LA VIDA DE ALMA

En su adolescencia Alma se enteró que por medios desconocidos le habían sido transferidos datos genéticos de su padre.
Entiende que sin querer guarda en su conciencia información que muchos científicos desearían descifrar.
Ocurrió cuando recién había nacido, una beba rozagante que colmaría de felicidad a sus progenitores.
Como todas las nenas tuvo etapas en que las muñecas eran su compañía constante.
Resultaba llamativo que a todas las coronara con diademas y pulseras representando estrellas.
Los padres no le prestaban atención a esos detalles propios en la imaginación de una pequeña.
¿Quién de nosotras no soñó con portar una diadema de fulgurantes estrellas?
¿Quién de nosotras alguna vez no sintió atracción por las constelaciones?
Constelaciones que brillaban en el Universo azul.
Juan no recordaba nada de sus días de recreación en la primera base en que los alpinistas descansan de un ascenso, ascenso que nadie sabe como finalizará.
Han pasado más de veinte años de aquel episodio, en el interín formó una familia, Alma fue la única hija que el matrimonio pudo concebir.
El destino quiso que no tuviera hermanos, la cuidan como si fuera una joya inaccesible para el común de los seres terrenos.
La joven posee una inteligencia especial, si bien no se priva del contacto con amigos de su edad, pasa largas horas observando el cielo.
Coincidiendo con su cumpleaños y la terminación de los estudios secundarios sus padres le obsequian un telescopio de última generación.
Dedicará largas noches sureñas tratando de descubrir un secreto desconocido para la humanidad.
Es feliz mirando el fulgor de las estrellas, presiente que algo le quieren transmitir y no sabe qué es.
Con la ayuda de sus padres prepara el primer escalamiento al Cerro Castor, toma los recaudos necesarios para la ascensión.
Escucha consejos mientras prepara la mochila y demás elementos que necesitará para cumplir con el objetivo soñado.
Abraza a sus padres, todos los integrantes de la expedición son despedidos con gran amor, les desean un pronto regreso.
Las cabañas son las mismas que otrora, idénticas a cuando su papá adolescente ascendiera por primera vez.
Solo se diferencian por los elementos tecnológicos que le anexaron.
Cada propiedad cuenta con computadoras.
Antenas altísimas se erigen en el lugar para posibilitar que los visitantes puedan comunicarse vía celular o a través de aquellas.
Alma recibe de manos de los guardas del cerro un equipo de oxígeno, le explican a todos como deben utilizarlo para evitar contingencias desagradables o en el peor de los casos irremediables.
La joven sabe que la altura puede hacer colapsar los pulmones.
Esa noche será especial, al atardecer del día siguiente harán cumbre si los vientos helados calman su tempestad.
Parten juntos hacia la cima que los hará estar acariciando el cielo.
Los abrazos se sienten pese al equipo de montaña.
Alma no se aleja del grupo, la consigna es llegar todos juntos abrazando un mismo ideal.
Unidos piensan que pueden alcanzar estirando las manos las estrellas más bellas para ofrendarlas a la persona que ha despertado los primeros sentimientos de amor.
Acamparán en otra base debido al tiempo inestable, nadie desea enfrentarse con el ulular del viento implacable, en las alturas podría convertirse en una trampa mortal.
Las luces del alba despiertan a los jóvenes alpinistas,.
Un abundante desayuno les dará energía suficiente para llegar a la meta anhelada.
Luego de un merecido descanso descenderán a la planicie.
Javier irrumpe desesperado a una de las cabañas, comunica a sus compañeros que Alma no está.
Cuenta al resto de los alpinistas que en un momento de la excursión la joven desplegó sus alas para perderse en el Universo.
La búsqueda de los rescatistas no dará los frutos esperados.
Nadie puede comprender hasta el día de hoy el episodio ocurrido.
No resulta veraz la explicación que brinda Javier, ningún ser humano puede desplegar alas para volar hacia el infinito.
Han pasado varios años desde la desaparición misteriosa de la muchacha.
Lejos de olvidar Juan decide escalar la montaña, ella tiene todas las explicaciones que ha buscado sin cesar.
Montado en el viento ascenderá el cerro Castor.
El frío reinante logra que las lágrimas del padre se conviertan en gotas de crista.
El amor de padre lo estimula a permanecer en ese sitio gélido.
Confunde el aullido del viento con la voz de su hija, no desea vivir sin ella.
Presto acudirá el destino para unir esas dos almas que vagan en el universo para no separarse nunca jamás.
Eleva tu mirada al cielo, esas dos estrellas que no se cansan de brillar son la esencia de Alma y Juan.

