Sunday, October 27, 2013

RESCATE EN UN POZO





Después de una noche lluviosa donde la llovizna pertinaz se ocupó de ocultar los destellos de la luna, las luces del alba comenzaron a teñir de colores pasteles la inmensidad del universo, apenas quedaban unas nubes blancas que la fuerza del viento llevaría hacia otros lugares, viento suave que movía las gramíneas de la ladera, ladera vestida de verde brillante.
Una vez más el agua había cumplido con su trabajo, parecía que cada hoja había sido lustrada por manos invisibles.
Apuré el café.
Me esperaba una larga caminata, recorrería cada centímetro de tierra por el que hacia dos años había transitado con Naomi.
Recuerdo que ese día tenía previsto proponerle matrimonio, para ello llevaba oculto en el bolsillo de mi casaca el estuche que contenía una sortija, el diamante en forma de lágrima me recordaba cada una de las que ella había derramado, a veces por motivos tristes, otras porque la emoción apresaba su alma.
Se veía preciosa con su vestido de algodón blanco, al trasluz a simple vista mostraba la perfección de sus curvas.
La brisa suave producía un efecto majestuoso en su cabellera.
Se soltó de mi mano quería tomar unas fotos.
Ante mi vista desolada desapareció.
La llamé varias veces pensando que estaba escondida en el inicio del bosque, hacia allí dirigía mis pasos.
El silencio era conmovedor.
A medida que pasaban las horas aumentaba mi desesperación, Naomi no respondía a mis llamados que pronto se convertirían en gritos desgarradores.
Regresé a la ciudad con el propósito de pedir ayuda, Entre quienes me acompañaban un anciano acrecentaba mi pena, me contaba que a veces la entrada del bosque se formaban de manera inexplicable pozos, pozos que solo los que habían regresado podían hablar de la magnitud y profundidad de los mismos.
Pocos caminantes, la mayoría turistas desconocían la existencia de ellos, además que al absorber a la persona el suelo volvía a quedar firme, tan firme que nadie podía imaginar que allí la tierra tenía esos movimientos para luego volver a la forma original.
Mi rostro expresaba un dolor profundo, el anciano me tomó de las manos, pidiéndome que tuviera confianza, mencionó casos similares, a mi no me importaban solo deseaba encontrar a la mujer con la que había decido conformar una familia.
Nos amábamos de una manera difícil de expresar con palabras.
Naomi era una mujer que despertaba pasiones salvajes y con una sonrisa y la dulzura de sus palabras lograba aquietarlas, permaneciendo dormidos y abrazados hasta que la necesidad del encuentro nos despertaba.
