IDENTIDAD CONOCIDA

Después de mucho vagabundear por los espacios de Internet observé con orgullo que mis hermanas y familiares se lucían.
Soy una simple y sencilla Letra.
Temo cuando la soledad se apodera de mi espacio, horrorizada miro las páginas en blanco.
En esos estadíos que me depara la vida necesito acercarme a mis afectos, sé que con ellos podré enhebrar una larga cadena, los eslabones estarán conformados por las palabras, palabras que pueden gustarte, palabras que logran atraparte o en el peor de los casos no te provocan absolutamente nada.
Como a todos me han otorgado un nombre, el mío comienza con S, S de susto, solidario, soledad y tantos otros que sería largo enumerar.
No es mi intención hacer una apología de todas las palabras que se pueden conformar con mi inicial.
No deseo que pierdas tu tiempo, quiero que sepas que para subsistir necesito de todas las que conforman el abecedario.
Quisiera que con tus manos enhebres con hilos de plata todas las palabras, palabras que lleguen al otro, palabras que no dañen los sentimientos de terceros.
Oraciones que te hablen de amores sinceros, de tristezas o alegrías.
Palabras meditadas, palabras que puedan crear canciones, sí, esas que escuchas y te llenan el alma.
Palabras que no adolezcan de falta de estructura, palabras sanas.
Frases que contengan cual muro tus habilidades, frases sentidas que puedas enrejar en tu corazón.
No vivo si no estoy acompañada de otras letras sería un signo de puntuación en la inmensidad del horizonte.
Horizonte que no se divisa cuando tenemos el alma cerrada.
Quiero que sepas que mi destino está señalado, señalado por la comparecencia de otras letras.
Antes de irme quisiera formularte un pedido o súplica, no acudas a mí cuando debe imperar el silencio.
Es preferible permanece callado antes que herir a los otros, soy Letra, quedo grabada a fuego, no amalgames mal mi esencia.
Ambas nos necesitamos, libres como los pájaros que surcan el infinito universo.
No me busques cuando no quieras decir nada, no deseo ser partícipe de las afrentas que la pasión obsequia sin pensar en nada.
Reflexiona un momento antes de utilizarme, acepta el pasado, pasado que debe servir como aprendizaje para que no choques dos veces con la misma piedra.
Aquí estaré siempre, desplegaré mis alas para contenerte en los momentos aciagos, mantendré el silencio ante la apatía propia de los seres humanos.
No te pido nada extraño, búscame cuando quieras cristalizar tus proyectos, olvídame en las ocasiones que intentes herir a quienes te han entregado el alma.
Mutaré a silencio perpetuo solo si tú lo quieres, el resto lo haré a mi manera.
S.



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