LA ETERNIDAD NOS SEPARÓ

Mi vida hace nueve meses comenzabas a despedirte del mundo terrenal.
No sabías o sí que quedaría en la soledad más absoluta.
Mis sueños, los proyectos compartidos se alejaban cada día un poco más de una realidad que me negaba a aceptar.
La impotencia se agigantaba con el correr de las horas.
Cada instante marcaba de manera siniestra una separación que por inevitable lograba acercarte al final.
Tenías mcho para dar.
Sñe que hay muchas madres que han tenido la desdicha de perder un hijo, sin embargo pensar en ello no me conforma.
Recuerdo con una profunda tristeza tu mirada lánguida, tus ojos vivaces lentamente fueron tomados por el misterio de la muerte cada vez más cercana,
Seguramente te gustaría que mis letras fueran las de antaño, ni siquiera he intentado rescatar la versatilidad de hace poco menos de un año.
En estos meses solo sinto necesidad de escribir para vos.
Mi niño cómplice no está y por más esfuerzo que haga la escritura siempre y desde entonces esraeá ligada al ser al que le di vida y el destino sombrío decidió llevar a la eternidad.
Es imposible tratar de seguir cuando te falta el motor de la existencia.
Es doloroso no poder darte un beso cada mañana.
Extraño la fortaleza de tus amorosos abrazos.
Siento culpa por haber derramado lágrimas delante de ti sabiendo que te provocaba sufrimiento.
El llanto es solitario, no estás para abrazarme, no estás como antes dispuesto a consolarme y con esa grandeza que siempre te caracterizó la magia de tu impronta hacúa desaparecer cualquier vestigio de tristeza.
Mychos me dicen que estás más cerca de lo que pienso, en parte es verdad pues desde que partiste te alohaste en mi ser, con la diferencia que ahora no volverás a nacer para que pueda comenzar un nuevo ciclo de vida.
La muerte de un hijo no se puede adjetivar en segundos sobreviene el final.
El camino a seguir está plagado de un dolor tan profundo que no se puede explicar.
Dolor profundo como ese que me dijiste sentías pocas horas antes de irte para siempre.
Daría mi vida por tenerte un minuto a mi lado, utopía que tal vez se cumpla cuando volvamos a estar juntos.
Cielo decime en cual de todas las estrellas que engalan el firmamento estás, te aseguro que mis ojos siempre estarían allí.
Mi cielo como siempre te pido que jamás olvides cuanto te quiere tu mamá.

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