No hablaré de ella en tiempo pasado pese al tiempo transcurrido, quiero contarte que la naturaleza le otorgó una belleza especial, delgada como los juncos que crecen a orillas del agua, de cintura pequeña invitando a sostenerla,  apariencia frágil e inalcanzable como las estrellas que titilan en el cielo.
Me enamoré de su mirada, a través del azul cristalino de sus ojos podía ver su alma.
A la belleza agregaba virtuosismo para resolver cualquier circunstancia, siempre con una sonrisa buscaba el lado positivo de todos los episodios de la vida cotidiana.
Es desesperante haberla perdido, no sabe dónde está.
El anciano parecía leer mis pensamientos, me aferró fuertemente el brazo.
Indicó que debíamos seguir caminando, creí volverme loco, el paisaje no cambiaba, insistentemente decía que debíamos buscar una pequeña flor de color blanco, casi imperceptible, crecía en la boca del pozo que se había tragado literalmente a la mujer de mis sueños.
El llanto me impedía ver con claridad, notando mi desazón el anciano me pidió que me sentara sobre la hierba, él seguiría con el resto la caminata.
A pocos pasos comenzó a agitar el bastón, había encontrado la flor que tanto buscábamos.
Ordenó al resto de los hombres  cavar con palas el círculo imaginario que había trazado, debían hacerlo lentamente para no producir desmoronamientos.
Finalizada la tarea sacaron de un bolso una soga, el propósito era introducirla en la boca del pozo, encontrar a Naomi, indicarle que debía atar a su cintura el extremo y ajustarla con un nudo, ellos harían el resto del trabajo.
Recé todo el tiempo, no escuchaba sonido alguno.
Pasadas dos horas el cuerpo de Naomi emergió desde las profundidades de la tierra, tuve temor de abrazarla, tenía miedo de lastimarla.
Estaba intacta, igual al momento en que había desaparecido, solo se notaba un poco turbada por la cantidad de personas que me acompañaban.
El rescate había sido un éxito.
Naomi agradeció la cantimplora que el anciano le ofrecía, bebía agua en pequeños sorbos.
Cuando todos se retiraron la mantuve entre mis brazos, no deseaba perturbarla con un interrogatorio.
Comenzó a contarme que se había deslizado dentro de lo que parecía un pozo enorme, la tierra era firme, en ningún momento tuvo miedo de quedarse allí.
Una voz a medida que descendía le contaba cada vivencia, en ese abismo oscuro vivían los defectos que a veces adornan a ciertos seres humanos, pudo ver las caras de la miseria y el abandono
Metros más abajo las vanidades se peleaban delante de espejos imaginarios.
Todos los defectos sobrevivían debajo de la tierra.
Naomi nunca tuvo miedo, sabía que en algún momento regresaría a mi lado, ignoraba el cómo y el cuando, solo tenía ese convencimiento que la mantuvo con vida.
En una semana nos casaremos, necesitamos estar para siempre juntos compartiendo el amor que nos une.


