernal.
Asombrado observa el cielo, una nube adquiere la forma de una mujer portando una sombrilla.
En el viejo banco de madera descansa una flor.

http://www.youtube.com/watch?v=xaaiwLhehss

Tuesday, February 08, 2011

UN PEQUEÑO NAVEGANTE, UN HORNERO




Jules era un niño travieso.
La casa paterna era una edificación simple y cómoda, grandes jardines con suaves lomadas, mojaban su verdor en las orillas del río Somme.
Curso de agua variable, a veces se mostraba tranquilo dejando ver el fondo de su cauce compuesto por rocas de diversos tamaños y colores.
Concluida la tarea escolar, el niño ayudaba a guardar los animales que mansamente pastaban en el fondo de la vivienda.
Dueño de una imaginación prodigiosa se detenía a conversar con las aves que anidaban en un almendro.
Cierta tarde encontró triste a uno de los habitantes de la copa del árbol, extrañaba sus trinos melodiosos.
El hornero le contó que su familia había salido en búsqueda de otros rumbos, no sin antes renovar la promesa de volver.
Jules le contó que huiría de su casa en las primeras horas de la mañana y que él sería su fiel compañero de aventuras.
Quería ser grumete y luego marino, navegar por todas las aguas conocidas y por conocer.
No ahorraba comentarios sobre los paisajes que encontraría fuera del mar o sumergido en las profundidades del océano.
El hornero decidió acompañar a su joven amigo.
Tomó de su cuarto algo de ropa, pasó por la cocina para llevar migas de pan que serían el alimento para su acompañante.
El hornero descansaba sobre el hombro del niño, la excursión estaba a punto de comenzar.
Abordaron un barco pesquero, se esconderían en la bodega hasta que el jovencito pudiera hablar con el capitán del navío.
El agua mecía la embarcación acunándolos.
Una noche de luna, cuando todo estaba en silencio decidieron subir a la proa del barco.
Jules y el hornero expectantes admiraban la inmensidad.
Lejos de amedrentarse el niño subió a uno de los mástiles, la brisa nocturna se llevó su gorro marinero.
Estaba en lo más alto, se sentía dueño del mar aún cuando estuviera atravesando el cauce de un río ahora caudaloso.
El hornero comenzó a gorjear una melodía, Jules no escuchaba nada más que el latido de su corazón.
El barullo despertó a la tripulación, el muchacho bajó del mástil.
Sus ruegos no convencieron al capitán, sería devuelto a su hogar.
Tiempo de sermones y llantos incontenibles.
Prometió a sus padres que nunca más se escaparía.
En su mente nació Nautilus, una embarcación sumergible que le permitiría conocer los secretos del mar que tanto amaba.
Protegido detrás de los vidrios del navío, quedaba extasiado observando las imágenes que pasaban delante de su mirada.
Peces coloridos, algas verdes danzaban para él.
Jules no volvió al mar, estaría siempre presente en su imaginación a través de la palabra escrita.
El destino y sus musas lo hicieron conocido a nivel mundial.
Los libros de su autoría fueron editados en todos los idiomas.
Su embarcación fue famosa entre las famosas.
Han pasado más de cien años.
Niños y grandes abordaron el Nautilus, pasajeros de las ilusiones que jamás perdieron la capacidad de soñar.

http://www.youtube.com/watch?v=AWC5HJFhy…

Homenaje a Julio Verne en el día de su natalicio.

