Decía el filósofo Lin Yutang “De la nada vine a ella regreso”
En ese breve concepto definía la vida y la muerte.
Antes de ser quienes somos éramos nada, transitamos los
designios de la vida hasta que llegó la frialdad de la muerte que nos lleva en
algún momento para transformarnos en otra vida en la tierra o en otros planos.
Quiero contarte mi historia, no es muy extensa.
Permite que me presente, soy un libro.
Antes que la tecnología modificar las costumbres, previo a
mi nacimiento el aprendiz de poeta tenía sobre el escritorio auxiliar una resma
de papel de hojas tan blancas co las alas de los ángeles en el momento de
desplegarlas y volar tan alto como el pensamiento permitiera.
Daba pena que la tipografía desordenada taladrara la superficie
prístina.
Muchas veces sentía desgarrada el alma cuando la escritora
me convertía en un bollo de papel inútil que concluiría su existencia en b
bollo de papel.
En esas ocasiones mi sepulcro sería un cesto tan frío como
solitario.
Pude reponerme de tantos golpes, sabía que quien creaba
buscaba la perfección, a veces olvidando que era una humana pasible a los yerros.
Lejos de llorar en el fondo de un recipiente metálico pude
reponerme.
Supe esperar mi momento sin derramar una sola lágrima.
Alejado de los prejuicios decidí alojarme en su alma.
En algún momento llegaría a tener vida propia.
Los tiempos trajeron cambios, hoy todo es más rápido.
Ella acaricia con sus delgadas manos un teclado para otorgarme
forma definitiva.
Puede corregirme sin abollar la hoja de papel.
Aparezco en una pantalla similar a una televisión
tradicional.
Ruego al Altísimo que nadie acceda a mi por esos medios.
No existe nada en el mundo que se pueda comparar con el
tacto que brindan las hojas de un libro.
Pasé por todas las etapas antes de ser quien soy.
Caballero templario montado en las ancas de un caballo veloz
que posibilitara defender a capa y espada el amor y honor de la mujer que lo enamoraba
a punto tal de sentir fuego en sus entrañas.
La acompañé en sus caminatas a la orilla de la playa.
Vi cómo el corazón se estremecía cuando las olas decidían
dejar su corona espumosa para morir en aquellas.
Fui testigo de todos los acontecimientos de su vida.
Asistí a la llegada de su hijos, ,me hubiera gustado que me acunara
con tanto amor como a ellos.
Canté canciones de cuna.
Visité asido a su mano todos los lugares del orbe.
Realicé viajes interplanetarios para encontrarme con el
fulgor de las estrellas.
Aterrorizado presenciaba las tormentas naturales.
Viví como pocos cada experiencia.
Por fin llegaría mi momento.
En silencio solo interrumpido por los acordes de la música que
tanto le gustaban o acunado por la brisa a punto de transformase en viento que
ruge conmoviendo los sentimientos esperaba.
Con el convencimiento de transformarme en quien soy.
Mis hojas están adornadas por el don de la palabra.
Mi cobertura está conformada por tapas blancas.
La paloma de la paz me identifica, vuela entre las
estrellas.
Te invito a conocerme, tengo el perfume del papel recién
nacido, me encontrarás en un stand de la Feria del Libro.
http://www.youtube.com/watch?v=sRO9Ku5D_dU
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