Wednesday, October 23, 2013

POSTALES DE VIAJES



En ocasiones para distendernos de los episodios cotidianos acudimos a los recuerdos, recuerdos que no solo permiten rememorar momentos únicos sino que se aprecian de manera diferente
He tenido la suerte de conocer todo mi país, no dejé pueblo o ciudad por visitar.
En el norte me atrajeron los paisajes inconmensurables, montañas de mil colores que pocos geólogos podrán explicar el por qué de su atractiva coloración.
Fiel compañera la música escoltará cada aventura, al pié de las montañas las mujeres le cantan y ofrecen sus letanías a la tierra, la vista es conmovedora.
En el centro siete colores de verdes bien definidos asombran a los visitantes.
Cursos de agua cristalina permiten observar como los peces nadan de manera armoniosa.
Más adelante los juncos ofrecen un espejo de agua color marrón.
En las orillas como estatuas vivientes permanecen garzas y flamencos, pareciera que están custodiando el río color león.
Sitios donde los pescadores concursan por grandes piezas, piezas que serán devueltas a su hábitat natural para que sigan creciendo.
Extasiada observo los camalotes, casi todos en el centro llevan pájaros sin destino conocido, imposible no fotografiar el lugar.
Cuando el termo y la guitarra son la compañía de los lugareños, cuando el sol comienza a esconderse es hora de regresar a la cabaña que nos albergará por unos pocos días, la consigna es seguir hasta la otra punta del país.
Mientras las estrellas encienden el universo, consultamos el mapa de rutas y caminos.
Descansaremos lo necesario para llegar.
El empleado de la estación de servicio aspira de la camioneta los últimos vestigios de tierra colorada, tierra roja que se ha instalado en el alma.
Nos dirigimos al centro del país, cosmopolita nada tiene que envidiar a las grandes urbes, tienen el plus de estar circundadas por extensiones enormes de campo.
Los trabajadores permanecen en ellos desde el alba hasta la puesta del sol.
El próximo destino es Buenos Aires, trataremos de pasar evitando los cortes de quienes protestan reclamando igualdad.
Descansaremos en las afueras de la ciudad.
La hostería es sencilla, cómoda para quien no piensa permanecer mucho tiempo, alejada permite ver el preciso instante en que la luna se convierte en reina.
Redonda se cuelga en el cielo azul, no tiene pudor en el momento de mostrar las laceraciones de su cara casi perfecta.
Preludio de una noche de paz, misterio y mucho amor.
Mañana seguiremos el recorrido, nuestra brújula será el Lucero, Lucero que no intenta opacar al resto de las luminarias estelares, simplemente está allí ofreciendo su belleza a todos aquellos que sepan mirar con los ojos del corazón.
El canto de un ruiseñor oficiará de despertador.
Filmadoras y cámaras fotográficas están listas para capturar las imágenes de mi país.
A pocos kilómetros, majestuoso aparece el mar, deleite para el alma con su continuo rumor.
Mañana conoceremos un glaciar diferente, es de color marrón pese a que se lo conoce como Ventisqueros Negros.
Valles y quebradas, frutos de sabor exquisito para deleitar todos los sentidos.
Detrás erguidos y reflejados en un espejo de agua azul se muestra el cordón cordillerano.
Dan ganas de poseer alas imaginarias para posarse en las cumbres nevadas.
El viaje debe continuar, trataremos de llegar con luz diurna a las cercanías del glaciar más famoso de nuestro país.
Impactante el Perito Moreno muestra todo su esplendor, sus pies son bañados por las aguas de un lago que navegaremos después.
Jirones de nubes grises presagian una tormenta, disfrutamos igual, serpenteantes los relámpagos surcan el cielo, el estallido produce el grito desgarrador de un trueno.
Mañana aparecerá el sol.
En el puerto abordaremos un catamarán, compartiremos el viaje con turistas venidos de lugares distantes de nuestro país.
El glaciar es imponente, suave la brisa logra otorgarle movimiento a las aguas del lago.
Escuadras de gaviotas cruzan el cielo ahora diáfano.
Silencio para escuchar el primer desprendimiento de las placas de hielo que conforman al gigante.
Lágrimas y aplausos se repiten ante el alarido ensordecedor que produce al caer al lago.
Comparado con hechos de la vida real pareciera un grito de auxilio, para que el humano constante depredador no lo dañe.
Imposible describir con palabras semejante espectáculo, para graficarlo diría que estuvimos ante la presencia de un Ser Superior.
Pese a la época del año nos indican que es necesario colocarle cadenas a los neumáticos.
La ruta parece una cinta tatuada.
Kilómetros más adelante se convertirá en ripio, instante en el que es necesario aminorar la velocidad.
El viento comienza a silbar.
Los primeros copos de nieve comienzan a vestir de blanco el lugar asemejan pájaros volando de aquí hacia alla.
Nos detenemos con el objetivo de tomar un café.
Esperaremos que el viento se convierta en brisa para llegar a destino.
Queda poco camino por recorrer, los techos de tejas rojas de las estancias rurales parecen salidos de un cuento, en poco más de media hora estaremos en nuestro hogar.
Nuestros amores esperan atentos que comencemos a contarles anécdotas de un viaje inolvidable.


