Tuesday, October 14, 2014

HUMANIDAD EN PELIGRO



Realicé un viaje a Suiza con la intención de entrevistar a Dafne Mahler hija de quien fuera director de la Organización Mundial de la Salud a comienzos de la década del setenta.
Todo viaje implica una prelación previa en la que intervienen el resto de la familia.
Cargaría la maleta con vestimenta otoñal más algunos abrigos ya que del aeropuerto me trasladaría al cantón de Vaud, a orillas del lago Leman donde las temperaturas suelen ser más bajas.
No olvidaría llevar las cámaras que siempre acompañan mis viajes y  el infaltable grabador que me permitiría transcribir el audio de la entrevista sin  ninguna alteración.
El viaje fue tranquilo en las primeras horas de la mañana estaría en Ginebra.
En la aeroestación el trámite en migraciones fue rápido y eficiente.
En el  salón central un señor de rasgos eslavos sostenía con sus manos un cartel con mi nombre.
Hacia él dirigí mis pasos.
Se presentó como el chofer de Dafne.
Al ser temprano decidimos viajar directamente al cantón Vaud.
Si bien la mañana se presentaba fría, el cielo se mostraba diáfano.
Los árboles comenzaban a despojarse de sus vestimentas ocres y doradas, típica señal de la estación otoñal.
En pocos minutos llegaríamos a la mansión que Dafne heredó de sus padres.
La construcción está situada en una pendiente suave, detrás de los portones se observa un cuidado jardín,
Huele a mañana frescas, el sol hace pocas horas ascendió desde las aguas del lago.
El sitio tiene una belleza sobrenatural, difícil de describir con palabras.
Dafne es una mujer hermosa, alta de ojos claros, dorados cabellos largos que apenas dejan ver un silos de plata que otorgan majestuosidad a su belleza innata.
Mientras prepara una copa me cuenta que Suiza es su patria de adopción, tanto ella como sus padres eran oriundos de Dinamarca.
Su papá fue un médico reconocido.
Para no estar alejado de sus dos amores decidieron mudarse primero a Ginebra y luego a orillas del lago Leman.
Promete contarme la historia del Doctor Halfdan Mahler, cuando finalicemos el almuerzo.
La mesa está preparada en uno de los comedores de la vivienda, almorzaremos juntas en soledad.
Ella ha enviudado muy joven sin tener descendencia..
Sus asistentes han preparado exquisiteces.
Antes de bajar al lago dispone que mis maletas sean llevadas al cuarto de huéspedes, no permite de ninguna manera que me aloje en otro sitio que no sea la mansión.
Mientras acomodo mi ropa, cargo las baterías de los celulares.
Ese tiempo lo aprovecharé para ducharme.
Mientras seco mi cabello busco un jean con una camisa de la misma tela,  acompañaré el atuendo con una campera liviana y botas color suela de taco bajo.
En la mochila cargo el grabador y las cámaras fotográficas.
Con Dafne bajamos al lago por la parte posterior de la casa.
El agua cristalina se asemeja a un espejo transparente, en el que se reflejan las bellezas de la zona..
Uno de sus asistentes nos acompaña portando sillas playeras y un termo con café.
Dafne es gran consumidora de esa infusión.
Está de acuerdo en comenzar la entrevista.
