CANTO A LA LIBERTAD

Solo existe en la imaginación de muchos que no quieren la violencia.
Seres que se animan a enfrentar toda clase de tempestades.
Lluvias y vientos que hacen que los barcos de los pescadores no lleguen a puerto con la riqueza que han extraído de las profundidades del mar.
Hombres y mujeres que tienen principios apoyados en las libertades que la mano impiadosa de algunos hombres intenta cercenar día a día sin registrar la realidad que acontece a su lado.
Ella pasea divertida por diferentes ámbitos, le gusta observar a los niños que forman muñecos en la nieve, así es el paisaje que por nada del mundo cambiaría.
Eolo caprichoso logra que su colorida bufanda ascienda a los cielos.
No hará nada por recuperarla, sabe que el tejido lleva mixturas de perfumes y sueños.
Nunca entendió a los indolentes, a los que no tienen perspectivas de vida.
Son autoritarios que no dan la cara arrogándose el derecho de mutilar a los otros.
Cuerpos sin brazos, cerebros sin voluntad que solo obedecen ordenes que poco tienen que ver con los sucesos cotidianos.
Camina muy cerca de la costa, necesita un espejo en el cual mirarse.
Las aguas azuladas le muestran una mujer que sonríe completa.
Tiene los brazos extendidos, ha intentado mil veces hacer conocer sus prioridades, tantas como las que optó por quedarse en silencio contemplándolos.
Busca en su interior algo que pueda llegar a compararlos, no encuentra más que voces que terminan en la más triste de las mordazas.
Ruega por todos aquellos que han perdido la calma.
Mantiene expectante la memoria y el corazón.
La llovizna se transforma en lluvia que agrega su caudal de agua a las olas que danzan sin detenerse dejando vestigios blancos en la arena.
La capilla abierta cercana al bosque de alerces invita a reflexionar.
Levanta el cuello de la campera.
El viento gélido golpea cual latigazos el joven rostro.
Debe seguir adelante.
El Cristo de madera extiende sus brazos en soledad.
Comprende en silencio que ninguna voz podrá acallar la suya.
Acaricia las cuentas del rosario que le han traído desde muy lejos.
Lejos de condenar a ninguno, ruega que encuentren paz en su alma para construir un destino compartido donde todos puedan vivir sin complejos.
Mientras eleva sus oraciones con el único propósito que todos encuentren el camino de la verdad, sonríe.
Un ángel travieso despliega sus alas muy cerca de la corona de espinas que tiene la imagen.
Al odio puede susurrarle unas pocas palabras.
En este mundo y en cualquiera del universo todos entienden que la libertad no conoce el pesado ruido de los eslabones de una cadena.

http://www.youtube.com/watch?v=dma4r9ymDC4