http://www.youtube.com/watch?v=5CshxHXtNfg

Thursday, October 17, 2013

ÚLTIMO HÁLITO DE VIDA



El temporal de nieve es raro en esta época del año, no tiene razón de ser cuando estamos en plena primavera según el almanaque, nunca las temperaturas se parecen a las de los sitios donde las horquetas de los árboles comienzan a mostrar sus brotes, etapa en que las mariposas nos harán una visita tan efímera como sus vidas para que no olvidemos la belleza de las coloridas alas desplegadas, bebiendo el néctar de las primeras flores que tardíamente aparecen en este lugar tan alejado del mundo.
Lugar donde ha sido coronada como reina la tranquilidad.
Hasta el fiordo que suelo visitarse ha vestido de gramilla verde en su ladera se pueden observar las primeras flores silvestres, pequeñas no tanto como para pasar inadvertidas,
En las caminatas que nos llevan al fiordo tratamos de esquivarlas para que sus pétalos permanezcan intactos.
La mole de piedra se erige orgullosa, no teme a los rugidos del mar, cautiva su vestido de hojas nuevas, acostumbrado al frío glaciar no dudará en sumergir los pies de piedras en el agua,
Está acostumbrado a que el oleaje horade las piedras que conforman sus piernas, años de oleaje no han podido dejar más que pequeñas heridas donde el musgo se adhiere otorgándole fuerzas para permanecer.
Intuyo que debo regresar a la ciudad, mientras manejo con sumo cuidado sobre el camino serpenteante recibo un lacónico mensaje de texto.
No lo leeré hasta que llegue a la estación de servicio que se encuentra tan solo a dos kilómetros, dos kilómetros que logran mi angustia vaya in crescendo.
Violeta mi hermana del alma ha sufrido un accidente, debo llegar a su lado para confortarla como tantas veces un hermano corre en auxilio del otro.
Nos separan quinientos kilómetros, llegaré como pueda.
Las aerolíneas no tienen espacio en sus vuelos regulares, si lo hubiera en media hora estaría a su lado.
Mientras Joaquín asegura las cadenas en las cubiertas dejo a buen resguardo a mis tesoros, prometo comunicarme con ellos a través del celular u otros medios.
Cargo el bolso, no sé cuánto tiempo estaré ausente, tampoco la magnitud del accidente.
Manejo con cuidado, las noticias de la radio no son alentadoras, todas hablan de un accidente de magnitud incalculable.
Apago la radio, deseo llegar, no estoy cansada el amor fraterno me da fuerzas para lograr mi cometido.
Mientras espero se levanten las barreras que casi nunca funcionan, diviso el auto de Violeta, un montón de hierros retorcidos, no puedo reprimir las lágrimas.
El banderillero con su uniforme naranja, portando un farol deja pasar por tandas a los vehículos.
Pienso que si hubiera estado en su lugar la tragedia no hubiera ocurrido.
Cruzo desconfiada las vías, tomo todas las precauciones.
El ulular de las sirenas indica que estoy a metros del centro asistencial.
Las luces del alba desaparecieron detrás de una llovizna pertinaz, el guardia de seguridad me informa que no es horario de visita, trato de conciliar hasta que me permite entrar.
Violeta yace en su cama, la palidez de la muerte cercana anticipa el final menos esperado.
No me importa que esté entubada, sé que me escucha, le hablo, sé que me escucha, sus labios casi morados dibujan la mueca de una sonrisa.
Acaricio su rostro, seco una lágrima furtiva que recorre el rostro pálido.
No tengo miedo.
Los médicos me piden me aleje de la sala, el monitor indica que se ha producido un paro cardiorrespiratorio, las maniobras de resucitación dan escaso resultado.
Apenas se mueve la aguja que marca los latidos de su corazón.
Amiga te abrazo, quiero que mis brazos te infundan un poco de la vida que se dispara, no temas, estaré a tu lado hasta el final.
Encierro tus manos entre las mías, acaricio tus dedos casi transparentes.
Quiero que sepas que estaré a u lado hasta que comiences tu ascenso a los cielos, los actos reflejos me hacen pensar que tus manos yertas se toman a las mías.
El silbido del monitor me dice que ya no estás.
Nada en el mundo terrenal o ese otro al que acabas de ingresar podrá borrar de mi mente y alma los recuerdos compartidos.
Violeta, en vida sencilla como una flor, no dudes que jamás te abandonaré.
Descansa Violeta el destino será el artífice de nuestro próximo encuentro.
Descansa en paz.


