Lucho contra un ejército de seres teñidos por la opacidad
que hasta el momento desconozco de donde provienen y qué buscan.
Tengo tiempo suficiente para observarlos y trata de
dilucidar este enigma que por un lado me asusta y por el otro me entusiasma.
Me asusta compartir segundos que no se repetirán en la vida
de cualquier terrenal con entidades exóticas.
Es un desafío que produce entusiasmo tratar de llegar a los orígenes
de estos entes.
No podría describirlos con exactitud más no cejaré en mi
intento de arribar a la conclusión de mi observación.
Me contaron que se denominan cloninspiradores.
Un nombre extraño como raros son estos engendros.
A medida que realice esta contemplación intentaré que
Ustedes puedan visualizarlos tal cual como lo hice yo.
Después de varios días de investigación, llegué a la
conclusión que estos engendros no tienen vida propia, ergo necesitan moverse en
equipo para atacar al potencialmente
distraído.
Masificados es difícil advertirlos.
Utilizan cualquier argucia para mimetizarse entre los apasionados
de las artes, especialmente de la escritura.
No dudan en copiar modalidades que son inherentes a un ser
humano y no se repiten.
Copian o clonan hasta el hartazgo ignorando que cada letra
es como la huella dactilar de cualquier humano, única e irrepetible.
La computadora personal es una extensión de mis manos, es
capaz de fotografiar mis pensamientos y dejarlos escritos.
Un día cualquiera me encontraba sentada en la arena.
No existe nada más relajante que ori los sonidos del mar.
Imaginar los años que le lleva al agua salada horadar la
roca que posteriormente adquirirá distintas formas.
Visualizaba emociones pasadas y presentes y por qué no
futuras cuando los advertí trabajando.
Se mueven n masa, pude asociarlos a las plantas parásitos
como los claveles del aire que necesitan la savia de un árbol añoso para
abrazarse a sus ramas y subsistir para que todos elogien una belleza fatua en
los pétalos de sus flores.
No caminan reptan como quienes se alojan en sus
serpentarios..
Lecturas científicas me informaron que además de no tener
vida propia, la misma es efímera.
Mientras el mar que tanto amo me regala su melodía sagrada
los clones no miden consecuencias.
Una ola tan gigante como bella con su blanca corona de reina
los arrastra a las profundidades del mar.
Es el lugar preciso donde deben permanecer aquellos que se
apropian de ideas ajenas.
Feliz vuelvo sobre mis pasos.
Los sonidos del mar y las arenas blancas me cautivan,
despiertan sensaciones que los cloninspiradores jamás podrán tener.
Vuelvo a sentir momentos de paz.
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