TODAS LAS VIDAS TU VUDA

Cielo de mi alma a Dios le pido a diario poder cambiar mi estado por el tuyo.
Anhelo verte en sueños esa pequeña posibilidad me da energías para seguir en contra de mi voluntad transitando el mundo terrenal.
Ni remotamente pensé que algún día no estarías a mi lado.
Juntos conformábamos un duo invencible.
Pese a tu edad pudimos compartir todos los momentos, hubo buenos y otros no tanto.
Cualquier adversidad la enfrentábamos juntos.
Necesito soñarte es la ñunica manera que tengo de contemplar no solo tu belleza física sino la interior que hacía que fueras diferente a todos los demás.
Qyuzás ese detalle también fue observado por Dios y oir ello decidió llevarte a su lado dejándome en la más absoluta y triste soledad.
Tal vez quienes leen estas letras desordenadas jamás lleguen a comprender el infínito amor que nos profesábamos.
Intento pensar en positivo, entender que estás mejor lejos del sufrimiento que provocan las enfermedades inesperadas.
Extrañp tus caricias, sonrío al recordar que decías basta de mimos suben la glucemia.
Añoro esas salidas disparatadas que me hacían reír hasta las lágrimas, lágromas dulces.
Las que hoy nacen en lo más profundo de mi alma son amargas tanto que provocan llagas indelebles en este corazón que se niega a aceptar que la vida es un tránsito para llegar a la eternidad.
Quisiera compartir ese estadío, no puedo pensarte solo aún cuando sé que estás acompañado por infinidad de ángeles que partieron antes que vos.
Hijo querido duele el alma con tu ausencia.
La familia chiquita hace esfuerzos enormes para verme dar un paso más sin tu compañía.
Los amigos me confortan con sus palabras llenas de ternura, sin embargo en muchas ocasiones se ven imposibilitados de atravesar ese muro de dolor que pocos entienden.
Ty partida me enseñço que no todo puede compartirse o comprenderse, la angustia de una madre carece de nombre que la denomine.
Intento estar algo mejor cada día, los esfuerzos son en vano, me falta tu voz, el sonido de tu risa, en síntesis me falta el motor de mi vida.
Sería cruel e injusta si dijera que estoy absolutamente sola, la familia chiquira siempre está acompaándome.
¿Te acordás de mi amiga que vive del otro lado del océano?
A diario me escribe, percibo su preocupación en cada letra que recino.
Sabe de mi angustia de tuu padecer n los quince días más espantosos de nuestras vidas.
Está siempre.
Bi sé como agradecerle las horas que me dedica, los consejos.
Todos o casi todos aportan su granito de arena para que me sienta mejor.
A todos ellos quiero darle las gracias.
Dicen que el tiempo es sabio, un sabio ocupado al que reconozco su inmensa rarea.
Tiempo que necesito para que comiencen a cerrarse las lastimaduras gigantes que dejó tu partida.
Tengo la paciencia de un Buda más ella escapa cuando se trata de la pérdida de un hijo, ninguna mamá deber´´ia transitar tan tortuoso calvario, no es natural que una madre deba despedir a un hijo.
La espera es larga, tediosa, suele el alma.
Sé que el momento del reencuentro será gllorioso.
En otro plano volveremos a ser madre e hijo, mientras espero ese instante que anhelo a diario repito la misma muletilla, ten presente cuanto te quiere tu mamá.

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