Monday, November 19, 2018
FRAGANCIAS PRIMAVERALES
Buenos días mi alma.
¿Puedo contarte una historia conectada a las imágenes que deseo lleguen a tu cielo?
La diosa griega Perséfone, hija de Zeus y Deméter fue una doncella poseedora de una belleza pocas veces vista.
Hades otro dios del Olimpo procedió a raptarla, obligándola a casarse con él.
Para que nadie más pudiera observar su hermosura, la obligó a vivir en el Inframundo.
Esta situación provocó la desesperación de su madre ante la pérdida temporal de su hija.
¿Has notado que desde tiempos inmemoriales todas las mamás reaccionamos de igual forma?
Perséfone con la ayuda de otras ninfas logró regresar a suelo terrenal.
En ese instante fue venerada como diosa de las estacione, especialmente de la primavera, dada la delicadeza de sus rasgos conformando una mujer digna de admirar.
En la mitología romana es conocida como Proserpina.
¿Por qué esta introducción?
Cada noche me entrego al descanso, rogando soñarte.
A veces suelo cristalizar mis anhelos más profundos.
En otros casos, la mente ofrece imágenes que deseo compartir con vos.
Siempre, debajo de la almohada está un documento que supiste utilizar.
¿Es una locura?
No.
Siento protección al tenerte de esa forma a mi lado.
Anoche deseaba que en estado onírico aparecieras y así sentir pequeños atisbos de confort.
¿En qué momento escribiré la palabra felicidad?
Jamás.
Ese estado de placer se deshizo como por arte de magia ante tu partida tan injusta como prematura.
¿Es tan difícil comprender que una madre cuando trae vida a la vida, no piensa que su mejor obra puede morir?
El sueño demoraba en tomarme como prisionera.
No hacían efecto los ejercicios de relajación.
Sin éxito intenté disuadir la ansiedad.
Finalmente el sueño llegó.
Como suele suceder en aquellos, una parte pertenecen a la realidad y otra a la fantasía.
¿Qué elegiría?
Sin dudarlo la segunda opción.
El exterior de mi refugio se transformó en un inmenso jardín.
Distintas especies florales engalanaban el parque.
El césped recién cortado asemejaba una alfombra de color verde.
El tono de la esperanza.
Esperanza que mantengo gracias a tu ayuda para no caer enanismos de los cuales no se puede emerger.
Jardines atravesados por prolijos senderos.
Decidó recorrerlos.
Delicadas mariposas se posaban en las flores.
Al mirarlas pensé que serías inmensamente feliz si transitaras a mi lado, rodeado de magnificas bellezas naturales.
¿Por qué no puede ser?
Mientras como siempre lamento tu ausencia, pude sentir en mis manos la tibieza de las tuyas.
Juntos contemplamos cada una de las flores perfumando esa especie de encuentro que algún día se transformará en realidad.
¿Pudiste ver que la mata de flores rojas conservaba pequeñas gotas de rocío?
Seguramente se trataba de las últimas lágrimas que Eos la diosa griega del atardecer, dejó caer en memoria de su hijo, uno de los cuatro vientos que conocemos.
¿Recordás que en otras ocasiones relaté su historia?
Suelo nombrarla con frecuencia pues es una mamá que sufrió la tragedia de perder a su heredero.
Ninguna de las dos, tuvo la suerte del personaje bíblico Raquel.
Ella arrebató de la muerte a su hijo.
En una carroza de cristal ascendió al reino de los cielos.
Debió acercarse a la constelación de Orión para reencontrarse con su primogénito y traerlo a suelo terrenal.
¿Por qué no he tenido esa posibilidad?
Al sentir tu esencia tan cerca de mi, ahogo el llanto en la garganta.
Deseo me veas tal cual te gusta.
Continuamos recorriendo el majestuoso jardín.
Resulta increíble observar la variedad de especies flores.
La paleta de un eximio pintor no podría contener tan bellos matices.
¿Morfeo el dios griego consagrado a los sueños, ha querido agasajarme?
¿Ha sido a pedido tuyo?
Es probable que así sea.
Mientras recorro ese lugar único, las primeras luciérnagas encendidas entre las rosas señalan la hora del atardecer.
Las sombras de la noche no tardarán en llegar.
El aroma de las flores es tan intenso ante la aparición de las primeras estrellas que produce mi despertar.
¿Por qué no he podido darte un beso y solo sentí el calor de tus manos en las mías?
¿Gasta cuando deberé seguir esperando?
¿Notaste que desperté sin que las lágrimas brotaran como agua de una vertiente?
Guardaré para siempre este sueño de lindura excepcional, en uno de los compartimentos que tengo en el corazón.
Acudiré a él, cada vez que necesite sentir tu calor.
¿Existen jardines en el cielo?
¿Podés disfrutar de ellos?
¿Se parecen a los de suelo terrenal?
Mi tesoro, no quiero que te alejes.
Necesito que estemos juntos a la brevedad.
Ese instante glorioso, llegará.
Mientras espero te pido como es costumbre que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=23Bvu82SQ64
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