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UNA ESTRELLA EN EL ALMA

Las nevadas continuas agregan belleza a este lugar en el mundo, todo luce de color blanco, hasta las farolas que iluminan la avenida principal han optado por cubrir el acero que protege las luminarias con un sombrero blanco difícil de describir por la belleza extemporánea que muestran al turista..
Los muñecos de nieve proliferan en cada esquina de la ciudad, ataviados con coloridas bufandas sombreros de fieltro o gorros multicolor.
No falta el muñeco que muestra a los otros gafas oscuras, sabe que arranca la sonrisa de todos los que han decidido pasar unos días en el lugar más austral del mundo.
Los más chicos están haciendo sus primeras pruebas parados en los esquís, saben que al deslizarse volarán como pájaros sin alas, echarpes al viento, alegría en todos los rostros.
La promesa es repetir la salida durante un fin de semana largo, dos mamás acompañarán a un grupo de niños a acampar en la primera base del cerro castor.
En ese ssitio no hay carpas tradicionales debido a la temperatura helada como un glaciar.
Se han construido cabañas de madera nombre, parecen salidas de las páginas de un cuento.
Cuentan con todas las comodidades para albergar hasta cinco personas por vivienda.
El paisaje invita a soñar y reflexionar.
Las casas están provistas de todo lo necesario.
En uno de los laterales está ubicada la casa de los guarda parques, allí los alpinistas se congregan para tomar un pocillo de café o chocolate caliente para luego continuar con el ascenso hasta la cúspide del cerro.
Un poco más alejada se encuentra una base habitada por médicos que atienden cualquier emergencia.
En la pista un helicóptero semejante aun ave de plumaje naranja está dispuesta para los casos en que se hace necesaria una derivación al hospital de la ciudad.
A pocos metros se erige una base científica, cada año sus ocupantes son relevados por otros que continuarán sus investigaciones espaciales o de otra índole.
Los telescopios como armas apuntan al cielo.
Se permite a los turistas que acampan visitar las instalaciones.
El atardecer es la mejor hora para visitar las instalaciones.
Los telescopios tomarán vida regalando paisajes de la inmensidad.
Cielos púrpuras y rosados muestran la salida de las primeras constelaciones de estrellas, asemejan un manto infinito que cubre el Universo salpicado de destellos luminosos.
Luego del descanso avanzaremos un poco más, la idea es conocer una especie de cueva donde es posible encontrar minerales de todo tipo,
Mamás y los niños expedicionarios hallan sensaciones inolvidables.
Naturalmente se reproduce el espacio que no conocemos habitualmente.
Se pide silencio para observar la inmensidad.
Una estrella de nombre desconocido elimina vapores gaseosos de diferentes colores.
Los científicos provisoriamente le adjudicaron un nombre, la denominan Alma.
Permiten tomar fotografías del lugar.
Estela y Abril controlan el movimientote los niños, nada puede quedar librado al azar, tiene el mismo tratamiento que sus hijos, la consigna es disfrutar.
Al salir de la gruta los quince niños se desvanecen, el auxilio no tardará en llegar, cuando llegan a las cabañas todos responden a los reflejos exceptuando a Juan que parece un ángel dormido.
A diferencia de sus compañeros que recuperaron el conocimiento en cuestión de segundos, Juan permanece en un sueño difícil de interpretar.
Por radio se ubicará a los padres del menor, lo esperarán en la base del cerro, allí aterrizará el helicóptero sanitario.
Juan es sometido a toda clase de exámenes.
Los resultados indican que el menor está bien, no encuentran el motivo de su sueño profundo.
No tardarán en llegar al lugar personajes de la ciencia conocidos a nivel mundial.
Pasados quince días el pequeño despertará como si nada hubiera pasado.
No recuerda absolutamente nada de lo ocurrido, tampoco reconoce a sus padres, habla en un idioma indescifrable.
Fija la mirada brillante al cielo estelar.
Físicamente está bien, solo tiene dificultad para comunicarse debido a que nadie conoce el idioma en que se expresa.
Han pasado más de dos décadas del infausto episodio, Juan recordó el idioma de los terrenos.
Ha llorado en el momento en que su pequeña hija nació, lágrimas que derramaría cualquier padre ante un evento similar.
Deciden llamara Alma de manera azarosa.
Científicos del mundo siguen su caso con atención, en apariencia es un hombre como cualquier otro.
Solo hay una pequeña isla en su memoria, no recuerda el motivo de su desvanecimiento ni los días posteriores.
Antes de finalizar y cerrar el caso aquellos concluyen que un ser celestial se ha quedado con una porción de la memoria de Juan.
Alma crece sana y feliz como cualquier niño, ella es la dueña de ese trozo de memoria que algún día devolverá a su amado padre.

