LIBROS

Además de la escritura productora de placer, al poder establecer en esta etapa tan oscura de mi vida, signada por la tragedia, contactos cotidianos con mi adorado hijo, soy una apasionada de la lectura.
Percibo las mismas sensaciones de un niño, al ingresar a una juguetería.
¿Recordás que un ser amado por ambos, denominaba de esa forma a ese tipo de negocios?
Todas y cada una de las librerías poseen un encanto especial.
En cada estante descansan ejemplares dispuestos a contarnos historias reales o de las otras.
Todas son apreciadas con la misma intensidad de sentimientos.
El tiempo, impiadoso transcurre.
Ello no es óbice, capaz de sepultar cada uno de nuestros favoritismos.
Leer es cultivar el intelecto, alimentarlo con letras impresas, nos transportan a mundos imaginarios o reales.
Más allá del autor, cada libro posee su encanto.
Estimulan la imaginación.
¿Podrías evocar la pregunta formulada en el mes de junio del año dos mil quince, cuando parecías estar interesado por un libro de nuestra biblioteca?
Conociéndote, sabía que ninguno de los títulos contenidos en aquellas sería de tu agrado.
Mientras simulaba leer, entendí que deseabas preguntar algo.
Ignoraba cual sería el tema a tratar.
Luego de recorrer cada título, simulando estar interesado en alguno. Llegó la pregunta letal.
El corazón dio un vuelco en mi interior cuando con voz tan tranquila como pausada preguntaste ¿Qué harías si mí, má?
La respuesta no tardó en llegar:
“Moriría detrás de tuyo”
¿Cómo sabías el final?
Sesenta días de amor puro, mezclado con el horror de pensar podría perderte en cualquier momento?
¿Cuáles fueron tus pensamientos en esos dos meses?
Impedida para detenerle tiempo, para retenerte por siempre a mi lado, dediqué, cada noche a conversar con ese Ser Superior al que muchos denominan Dios.
¿Sabían que no sé rezar?
No tengo pudor al rebelarlo.
Detesto las palabras pre establecidas.
¿Posee parecido valor, la oración con la conversación?
¿Existen diferencias conceptuales o solo son prejuicios?
No pienso aprender ninguna oración, prefiero la charla lisa y llana.
¿Esa actitud personalísima es suficiente para no ser la hija de Dios?
A esta altura de los acontecimientos, con sinceridad, expreso que no me quita el sueño.
Cada terrenal se manifiesta tal cual es.
¿No habrá llegado el tiempo de cambiar ciertos paradigmas?
No dudo a los más coservadores,
señalandome, poco importa.
Mientras mi hijo esté orgulloso
de su madre así como ese sentir es mutuo, lo demás no tiene interés para ninguno de los dos.
¿Desean conocer el motivo?
Es simple, sencillo.
Con mi hijo, somos gemelos de pensamiento e ideas.
El amor trasciende la eternidad.
Hoy antes de comenzar a escribir en la biblioteca había un brillo y luminosidad semejantes a la tuya.
¿Qué sería?
No demoré en develar el enigma.
Tu libro del destino, llamaba mi atención.
¡Qué pocas páginas se ha completado!
Nadie osó escribir el final.
¿La razón para dejarlo inconcluso, será la injusticia ante la brevedad de tu vida?
¿Hay bibliotecas en el cielo?
¿Qué historias contienen los ejemplares?
¿Leen los ángeles?
Recorro los estantes de la biblioteca, no puedo encontrar el libro de mi destino.
¿Nadie se atreve a dejarlo en su lugar?
¿No aceptan que al final del camino, podrá cristalizarse mi mejor utopía?
No necesito de sus letras cargadas de necedad.
Mi heredero me espera.
¿No estiman han perdido demasiado tiempo al retenerme aquí?
Mi tesoro, llegaré.
El equipaje está preparado.
Por favor, esperame.
Mientras lo hacés, te pido nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=oDi7q_1IsuI