PROA AL SOL

Amanecer caluroso.
Hace días que la ola de calor se hace sentir con todo rigor,
Pocas cuadras me alejan del Puerto de la ciudad en que resido.
No poseo embarcación propia.
A esa hora casi sin actividad no será difícil alquilar una embarcación a vela.
Lejano el sol recién comienza a emerger de las aguas.
El firmamento es lo más parecido a la paleta de un pintor.
A noche otorga algunos grises, es como si no se quisiera ir.
Abordo la embarcación.
El timonel ,e pregunta si alguna vez he viajado en un velero.
La respuesta es negativa.
Me mira sonriendo, aseverando que tendremos una navegación tranquila pues el río está planchado.
Quiere saber hacia donde nos dirigimos.
La respuesta lo desconcierta al oír que murmuro “Proa al sol”
Contesta que es imposible pues a medida que avancemos el sol hará su ejercicio diario lentamente subirá para llegar al zenith cerca del mediodía.
Le cuento que no navegaremos más de dos horas.
Quiero imaginar que voy a estar cerca de la mayor estrella del Universo pues tengo necesidad de estar junto a vos que hace muchos meces vivís en la eternidad físicamente.
En mi alma estarás alojado mientras tenga un hálito de respiración.
El marino queda callado por un momento, solo agrega que ahora entiende el por qué de una mirada tan triste.
Es la misma que se repite en todas las madres que han perdido su máxima obra.
Me acerca una botellita de agua.
Pregunta si puede sentarse a m lado.
Procedo a contarle la historia más triste del mundo que para mi ha sido tu partida.
Una partida prematura que me niego a asumir.
Es posible que el dolor haya mutado de la desesperación inicial a un dolor menos expansivo o que prefiero no exteriorizar.
Todos tienen recetas mágicas qye agradezco con el alma.
Ninguna trae nada para mitigar el dolor que nace en lo más profundo del ser de una mamá a quien le han asestado el peor golpe.
Recuerdo viajes compartidos en otro tipo de embarcaciones.
Te fascinaba investigarlas recorriéndolas de punta a punta.
Miraba con desesperación tu silueta colgada de as barandas de un catamarán.
Volvías a mi lado con una sonrisa triunfadora diciendo “No me pasó nada má”
Te hubiera gustado viajar en este velero.
Pequeño pero confortable.
Desde ayer tengo un nuevo tesoro.
Tu hermano de la vida me trajo la foto robada que sacaste sin que me diera cuenta con la cámara de la PC.
Estás hermoso, vital.
Como siempre muy cerca de mí.
Esos pequeños detalles son una caricia para el alma.
Sos quien me cuida,quien todo lo ve desde la eternidad.
Sueño con nuestro reencuentro.
Hay necesidades como la de darte un beso que no pueden esperar más.
Tesoro, te amo por ello una vez más te pido que no olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=Ws6gGDoGjJs