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LUNA VERDE

Asumo y comprendo que no me conozcas, eso no es motivo suficiente para que ignores mi existencia.
Mi ubicación está debajo de la luna brillante que todos conocen, esos todos que le cantan canciones, esos todos que derraman una lágrima por las laceraciones que el tiempo produjo en su cara plateada.
A ella los músicos le compusieron canciones que trascenderían todos los tiempos.
Ella, la luna blanca y redonda fue testigo de amores furtivos o eternos.
A su belleza se rindieron todos los artistas.
Me sorprende verla en los cuadros de eximios pintores, brilla entre los azules profundos de las noches eternas.
Con sus destellos iluminó noches silentes, con sus silencios propició el nacimiento de los sentimientos que jamás se olvidan
La conoces en todas sus fases, cuartos menguantes para reflexionar, media luna para soñar, luna llena que propicia nacimientos,
Son nueve lunas llenas las que cuentan los médicos para que se produzca el nacimiento de un niño, niño que traerá lágrimas de felicidad con su cuerpecito rosado cuando escuchen el primer vagido de ese bebé que tan pequeñito demuestra tener pulmones acerados.
Luna blanca que se recorta entre los árboles.
Luna blanca que sin permiso entra por tu ventana, luna blanca que presencia la entrega de dos que se aman.
No creas que tiene vergüenza cuando se oculta, está iluminando otras latitudes.
Reconozco que es grandiosa, no omito que es el primer satélite que gira alrededor de la tierra.
Tierra bendita cuando todo marcha bien, tierra dorada en la soledad del desierto.
Tierra ingresando al mar, luna que dice al comandante de una nave que debe rectificar el rumbo para no colisionar con un témpano.
Luna blanca que marca derroteros.
No quiero quitarle méritos a la luna que tanto admiras solo quiero que fijes tu vista ante el Universo pintado de estrellas fulgurantes.
Sé que a veces las nubes la convierten en jirones de luz, es amiga de la brisa que juega con tu pañuelo, es amiga del viento que te arranca lágrimas por su efusividad innata.
No es mi deseo que olvides su magnificencia, solo te pido que realices un esfuerzo, debajo de ella brilla una estrella casi desconocida.
Soy yo.
Me otorgaron el color de las esmeraldas, opacan mi luz las tinieblas.
No compito con nadie, a mi no me sirve que la brisa esfume las nubes del cosmos.
Para que me entiendas soy como un ojo humano velado por las lágrimas.
Mi mundo se desenvuelve en las brumas del desentendimiento.
No participo en el concurso para elegir la más bella.
Solo quiero que conozcas un poco de mi historia que no es tan magnificente como la luna plateada.
Hace miles de años que orbito como un fantasma, ello no me ha impedido observar la belleza de las olas transformadas en espuma que fenecen en la playa.
La estrella más grande del Universo tiene ciertos códigos de convivencia, conserva viejos estigmas que algunos seres terrenales prefieren ocultar.
No tengo miedo, te pido un instante para que sepas que en esta luna verde se albergan los seres que no han nacido.
Seres que no pidieron pertenecer a ninguna parte y se les vedó la posibilidad de ser.
Ellos cantan canciones de cuna que jamás escucharon.
Tienen alas como los ángeles que muchos pintaron de color negro.
¿Cómo te lo digo con palabras delicadas?
Fueron seres concebidos en noches de amor, noches de lujuria apasionadas, no voy a juzgar a nadie.
Solo diré que me conmovieron las historias de vida que no se cristalizaron.
Cada uno es dueño de sus errores y aciertos.
Esos pequeños a los que no se les dio la posibilidad de desarrollarse están aquí.
Esta luna verde que a veces parece somnolienta o distraída los alberga a todos.
En esta luna verde hay cabida para los desvalidos, les he enseñado a manifestarse a través de los acordes de una cítara, saben cantar.
Quizás no te interese su no existencia, quizás deba pasar mucho tiempo para que sus alas tengan el plumaje que desborda belleza
Quizás para el mundo moderno hayan sido un producto desechable.
No lo consideré así.
Llamo a las puertas de tu corazón latente, te invito a elevar tu mirada al Universo.
Acá estamos esperando vestigios de vida, en tus manos está aceptarnos tal cual somos, con nuestros propios designios truncados.
Como el Ave Fénix, estaremos dispuestos a resurgir desde las cenizas a las que nos han condenado.