Me cuenta que los primeros años de su infancia los pasó en Dinamarca con su familia.
En el momento que su padre es nombrado Director de la Organización Mundial de la Salud, deciden mudarse a Suiza.
Al principio vivieron en Ginebra, cuando Dafne concluyó los estudios universitarios decidieron mudarse al cantón de Vaud.
Para ese entonces Dafne había concluido sus estudios en Historia del Arte y estaba felizmente casada con un químico reconocido que murió al poco tiempo.
Su padre viajó por todo el mundo, en algunas ocasiones permitía que sus amores lo acompañaran.
En la mitad de la década del setenta no se conocía a quienes  hacen bioterrorismo tal como ahora.
El virus del Ébola nació en mil novecientos setenta y seis.
Dafne tiembla cuando revive esa parte de la historia.
Su padre trabajaba con los médicos y bioquímicos más calificados.
Los había de todas las nacionalidades ya que la idea de la OMS era integrar a todos los pueblos del mundo.
Entre ellos se destaca un biólogo, su capacidad de trabajo era inalcanzable, el coeficiente intelectual altísimo.
Un hombre de pocas palabras, obsesivo en todos los planos de su vida.
Estuvo de novio con una médica más que calificada.
Todos trabajaban en la organización.
Algunos seres tiene distinta comprensión  a la capacidad de ver las cosas desde otros ángulos.
No permiten que nada ni nadie altere sus planes.
Natalí amaba al científico asiático, con su modo de ser no dudaba en manipularla.
En la intimidad le contó que estaba desarrollando un virus, según su leal entender la humanidad crecía a pasos agigantados y la única manera de detener ese proceso era sembrando una enfermedad que diezmara poblaciones enteras.
Natalí huyó.
No quería compartir su vida al lado de un hombre perverso.
Sin embargo el amor que le tenía le impedía contar su secreto que hoy se conoce como bioterrorismo.
Era la única que conocía la fórmula que desarrollaría el virus de Ébola.
Su novio se había suicidado.
Era perseguida por todos los lugares que visitaba, no importaba si cambiaba de identidad, los sabuesos de la OMS la buscaban para salvar al mundo.
Estaba dispuesta a brindar toda la información que tenía a cambio de protección.
Nada de eso ocurrió.
Cuando la organización tuvo la composición del virus que ya había matado a miles de ciudadanos la dejaron sola.
Natalí murió en una operación en la que intentaba cambiar su rostro.
En el mientras tanto se sucedían las muertes.
Los laboratorios hicieron grandes negociados, tuvieron  de pasar más de treinta años para encontrar una vacuna que hoy desarrollan Estados Unidos y Rusia.
Han pasado muchos años.
Dafne es una mujer valiente que hoy llora de manera desconsolada.
Espera que su testimonio ayude a concientizar a los humanos de cualquier parte del orbe.
La prevención es el único camino para evitar enfermedades.
Debo regresar a mi patria, cuando publique la entrevista será en memoria de Natalí, una mujer que no fue escuchada.
Hoy la historia se repite.
Las normas de seguridad no alcanzan.
Me resulta imposible comprender que nadie pueda luchar contra el bioterrorismo que en silencio mata tantos humanos como cualquier guerra.

