Caminar por la orilla del mar otorga energía sobre todo si
quienes se dedican a ese ejercicio cotidiano están unidas desde antes de la
vida.
Durante casi un mes hemos recorrido paisajes soñados,.
Atenuamos el calor ingresando a las aguas de un océano tan
azul como el color de tus ojos.
Días en los que compartimos cada segundo.
Esperar casi un año para reencontrarse con los seres
queridos es demasiado tiempo.
Hay momentos en que las hojas del almanaque parecen
suspendidas, casi inmóviles.
Tan quietas que no se animan a desprenderse de la barra que
las sostiene para cual pájaros emprender un vuelo sin destino.
Continuamos la caminata en silencio.
Sin dejar de admirar la majestuosidad del fiordo que cual
faro es mudo testigo de la danza permanente de un mar en ocasiones furioso.
Sabemos que desea mostrarnos con orgullo las gramillas
florecidas que cubren gran parte del esqueleto de roca que lo conforma.
Si lo comparara con un ser humano diría que lo percibo feliz
con su colorido atuendo que ondea al compás de la misma brisa, brisa suave
intentando quitarnos los sombreros que utilizamos con el propósito de
protegernos del sol tibio y radiante.
Hoy soy quien quiere detener las hojas del almanaque y de
todo objeto que marque el paso del tiempo.
Entiendo que no es posible semejante epopeya, callo la
tristeza que adivinas desde que tengo razonamiento.
Quisiera que las plumas de los pájaros barrieran los
pensamientos adversos.
Pensamientos que traen angustia y congoja.
Pensamientos que permanecerán arraigados en el alma hasta el
próximo encuentro.
La brisa se convierte por un instante en cómplice, a la
velocidad de la luz seca mis lágrimas, ocultas detrás de las gafas.
Ensayo una sonrisa en el momento de regresar a casa.
Admiro tu fortaleza, sé que estás tan quebrada como yo.
Genia que sabe disimular el atropello del llanto.
No sabemos si habrá otras caminatas, nada es eterno.
Una intrusa merodea la casa que nos alberga.
La conozco ha venido en otras instancias, su nombre es
ausencia.
Por más esfuerzos que realice se instalará junto a mí.
Alardea de su fuerza, estableceremos un reto que durará el tiempo que Dios imponga.
Estoy habituada a su presencia.
Figura volátil, silenciosa.
Comenzará su reinado cuando el pájaro de alas plateadas haga
rugir los motores en medio de la pista.
Durante estos días trataré de ignorarla, ella sabe que es
imposible.
Disfrutaré cada segundo de los días venideros, guardaré la tibieza de los abrazos.
Las miradas cómplices, ausentes de palabras, marcarán los días
por venir.
No puedo prometer no darle cabida a la tristeza, no puedo
realizar promesas a largo plazo.
En cada despedida el corazón se desgarra, el amor filial estará
siempre presente.
El tatuador de almas está presto para dejar nuevas
cicatrices, cicatrices de la despedida.
No importa que nos separe una cadena cordillerana, no
importa que el océano intente acrecentar la distancia.
La fuerza de un amor que no se puede medir adquirirá fortaleza.
Sé que estás aún cuando no te vea.
http://www.youtube.com/watch?v=ykEOo_QOLKY
No comments:
Post a Comment