Wednesday, November 28, 2018

UN NUEVO MES SIN VOS






De cada uno de los meses del año, eliminaría el día veintiocho.
¿Por qué?
En esa fecha de una mañana tan soleada como fría de agosto emprendiste tu último viaje, sin que te pudiera acompañar.
¿Es válido tanto ensañamiento, con una mujer sola?
¿Cual fue el motivo para que continuara el orden natural de la vida y fueras vos quien me despidiera a mí?
¿Has visto que cada veintiocho lis recuerdos me despiertan en la hora que pronunciaste las últimas palabras?
¿Te acordas que fueron las cuatro más bellas del mundo?
Treinta horas antes de la partida tu bello rostro mostraba una lividez sepulcral.
Debajo de tu bella mirada habían aparecido las sombras que forman las ojeras.
Los signos de padecimiento eran evidentes.
Nunca dejamos de estar tomados de la mano.
Reclinabas tu cabeza hacia el lado izquierdo para estar más cerca mío.
¡Tristemente observaba el principio del fin!
Prometí no llorar.
Pude lograrlo.
Los médicos la mañana anterior me habían pedido te contara bellas historias para que tu tránsito hacia otras dimensiones fuera en paz.
Las palabras que pronunciabas solo yo, las podía comprender.
A la medianoche en absoluta soledad tuve que tomar la peor decisión de mi vida.
No deseaba siguieras sufriendo, por ello autoricé el aumento de la dosis de calmantes.
Me habían prometido que en las últimas horas no sufrirías.
El efecto de los calmantes traería la paz que necesitabas después de catorce días de tormentos no imaginados.
Ingresaste en la profundidad de un sueño del que no despertarías nunca más.
Pese al pronóstico de los profesionales de la salud, pasada una hora del comienzo del día postrer, escucha tu voz hablando con un ser imaginario.
Mientras ello sucedía no dejé de acariciarte las piernas que querías flexionar,
Imposible, el final había iniciado su trabajo.
A las cuatro u veinticinco de la madrugada, con voz clara y serena dijiste tu lugar de residencia.
Tuve la ocurrencia de preguntarte con quién vivías allí.
La respuesta no tardó en llegar,
“Con mi mamá”
No hablaste nunca más.
Tu carita esta tranquila de la palidez que te tuvo como prisionero durante dos semanas, tu piel se parecía a la de un bebé recién nacido.
Bello, rozagante antes de partir.
Un momento impactante que en principio quise fotografiar.
¡Qué locura!
Atisbos de raciocino me indicaron que esa imagen era de los dos,
La guardo en mis retinas hasta que pueda reunirme con vos.
En absoluto desamparo comencé a llorar abrazada a tu prima.
No te preocupes mi tesoro, siento confort al recordar cada uno de esos aciagos instantes.
¿Por qué fui castigada?
¿Qué hice mal?
¿No comprende que para una mamá no existe mayor tragedia que perder a un hijo amado?
Treinta y nueve meses han transcurridos.
¿Se mitiga el dolor?
De ningún modo.
Puedo aseverar que los días de ausencia profundizan ese sentimiento de incapacidad para tolerarlo.
¿A que ser le puedo decir que no deseo estar más en suelo terrenal?
¿No entienden que no tengo ninguna misión para cumplir?
¿Fasta cuando seré retenida en contra de mi voluntad?
¿No se excedieron en la pena?
Preguntas que nadie responderá.
¿Por olvido u omisión?
No, por carencia de argumentos sostenibles.
Seguiré insistiendo, con el propósito de hallar una respuesta válida.
¿Están en condiciones de satisfacer este requerimiento?
Mi tesoro hoy es un día que no debió ser.
No me alcanza con tenerte alojado en mi ser.
Necesito darte un beso.
Sí, también sumergirme en tu mirada.
Visualizarte corporizado.
Tener la posibilidad de abrazarte como siempre.
¿Esperar?
Lo sé.
Estoy cansada, contrariada. Comprendo que muchas alternativas no poseo.
Temo que cuando decidan liberarme mi descendiente no llegue a reconocerme.
¿Por qué debo asumir ese riesgo?
Mi cielo, no depende de mí acelerar las agujas del reloj de Cronos.
Arbitraré los medios para llegar cuanto antes.
Mientras tanto repito el acostumbrado pedido, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.


https://www.youtube.com/watch?v=v6SePzXAQqg

No comments: