Había crecido casi solo, la vida fué puro aprendizaje.
Las letras de los titulares de los diarios lo abducían.
Crímenes sin resolver a causa de la desidia o el poder de turno.
Niños que se iniciaban en la droga sin haber aprendido a escribir las primeras letras.
Robos violentos, violaciones que llevaban a la muerte no querida, familias destruidas.
Sangre inocente que se derramaba sin cesar.
No quería seguir hundiéndose en el lodo de la injusticia.
A falta de contención de una familia poseía la energía suficiente como para propiciar un cambio.
Comenzó estirando los brazos, no pretendía alcanzar el cielo, ni siquiera aferrarse a una estrella.
Simplemente anhelaba un mundo diferente.
La fragancia de una flor a punto de marchitarse lo elevó.
Ahora era el momento de comenzar a concretar sus sueños.
En soledad inició su epopeya, muchas veces las lágrimas le hacían ver un laberinto sin fin.
Con empeño siguió su tarea titánica, no era un héroe.
La mueca de la sonrisa de un niño le hacía recordar su infancia, poblada de falencias a las que jamás sucumbió.
Lejos podía sentir la tibieza de los abrazos que alguna vez había recibido.
Bastaba mirarse en el espejo para reconocer la mirada de su madre, ella le indicaría el sendero correcto.
Su interior le decía que podía ver el sol oculto detrás de las nubes que trae la ignorancia de aquellos que prefieren ocultar la verdad, antes que hacerse cargo de ella.
Al comenzar solo se escuchaba su voz, sin presentirlo muchas se unieron a la suya.
Carecía del afecto de una familia, habían partido temprano, no fue obstáculo para llegar a la meta.
Alguna vez le habían dicho que las utopías a veces se cumplen, se aferraba a ello.
El camino sería largo, encontraría muchas piedras en el camino antes de llegar a su meta.
Atesoraba la energía de los que pensaban como él.
Juntos eran más.
Una pequeña luz se agigantaba indicándole el sendero correcto.
Tuvieron validez sus esfuerzos,el mundo comenzaba a cambiar para bien de todos.
http://www.youtube.com/watch?v=c72Ca-5nYrA
Las letras de los titulares de los diarios lo abducían.
Crímenes sin resolver a causa de la desidia o el poder de turno.
Niños que se iniciaban en la droga sin haber aprendido a escribir las primeras letras.
Robos violentos, violaciones que llevaban a la muerte no querida, familias destruidas.
Sangre inocente que se derramaba sin cesar.
No quería seguir hundiéndose en el lodo de la injusticia.
A falta de contención de una familia poseía la energía suficiente como para propiciar un cambio.
Comenzó estirando los brazos, no pretendía alcanzar el cielo, ni siquiera aferrarse a una estrella.
Simplemente anhelaba un mundo diferente.
La fragancia de una flor a punto de marchitarse lo elevó.
Ahora era el momento de comenzar a concretar sus sueños.
En soledad inició su epopeya, muchas veces las lágrimas le hacían ver un laberinto sin fin.
Con empeño siguió su tarea titánica, no era un héroe.
La mueca de la sonrisa de un niño le hacía recordar su infancia, poblada de falencias a las que jamás sucumbió.
Lejos podía sentir la tibieza de los abrazos que alguna vez había recibido.
Bastaba mirarse en el espejo para reconocer la mirada de su madre, ella le indicaría el sendero correcto.
Su interior le decía que podía ver el sol oculto detrás de las nubes que trae la ignorancia de aquellos que prefieren ocultar la verdad, antes que hacerse cargo de ella.
Al comenzar solo se escuchaba su voz, sin presentirlo muchas se unieron a la suya.
Carecía del afecto de una familia, habían partido temprano, no fue obstáculo para llegar a la meta.
Alguna vez le habían dicho que las utopías a veces se cumplen, se aferraba a ello.
El camino sería largo, encontraría muchas piedras en el camino antes de llegar a su meta.
Atesoraba la energía de los que pensaban como él.
Juntos eran más.
Una pequeña luz se agigantaba indicándole el sendero correcto.
Tuvieron validez sus esfuerzos,el mundo comenzaba a cambiar para bien de todos.
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