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REENCUENTRO

Cho siempre fue un ser solitario, en la adolescencia decidió mudarse a Tokio en la búsqueda de mejores oportunidades de vida.
Nada lo ataba a su tierra natal, tenía la intención de olvidar el pasado, iniciar una nueva vida que fuera capaz de sepultar el horror que había vivido de pequeño.
Único hijo de un matrimonio grande, vio como el enemigo desollaba a su padre escondido en un pozo al que apenas ingresaba la luz y un poco de oxígeno.
No podría decir cuanto tiempo estuvo en ese lugar maldito, se orientaba por la luz del sol que a mediodía ingresaba a la profundidad de la tierra por breves instantes.
Pasó hambre, lloraba en silencio la ausencia de sus seres más queridos
Hambriento cruzó espacios indescifrables, encontró a un guía que al verlo tan mal no dudó en acogerlo en su vivienda de la montaña, creyó encontrar en ese hombre paz y sabiduría, aprendió un oficio.
Dicen que partir es morir un poco, estaba dispuesto a tener otra vida.
El anciano le ofreció al desvalido casa y comida a cambio de tareas rurales, alimentar al escaso ganado que tenía y con el que ambos sobrevivían.
El invierno en la altura es demoledor, quien se convirtiera en padre adoptivo enfermó.
No dudó un instante el anciano necesitaba atención médica.
Pocos minutos le llevaría cargar las alforjas de una mula con lo indispensable que no era demasiado para llegar al hospital que estaba atravesando los cerros.
Cho presentía que otra pérdida se avecinaba, lágrimas de impotencia surcaban su rostro, hubiera dado su propia vida para salvar al hombre que tanto cariño le había dado en los últimos años.
Misuko cuidaba a los enfermos en soledad absoluta, siempre le acercaba un plato de comida caliente.
Jovial, amorosa el cabello lacio era el marco perfecto para esos ojos almendrados que suplicaban un poco de amor.
Se contaron sus penas, ninguno de los dos tenía ataduras, estaban solos en el mundo.
Cuando el anciano partió hacia otra vida decidieron establecerse en las afueras de Tokio.
Un sacerdote bendijo la unión de los enamorados.
Armaron con mucho esfuerzo un vivero, Misuko estaba pendiente de su esposo.
Pronto la familia sería bendecida con la llegada de un hijo.
Quiso el destino que nacieran mellizos, un varón y una niña.
La depresión post parto logró que la madre huyera, nadie podía juzgar su conducta, toda su vida había sido un ser libre como los pájaros, a esa vida regresaría.
Cho no podía encargarse de los dos niños, decidió internar a la pequeña Emiko en un instituto, allí estudiaría hasta la mayoría de edad.
Haru se quedaría con el padre, le enseñaría el oficio, deseaba que sus hijos no pasaran privaciones.
Destruyó todas las fotografías de la madre de los pequeños, prefería darla por muerta antes de contarles que había huido.
El joven guardaba cada peso que recibía de su padre, no tenía intenciones de permanecer en un vivero de por vida, necesitaba conocer sus orígenes.
Se iría de madrugada, llevaría lo indispensable, varias veces descartó la carga de la mochila.
Pese a tener quince años parecía mayor, no tardó en emplearse como músico, con el sueldo pagaba la pensión y subsistía.
Componía letra y música de las canciones, pronto se convertirían en hit del mercado musical.
El verano era propicio para los recitales al aire libre.
Una muchacha con la tez de porcelana ocupaba su tiempo.
Compartían salidas y el éxito temprano de Haru.
La dueña de la pensión los cuidaba con esmero.
Los muchachos estaban tratando de reconstruir el pasado.
Pese a las insinuaciones y la belleza de Emiko, el joven artista reprimía sus emociones, algo le decía que solo debía considerarla como una amiga.
Emiko y Haru se despidieron un atardecer, ella tenía el rostro tan bello como los pétalos de un crisantemo, buena figura, prometieron encontrarse algún día.
Haru brillaba en los escenarios nacionales e internacionales, Emiko se destacaba en los estudios.
Coincidieron en un lugar remoto, él daba un recital, ella estaba a punto de obtener una maestría.
Brindaron por el reencuentro.
Un asistente le comunica a Haru que debe posponer los recitales y viajar a Tokio, antes de morir su padre le revelaría el secreto mejor guardado.
Emiko y él eran hermanos, la dueña de la pensión era la madre de los muchachos.
Terminados los funerales de su padre los hermanos vuelven a encontrarse para siempre.
El destino los había reunido, tenía una nueva posibilidad de recomenzar la historia que parecía trunca.
Unidos disfrutan del éxito en compañía de su madre, el pasado se transformó en recuerdo enrejado en el alma de los protagonistas.

