En pocos días se celebrarán las fiestas de carnaval festejos
que me llevan a pensar y elaborar el atuendo que luciré en esas noches mágicas.
En el Centro Cultural han dado una sugerencia que me pareció
atractiva.
Nos pidieron que los vestidos representen elementos de la
naturaleza.
Las opciones eran variadas, la consigna era no repetir la
vestimenta.
Descarté varias opciones hasta que por fin decidí representar
al mar.
Debo confesar que desde muy niña siempre generó en mi
curiosidad.
Desde hace un par de años lo observo desde los ventanales de
mi casa.
¿Por qué lo elegí?
Difícil explicar con palabras las sensaciones que me produce
estar tan cerca de él.
Su sencillez me conmueve hasta llegar a desbordar en llanto,
lágrimas de alegría que sueño aumenten su infinito caudal.
Plácido cuando la brisa duerme, intranquilo en el momento
que el viento comienza a silbar.
Los diferentes matices del agua son fascinantes, permiten
llamar a la creatividad.
Plateados intensos cuando la luna aparece colgada del
cielo acompañada de fulgurantes
estrellas.
Verde esmeralda según la ubicación del sol.
Azul vigoroso cuando la estrella más grande del universo
emerge de las profundidades del agua.
Turquesa transparente en los paisajes tropicales, allí donde
una pequeña canoa amarrada en una palmera espera que el dueño descanse de un día
luminoso bebiendo jugos de frutas exquisitas.
Agitado y coronado de blanco cuando las olas mueren en la
playa dejando dibujada la arena con ondas precisas que la fuerza del agua se
llevará.
Es hora de dejar de soñar y empezar a confeccionar la prenda que luciré orgullosa.
Recuerdo haber visto un pequeño local que vende telas, está
casi escondido en medio de enormes galerías comerciales.
Solo en ese lugar encontraré aquello que satisfaga mis
pretensiones que no son muchas, por lo sencillas a veces es mas difícil
hacerlas realidad.
Simón me muestra piezas de telas, me contará de su añorada
Ankara, sitio que lo vio nacer y del que tuvo que huir por las desmesuradas
guerras que propician las luchas por el poder.
Sé que eligió este sitio del mundo ya que lo encuentra
semejante a su ciudad natal.
Los recuerdos le dan brillo a sus ojos cansados de
presenciar el dolor.
Mientras relata instancias de su vida los rollos de tela
colman el mostrador.
Descarto tules, son demasiado armado muy artificial para mi
gusto.
Simón lee mis pensamientos, desde el interior del local trae
una seda opaca, tiene el color que soñé.
Indefinido como el mar según sus estadíos.
El traje será sencillo, dejaré un hombro descubierto, una quía
de flores pequeñas marcará la cintura, idénticas a las flores que sujetarán mis
cabellos.
La tela se adhiere, tiene movimiento propio, es una delicia
calzarlo.
La música indica el comienzo de los festejos, en todos los
rostros se dibuja la satisfacción de compartir momentos inolvidables.
A esta altura del relato imagino que quieres saber quien fue
mi compañero de esa noche cargada de magia.
Asistí en compañía de Poseidón, cuando la noche daba paso al amanecer tomados de la mano
comenzamos a delinear la continuación de una historia de amor.
http://www.youtube.com/watch?v=Y0YdSM_1P6Q
No comments:
Post a Comment