Saturday, September 17, 2016
SIEMPRE TE NECESITARÉ A MI LADO
Hijo de mi alma dará mi vida para lograr que el tiempo retrocediera hasta ubicarse en el momento que nadie imaginaba que estabas aquejado por una enfermedad mortal.
Sabés que a esta altura del mes los recuerdos se aglutinan en mi mente pensando que una uz de esperanza cambiaría los designios de tu destino.
Muchas veces me preguntaste por qué todos los terrenales nacíamos con un destino que marcaba la distancia entre la vida y la muerte.
Eras chico y quería explicártelo de una manera que entendieras, fue así que te dije que todos los terrenales venimos a la vida con un libro imaginario.
Un texto que solo tiene escritas unas pocas hojas escritas, el resto de las páginas son hojas de suave y fino papel de arroz que se usaba hace milenios y se irça escribiendo mientras Dios disponga que debemos permanecer en suelo terrenal.
Niño curioso y perceptivo me preguntaste si podías escribir en ese libro te respondí que no era necesario pues mientras latiera nuestro corazón cada hoja se iría completando sola.
En aquellas estarían plasmadas nuestras vivencias fueran gratas o desafortunadas.
Con tus ojos de caramelo te quedaste observándome,
No llegabas a comprender que el libro de la vida lo escribe alguien muy especial que tiene la capacidad de ver todo lo que ocurre a cada humano.
Ese día me interrogaste sobre la diferencia entre humano y terrenal, quise que entendieras que todos los que habitan la tierra son seres terrenales y la diferencia entre estos y los seres humanos radica exclusivamente en la capacidad de comprender las necesidad de los últimos de ser compasivos ante los problemas que sufren sus iguales.
Todos mientras vivimos somos seres que pertenecen a la tierra, los menos han sido dotados con la virtud de ser humanos.
Humanos que se conmueven ante el dolor de los otros y buscan mitigar el sufrimiento que por causas diversas puede tener un ser terrenal.
Sé que esa explicación te convenció a medias hasta el instante en que comenzaste a sufrir y nadie encontraba paliativo para mitigar el calvario que vivimos los dos.
En los momentos que la vida te comenzaba a alejarse de tu cuerpo supe que sabias o presentías el más triste de los finales.
Te recuerdo casi sin voz me pediste te relatara la historia del vendedor de ilusiones que habíamos conocido en un viaje.
Te sorprendió en aquel entonces que el hombre de aspecto frágil desplegara su manta en un puesto de artesanías y sobre la misma no depositara objeto alguno.
Pese a la blancura de esa manta la curiosidad nos llevó a preguntarle como tantos otros turistas qué objetos vendía, la respuesta fue tan sincera que conmovía las fibras más íntimas de quien se acercara a ese hombre tan especial.
Notamos que era ciego, ante nuestras preguntas nos respondió que para vender ilusiones no necesitaba el don de la vista, su negocio marchaba muy bien.
Nadie permanece indiferente cuando el producto a adquirir es una ilusión.
La mayoría de las veces no cobraba absolutamente nada, recaudaba solo lo necesario para sobrevivir.
Muchos le agradecían sabias palabras que llegaban al alma.
En aquel momento en su viejo turbante dejamos dinero como hacían todos los viajeros.
Mi vida anío encontrarme otra vez con ese ser de figura pequeña, cabellos encanecidos por el paso del tiempo y mirada nublada por el destino.
El vendedor de ilusiones solo prodigaba palabras de aliento con amorosa actitud.
Desde que te has ido lo busco en cada plaza de la ciudad, en cada feria artesanal.
Un hombre que vende ilusiones sin pedir ninguna retribución es un ser especial.
Anhelo con el corazón desgarrado por el dolor verlo otra vez.
Quiero que sepa que necesito comprarle una ilusión atemporal.
Ilusión que me permita aún cuando sea por unos segundos tenerte a mi lado, llenarte de besos, besos ausentes desde hace más de un año.
Quiero hacerle saber que para mi es primordial para seguir tener la remota posibilidad de acariciarte, sumergirme en tu mirada serena para que mi alma comience el período de restauración.
Los tatuajes dejan cicatrices, no quiero que desaparezcan son parte de mi vida sin vos, necesito aplacar el agobio y la angustia que produjo tu partida tan injusta como inesperada.
Son los hijos quienes despiden a sus padres es demencial dar vuelta la ecuación.
Seguiré caminando lo que me queda de vida hasta encontrar a ese ser magnánimo que sabe mirar con los ojos del alma.
Sé que en un recodo del camino lo encontraré para concretar la ilusión de verte otra vez.
Estoy dispuesta a espera el tiempo que determine Dios, contarle a ese ser invidente que los hijos no deben morir.
Decirle cuanto te extraño, contarle que mi existencia no tiene sentido ni razón de ser desde que no estás.
Tengo la certeza que ese hobre de apariencia pequeña iluminará el camino que debo recorrer para que mi mayor ilusión se convierta en realidad.
Necesito que me lleve por los senderos de luz para encontrarte.
Hijo de mi corazón el camno a recorrer es largo, no sé cuanto tiempo insumirá llegar a tu lado.
Es mi único objetivo a cumplir, mientras esperas mi llegada solo te pido que jamás olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=rLRCdamydjo
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