ALAS QUEBRADAS

Hijo amado hoy que se cumplen once meses de tu partida quiero recordarte como a vos te gustaba, sin lágrimas.
Trataré de evocarte sin derramar una sola pues sé lo mucho que te afectaban.
Desde que te fuiste a media mañana de un día de agosto mis alas se quebraron.
El golpe de tu enfermedad súbita las dejó endebles. Frágiles, pese a todo durante los peores quince días de nuestras vidas sacaron fuerzas de donde no había para mantenerlas firmes para que tuvieran la firmeza y calidez necesarias para contener el dolor de tu cuerpo torturado en un abrazo continúo que se prolongaba en el tiempo.
Nos llenamos de besos y caricias de una manera que parecía insaciable.
Ambos sabíamos aún cuando prefiriéramos callarlo que el final era irreversible.
Fuíste un gigante pese a tu edad para soportar el sufrimiento.
Los dos sabíamos por intuición que te irías en cualquier momento.
La fragilidad se notaba en tu mirada, una mirada tan cargada de ternura que no olvidaré mientras viva ni cuando te vuelva a ver.
Quiero que sepas que siempre fuiste en mi vida la columna vertebral que me permitió seguir aún en los momentos adversos.
Pequeño gigante dotado de una gran sabiduría y humanismo jamás imaginé que podrías ser tan valiente.
Difícilmente se pueda explicar con palabras tu resistencia a dolor físico que no fue poco.
Te amé y te admiré desde el mismo momento que emitiste el primer vagido.
Traje a la vida a un niño hermoso y fuerte.
El destino se empecinó en trastocar nuestras vidas.
Es un acto irracional que una madre tenga que despedir a su hijo adorado.
Gracias a vos he podido incorporarme lentamente.
Sé que estuviste sosteniéndome en cada cirugía ocular, el objetivo es ver tus imágenes sin distorsiones que opaquen tu belleza,
Hablo casi a diario con los hermanos que te regaló la vida, amigos incondicionales que no tienen ninguna obligación para conmigo y sin embargo estoicos cumplen a rajatablas tu último pedido.
“Cuiden a mi mamá”.
Lo hacen de manera incondicional y por el inmenso amor que se prodigaron, es diferente escribirlo a sentirlo.
Anoche conversé por teléfono con un ser angelado a quien vos admirabas.
Le conté mis pequeños avances, el resto de la charla estuvimos evocándote.
En poco tiempo te ganaste el cariño incondicional de muchas personas.
Para mi significa un orgullo que te reconozcan de una manera que jamás hubiera imaginado.
Estos once meses han sido un calvario ninguna mamá merece perder a un hijo.
Quero también que sepas que mis alas quebradas se van recomponiendo con la ayuda de mi familia chiquita, tus amigos y un ser especial que vive allende los océanos.
Son las muletas en las que me apoyo.
Las alas quebradas por el dolor se van fortaleciéndo para cuando llegue el momento de nuestro encuentro.
Hijo de mi alma si fuera la dueña del tiempo comenzaría a preparar mi equipaje, solo cargaría los recuerdos bonitos compartidos el resto al que muchos denominan lastre no iría conmigo.
No lo necesito.
Mi urgencia es volver a abrazarte, mimarte, disfrutar juntos el trino de los pájaros.
Llevaré en mi mochila la melodía de las melodías terrenas, dispuesta a conocer el sonido de las liras que tocan los ángeles.
Mientras se produce la concreción de mi sueño más anhelado te ruego que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=Es0W8gYDC6Y