Tuesday, January 19, 2016

EL DÍA DESPUÉS








El peor día de mi vida había pasado.
El horror de quince largos días de internación y tu sufrimiento cesaron en el instante que tu noble corazón dejaba de latir.
Mi cielo ninguna madre que ame a sus hijos debería pasar por circunstancias tan aterradoras.
Son los hijos quienes deben despedirse de los padres.
La locura de agosto continuaría en la funeraria, nunca había contratado un servicio y en esta primera vez lo tenía que hacer para mi hijo querido.
No estaba sola parte de mi familia chiquita me acompañaba.
Creí desfallecer cuando opté por la incineración, en pocas horas la belleza de tu ser pasaría a convertirse en un puñado de cenizas irreconocibles.
La firma de planillas fue tediosa mis pensamientos como siempre estaban centrados en vos.
La vida seguió su ritmo vertiginoso, en mi caso se detuvo en el instante de tu partida.
Todo carecía de importancia, me dejaron muy poco tiempo para despedirme, quería que mi abrazo te acompañara a la eternidad.
Tu cuerpo no había perdido temperatura, tus facciones tan bellas y serenas parecían haber sido cinceladas por un escultor.
Ya abracé con todas mis fuerzas y recién en ese instante final me permití derramar unas lágrimas que a partir de ese momento serían una constante en mi vida.
Fue necesario que fuera a reconocer tu cuerpo antes que salieras de la institución médica.
El espanto lógico que el corazón sintiera la sensación de congelamiento cuando acercaron una camilla sobre la que descansaba tu cuerpo contenido en una bolsa negra.
Apenas una pequeña apertura del cierre para que confirmara que eras mi hijo.
Exigí que corrieran la cremallera, quería, necesitaba verte, besarte por últma vez, tu rostro estaba helado por el intenso frío de la ausencia de vida.
Es notoria la indiferencia que tienen esos seres humanos ante la muerte.
La carencia de sentimientos no se puede describir.
Faltan nueve días para que se cumpla el quinto mes de tu muerte, casi ciento cincuenta días en el que el dolor no deja de crecer.
Mi vida, no solo te extraño, te necesito.
En todo este tiempo solo en una ocasión pudimos con tus amigos, esos valiosos hermanos que te regaló la vida recordar tus travesuras con una sonrisa.
Nunca volveré a ser la que fui. La pérdida de un hijo es lo peor que le puede pasar a una madre.
Escribiéndote siento alivio, era tan especial nuestro vínculo que percibo, mis letras te llegan.
Siempre, sin límites de tiempo, siempre te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=rLRCdamydjo