Wednesday, June 10, 2015
HEBRAS DE PLATA, BOINAS NEGRAS
Siempre lo observó con admiración.
Algunos profesores de astronomía le dijeron que era un efecto visual.
Sin embargo ella prefería soñar con el firmamento que a veces se viste de celeste y otras de azul oscuro para dejar paso a las estrellas, una a una se colgaran de él, como si fueran diamantes de luces encendiendo la oscuridad que nadie desea.
Mil caminos desiertos esperaban cada paso que daba.
Podían llevarla a conocer los bosques pintados por el más excelso de los artistas, o quizás los que imaginaba el poeta para dar vida a sus cuentos.
El universo, su universo de letras le permitía soñar con mil paisajes.
Un tren lejano que partía cerca de la Plaza Roja de Moscú, para llevarla a recorrer las frías estepas.
Muchas veces se preguntó, por qué la despedida la hacían voces de mujeres.
Supo que ellas dedicaban el tiempo necesario para esperar a sus seres amados despedirlos era un buen augurio.
La voz de un hombre les daba la bienvenida, les brindaba esperanza a los que no creían en las causas perdidas.
Caballeros de rojos cabellos y barbas blancas esperaban bajar al andén para abrazarse a la familia.
Otros apoyados en sus bastones o muletas, esperaban a quienes no vendrían.
Hebras de plata se escondían debajo de las boinas negras.
Nada era suficiente para enrejar los recuerdos.
Sonreía al ver a los niños en invierno creando muñecos de nieve.
Un pañuelo cubría la boca, ocultando la risa, cuando alguien por sortilegio de los copos níveos, resbalaba.
De todas las estaciones le gustaba el estío.
En esa época los trenes seguían atestados de gente en búsqueda de sus sueños.
Instalado en la plaza que era de todos, olvidaba por qué motivo el destino le había dejado esa seña que lo hacía caminar con una sola pierna.
Ninguna dificultad lo detenía.
Nadie podía impedirle que admirara la belleza de las mujeres moscovitas.
Las ropas livianas dejaban adivinar sus curvas.
Soñaba con tiempos idos, con ellas compartía una copa de vodka.
Era su vida, la que había elegido en ese lugar remoto del mundo.
Nadie jamás podía retratar sus sueños.
Tranquilo se aleja de la plaza.
Corta una flor.
La cuidará como al más preciado tesoro.
Sueña caballero de barba roja y cabellos entrecanos.
Allí donde menos la espera, ella tenderá su mano cálida.
Solo tiene intenciones de caminar el último trayecto de la vida juntos.
No te detengas, es tu vida.
Risas y llantos coronarán un amor que no tardará en darse a conocer.
Sueña, no olvides soñar.
Ella te esperará siempre.
https://www.youtube.com/watch?v=thuuH5yxSzo&feature=re
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