http://www.youtube.com/watch?v=kqhwA-Q-y8o


Wednesday, October 01, 2014

NAVEGANDO LAS AGUAS DEL RÍO SENA



Habíamos realizado el paseo en catamarán por el Río Sena que atraviesa París, para luego dejar morir sus aguas en el Océano Atlántico, el beso final los uniría para siempre.
Llegar a las estaciones pluviales para abordar la embarcación configura una alegría para la vista y el alma.
Calles pobladas de artistas.
Tiendas de lona verde que protegen las obras de alguna llovizna furtiva.
Fragancia a flores frescas en los canteros que se encuentra sobre el césped detrás de los tenderetes.
Dos veces hicimos el paseo, siempre queda algo por descubrir o redescubrir.
El Sena es Patrimonio de la Humanidad.
Un río de aguas tranquilas que son dragadas en forma permanente para mantener su nivel.
Obras de ingeniería como las esclusas permitieron no solo controlar la altura del agua sino en ciertos tramos hacerlo navegable para embarcaciones que provienen del mar en las zonas alejadas de París.
Un curso de agua particular sobre el que se han contado innumerables historias, dicen que Napoleón quiso que a su muerte sus restos fueran enterrados en las orillas, algo que fue denegado.
Otros cuentan que Juana de Arco al conocer su destino en la hoguera pidió que sus cenizas fueron esparcidas allí.
Al pasar los años y las anécdotas transmitirse de boca en boca se le van agregando detalles, no hay nada que pueda contradecir a quien las cuenta con gracia en el idioma más dulce del planeta.
Un río romántico en el que aseguran muchos se han suicidado arrojándose desde sus puentes cuando el amor que aleteaba en sus almas voló hacia otros destinos.
El primer paseo por el Sena lo hicimos a media mañana, la idea era almorzar en el catamarán.
Abordamos la embarcación en la estación pluvial de La Bastilla, desde allí la vista no podía ser más espectacular.
Los monumentos tradicionales de la Ciudad Luz, las iglesias más famosas se observaban desde otra perspectiva.
Fue un paseo en el que el guía nos brindó todo tipo de información que nos ayudaría a comprender a los parisinos en especial, sus gustos, el amor al arte inspirado en todas las bellezas que se encuentran en el sitio.
Música suave para acompañar el almuerzo servido en las terrazas del navío.
Coloridas sombrillas cubrían cada mesa del sol del estío.
Desde nuestra ubicación pudimos mirar una escuadra de gaviotas que volaba sobre la estela de espuma blanca que dejaba el paso lento y seguro del navío.
Ellas buscaban comidas, para atraer a los turistas parecían que bailaban una danza  armoniosa.
Un espectáculo que para siempre quedaría grabado en nuestras retinas.
Despedimos a los amigos que nos habían acompañado en el viaje, cada uno regresaba a sus actividades.
Nosotros decidimos quedarnos una semana más.
Alquilamos un auto para que nos llevara hacia donde el instinto nos indicara.
Conocimos pequeñas bodegas artesanales, no puedo llamarlas negocios que se van heredando desde tiempos inmemoriales, todo aquello que se hace con arte y amor no tiene precio como para catalogarlo de simple negocio.
Debíamos aprovechar esa semana, por la mañana recorríamos lugares alejados de la ciudad, el crepúsculo nos encontraba en cualquiera de las plazas de la ciudad del amor.
Dejamos que un artista nos retratara a lápiz.
Tuvimos tiempo de recorrer negocios para llevar recuerdos a nuestros amores que aguardaban a miles de kilómetros de distancia.
No dudé en entrar a los locales que vendían fragancias, allí me di cuenta que hay marcas que no llegan a mi país y las más ricas son las desconocidas.
Perfumes suaves e intensos  a la vez.
En uno de los locales nos preguntaron si habíamos recorrido el río Sena al atardecer, fue una excursión tan recomendada que la dejamos para el último día.
Abordamos el catamarán en la estación pluvial de Louvre.
Los rayos de sol comenzaban a irradiar menos calor.
Degustamos copas de champagne, un chansonnier nos deleitaba  acariciando el acordeón, cada movimiento le arrancaba gemidos de placer al instrumento musical..
La brisa se hacía sentir con intensidad, no quisimos bajar al interior del navío.
Lentamente nos acercábamos al punto de partida.
El sol se sumergió en las aguas.
Violetas y magentas cubrieron el firmamento.
Fulgurantes las estrellas comenzaban a titilar encendiendo la noche, pronto aparecería vestida de plata la luna.
Misteriosa mostraría solo la mitad de su cuerpo plateado.
Tiempo de reflexión y promesas de amor.
Cerca se recortaba sobre la esfera azul oscuro la figura de Notre Dame iluminada a giorno.
Más allá se destacaba otra basílica, Sacré Coeur mostraba su corazón latiendo a la humanidad.
El periplo terminaría en la estación pluvial de la Tour Eiffel.
Llegamos al hotel para preparar las maletas con el alma colmada de luz y sabiduría.
En el aeropuerto Charles de Gaulle, un pájaro de alas plateadas nos llevaría a reunirnos con el resto de la familia.
Soñamos con volver, las utopías muchas veces se convierten en realidad.


http://www.youtube.com/watch?v=Iw3gn1Ij7mQ