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LOS NIÑOS DEL VOLCÁN

Quisiera convertirme en mapa para que conocieras todos los lugares de mi patria amada, más allá de quien ostenta el poder en forma circunstancial tenemos historias ricas, algunas son milenarias.
En esta ocasión voy a prescindir de las bellezas naturales que se encuentran en el sur de nuestro país.
Quienes me acompañen viajarán en cómodos pájaros plateados, desde aquí, un tramo del trayecto los acompañaré.
No tendremos que hacer demasiados trámites en el aeropuerto tal como hacen los pasajeros comunes a los amigos de la palabra solo nos pedirán lo indispensable,, documentos y si llevamos cámaras fotográficas sofisticadas deberemos justificar la procedencia.
Sé que mis compañeros de vuelo se manejarán con máquinas digitales y teléfonos celulares para grabar y filmar un hallazgo que solo por su estado de conservación nos permite obtener un primer lugar en cuanto al tema que les iré contando.
No quiero apabullarlos con palabras, desde las ventanillas que compartirán con sus compañeros de asiento verán postales salidas de un cuento, pinceladas que un Ser Superior quiso dejar en mi patria amada.
Nos dirigimos a Salta, provincia norteña que guarda secretos , secretos que queremos que el mundo conozca.
Desde tu ubicación podrás observar la cordillera, imponente con sus picos nevados en cualquier época del año, grandes extensiones de campo, todos los verdes que nacen enla paleta del pintor.
Les debo un paseo por el famoso tren de las nubes, no es épocas para realizar un viaje de siete horas, en esta época del año el tren no brinda servicio, la nieve impide la circulación.
Quizás podemos hacer el trayecto en otra ocasión si Ustedes así lo desean.
Mientras me convierto en guía turística por un rato les cuento cada imagen que ven.
Rueda el mate y los vasos con café.
En los últimos asientos de la aeronave un guitarrista anima el viaje, nos unimos en la canción, hasta los extranjeros acompañan con sus palmas los acordes de esa guitarra que pareciera llorar ausencias.
En pocos minutos aterrizaremos en Salta la linda, tendrán tiempo de recorrer la ciudad colonial.
Mañana conoceremos un museo especial, allí se encuentran tres niños momificados en perfecto estado de conservación.
Quiero decirles que para mino son momias sino seres elegidos que trascendieron todos los tiempos.
Los dejo solos mientras las científica a cargo del lugar les explica el proceso.
Mis alas imaginarias me harán retroceder miles de años, quiero estar presente en el viaje que emprendieron tres inocentes desde un lugar remoto de otro país para asistir al festejo que se llevaría a cabo en la planicie de una provincia que milenios después se conocería con el nombre actual.
No deseo apabullarlos con información, solo les contaré mis vivencias en este viaje al pasado.
Noto que ninguno de los tres niños tiene temor de cruzar la cordillera, llevan provisiones. Suficientes para enfrentar la epopeya.
Debo preparar a la niña como una reina, en su equipaje llevará una corona de plumas blancas, por ellos sé que atravesarán la cima del volcán Llullailaco.
Quiero otorgarle algo de rubor a su carita de piel morena, mezclando hierbas lo lograré.
Acomodo sus coloridos ponchos, gorras tejidas cubrirán las cabezas.
Beso a cada uno deseándoles lo mejor.
Sé que el ascenso fue perfecto.
La tormenta de nieve los sorprendió a más de seis mil metros de altura, perecieron en el lugar.
Tardarían mies de años para que los científicos alpinistas encontraran sus cuerpos momificados.
Junto a ellos recuerdos de una era que no vivimos.
Collares, vasijas, adornos para el festejo que no pudo ser.
Hoy esos tres niños a los que no puedo denominar momias están en un museo.
Conservan ropa y calzado original.
Con cuidado son removidos de la nieve.
Son traslados a un museo de alta tecnología para que se mantengan tal como ayer.
Mientras Ustedes están en ese recinto aséptico decido regresar.
Parece una película de ciencia ficción, esos niños a los que me niego a denominar momias, estoy segura que en su equipaje traían un mensaje de paz y concordia para la humanidad.
Quiso el destino que los encontraran aquí, tal vez necesitaban cuidados especiales para permanecer.
De esta historia me quedo con la necesidad de compartir que viene de miles de años pasados.
Tengo un solo deseo, respetemos la figura y el mensaje que ellos nos trajeron miles de años después.

