Hijo de mi alma no puedo dejar de escribirte.
Imaginando que desde el espacio celestial puedes leer mis letras siempre dedicdas a vos.
Sabés que te extraño y jamás aceptaré que el destino nos haya separado temporalmente.
Me conforma saber que pese a que no estás aquí, la muerte evitó que siguieras padeciendo un sufrimiento sin razón de ser.
A diario en la vida de los terrenales surgen problemas en ocasiones no sé como enfrentarlos para darle prona resolución.
En esos momentos que me siento que un remolino de aguas turbias me arrastras a profundidades desconocidas de las que quiero emerger son éxito.
Sé que si estuvieras conmigo no dudarías en decirme “no es grave mamá”.
Cuando puedo pensar con algo de claridad percibo que te asiste la razón.
Todos los terrenales tenemos problemas para resolver, mi característica ansiedad quiere que todo se normalice ahora.
Entiendo que no es posible cada una de aquellas necesita tiempo para que el río torrentoso vuelva a su cauce y desde la costa podamos admirar otra maravilla de la naturaleza.
Paso muchas horas sin poder conciliar el sueño sabiendo que para darle pronta resolución es necesario dejar que todo fluya, el tiempo será el encargado de traer normalidad cuando ésta parece haberse escondido.
Extraño ty ser, la frontalidad con la que enfrentabas los días.
Pese a tu edad eras demasiado adulto.
Un ser dotado de alas transparentes que enfrentaba cualquier hecho cin una sonrisa triunfadora.
Me hubiera gustado parecerme a vos,
Estos días han sido de evocación, oración y recuerdos.
Es tan pesada la mochila que porto que a diferencia de las tuyas creo llevar sobre mis espaldas pesadas alas negras que me hacen caer y se hace dificultoso levantarse desde los escombros que dejó tu ausencia.
Muchos me dicen que pese al año transcurrido soy quien no te deja partir.
A ellos les digo que tu alma comenzó a ascender al Reino de los Cielos en el mismo instante que mi mano derecha apoyada en tu pecho no escuchó los latidos de tu corazón.
Rogaba a Dios que me llevara con vos.
Es una tortura que me hayan arrancado parte de mi alma, quizás ellos ignoraban que mi razón de existir eras vos.
No he tenido desde entonces un minuto para decir “estoy en paz”.
Solo Dios sabe que es una verdad absoluta que encontraré el sendero de la paz cuando con su bondad decida que es hora de estar a tu lado.
Anhelo ese momento pues me permitirá decirte mirándote a los ojos cuna intenso es el amor quue te tengo.
Un amor puro que me permitirá abrazarte y besarte como antes.
El Señor Tiempo no sabe el calvario que vive una madre, la impotencia que se siente al no poder darle un beso a su hijo cada mañana para despertarlo.
Ignora que el dolor se profundiza cuando se recuerda que la última visión de su hijo amado fue verlo en una cama cin los ojos cerrados.
Necesito tu mirada, te necesito para seguir sin saber ¿Para qué?
Hijito debo confesarte que tengo una obsesión que oprime mi alma hasta arrancarle un torrente de lágrimas.
No quiero que quienes dijeron amarte comiencen a olvidarse de vos, si ello ocurriera sería como morir cada día en cuotas.
Mi vida sé que todo cuanto me pasa siempre ha sido motivo de tu preocupación.
Descansa hijo hermoso estás en otra etapa de aprendizaje, no temas desde la tierra te cuidaré como sé que desde el cielo vos lo hacés por mí.
Mo querido la ausencia es dolorosa, cada día que pasa duele más.
No te inquietes pondré todos mis esfuerzos para que me veas bien.
Mientras todo esto pasa solo te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=vrzZYerq4X0
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