ROSAS PARA VOS

En pocos días llegará al hemisferio sur el otoño.
Tiempo de melancolía.
Paisajes que cambian el color verde por el dorado o cobrizo de las hojas de los árboles que comienzan a desnudar sus ramas.
Pájaros regresando a sus nidos más temprano pues todos los días se acortan.
Amaneceres tardíos.
Hasta bien entrada la primavera no podremos admirar las luces del alba con sus colores rosados tiñendo el cielo.
Veresas transformadas en verdaderas alfombras crujientes bajo nuestras pisadas donde predominan diferentes amarillos hasta llegar al tono tabaco.
Verdaderas hojas de otoño como le gustaban al maestro Ernesto Sábato.
¡Cuánto aprendí de él!
También de otros autores cuya lectura devoraba con sed de aprender para luego jugar con mis propias letras para luego desde hace casi treinta y un meses de tu partida poder dedicártelas con todo mi amor a vos,
Mi cielo a vos te gustaba el otoño y la primavera.
Solo soportabas el calor intenso siempre que estuviéramos en la orilla del mar.
No eras amante del sol, tu piel rosada como la de un bebé se lastimaba.
Ningún protector solar era válido.
Cuando arribabas de Cuba o Brasil la piel lastimada en tu cuello era un recuerdo que duraba muchos días.
A mi requerimiento de preguntarte si sentías dolor, contestabas con tu clásico “No ma, nada dura para siempre” u otras que me hacían reír.
El experto en arrancar sonrisas.
Ser valioso luminoso, totalmente alejado de lo material
Recuerdo algunos de mis consejos para que no te equivocaras yo sufrieras ante la elección de una amistad,
Cuando te sentías mal por alguna contrariedad, siempre decías lo mismo “No pierdo nada, son ellos a quienes evitaré sin rencor”
De vos heredé dos soles.
Puedo afirmar son temor a equivocarme que ahora son mis amigos también.
Relación que como todas se fue descubriendo de a poquito, sin prisas, sin pausas.
Como debe ser.
Muchas mamás hubieran deseado tener un hijo como vos.
No es sobre valoración.
Siempre serás un hijo ejemplar.
Jamás te mencionaré en tiempo pasado,
Estás aquí.
Presente en mis escasos logro y cuando acumulo derrotas.
En esas instancias te siento más cerca aún, brindado ese apoyo angelado qye tiene el propósito de levantarme cuando empiezo a caer.
Mi vida sabés que soy ansiosa.
Estoy un poco cansada de esperar mi momento que no llega nunca.
¿Podrías ayudarme en la partida?
¿Podrías decirle al superior del Paraíso celestial mi urgencia por darte un beso?
No es un pedido exagerado, es una necesidad imperiosa de cumplir un sueño.
Tesoro te amo por ello siempre te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

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