Friday, February 04, 2011

SIN BARROTES




Noelia es una joven mujer trabaja en la administración de un hospital con el propósito de concluir su carrera de terapista ocupacional.
Significará un avance para su proyección como mujer.
Poco importa si le quita horas al descanso, necesita avanzar.
Llegó de un pueblo rural, tranquilo donde se había anclado el tiempo.
Recuerda a sus padres cuando les comunicó que iría a estudiar a la gran ciudad.
Supo entender cada gesto de la despedida, la promesa era volver a pasar las vacaciones junto a sus seres queridos.
En ese sitio maravilloso donde la belleza de la naturaleza se quedó a vivir, encontraría paz para enfrentar los desafíos de la gran ciudad.
El día anterior a su partida organizaron un festejo para despedirla.
Previamente había concurrido con su padre a una entidad bancaria a depositar sus ahorros, Buenos Aires era una ciudad peligrosa para una joven del interior.
En la estación estaban sus padres y amigos deseándole suerte.
El silbido de la locomotora alejaba a los pájaros que descansaban en la copa de los árboles.
Guardaría en su retina las imágenes de la estación.
Sostenía con sus manos los dedos de los que tanto amaba hasta que el tren tomó más velocidad.
En unos instantes las figuras serían un punto cada vez más lejano.
Se impuso no llorar.
Pronto cambiaría el paisaje, desaparecerían las arboledas para darle paso a las construcciones de cemento que se erigían a ambos lados de la vía férrea.
Al llegar no le resultaría difícil encontrar la pensión de doña Virginia.
El abrazo con la mujer contuvo el llanto de la muchacha.
La habitación asignada era compartida, limpia ordenada, dos camas, mesas con veladores, una cómoda con objetos simples debajo de la ventana, una jarra con agua fresca cubierta con una servilleta gastada e inmaculada.
Apoyó la maleta sobre la cama, en ese instante supo que compartiría el espacio con Mariel, le aseguró que estaría casi sola, ya que su acompañante siempre trabajaba.
Al día siguiente se presentaría en el hospital, inmediatamente consiguió trabajo
Han pasado varios años, Noelia está a punto de recibirse, en el interín pudo departir largas horas con Mariel, nunca quiso saber a qué se dedicaba su compañera , una mujer poseedora de una belleza misteriosa.
Le extrañó la ausencia prolongada de la joven, no dijo nada, por los medios supo que estaba detenida.
La visitaba con frecuencia, allí conoció las sesenta y cuatro baldosas en blanco y negro que separaban a las internas de la libertad.
El corazón de Noelia cabalgaba en el pecho cada vez que escuchaba el sonido de las rejas que se cerraban a su paso.
Más de una vez presenció las peleas entre las detenidas.
En cada celda había un toque femenino, una flor contenida en cualquier recipiente, las mismas eran cultivadas en el jardín de la cárcel.
La higiene impecable.
Estuvo un tiempo sin saber de Mariel.
Una tarde la celadora la llevó a un sector desconocido de la institución.
Allí encontró a su amiga con un niño en brazos.
Entendió que en esa unidad estaban las madres privadas de la libertad en compañía de sus hijos pequeños.
Niños que pasarían los primeros años de sus vidas detrás de los barrotes que utilizaban para treparse sin conocer el significado de los mismos.
Muñecos de peluche en el piso, escenas que provocaban ternura y horror.
Noelia obtuvo su título con distinciones.
El mejor promedio posibilitó la nombraran directora del penal.
Atrás quedarían los dolores que se encuentran en un hospital.
Había llegado el tiempo de luchar por otras enfermedades que no se curan con medicamentos, las heridas del alma.
Las primeras hebras de plata cubren la cabellera de Noelia, con esfuerzo consiguió que se eliminaran los barrotes del sector de las mamás que crían a sus hijos en una unidad carcelaria.
Mariel cumplió su condena, es su asistente personal, Darío se recibió de médico.
Los tres lograron una comunidad abierta para las presidiarias, la calidad de vida ha mejorado notablemente.
Es hora de regresar al pueblo que la vio nacer.
Teje y enlaza recuerdos, sabe que nunca es tarde para comenzar a amar.