Wednesday, October 16, 2013

RUISEÑORES EN EL ESPEJO




No hay espectáculo más bello que observar el cielo sureño al atardecer.
Cielos vestidos de magentas y púrpuras, escenario perfecto para que aparezca encendida la primera estrella, ella será quien anuncie a las otras que es hora de vestir el Universos con su brillantez.
Momento apropiado para dedicarse a la observación, contemplación que no debe ser fugaz, instante propicio para buscar respuesta a los porqué que no hallamos en la algarabía o tristeza de un día más que se va.
Acumular experiencias positivas, decantaremos aquello que nos daña, es como si la vida pasara por un tamiz, esa es la idea o la fórmula que nos permite continuar el derrotero impuesto en el momento en que despertamos a la vida.
De eso se trata, amalgamar experiencias que nos permitan continuar.
Es el momento preciso para apagar la música que nos suele acompañar, el silencio será la mejor compañía a la hora de mirar con los ojos del alma.
Lejano se escucha el susurro de los pájaros que vuelven a sus nidos, hambrientas esperan las crías, necesitan calor, esperan a sus padres para calmar tanto hambre como ansiedad, un par de alas desplegadas los acunará, entibiará esos pequeños cuerpos hasta que lleguen a un sueño profundo y dejen de piar.
Luna brillante es la reina del cielo estelar.
Las imágenes se reflejan en el espejo que se sitúa detrás de la PC, no dudo en fotografiar la escena parece un cuadro sin vida, inmóvil, fuerte, tanto que llega a conmover..
Bajo la foto a la computadora, la definición es casi perfecta.
Una pequeña mancha aparece en  la pantalla, no la había percibido con anterioridad.
Con una servilleta de papel trato de quitarla, no es problema del monitor.
Me acerco al espejo que antes fotografié.
Plateado en su faz no ofrece nada que pueda perturbar.
Una pequeña mancha  inobjetable está allí. Quiero quitarla para que el espejo se mantenga impecable, en el instante que ejecuto la acción  la mácula me absorbe.
No tengo miedo, me espera un viaje especial.
No haré preguntas de ninguna especie, en pocos minutos a la velocidad de la luz conoceré otros mundos.
Me dejo llevar como quien se entrega a sus propios designios.
Las luces ahora son tenues ello no me impide divisar dos mundos totalmente opuestos.
En uno se alojan las vanidades que no permiten crecer, vanidades que infunden temor, la lucha por permanecer es despiadada, todos quieren permanecer, no existen valores, por lo tanto el atropello en ese sitio es moneda corriente, para ellos es dogma llegar sin importar si se transgreden las elementales normas de convivencia.
Figuras opacas tratan de resplandecer, la música ensordece los oídos, no quiero permanecer allí.
Parece un cuadro pintado por un ser poseído por la locura, trazos fuertes, desprolijos, colores que dañan la vista.
Por suerte he sido transportada a la otra cara de la moneda, un mundo donde reina la paz.
Fluyen vertientes de agua cristalina, idéntica a los ríos que pasan por el mundo real.
Los pájaros ejecutan su canto en absoluta libertad, diáfano el cielo acuna los rayos de sol.
Las flores estallan en colorido y fragancia, allí moran seres de luz.
Música suave para aletargar los sentidos, brisa que no aspira a convertirse en viento ni en tempestad mueve la copa de los árboles.
Es la imagen perfecta de la vida que todos nos tendríamos que permitir vivir.
Allí las nubes no son convertidas en jirones que ocultan la oscuridad de las almas que vagan sin encontrar un lugar para descansar, todos los habitantes de esa ciudad irreal saben compartir.
No tengo reloj en mi muñeca, presiento que debo regresar al mundo terrenal.
El susurro de los gorriones me indicará el camino correcto.
Una experiencia enriquecedora para seguir creciendo en la vida terrenal.


