LUZ, CÁMARA, ACCIÓN

Sabe que hoy tendrá la oportunidad de pasar de un canal de cable a una señal abierta.
Por la noche en la estancia Los Naranjos se ofrecerá una recepción a la que asistirán artistas, intelectuales, funcionarios del poder local.
La velada será de etiqueta, recuerda que no tiene un mísero traje para asistir.
Se acredita en las oficinas encargadas de la recepción.
Puede oír a Lucía que le comenta a una compañera que el perfil del camarógrafo no se ajusta a los requerimientos que contiene la circular que llegara semanas atrás.
Carla parece estar ocupada atendiendo el conmutador, ocasión que permitirá a Lucía entablar un breve diálogo con la operadora.
-¿Carlita podrías mirarme?
-Estoy observando, estás con un bello ejemplar masculino.
-No me distraigas, está cerca ¿Qué hago?
-Tomale los datos es un bombón.
-Sabía que te gustaría, no está mal, te pregunté sobre la acreditación para el evento de la estancia.
-No seas pesada, confeccioná la credencial.
Agustín espera que finalice el trámite.
Recuerda que Juan tiene vestimenta que le puede servir, será de suma ayuda.
Anudará el cabello en la nuca, el espejo le devuelve una buena imagen.
Solo falta cargar la cámara y buscar un remís que lo acerque a la mansión.
Noche de luna encendiendo las estrellas.
Se queda un rato en el jardín observando la llegada de los invitados.
Bellas mujeres ataviadas con vestidos de noche, ampulosas joyas cubren manos y cuellos.
El mayordomo recibe a los invitados con una copa.
Acomoda las solapas del traje, una flor silvestre que tomó de un cantero luce sobria en el ojal.
El evento tiene como propósito presentar una propuesta tecnológica de avanzada.
Es un chip de última generación que contendrá imágenes y sonidos a través de un micrófono pequeño.
El valioso objeto está en una pequeña caja de cristal custodiado por personal de seguridad.
Ha llegado a oídos del gobernador que desde el exterior lo quieren sustraer, para utilizarlo con fines bélicos.
Finalizada la cena los asistentes se dedican a bailar.
Los acordes de la música alejan al camarógrafo del salón.
No dejará de grabar, más tarde editará las imágenes.
Frescura de rocío viste los pétalos de las flores.
Encendidas estrellas invitan a entregarse al amor.
Es hora de partir.
Cansado llega a su casa, un café propiciará que edite las tomas en la madrugada.
Mientras reinicia la computadora cambia sus ropas por algo más cómodo.
Se detiene en una imagen, procede a ampliarla, la secuencia muestra el momento en que Carla y Lucía asesinan a los guardias de seguridad en un apartado de la residencia.
Las mismas que se había burlado de su aspecto le resultan caras conocidas, puede reconocerlas, son espías que integran una banda a nivel internacional.
Mañana llevará una copia de la película a una caja de seguridad.
Acude a Juan en busca de ayuda, esta vez no necesita un traje.
Debe huir lejos para formular la denuncia del robo.
El terror cubre su rostro de finas gotas de sudor, el miedo se apodera de su alma.
Con la cámara a cuestas viajará a un país asiático, las autoridades le ofrecen protección, guardaespaldas seguirán cada paso que de.
Mañana será titular de los diarios el descubrimiento de un gran robo que puso en peligro a la humanidad.
Pese al trato no vive en paz, añora la privacidad.
Otra vez huirá de quienes consideran son sus captores.
Mientras se aclare el panorama, lejos de los que cuidan su integridad, espera el momento de regresar a su país, en una playa tropical.

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