Monday, July 13, 2009
IDENTIDAD RESERVADA
Fui prácticamente despedida de mi trabajo por toser.
Marcia no entendía la actitud de Franco, habían quedado que un ataque de tos interrumpiría los últimos anuncios de la empresa, para que ella pudiera tener tiempo de hace la famosa entrevista.
Ofuscada buscó su abrigo.
No le importó la seña que él le hiciera, no pasaría por tesorería, tenía suficiente dinero como para sobrevivir diez días.
Tal vez en la mitad de esa licencia forzada enviara el telegrama de renuncia, ello propiciaría que la nota fuera solo para ella.
No se anticiparía a los acontecimientos.
En el fondo de la cartera descansaba el grabador de última generación camuflado como un atado de cigarrillos
En el taxi retocó el maquillaje, debía quitar las ojeras que le otorgaban un aspecto enfermo.
Por primera vez agradeció que los piqueteros demoraran la marcha del vehículo, podría completar su arreglo personal.
Con su cabello anudó a la nuca el manto dorado que llegaba a la espalda.
No tenía intención que notaran su innata belleza.
Pagó el viaje y bajó.
En la puerta los guardias parecían estatuas, personal de seguridad la llevó a una habitación para revisarla.
Habían acordado que la nota fuera sin flash ni grabadores.
La acompañaron al segundo piso.
Traspuso las puertas de roble, demasiado lujo cuando afuera golpea la miseria.
Sobre la mesa botellas de agua de marca francesa encendieron su estupor, varios ceniceros de cristal tallado que nadie utilizaba.
Papeles con estadísticas.
Apareció la entrevistada enfundada en ropas de marca, hablaron de trivialidades, la encumbrada mujer no sabía que Marcia sabía leer al revés.
Displicente dejó el supuesto atado de cigarrillos en la mesa, sobre el mismo cruzó el encendedor que tenía una pequeña cámara fotográfica.
Rechazó el café que ofrecía el ordenanza, solo bebería agua.
La poderosa mujer no sospechaba que cada palabra sería guardada en el interior del atado de cigarrillos.
El fotógrafo oficial tomó varias fotos, con ello demostrarían que la cuasi omniotente mujer recibía a los periodistas.
Sonrisas fingidas, abrazos congelados para figurar en la primera plana de los diarios.
Marcia agradeció y se fue.
La salida otra tortura, nuevamente mostrar todo.
Nadie descubrió nada.
En su departamento descarga las fotos, eso no importa ruega a Dios que el encendedor haya funcionado bien.
No puede creer aquello que muestra la computadora, son cifras reales respecto a la mortandad que provoca la Influenza H1N1.
Números que desconocen los ciudadanos, falta de medicamentos.
Llama a un contacto necesita refugiarse en el exterior.
Mañana volará a un país remoto con otra identidad.
Desde allá hará conocer a los argentinos los números de la realidad.
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