El otoño en París es majestuoso, predominan los dorados y ocres, a la orilla del Sena en forma simétrica erguidos se alinean los árboles, algunos dejan caer sus brazos desnudos para acariciar con sus ramas el espejo de agua.
Como todas las tardes Maigret asistirá a misa, costumbre que conserva desde su retiro como detective y el posterior fallecimiento de su esposa.
Fué famoso, prestó servicios en la sede de la Policía Judicial, galardonado por sus investigaciones, conoció los paisajes más bellos del planeta.
En la mayoría iba acompañado de su bella mujer, inmenso refugio de amor después de largas horas consagradas al trabajo.
En ella encontraba paz, se amaban de una forma imposible de describir, se entregaban al amor con la misma pasión de siempre, a la que agregaban plácida madurez que traían los años compartidos.
Sabe que el tiempo no ha pasado en vano, quiere demostrarse que aún puede desplegar sus conocimientos.
Han robado cajas de seguridad cercanas a la Iglesia del Sagrado Corazón, ofrece sus servicios, en la nueva agencia de investigaciones reconocen su experiencia, igual dudan de su capacidad y reflejos para resolver un caso tan complejo, la actitud del septuagenario los convence.
Convocará al anciano Pierre, entre los dos dilucidarán el caso.
Jóvenes detectives se le adelantan, persistirá en su intento.
Quitan horas al descanso, ninguno de los dos quiere asumir el deterioro que trae la edad.
Los resultados no aparecen.
Los rayos de sol tibio iluminan el departamento, luego de una ducha, un café cargado será el combustible necesario para iniciar el día.
El portero le entrega el periódico.
En primera plana con grandes carácteres aparece la noticia, el robo fué resuelto.
Camina hasta la iglesia, compra flores, las colocará en la imágen del Sagrado Corazón.
Lentamente sube las escaleras que llevan al campanario, quiere despojarse del manto de olvido que lo va cubriendo.
Se arroja al vacío.
Las manos inertes sostienen un papel, dice “Amada esposa: Prometí no claudicar, camino hacia las puertas del cielo para reunirnos en la eternidad”.
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