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LAS HORAS

Apesadumbrado el poeta se dirige al salón principal de la casa, en ese espacio lujoso con cristales fijos que permiten observar la belleza del paisaje solo hay relojes antiguos.
Todas las mañanas a la misma hora controla que el funcionamiento sea correcto, para ello debe insumir un poco de su tiempo incalculable con el objetivo que todos marquen el horario preciso.
Accionará cuerdas, cambiará las cadenas que sostienen las pesas de los más viejos, debe equilibrarlos para que todos marquen el mismo tiempo, tiempo que solo él conoce.
Con suavidad quitará una hebra de cabello desconocida que esta adherida al cristal del reloj de péndulo, ajustará las agujas.
Pese a que la colección es costosa y en muchas ocasiones los anticuarios le ofrecieron fortunas por la colección de los indicadores del tiempo terreno, jamás quiso desprenderse de ninguno.
Con el objeto de mantenerlos en perfecto funcionamiento realizó estudios guiado por la mano de los mejores maestros relojeros.
No permitiría que nadie corrigiera las agujas de sus preciados tesoros.
Sabe que cuando baja de la montaña para proveerse de víveres muchos lo señalan sin disimulo, los más atrevidos le otorgaron el mote de “El loco de los relojes”.
A todos saluda con una sonrisa o una leve inclinación de cabeza, poco le importa los motes que le adjudican.
Ninguno de esos seres que con total impunidad lo prejuzgan conoce un minuto de su vida, no saben si es feliz o está sumido en la tristeza.
Un grupo restringido sabe que se trata de un poeta que ha escrito los versos que acompañan las horas del solitario.
La mayoría ignora que en el momento que la pluma se inmovilizó, decidió coleccionar relojes.
Paga lo adquirido, se detiene turbado ante la cabellera dorada de la vendedora, recuerda esas hebras doradas, no porque hubiera estado antes con ella, los cabellos rizados tienen el mismo color de ese cabello que estaba cruzado en el reloj de péndulo.
Se da cuenta que no podrá acarrear sin ayuda la compra realizada, decide tomar un auto, en silencio llega a la mansión que lo aloja,
Vista desde el exterior parece una fortaleza inexpugnable, fortaleza que no es tal y alberga a un hombre que en algún momento, en alguna hora conoció las mieles del amor.
Una fortaleza que sin su morador implosionaría en segundos por el peso de los recuerdos que allí moran
Prolijamente acomoda todo en la amplia despensa, ríe sin ganas cuando nota que ha adquirido más de lo necesario.
Eligió estar solo cuando la mujer que más amaba ascendió a los cielos, en ese instante supo que debía sepultar al poeta.
Recordaba momentos compartidos que jamás regresarían, momentos compartidos que nunca hallaría en los brazos de otra mujer.
Dejó morir la pluma, reemplazó los versos por horas.
El atardecer comenzaba a otorgarle colores impresionantes al cielo, creyó por un instante ver a su enamorada en los jirones de una nube.
Ilusiones ópticas que la brisa constante harían desaparecer.
Tenía frío.
La soledad se sentía más que nunca.
Atizó los leños contenidos en el hogar de piedra.
Mientras bebía un café recordaba pasajes de su vida.
Las lágrimas incontenibles rodaban por el rostro aún joven.
Utilizaría las luces del crepúsculo para dividir los días en tercios.
El primer reloj marcaría la medianoche, noches oscuras como la tristeza de aquel que nada tiene para compartir, al lado el otro medidor del tiempo señalaría las luces del alba, luces que tiñen el paisaje de rosados y naranjas, mañanas bulliciosas, estallido de flores y fragancias lo embriagaban, lejanas se oían las risas de los niños.
El tercer reloj marcaría el inicio de la tarde, larga, extenuante, solitaria.
La música suave acompañaba momentos taciturnos.
Pasaron varios días hasta que las autoridades se acercaron al lugar.
La mansión estaba intacta, la puerta de entrada sin llaves.
Accedieron a la propiedad sin inconvenientes.
Encontraron el cuerpo inerte, no tenía signos de violencia.
El forense no calificó el deceso como muerte natural, encontró una fina hebra dorada se observaba alrededor del cuello, no estaba lastimado, la necropsia diría que había muerto asfixiado tres días antes.
En perfecto estado de conservación fue trasladado, en el instante que le darían cristiana sepultura dos imágenes se elevaban tomadas de la mano hacia el universo.

