Wednesday, July 14, 2010

DISCRIMINACIÓN




Soy un niño, próximamente cumpliré diez años, así lo dice mi documento de identidad.

Nunca he tenido una fiesta para festejarlo con torta, globos y mis amigos de la escuela, mamá me dice que la plata solo alcanza para sobrevivir.

Nunca conocí a mi papá, mamá no quiere contarme mucho de su historia, en el cajón de la cómoda guarda unas fotografias, no reconozco al niño que estaba en sus brazos, mi abuela que es viejita me dijo una vez, que era yo.

Mami se enfermó cuando nació mi hermanita, su padre las agredía a las dos y al resto de mis hermanos.

Una vez me pegó porque lloraba.

Ese día decidí irme de mi casa, doña Laura me había dado una mochila, allí guardé el guardapolvo y las pocas cosas que tenía.

No quiero que me tengas lástima, solo que conozcas mi historia.

Era el vagabundo más chico entre muchos otros que habían elegido la calle.

Te juro que jamás falté un día a la escuela.

Cuando salía doblaba con cuidado el guardapolvo prolijamente para que al día siguiente mis compañeritos no notaran que había dormido en la calle.

Salía del cole y hacía de todo, limpiaba vidrios, abría las puertas de los autos lujosos.

Siempre me gustó estar limpio y peinado aún cuando estuviera vestido con harapos.

Gente que conocí en la calle le acercaba el dinero que ganaba a mi madre, los mismos que me avisaron que mi mamita estaba enferma, tanto que tuvieron que llevarla al hospital de la zona.

Pude darle el último beso, decirle cuánto la quería, antes que fuera a descansar a los brazos de Dios.

Lloré de rabia cuando me separaron de mis hermanos.

Las nenas fueron internadas en un instituto, los varones en otros.

Era un busca, los fui a visitar varias veces, les prometí darles la vida que el destino les había negado.

Abriendo puertas de autos conocí a dos personas, se conmovieron al conocer mi historia que es muy parecida a la de cientos de chicos que dormimos teniendo como frazadas las estrellas

Esos seres me preguntaron si me gustaría que viviera a su lado, les dije que no, ya que ello significaba separarme de mis hermanos.Me llevaron a su casa para que decidiera, aceptarían a mis hermanos sin preguntar nada.

Muchas veces fuimos a los juzgados, allí encontramos chicos iguales que yo, solos, lloraban en los pasillos me asusté por los gritos, no entendía en ese entonces por qué los custodiaba la policía.

Han pasado quince años del primer encuentro.

Lidia y Mariela son la familia que quiero, no me importa que nos discriminen.

Esta tarde en el salón de actos de la universidad recibiré de manos de mis madres adoptivas el título de médico.

A ellas le dedicaré mi título, recordando siempre a quien me dio la vida.

Mañana Marina se recibe de psicóloga, le entregarán una medalla dorada por sus notas.

El resto de mis hermanos sigue estudiando.

Dentro de un mes cambiaré ante Dios alianzas con mi novia de toda la vida.

Estamos orgullosos de haber sido criados en una familia que muchas veces fue golpeada por la discriminación.

Gracias madres, las amamos tanto como Ustedes a cada uno de sus hijos del corazón.


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