Estoy en la casa de Laura, recién arribada a nuestro país.
Intensa como siempre, no tardó en comunicarse.
Desea que por la tarde estemos juntas para observar las fotos de su último viaje.
Pasaré cuando el crepúsculo, anuncie su llegada pintando el cielo de colores púrpuras y magentas.
Ha preparado la mesa en el jardín que luce más bello que nunca.
El atardecer es húmedo intensificando el perfume de las flores.
Es temprano para ordenar la cena.
Bebemos como siempre agua mineral.
En la mesa auxiliar tiene varias cajas.
Utilizará una de las paredes de la propiedad para proyectar las fotos.
Es ansiosa.
Si por ella fuera deberíamos mirarlas todas juntas.
Cuenta que una sola le llamó la atención y es esa la que desea compartir conmigo.
Los paisajes que muestras son majestuosos, pese al fío que vivió por estar en el hemisferio norte en pleno invierno.
Muy cerca del Polo Norte las nevadas suelen ser intensas.
Pese a ello llegó a un lugar encantador donde no nevaba, sí en el resto de la comarca.
Un árbol desnudo con las ramas altas, poseía un brazo tan largo que asemejaba abrazar a una Luna más bella de lo habitual.
Sentado en otra rama, un ángel bien definido esperaba.
Una imagen maravillosa.
No dudé en relacionarla con vos por la belleza de la figura.
Enseguida Laura disparó un ¿Qué pensás?
Respondí que era un ángel que estaba ascendiendo al Reino de los Cielos.
La conclusión de mi amiga fue otra, expreso “Para mí se trata de una criatura celestial que bajó a la tierra de sus ancestros a traer un mensaje.”
¿No pensás que puede ser tu hijo?
Podría ser, pero mi hijo era alto.
Rñapidamente contesto, en el cielo pudo sufrir una metamorfosis para moverse con más comodidad en un espacio poblado de angelitos.
Recordé a Laura que las pocas veces que te había soñado, tu imagen era la de siempre.
La belleza que con demasiada premura partió sin mi compañía.
Quedamos impactadas.
Apenas probamos la cena.
Seguimos conversando sobre episodios celestiales.
Laura sostiene que en los sueños, quienes han partido pueden corporizarse en sufprma anterior.
Me pidió que recordara si alguna vez no te había visto como un ser alado.
La respuesta fue sí.
Hace mucho nadando, el curso de agua se trasparentaba, debajo de la misma observé tu fugura alada
Laura insiste en que el ángel del árbol eras vos.
Le contesté que nunca usaste el cabello largo, con una sonrisa hermosa expresó, eso pasó mientras estaba en suelo terrenal.
Las dos quedamos conmocionadas y emocionadas.
Como otras personas me pide que te recuerde con una sonrisa.
Es tiempo de desechar las lágrimas,
Tu hijo sufría ante tu llanto.
Quiere verte bien.
No digo contenta pero sí con más templanza.
Nos despedimos como siempre con un cálido abrazo.
Mientras camino hacia mi refugio, no hago más que evocarte.
Al llegar encuentro sostenida por el picaporte de la puerta una rosa de color blanco.
Gracias amoroso.
Nadie más que vos pudo tener ese detalle,
Tesoro, te amo por favor nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=7wcOEjCQlhU
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