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SOLEDADES

A través de la ventana no puedo divisar a qué género correspondes.
Desde aquí veo un ser encorvado al que no le puedo otorgar género.
Estás acurrucado en el bosque.
Las especies con hojas perennes no pueden ocultarte.
La nevada es copiosa pese a ello te veo como si fueras el contorno de un ser humano que mita del gris al negro.
Adivino que la soledad se posó en tu espalda por eso caminas sin levantar la vista.
Quisiera que mi mensaje te llegue, otorgarte esa luz que has perdido para que encuentres refugio.
No sé si cumpliré con mis expectativas, no voy a dejar de intentarlo.
Trataré de desplegar mis alas imaginarias para que no sientas el frío que no solo cala los huesos sino que es capaz de convertir en estalactitas el alma de quienes caminan por la vida desconcertados.
Agua congelada que toma la forma de filosas dagas, no camines por allí, busca el sendero que está marcado por las hierbas que pese al frío nos obsequian floración silvestre.
No te detengas, has un esfuerzo.
Más adelante encontrarás un espacio de luz que lleva a un lago, a tu vista parecerá quieto como si fuera un espejo.
No cejes en tu intento.
Gira a la izquierda, unos pasos más adelante encontrarás un refugio de montaña.
No temas, estoy haciendo esfuerzos para que mis palabras lleguen al fondo de tu alma.
Tus coquetas botas me indican que eres una mujer, presiento que estás en búsqueda de tu destino.
Avanza, no temas.
En esa casa que parece salida de un cuento encontrarás todo lo necesario para tu supervivencia.
Al principio notarás que no está habitada, puedo asegurarte que allí mora el espíritu de mi pintor favorito.
Vincent huyó del alcohol de otras vidas a causa de amores imposibles para quedarse en esa propiedad sin tiempo.
No te asombres si encuentras todo ordenado, como si un duende te hubiera preparado el café caliente que necesitas para animarte.
Utiliza la casa con absoluta confianza.
No dudasen utilizar el sillón que está junto a la chimenea, puedes usar sin temor esa manta para cubrir tus piernas.
Cierra los ojos, bebe la copa de licor que está apoyada cerca del atril donde fulgurante reposan los girasoles que aquel pintara.
Sueña, no tengas miedo, nadie te hará daño.
Si percibes la presencia de un hombre de barba rojiza no huyas.
Es el reconocido Van Gogh que en minutos comenzará a pintar una obra desconocida.
Siento los latidos de tu corazón cuando el artista desliza sus manos convertidas en alas de pájaros sus impresiones sobre el óleo blanco.
Déjate llevar por las emociones disfruta cada instante como si fuera el último, tal vez no se repita.
Vincent con sus pinceles reflejará en aquella, trazos que trascenderán todos los tiempos.
Tus mejillas se sonrojan, tus labios se parecen demasiado a los colores de los rubíes en los que el grande de la pintura intento sumergirse sin éxito.
En lugar de beber el néctar tibio de un beso solo encontró el hielo de una boca inanimada.
Duerme si lo deseas, Vincent es capaz de pintar tus sueños.
Evoca los recuerdos que te hicieron feliz, no importan las fechas, disfruta.
Tu imagen etérea quedará por siempre retratada en el cuadro que ese hombre de carácter incomprendido jamás retrató.
Entrégate en cuerpo y alma, no dudes ese momento es único e irrepetible.
No temas el famoso artista solo desea retratar la soledad que le transmites.
Derriba las rejas que encierran temporalmente tu alma, solo vive cada momento.
Con sus pinceles y tus vivencias quizás seamos un poco más reconocidos en el mundo terreno.
Respira tranquila, entre los tres lograremos que la alquimia establezca perfecta armonía.

