Pese a su juventud es una arquitecta reconocida a nivel
mundial.
Las excelentes notas obtenidas le permitieron obtener becas con
el solo objetivo de perfeccionarse en las universidades más conocidas del mundo.
A lo largo de su corta carrera demostró ser una de las
mejores.
Creativa por naturaleza sus proyectos eran mostrados como
ejemplo en distintos lugares del planeta.
Sin dudas no avizoraba un futuro donde los sueños podían
cristalizarse.
La desaparición temprana de sus progenitores la hizo
regresar a su lugar de origen.
El funeral para despedirlos fue tan sencillo como conmovedor
Flores blancas estratégicamente ubicadas custodiaban los ataúdes
de las personas que más había amado en la vida.
Dueña de una poderosa fortuna podría haber vivido varias
vidas sin trabajar.
Muchos amigos aparecieron de la nada.
El dolor de la pérdida la ayudó a saber diferenciar.
Necesitaba un administrador de sus bienes, alguien con
principios y valores, no tenía apuro por encontrarlo.
Buscaría entre los empleados de su estudio.
Tenía conciencia que una parte de la herencia sería destinada
a continuar con las obras de beneficencia que habían iniciado sus padres, desde
pequeña había comprendido el significado de dar.
Para el resto de las inversiones el destino le otorgaría el
tiempo necesario.
Jamás vistió luto, las pérdidas se sienten en el alma, alma poblada
de heridas, solo el paso del tiempo podría convertirlas en cicatrices, jamás en
olvido.
Tuvo la necesidad de viajar al exterior para recibir un
premio.
Previamente había nombrado como administrador de sus bienes al mejor
amigo de su padre.
Un hombre que la quería como a su propia hija Marcia, un
luchador que trataba de sacar a su heredera de una vida fácil.
Un hombre que deseaba ver reflejada en la arquitecta a esa niña
que había visto nacer y hasta entrada la juventud se mostraba rebelde,
caprichosa,alejada del trabajo.
Atendiendo las razones del padre, la profesional no dudó en
contratarla, tenía talento, Marcia pudo terminar la carrera de arquitectura,
parecía que su vida había dado un giro impensado.
No tardaría en convertirse en la auxiliar perfecta.
Quien no la conociera podría afirmar que había nacido
milagrosamente otra mujer.
Dedicada a sus tareas, sumamente reservada, alguien en el
que cualquier mortal podía confiar.
Juntas le dieron vida al proyecto del anfiteatro al pié del
cerro.
A nadie se le había ocurrido construirlo en un lugar tan
agreste utilizando todos los recursos naturales.
La majestuosidad de la obra logró reconocimientos
internacionales, ello llevó al primer viaje al exterior después de la desaparición
de sus padres a la arquitecta.
Sin dudarlo Marcia merecía ser la persona que la reemplazara
en ausencia.
Mientras una viajaba la otra estaba pendiente de la
construcción del primer hotel panorámico de la zona.
Han pasado dos años hoy se inaugurará el primer hotel
inteligente del lugar.
Marcia y su ahora amiga serán quienes presidan el evento,
juntas buscaron los atuendos que lucirían para la ocasión.
Más que personajes en relación de dependencia entre ambas
había surgido una especie de hermandad.
El complejo hotelero se puede comparar con cualquiera de
nivel internacional.
Construcción de acero y cristal concluyen en una cúpula que
contiene todas las banderas del orbe.
Desde cualquier ángulo se puede apreciar el paisaje.
Antes del brindis Marcia invita a su amiga a desplazarse en
el ascensor rápido.
Aparentemente se han respetado todos los detalles de la
construcción, la arquitecta recuerda haber firmado los planos para el inicio de
la obra.
El sueño no tardará en convertirse en la peor pesadilla.
Juntas ingresan al ascensor, brindan por los logros
obtenidos.
Las dos están hermosas.
El ascensor está repleto de arreglos florales.
El último abrazo llegará.
Al llegar al tercer piso las puertas se traban, la botonera
no responde.
El descenso se precipitará en el preciso instante que
desaparecen las paredes traseras y delanteras.
Marcia saltará antes de caer al abismo.
La arquitecta seguirá en un cubículo que produce vértigo y
terror.
Las gasas etéreas del vestido comienzan a desgarrarse
enganchadas en las cadenas de lo que se suponía era un ascensor.
La joven profesional sabe que sus alaridos jamás se escucharán.
No puede calcular cuántos metros ha descendido.
Se aferra a la cruz de oro que le regalaran sus padres, será
lo último que haga antes del fin.
http://www.youtube.com/watch?v=snEBPzmfJ1E&feature=related
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