http://www.youtube.com/watch?v=4Cu3fi0TI5k

Wednesday, October 09, 2013

EL PODER DEL DINERO



Hernán es pintor, como todo artista quiere que sus obras trasciendan más allá de la ciudad que habita co sus padres, ciudadanos de clase media a los que les hubiera gustado que su hijo siguiera la carrera del padre.
Joven inteligente no dudará en complacer a sus padres, obtendrá en tiempo récord la licenciatura en economía.
En ningún momento dejará de lado el arte, para él es una buena alquimia mezclar números y fase artística.
Así como sumó notas altas en la carrera universitaria logrará objetivos para ser conocido fuera de su patria amada.
Becado por la Universidad realizará un master en Nueva York.
Exhibirá su obra en una galería, el flujo de visitantes es importante, desconocedor de los precios venderá el cuadro Vanidades a Dick Morrison a un precio irrisorio.
Como no es un ser materialista acepta la oferta.
El cuadro es vendido.
El primer sueño se ha concretado.
Entregará el cuadro en su  pequeño atelier, con el monto recibido podrá permanecer solo unos meses en la ciudad mágica.
Con los pies en la tierra sabe que para subsistir y permanecer necesitará trabajar, no aceptará la cesión que quiere hacerle su papá, es de los que piensan que los caminos se deben abrir solos sin competir con nadie.
Amigo del esfuerzo, buscará trabajo para que el atelier trascienda más allá de la duración de las luces de neón que iluminan una ciudad a veces soñada.
No quiere lujos para su vida, los vivió de adolescente y está en la permanente búsqueda de concretar anhelos espirituales.
Las cuentas pendientes encienden los primeros alertas, deberá trabajar en algo que conoce y que a la vez le permita continuar con aquello que es parte de su vida, no abandonará nunca la pintura..
Tarde lluviosa en la gran ciudad, por curiosidad ingresa al mundo de los números, números que son capaces de concretar ambiciones que los bohemios no tienen.
La casualidad propiciará un encuentro con Dick Morrison, copa de por medio le ofrecerá trabajo en el emprendimiento inmobiliario más conocido de la gran manzana.
Emprendimiento que cotiza en la bolsa de valores.
Semestralmente la empresa abonará dividendos, con el primer pago adquirirá un departamento.
No necesita demasiado espacio, el lugar está en el corazón de Manhattan, todos los ventanales están orientados hacia los jardines del Central Park, es el sitio ideal para vivir y seguir prosperando con su atelier.
El día se divide en dos, por la mañana es un aspirante a empresario, a media tarde renace el artista.
El proyecto inmobiliario que presentará para Dick Morrison es impresionante,.
Diseñará un edificio inteligente donde se conjugan el arte y la tecnología, logrará que los costos se transformen en ganancias, un sitio donde pueden convivir el arte y los números.
Todo está previsto para resultar impactante, lagos artificiales en el primer piso, peceras conteniendo especies poco conocidas.
Departamentos de lujo, ascensores de cristal.
Techos cóncavos que permiten observar el Universo.
El emprendimiento se vende como pan recién horneado, arroja ganancias inesperadas.
Hernán nunca descuidó paletas y pinceles, algunos de sus cuadros estarán en la entrada majestuosa, parece un sueño de cristal y cemento.
Ha sido tan alto el éxito que Hernán ocupa un lugar en e directorio.
Los más antiguos lo rechazan, la cuenta de Dick crece de manera inesperada.
Hoy entregaran en la reunión los dividendos, es norma de la empresa que los directores mas viejos se retiren.
Hernán no entiende de divisiones jerárquicas, no le interesan las finanzas.
La reunión se llevará a cabo en un lujoso salón, la mesa de noble roble tiene una tapa de cristal.
En cada lugar habrá carpetas informativas y un sobre de color crema distribuido al azar.
Para algunos la sorpresa será ingrata, para otros significará la continuidad de un negocio.
Hernán observa las flores de los centros de mesa, quisiera pintar la tristeza de los pétalos mustios, producto del humo de cigarrillos y habanos.
Dick les recuerda con ceremonia que dos directores dejarán de prestar servicios, en el sobre está el monto de las indemnizaciones, otros serán premiados por su labor y esfuerzo.
Todos se apuran para mirar el contenido, algunos harán vibrar los cristales de las puertas con su ira demasiado parecida a la tempestad que untó en sus cuadros.
Hernán abre el sobre, la cifra tiene varios ceros, no alcanzan para venderle su alma al diablo.
Se conforma con lo obtenido, presentará la renuncia indeclinable rechazando el pago.
La libertad no cuenta con eslabones suficientemente fuertes para atar el destino de un artista.
La vida sigue más allá de los números.