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ESTIGMAS

Sé que no eres devoto, asumo que tienes tus propias creencias sin embargo no puedo admitir que creas que tus verdades prevalecen sobre otras y tiene el absolutismo de lo infinito.
Te he visto oculto entre las rocas que llevan a la gruta que encierra la bahía, gruta en la que te has refugiado para protegerte de los embates del viento cuando la marea está baja.
En ese sitio que es digno de visitarse observé que tu llanto era incontenible, parecía que tus lágrimas querían horadar las rocas.
Lamenté que dejarás colillas de cigarrillos, entiendo que la marejada se las llevará al fondo del océano.
Me contaron que eras un visitante furtivo, huías de tus propias realidades, como siempre hice caso omiso a los comentarios, necesitaba verte para tener mi versión de los hechos.
La primera vez que te miré me dio la impresión que pese al intento de ocultar tu rostro con un pasamontañas y gafas estaba cerca de un hombre abrumado por la desesperanza.
Parecía que conocías la retirada del agua, el bramido de las olas en su danza eterna no alcanzaba para ocultar tus sollozos.
Antes había visto llorar a un hombre, la emoción era motivo de atraer las lágrimas, tal vez la pérdida de un ser querido propiciaba que aquellas rodaran sin disimulo.
Supe diferenciar los distintos llantos, el tuyo era semejante al gemido de un animal herido a punto de despedirse de la vida.
¿Cómo explicarlo?
No tuve miedo de esa figura fantasmagórica, estaba segura que no habías nacido en las tinieblas.
Opté por no hacer nada, solo observarte, llegaría el instante en que pudiera extender mis manos para ayudarte.
No estaba sola cuando me descubriste, detrás de mi un niño te buscaba.
Con el propósito de protegerlo nos alejamos de la catarata de palabras irreverentes que nos obsequiaste, no te diste la posibilidad de ver al pequeño que me acompañaba.
Un chiquito que estaba acostumbrado pese a su corta edad a llorar ausencias, un pequeño que no dudé en albergar en mi casa cuando lo encontré solo deambulando sin destino por una galería.
Entre todos los integrantes de mi familia le dimos aquello que vos jamás le habías dado, cariño, caricias tibias que alejaran de su cabeza los malos momentos.
De madrugada calmábamos sus pesadillas, clamaba por su padre.
Nos resultó difícil que nos contara sus orígenes, con la ayuda de terapistas y mediante juegos supimos que su mamá los había abandonado en búsqueda de un destino que no había encontrado a tu lado.
Jamás me erigiría en juez de conductas ajenas.
No conozco los estigmas que han lacerado tu alma.
Pido que el tiempo te ayude a reconciliarte con la vida.
Pido al tiempo que los estigmas pasen a ser un recuerdo, doloroso sin dudas, no tanto para que te impida ejercer tu función de padre.
No podrás esconderte por mucho tiempo, la vida no es huir de ella.
Date el gusto de observar las luces del alba, camina por la playa sin ocultarte, levanta la mirada despojada de lágrimas para observar el Universo.
No está solo quien desea salir de ese estadío.
Permite que te ayudemos a evadirte de ese problema que de ninguna manera debe ser razón de tu existencia.
Quiero ser testigo privilegiada del reencuentro con tu hijo, te necesita, entre los dos podrán atenuar la pena que los aflige, el amor sana.
Vive para ese niño que sufre, de tu mano recorrerá otros senderos.
Piensa en él.
Juntos pueden comenzar una vida en la que prevalezcan las sonrisas, es tu sangre, para nada responsable de los errores que cometemos los adultos.
Transforma la tristeza en alegría.
Intuyo que tanto vos como el pequeño pueden lograrlo.
No digas nunca, cambia esa palabra por siempre.


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