Cualquier lugar es grato para ella si se trata de dejar
volar la imaginación.
La noche anterior por los efectos del viento incansable había
convertido el mar en un gigante majestuoso, parecía que quería arrojar desde
las profundidades de sus abismos desconocidos todo aquello que provocara la minima perturbación a un hábitat donde
peces multicolores danzan con los acordes que solo ellos conocen.
Rígidos bancos de codiciados corales, perfectos en sus
distintos tonos rosados son el lugar perfecto para esconderse cuando dos
pececitos quieren amarse sin testigos cercanos.
Algas tupidas ocultarán por momentos ese nido de amor subacuático.
Desovarán protegidos por los abismos, no tardará en
proliferar la fauna marítima.
La luz benefactora del sol no llega a esas profundidades,
las penumbras propiciarán el romanticismo de todas las especies.
No tiene ganas de contar historias, sean alegres o tristes,
se deja llevar por esos momentos mágicos.
A ella también le gusta cuando el sol se despide, momentos
inigualables donde no es necesario utilizar gafas o esconder debajo de un
sombrero la cabellera rizada.
Se siente libre como los pájaros que regresan a los nidos
para llevar alimentos a sus crías.
Sentada en la arena observa el ir y venir de las olas,
siempre vestidas de reinas coronadas de espuma blanca.
Con una rama dibuja el nombre de sus seres amados en la
arena, algo resplandece, opaca el dorado de la playa.
Escarba hasta dar con el preciado objeto.
Pequeños trozos de vidrio están unidos, refulgen los violetas hasta llegar al morado,
el rojo apasionado le recuerda noches de estrellas encendidas, profusión de
azules muestran todos los estadios del cielo, celestes cuando nace el alba,
intensos cuando aquel quiere prevalecer sobre el gris de las nubes plomizas que
traerán tormentas o tempestades.
Negros azulados apenas iluminados por los destellos de la
luna redonda, plateada, amarilla o roja, el color es difícil de definir.
Quita los restos de arena.
En sus manos tiene un Caleidoscopio cargado de historias, se
pregunta quién habrá arrojado al mar ese elemento.
Las manos con vestigios de arena lo sostienen, no duda en
asociarlo con sus amigos, reales o virtuales ocupan un lugar importante en su
vida.
Recuerda haber dejado ir por otros senderos a aquellos que
intentaron dañarla sin conseguir el propósito, eran libres dueños de sus
decisiones o errores, jamás los juzgaría.
Detestaba las contiendas que no dejaban nada, no las entendía,
las dejaba estar, en esas ocasiones lo mejor era retirarse en piadoso silencio
para evitar ingresar en un círculo con principio y sin fin.
Los colores tenues del Caleidoscopio le recordaban a
aquellos que le habían arrancado más de una sonrisa, fue cómplice de luchas y
anhelos.
Tenía como dogma huir despavorida ante las palabras
desacertada, no por cobardía sino cono la simple intención de darles la
oportunidad de reflexionar.
El agua transparente mostrará la inmensa belleza del
Caleidoscopio.
Tintinea en sus manos, observa con detenimiento los espacios
incoloros, allí se alojarán los seres portadores de luz.
Le gustaría que todos encontraran en cualquier paisaje un objeto
como el que ella posee, allí sabrían que la posibilidad de tener un mundo
diferente no es una entelequia sino una realidad tangible.
http://www.youtube.com/watch?v=uD-vpxrZK98
No comments:
Post a Comment