Wednesday, June 03, 2015
DÍAS PARA RECORDAR
No se puede cuantificar el dolor, medirlo en horas días o segundos.
He corrido a su encuentro pese a las primeras nevadas estaba quietecita en el banco de la plaza que solo conserva como flores los ciclamen que cada atardecer el cuidador tapa con telas media soombra para que los pétalos no se quemen.
La vi más pequeña, su figura menuda parecía más chiquita.
Al observar la tristeza que velaba su otrora brillante mirada del color de la miel supe que esta delante de una mujer gigante.
Preguntarle cómo estaba hubiera sido una falta de respeto.
Preferí escucharla, escuchar por
Enésima vez la anécdota del último viaje.
Ella llamaba juguetería a los libros, era una ávida lectora,horas antes de morir la llevó a la librería que ella amaba-
Esa noche cenaron lácidamente, le había preparado uno de sus platos favoritos.
No demostraba signos de cansancio, se lo veía bien.
Juntos habían guardado el auto en el garage.
Juntos caminaron lentamente la media cuadra que los separaba de sus casas sin avizorar jamás que esa sería la última vez que él se apoyaba en el hombro y le pedía que tuviera cuidado al abrir la puerta..
El hijo no había llegado.
Todo estaba bien hasta que se escuchó el click de la llave en la puerta.
Fueron veinticuatro horas en las que su hijo permaneció como un soldado a su lado, veinticuatro horas en las que ella le mentía diciñendole que lo veía mejor, que a los pocos días tenían que ir a buscar el cero kilómetro.
No tardaron en aparecer las mentiras de los médicos perezosos que tratan a los seres humanos como si fueran un objeto de descarte.
Veinticuatro horas donde la vida se iba lentamente, pese al frío de aquella noche decembrona, el cuerpo abrigado del enfermo tenía calor.
La peil congelada demostraba lo contrario.
Reclamos a los médicos para que tuviera una muerte digna no sirvieron de nada.
Esperando en las sombras estaba el dueño de la funeraria, haría su negocio aprovechándose del dolor ajeno.
De madrugada los bancos está cerrados los cajeros entregan sumas limitadas.
Pese al dolor el hijo firmo pagarés por pocas horas, hasta que pudiera sacar el dinero del sepelio en la ventanilla del banco
El hombre fue declarado óbito pese a conversar con una médica carente de ética y escrúpulos.
La muerte natural derivó en una autopsia por mala praxis por la mentira de una profesional que quería descansar.
El sepelio fue en soledad.
El hombre que quiso ser cremado con el cuerpo abierto por la indolencia y los negociados a media mañana de un caluroso día de verano recibió las primeras paladas de tierra.
No importa los vejámenes a los que haya sido sometida la familia, no importa el dolor de su viuda.
He prometido levantar la bandera de la verdad para ue se pueda pronuciar.Será justicia.
https://www.youtube.com/watch?v=0meoDofPPG4
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