MUJER ÁRABE

Mujer que en tu mirada reflejas la pena que te acompaña desde que naciste.
En tu lugar de origen tus derechos humanos no existen.
Eres un ser de nsuperable belleza, tanto si tienes la piel aceitunada o eres blanca.
Los rasgos trascienden los tiempos.
Tus lágrimas se reestrenan cada día, no te valoran slo eres un objeto que el deseo utiliza en las noches ardientes.
De días debes caminar detrás de tu esposo.
No importa si el termómetro marca más de cincuenta grados, sobre tu vestimenta casi occidental con colores que realzan tu innata belleza te obligan a cubrirte con telas negras como el alma de quienes se toman la potestad de juzgarlas por ser hembras.
El mundo de los hombres le es adversos, ellos pueden asistir a cualquier espectáculo con otros cobardes de su misma calaña.
La diversión para Ustedes está vedada, tienen que quedarse en la casa cuidando a los niños.
Compartiendo el techo con mujeres extrañas que sus maridos también han tomado como esposas.
Mujeres que serán medianamente benditas si traen a la vida varones.
Las que llegan a parir nenas son deshechadas como si se tratara de desperdicios.
De nada te sirve vivir en el mejor de los palacios, ni bien pasas por la entrada pierdes tus libertades que nunca han sido muchas y ahora serán tremendamente reducidas.
El hombre que te posee no tiene delicadeza te toma como un objeto sin pensar que tienes sentimientos.
Es capaz de golpearte si siete la mínima sospecha que has mirado a otro hombre.
Al castigo físico que da el ignorante , lavará su imangen turbia, llevándote a la plaza pública para denigrarte mientras otros sujetos sin alma ni raciocinio te lapidan hasta que pierdes la vida.
Suplicas con la mirada, quieres gritar tu inocencia.
Nadie te escucha.
La barbarie se enfervoriza mientras la mitad de tu cuerpo enterrado es lastimado.
Tu sangre regará la tierra en donde crecen eso que dicen llamarse hombres y son indignos a los ojos del mundo racional…
Huye tan rápido como puedas.
Carga en la espalda a la hija que trajiste al mundo pensado que ese hombre te amba.
Lleva lo indispensable, agua para las dos.
El camino es largo.
Ansias de libertad lograrán que no sientas fatiga en la carrera, atraviesa el desierto cortando camino por las dunas.
Oculta el rostro de tu niña para que el viento no las lastime con partículas de arena.
Corre, no dejes de correr hacia tu libertad.
El mundo de los terrenales que respetan a las mujeres cualquiera sea su raza o religión te espera con los brazos abiertos.

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