Friday, October 04, 2013

SIN SOMBRAS



Hace centenares de años todos querían buscar los orígenes de la Piedra Filosofal, para algunos era una alquimia que todo lo transformaba en oro o bien podría  a través de ella acceder a la vida eterna.
Mi búsqueda es más sencilla, no aspiro a convertir en riquezas absolutamente nada, tampoco quiero una bebida milagrosa que extienda mi paso por la vida terrena más allá de lo que corresponde que sería el bagaje que tengo impuesto por el destino desde el momento que mis padres escucharon el primer vagido y sintieron que en sus almas había espacio para albergar más amor filial.
Podría definirme como una mujer sencilla y observadora, observaciones que me permiten con una cuota adicional de intuición entender ciertos comportamientos que solemos tener los seres humanos.
Algunas incógnitas he podido resolver, entiendo y tengo asumido que el camino por recorrer es infinito y más de una vez mis sentimientos serán puestos a prueba para sortear los obstáculos que se interpongan en ese camino misterioso.
Camino que trato no se asemeje al bosque, bosque poblado por distintas especies, tan tupidos que impiden que los rayos del sol lleguen al suelo donde me encuentro apoyada.
He conocido diversidad de seres humanos, algunos con demasiada sensibilidad otros con una dosis tan grande de miserias que me  dejaban  perpleja.
A todos y cada uno traté de comprenderlos.
En ocasiones la suerte fue mi fiel compañera, en otras debí atravesar tantas barreras que quise bajar los brazos
Luchadora nata buscaba y sigo buscando el vaso medio lleno, descarto la otra mitad por estar vacía de contenido.
Vacía de contenido y con turbiedades que solo se pueden ver si se sabe mirar.
Lejos de ser perfecta mi única intención es buscar el equilibrio en todos los órdenes de la vida, no siempre todo es alegría y barullo, en determinadas ocasiones elijo la orilla del mar para pensar y dar rienda suelta a mis sueños.
No hay nada más reparador que observar el movimiento continuo del agua, todos los días el espectáculo es diferente.
Sigo con la mirada la escuadra de gaviotas que surcan el cielo, escuadra perfecta, armoniosa, estoy segura que entre ellas no hay vanidades que a nada llevan.
Puedo afirmar que alguna vez quise parecerme a ellas, poseer alas imaginarias que me lleven a cumplir cualquier derrotero.
Volar tan alto permitiría que me alejara de las miserias humanas, alejarme del halago fácil que suele cautivar a quienes no tienen los pies posados en la tierra.
Pese a esos vuelos imaginarios donde planeo en las alturas, mi mente se niega a olvidar los episodios violentos que acarrea una palabra pronunciada fuera de lugar.
Si supieran el daño innecesario que producen optarían por un sano silencio..
El cielo  comienza a cubrirse de nubes oscuras, algunos jirones permiten observar las estrellas que van encendiendo el Universo, crepúsculo semejante a la paleta de un pintor donde prevalecen los púrpuras y violetas que anteceden a la oscuridad de la noche.
Es hora de regresar, es el instante de desandar el camino.
Mis pisadas quedarán marcadas en la arena, seguramente las olas traviesas las eliminarán con su danza.
Los ruiseñores emprenden la retirada, en los nidos esperan sus crías, escucho sus gorjeos, pareciera que se están despidiendo, no sin antes hacerme saber que mañana en el mismo lugar, a la misma hora volveremos a encontrarnos para compartir todos los sentimientos que alegran un alma inquieta.
No deseo cerrar puertas que siempre he mantenido abiertas, tengo asumido que es fácil recibir, más es importante saber dar para arrancarle una sonrisa a todos los que sufren en su tránsito por la vida.
Todo es posible, basta proponérselo.
No se necesitan los beneficios de una Piedra Filosofal, no se necesita convertir todo en oro, no se necesita alcanzar la vida eterna.
Solo es necesario despojarnos de esa mochila absurda que nos hace caminar encorvados, postura que impide mirar con los ojos del alma, la belleza que a diario nos regala la vida.
Vivir es compartir sin renunciar a nuestras convicciones.
Vivir plenamente no es una utopía, es nuestra obligación primigenia diluir las tinieblas que muchas veces nos toman como prisioneros de la nada misma.


http://www.youtube.com/watch?v=_y7bdbrmLCg