Un día como hoy partiste hacia otros mares.
Una luz será tu guía por siempre.
Sin saber dejaste un vacío enorme.
Se extrañan las letras dedicadas a Luciano y Catalina, seres entrañables que formaron parte de nuestras vidas.
Por ahora navegás solo, tu brújula te señala caminos inciertos, en todas hay luces y estrellas, son tu derrotero.
Desde puertos lejanos pañuelos blancos te rinden homenaje, aletean alrededor de tu nave fantasma, a todos los saludás con esmero.
Las gaviotas siguen la estela que deja la embarcación, la espuma blanca se confunde con sus alas. No sé medir la distancia, menos el tiempo, donde estás esos elementos no existen.
La poesía te seguirá a todas partes, los poetas nunca mueren, solo se elevan a otras vidas más plácidas.
Allí donde tu vayas estaremos.
Pasa el tiempo sin dejar rastro, tú marinero sigues navegando.
Un puerto lejano se ha vestido de fiesta para recibirte.
En la orilla cientos de personas esperan ver pasar tu embarcación tan blanca como las nubes.
En la arena con una rama muchos dibujan tu nombre.
Extiendes las escaleras que nos permitirán subir a bordo.
Los abrazos se repiten.
Tu sonrisa nos recibe.
En otra dimensión seguirás siendo nuestro Capitán.
Navegaremos muy lejos, tanto que cuando el azul de las aguas del mar se confunda con el color del firmamento, de tu mano habremos llegado a las puertas del cielo.
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