LOLA

Es una perra labradora de color chocolate, tiene ojos vivaces de color verde claro, idénticos a las hierbas que su dueño aplasta con sus pies descalzos.
A los pocos meses de vida aprendió sus primeras tareas de rescate junto a un perro Terranova que salvaba a quienes osaban internarse en el océano, el oleaje continuo además de cansarlos lograba que perdieran la orientación y bajo sus pies no encontraran arena para afirmarse.
Los dos canes nadaban hasta traerlos hasta la orilla, el premio a tan grande esfuerzo sería una golosina compartida.
Como un soldado está dispuesta a seguir instruyéndose, el objetivo es salvar vidas en cualquier parte del mundo.
El dueño acaricia el brilloso pelaje de la perra, ella adivina que el pretal que le colocan indica un viaje.
La jaula está preparada para embarcarla en la bodega de un viejo avión de guerra.
Lola no irá a combatir, su misión es salvar vidas.
Pareciera que la mirada de la mascota hablara, Justín su dueño la acaricia antes de cerrar la jaula que la transportará a una isla lejana.
Intenta dormir, otros cachorros están excitados, las turbinas del avión los asustan.
Lola muestra sus dientes con una sonrisa.
Sí, los perros sonríen.
Tiene experiencia en viajes que la han llevado a recorrer el mundo.
Siempre acompañará a su dueño en misiones humanitarias.
Liberada del encierro Lola se muestra orgullosa, todos quieren sacarse una foto con ella.
La devastación en forma de terremoto conmovió al mundo.
Playas soñadas son el refugio sin techo de todos aquellos que lo han perdido todo, solo poseen la vida y no es poco.
Entiende órdenes cortas y precisas.
Cual fantasmas caminan seres humanos buscando ayuda para encontrar a sus familiares.
Del coqueto edificio que está sobre la playa, solo han quedado ruinas.
Inteligente se mueve entre la pila de cemento roto buscando vida.
Los rescatistas piden silencio, la perra olfatea, sabe que entre los escombros hay vida.
Cubierto de polvo en una camilla sale un niño, casi no se le ve la cara oculta debajo de una máscara de oxígeno.
Lola descansa sobre un montículo de tierra, sueña con ver a Orly, el Terranova que tanto le enseñó en la playa.
El mar es su amigo, lo respeta.
Junto a Justín emprenderán el regreso.
La esperan nuevos entrenamientos, no debe perder agilidad ni sensaciones.
Retoza en el parque.
El cansancio que produce el estío la lleva a buscar refugio debajo de la copa de un añoso árbol.
En otro lugar del planeta rugen las entrañas de la tierra.
Otro viaje donde verá todas las miserias que acosan a los seres humanos ante los designios de la naturaleza.
Allende la cordillera no ha quedado casi nada, las casas se doblaron como papeles para hundirse en los huecos profundos que abrió la tierra.
Los sueños han quedado sepultados.
Lola trabaja sin descanso.
Siete días buscando vida y muerte.
Instalada en la jaula que la traerá de regreso, obediente espera.
Con los dientes sacará el peto con la insignia de la cruz roja.
Una lágrima desciende de sus ojos.
Al bajar del avión le entregará a Justín los símbolos que la identifican como perro de rescate.
Lola no quiere dejar su honrosa tarea, solo necesita pedir que la tierra descanse, no desea en lo inmediato observar la cruel cara de la tragedia.

http://www.youtube.com/watch?v=WyOJ-A5iv5I