REXUERDOS DE PAPEL

Recuerda la alegría del hijo que hoy no está cuando se enteró que uno de sus juegos de letras había sido publicado en la revista de papel que acompañaba la edición dominical de un importante periódico.
Le avisaron un día lunes que su relato figuraba en aquella edición, resultaba difícil encontrar un ejemplar para guardarlo como recuerdo.
Ese ángel que hoy la cuida desde el cielo recorrió varios puestos de diarios y revistas, quería sorprender a su mamá, luego de vanos intentos en el lugar menos esperado el dueño del puesto de diarios y revistas le comentó que entre el material que estaba para devolución creía que también estaba la revista buscada por el ser más hermoso y solidario que habitaría por poco tiempo el mundo terrenal.
Corrió varias cuadras hasta llegar a su casa, en sus manos traía flameando como una bandera la sorpresa para su mamá.
Juntos releyeron el cuento titulado Letras de madera, es difícil explicar con palabras la alegría de ese muchachito que había logrado su cometido.
Los recuerdos como turbulencias se arremolinan en el pensamiento de esa madre, fueron tantos que todos pugnan por salir.
Ella también rememora una fría e inusual madrugada de verano, una situación que sería dolorosa para todos.
Valiente y sin pensar en los peligros que conllevan los misterios de la noche salió a pedir ayuda para alguien a quien amaba más de lo que pensaba.
Su voz pidiendo ayuda resonaba en la oscuridad.
Así era ese chico que meses después moriría una gélida mañana del mes de agosto.
Es posible que en el abanico de seres terrenales haya muchos chicos solidarios capaces de enfrentar cualquier peligro cuando la vida de otro está a punto de finalizar.
Ella recuerda con un amor indescriptible a ese ser magnánimo que engendró con amor,
Recuerda también que sus primeros pasos los dio tratando de sostener entre sus pequeñas manitas una flor de alverjilla.
No existía nadie que no admirara sus virtudes, su sentido de solidaridad, la capacidad de ayudar al prójimo aún cuando ese pequeño gigante se quedara sin nada.
Imagino con compasión el vacío que siente esa madre que ha perdido a su hijo prematuramente.
Desde que la acompaña la tristeza más profunda que pueda existir solo escribe para él.
Sé que está desbordada por el dolor de una tragedia incomprensible, sé que desde entonces solo seguirá escribiendo para su hijo.
La comprendo, pocos se dan cuenta que ha perdido a un ser elegido por Dios.
He leído casi toda su producción literaria.
Las alas de un pájaro que se desplegaban para comenzar a volar en soledad eran algunas de sus fuentes de inspiración.
Entiendo esa frase plagada de ternura cuando termina de escribir cada texto, pide a su hijo que no olvide cuanto lo quiso su mamá.
Ella tal vez algún día podrá reponerse del golpe más siniestro que le asestó la vida.
Comprendo que cada día de su existencia llore a su hijo.
Tengo la certeza que donde ese elegido está sufre por cada lágrima derramada ante la impotencia de la ausencia irreemplazable.
Quizás el tiempo pueda acercarle consuelo, dudo que vuelva a ser la escritora de antaño.
No existen científicos ni médicos encumbrados que hayan encontrado la medicina que cure los dolores del alma.
Es posible que su corazón atormentado encuentre un poco de paz
Paz que será definitiva cuando se reencuentre en otro plano con el espíritu de quien en vida fuera el motivo de la suya..
Ambos necesitan descansar más allá de la eternidad.

https://www.youtube.com/watch?v=AnKQyquKQBU