Thursday, July 14, 2016
EL ÚNICO HABITANTE DE MI ALMA
Hijo adorado hace once meses pasábamos nuestras primeras veinticuatro horas en un Centro de Salud.
Buscábamos una pócima milagrosa que produjera tu sanación.
La primera noche lejos de casa fue premonitoria de los sucesos que lentamente te alejarían de mi lado temporalmente.
Mientras viva me resistiré a pensar que no estás pues te siento cerca de mí aún cuando no pueda verte, tocarte, sentir tu perfume, acariciar tu rostro amado.
Por ahora debo conformarme con acariciar el cristal del monitor cuando a diario enciendo la PC, es como si fuera un ritual que difícilmente vaya a cambiar. Mis manos frías recorren tu cara, me detengo en tus ojos bellos, profundos, por instantes tan reales que mi corazón da un vuelco tratando de encontrar un poco de paz.
Una madre jamás se acostumbra a la ausencia de su hijo amado.
En mi caso particular te siento tan cerca que jamás aceptaré no tenerte conmigo.
Las agijas del reloj del tiempo inmutables no se detienen, implacables e indolentes señalan el tiempo monótono que transcurre sin piedad.
¿Cómo le puedo pedir a aquel sentimiento a la Muerte que devora vidas sin importarle a quienes quedamos en el mundo terrenal?
No puedo borrar de mi mente los días que estuvimos internados.
La vida es una caja de sorpresas, en el reparto recibí las más ingratas.
Entramos juntos anhelando la salvación, salí sola quince días después en estado de shock.
Entré a casa con tu prima.
Delirante quería hacer todo a la vez.
Pese a que llevaba días velando tu sueño no pude conciliar el mío.
No se puede explicar con palabras que lleguen a los humanos lo que siente una mamá cuando va a contratar un servicio para el hijo que durante nueve meses llevó en sus entrañas.
Es antinatural las personas que te atienden no solo se quedan sorprendidas sino que carecen del don de la palabra ante tamaño y doloroso impacto.
Recuerdo que en el primer juego de letras dije que no escribiría nunca más, alguien que me conoce bastante sonrió, ella sabía que quienes sentimos placer por escribir no me detendría pese a que el dolor había dejado mi alma en llagas que el tiempo no puede borrar.
Sos el único que habita ese espacio.
No puedo acostumbrarme a escribir en tiempo pasado, el pasado representa el olvido y eso es algo que nunca ocurrirá mientras tenga un hálito de esto que dicen se llama vida.
No es mi deseo transmitirte mi profunda tristeza.
Sé que tu morada es uno d los nueve cielos a los que aludía Dante en su obra máxima.
Imagino que en ese espacio tranquilo estás cómodo.
Los pájaros negros que sobrevuelan mi cielo gris no cantan, guardan sus melodías para llegar al tuyo con el único objetivo de arrullarte con sus trinos.
Las estrellas mas brillantes forman parte de la luz que a diario iluminan mis días cargados de nostalgia, carentes de colores vívidos.
Tengo la certeza que los guardás en un pedacito de tu corazón para cuando ese Ser Superior disponga mi partida.
No tengo miedo.
Aquí en el espacio terrenal me cuido, profesionales que en algún momento conociste cuidan mi visión para que en el momento que se produzca el ansiado reencuentro pueda ver no solo tu belleza física sino que pueda observar como antes tu hermosura interior que es la más importante y la que me permitirá reconocerte entre tantas almas que están junto a vos.
No temas, no te preocupes por el exceso de lágrimas que a diario me asaltan.
Cuando estemos juntos todo eso desaparecerá,
Tranquila espero los designios del destino, a veces demora un poco en cumplir el anhelo de los terrenales.
Hijo querido mientras esperamos con paciencia y el esbozo de una sonrisa el ansiado reencuentro solo te pido que la espera no te haga olvidar cuánto re quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=xAw27b6Kzpw
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