Tarde de invierno casi primaveral, la temperatura no se
condice con la época del año.
Dan es pintor, decide aprovechar el tiempo cálido para
llevar el caballete al jardín de la vieja mansión que habita en absoluta
soledad.
Busca reparo de la suave brisa que mece como acunándolas las
hojas perennes de algunos árboles.
Optará por un rincón de la galería vidriada, a un lado en
una mesa auxiliar colocará pomos de pintura de diversos colores, en la paleta
con ayuda de los pinceles las mezclará hasta obtener los colores deseados.
No ha tenido un día fácil.
Cuando el amanecer reflejaba los matices del alba, suena el
teléfono.
Extiende el brazo para responder presumiendo que por el
horario se trata de una llamada equivocada.
Se equivoca es la mujer de su vida que lo ha despertado sin
utilizar el típico wasap para desearle un día feliz.
Recién en ese instante recordará que es su cumpleaños.
Recordará también que con ella esperaron en una cena íntima
que el reloj marcara la medianoche para brindar.
El restó elegido les había reservado una mesa alejada del
flash de los fotógrafos que lo acosaban a cualquier hora del día.
Alma esa noche lucía más hermosa que nunca, el brillo en la
mirada aseguraba que se trataba de una mujer enamorada.
Fina, elegante, el atuendo elegido resaltaba los ojos color
miel.
La cara perfecta parecía ser obra de un escultor.
La velada fue interesante aún cuando Dan notó cierta
distancia con su pareja de años con la que esa noche pensaba formalizar un
compromiso más allá de la eternidad.
Alma eludió con habilidad hablar del tema.
En el momento de retirarse la invitó a pasar una noche más
en la vieja mansión.
Una noche diferente donde podrían planificar un futuro juntos.
Alma comentó de
reuniones impostergables que llevaría a cabo por la mañana.
Con la fragilidad que la caracterizaba impidió que Dan la
acercara a su domicilio, había traído su propio automóvil, la excusa perfecta
era alentarlo para que trabajara en la muestra internacional que se llevaría a cabo en pocos meses.
La muchacha no dudó en mentir al asegurarle que lo acompañaría
hasta el final.
No quería dañarlo en un día de celebración especial.
Se despidieron con un abrazo,nadie especulaba con el final.
Alma evitó recibir el acostumbrado beso en los labios,
ofreció su mejilla al pintor.
Turbado el artista le pidió unos minutos para poder efectuar
la rellamada.
Por primera vez en la relación tuvo miedo de perderla, el
miedo apresaba el corazón de Dan.
Ubicado cerca del ventanal, cuando en el cielo un enjambre
de nubes apenas dejaba ver los rayos del sol volvió a escuchar a quien había
sido su compañera en los últimos tres
años.
La conversación no fue distendida pese a que Dan trataba de
llevarla por los caminos del recuerdo de aquello que habían vivido juntos.
Alma fue precisa y contundente, sin mucho pragmatismo anunció
que la relación estaba terminada.
Había encontrado el amor en los brazos de Gaby,una mujer que
la doblaba en edad y supo conquistar el corazón de la joven.
Dan clamó por otra oportunidad, trató de explicarle que se
hallaba en estado de conmoción y deslumbramiento.
Se negaba a dar por terminada la relación que los llevó a
distintos lugares del orbe.
Alma fue implacable, no daría un paso atrás, su destino
estaba al lado de otra mujer.
Cortó la comunicación.
Para Dan terminaban abruptamente los sueños que había
acariciado desde que había conocido a su pareja.
Trató de imbuirse en los trabajos que presentaría en la próxima
exposición de arte.
Quietos como pájaros que se niegan a volar los pinceles no
obedecían a sus órdenes.
Utilizó negros y grises para plasmar en la tela su desazón.
Ningún otro matiz podía reflejar su estado de ánimo.
Trazos fuertes de color negro, algunos tonos de gris representaban el dolor
del desamor..
La muestra fue un éxito rotundo, “Trazos del alma” fue
adquirido por una suma que le permitiría vivir, sin trabajar.
Dan tenía todo aquello bien material que hubiera gozado
cualquier ser humano.
Arrancó la tela del atril.
Solitario recorrió la mansión.
Se negó a escuchar el gorjeo de los pájaros.
En el escritorio redactó su testamento, legó su obra a
entidades de beneficencia.
Días después encontraron su cuerpo inerte en la habitación,
en su mano sostenía por última vez la foto de Alma, la única mujer que había
amado más allá de la eternidad..
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