DESTINO, EL CIELO

No hay demoras en el aeropuerto.
El pájaro plateado espera en la pista.
Comienzan a rugir las turbinas.
Un pequeño bus nos acercará a la aeronave.
Somos pocos los pasajeros que hemos elegido un destino tan particular.
Compartimos los mismos sentimientos.
Todos y cada uno hemos perdido el mayor de nuestros tesoros.
Dialogamos en el mismo idioma.
Únicamente quienes han pasado por semejante tragedia es capaz de comprenderla en su total magnitud.
Viajar hacia el cielo, reconforta.
Abrigamos la idea de encontrarnos con nuestros amores.
¿Por qué estás tan lejos?
¿Sabías que no es suficiente tenerte alojado en mi alma?
Quiero verte un instante, sumergirme en la profundidad de tu bella mirada.
Recrear nuestras conversaciones donde no era necesario utilizar el don de la palabra.
¿Si existe ese Ser Superior a quienes los terrenales le rezan o piden, por qué no satisface mi anhelo de reunirme con vos?
¿Comprenderá que en la tierra no tengo ninguna misión que cumplir?
¿Si es capaz de comprender todos los idiomas, por qué no puede escucharme?
A pocos instantes de comenzar el vuelo, el piloto nos recibe con una bienvenida, breve pero pletórica de calidez.
Tomaré fotos de cada uno de los paisajes con el propósito de verlos juntos,
Nos sentaremos en las aristas de una estrella para disfrutarlos.
Algunas imágenes te resultarán conocidas.
Igual que esta madre que te ama de una forma difícil de dimensionar podremos descubrir unidos aquellos que no hemos visto en las ocasiones que nos tocó compartir.
¿Por qué cada día es un desafío, intentar reunirme con vos?
¿En algún instante mis utopías se cristalizarán?
Observo por la ventanilla los paisajes.
Es redescubrirlos en absoluta soledad.
Pese a la belleza, la tristeza impide pueda disfrutarla.
¿Recordás que en cada viaje te cedía el lugar?
Poco importaban las vistas, prevalecía el hecho de estar juntos.
¿Cómo es la eternidad?
¿Podré ingresar a ese sitio tan especial?
¿Has encontrado a la nueva habitante del firmamento?
No la dejes sola.
Sé que serás el guía perfecto para que conozca el paraíso celestial.
¡Me agradaría estar con Ustedes!
Produce hartazgo la negativa constante.
La excusa esgrimida para decirme “No es tu momento”, no es posible sostenerla con argumentos creíbles.
¿Saben cuales son mis deseos?
Seguramente, no.
Mientras formulo cada uno de estos interrogantes que nunca tienen respuesta. Tomo fotos del paisaje.
No son demasiadas las noveles.
Las que conocemos, serán evocadas cuando estemos unidos.
Delicadas las nubes pueblan la esfera celeste.
Por el altavoz, comunican que tomaremos altitud.
Volaremos entre aquellas.
Imposible explicar las sensaciones.
¿Creerías si te cuento que puedo escuchar el latido de los corazones de los pasajeros que optaron por el mismo destino?
¿Quiénes procederán a la apertura de las puertas del cielo?
¿Serán ángeles luminosos como vos?
La aeronave pierde altitud.
Bajan las mascarillas de oxígeno.
Un integrante de la tripulación, pide que nos mantengamos tranquilos.
Han detectado un inconveniente en una de las turbinas.
Deberemos aterrizar en el aeropuerto más cercano.
Comienzan a descartar combustible.
¡Otra vez nuestro reencuentro se ha frustrado!
¿Por qué?
El resto del pasaje está conmocionado, no podremos acercarnos a nuestras mejores obras.
¿Quién se siente tan poderoso para ensañarse de esa manera cruel con las almas heridas?
Tesoro, nuevamente los sueños se han truncado.
Prometo realizar todos y cada uno de los esfuerzos para concretar esta esperanza.
Como vos es quien me mantiene en suelo terrenal.
No cejaré en mis intentos.
Mi cielo sabés que te amo con intensidad.
Nuevamente formulo mi petición cotidiana, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=m9iQKkvKaoI