http://www.youtube.com/watch?v=rT5zCHn0tsg&feature=related

Wednesday, February 02, 2011

EL PODER DEL FUEGO




Hace unos cuantos años Ismael Artigas fue elegido intendente de una pequeña ciudad.
Hombre de pocos escrúpulos no le interesaba el crecimiento de la ciudad sino los beneficios que podía obtener al ocupar tan alto cargo
Conformó el gabinete con los vecinos más conocidos de la zona, la única condición exigida es que apoyaran sus mesiánicas obras.
Isabel la mujer con la que se había casado hacía más de dos décadas, conservaba intacta su belleza, sus modales delicados conseguidos a través de estudios cursados en el exterior, abrirían la puerta a nuevas inversiones.
No tuvieron descendencia.
Ambos sentían una mezcla de odio, amor, acostumbramiento y conveniencia.
Eran respetados por todos los habitantes, la hermosura de la mujer se amalgamaba perfectamente a un hombre poseedor de una soberbia sin límites.
Ante la sociedad conformaban un matrimonio perfecto, casi para imitar, de no ser que se conocieran detalles de la vida privada que a veces no podían ocultar.
Ismael siempre había amado a la hermana de su esposa, residente en un pueblo cercano.
Estela calmaba con su amor las noches de soledad del intendente.
Concibieron un niño, las apariencias obligaban ocultar al menor.
Ismael quería llegar lejos, observando los planos de la ciudad descubrió que había una manzana cuyos dueños habían desaparecido en un incendio sin dejar herederos.
Allí en se lugar arbolado construiría el mejor barrio privado que se conocería en la comarca.
A la inauguración asistieron empresarios de la zona apellidos influyentes en la comunidad.
Una fiesta que quedaría grabada en el futuro.
Arquitectos e ingenieros parcelaron el lugar.
Barrio privado de casas bajas y lujosas.
El intendente reservó dos parcelas, en una construiría su mansión, la que habitaría cuando dejara la función pública.
En la otra se construiría un hospital de última generación.
Ismael fue reelecto varias veces, acumulaba dinero y poder.
Los años no pasaban en vano, el intendente anunciaría en la inauguración del centro de salud, que se alejaba del poder, necesitaba tranquilidad para transitar los últimos años de su agitada vida.
Ese día varios ciudadanos se presentaron al evento.
En el instante que su hijo no reconocido era nombrado director del nosocomio, los vecinos que habían esperado durante años que se cumplieran promesas de agua potable en el sitio, encendieron antorchas.
El fuego se diseminó con rapidez.
Ismael murió en el palco.
Isabel era una tea encendida, Luís el cirujano plástico la asistió en el hospital que curiosamente no había sido tomado por las llamas.
La mujer pasaría por varias operaciones, no le importaban las quemaduras del cuerpo, su única ilusión era poder volver a mirarse en un espejo.
La relación médico paciente se transformó en amistad.
La convalecencia les permitió conocerse, el médico le contó sus orígenes, le habló de su madre fallecida en un incendio que la justicia nunca había aclarado.
Isabel es una anciana.
Pasea por los jardines del nosocomio.
Lee y pinta bajo un árbol de cerezos.
Acompaña a su doctor en las horas libres, jamás quiso regresar a su hogar, donó todos los bienes que poseía para agrandar la institución, la más conocida de toda la provincia.
Las sucesivas cirugías lograron devolverle la belleza de antaño, nunca más pudo sonreír.

http://www.youtube.com/watch?v=uUir35l5y8U

Tuesday, February 01, 2011

HISTORIA DE UN PAYASO




El paso del tiempo hace que sienta dolores en el cuerpo.
Puede disimular con maquillaje los magullones que le quedan en el rostro.
A veces quisiera poder ocultar con el mismo las heridas de su alma.
Era un chico como todos, lo conocían como el hermano del medio.
Apodo que muchos hicieron que poco a poco el nombre legítimo fuera olvidado.
Sintió desde pequeño las diferencias, no podía ser indiferente a los mimos que los padres les otorgaban a sus hermanos.
Aprendió a vivir en esa soledad no buscada, sabía del amor de sus padres, a veces retaceado, siempre los honores y la gloria quedaban en la figura de sus hermanos.
Al cumplir doce años necesitó liberarse de los estigmas que se parecían mucho a un par de muletas.
Adoraba a su familia, sin embargo se sentía prisionero entre seres que le daban un poco de cariño como si fueran migajas.
Un circo llegaría a la ciudad, sería la oportunidad de irse lejos, mansamente, sin despedidas que arrancaran lágrimas que sabía no brotarían del amor sincero.
La noche anterior en un bolso colocó algo de ropa, suficiente para comenzar a transitar el camino de la libertad.
Caminó varias cuadras, los operarios habían terminado de armar una carpa de color verde.
Allí se sentiría contenido.
El dueño del circo al verlo tan desvalido y triste le otorgó un espacio en el tráiler que compartía con su esposa, el destino no les había dado la gracia de tener hijos.
Ese niño desgarbado los haría sentir como padres.
Comenzó repartiendo volantes que invitaban a ver un espectáculo único.
Pasados tres meses el circo seguiría su derrotero, no querían dejar al niño solo.
En la casa sintieron alivio el día que el dueño del circo se acercó a pedir por el chico.
Concurrieron ante el juez para cederles la custodia de Javier.
Recorrerían distintas ciudades.
Javier conocía de memoria las actividades del circo.
Asombrado observaba a los actores que hacían piruetas en los trapecios, el paso de bellas mujeres montando caballos que desfilaban airosos sobre la arena.
Reía como nunca antes lo había hecho al ver a los payasos, sin pensar que el destino le depararía la sorpresa de reemplazar a uno de ellos.
Se preparaba como un profesional, la crema blanca ocultaba sus rasgos, una boca gigante regalaba sonrisas coloradas, lápices negros dibujaban una lágrima.
Zapatos gigantes de distintos colores contenían las pisadas.
En el ínterin Javier estudiaba, recibió el título de maestro, el que dedicaría a sus padres adoptivos.
El tiempo ha pasado, hoy será la última función del circo.
Tributará la misma a esos seres que no dudaron en aceptarlo como a un verdadero hijo.
Remienda el traje gastado.
Hoy el maquillaje ocultará las arrugas que trajo el tiempo.
La función está vendida, Javier sabe que será la última de su vida circense.
Los aplausos conmueven.
Nadie nota que las lágrimas dibujadas se diluyen.
Mientras el público aplaude de pié las intervenciones del payaso, él llora todas las pérdidas.

http://www.youtube.com/watch?v=CruJJYcRX…

CUENTO MUSICAL




Intentaría convertirse en una nota musical.
Entre claves de sol y corcheas fue dibujando en el pentagrama una melodía.
Los acordes serían capaces de hacerle olvidar la tristeza que a veces quedaba enrejada en su alma.
Quería alejarse de las noticias que se repetían día a día, muertes que opacaban la vida quitándole su valor esencial.
Políticos que desde un estrado prometían metas inconclusas e inalcanzables para el común de la gente.
La tarde caía vistiendo el lugar con el misterio de la oscuridad, afuera sobre la Bahía del Encanto tímidos copos de nieve se estrellaban en el suelo, un manto blanco le recordó un vals de Strauss, en su mente sonaban las “Rosas del Sur”.
La veía a ella envuelta en su traje azul,los pies descalzos dibujaban figuras, él la tomaba de la cintura y la hacía volar aún cuando no tuviera alas.
Era hermosa.
Le pediría a Wagner el Anillo de los Nibelungos, sabía que lo conseguiría para entregarselo a su amada.
En su sueño nítidamente escuchaba a Beethoven, su “Oda a la Alegría” sería la música perfecta para declararle amor a esa mujer que le había robado el corazón.
Desconocía el nombre quizás se llamara Ángela o tal vez Aída como la ópera de Verdi.
Necesitaba concentrarse no podía creer que el amor se manifestara de una forma tan intensa.
La noche caía, lejos de la bahía observaba una estrella, una nube intentaba ocultarla.
Sentado en el taburete frente al piano, las teclas le regalaban una sonrisa en blanco y negro, un leve sopor lo indujo en un sueño.
La música los acunaba.
Unas "Voces de primavera" le traían el aroma de las flores, se asemejaba al ramo que alguna vez con amor infinito había pedido al florista que armara.
Recordaba los pétalos rojos vestidos de nácar, y allí estaba ella esperando.
Sostenía en su mano una copa de vino el líquido rojo bailaba un conocido vals, “Vino, mujeres y canto”.
En su mentedanzaban todas las féminas, se destacaba ella, hermosa como la figura del camafeo que su madre orgullosa lucía en el pecho.
Pese a estar dormido sintió frío.
La manta cubrió el cuerpo del hombre enamorado.
El calor de la frazada se parecía a los abrazos de ella, cálidos acompañaban sus respiración.
No sabe cuanto tiempo pasó, afuera el cielo se teñía con los colores del amanecer, una sinfonía de rosas y violáceos acompañaba su despertar.
De pronto una batería rompía la armonía, su vecino del cuarto piso a toda voz cantaba “Mariposas de colores”.
En ese instante decidió ser parte del pentagrama, solo, en silencio buscaría a la musa que lo inspiraba.

http://www.youtube.com/watch?v=ZqWS7LP4h…