Al encargado de transmisión de las sesiones del Senado:
Es posible que Usted haya recibido directivas para no transmitir la sesión llevada a cabo el día de ayer en el Senado de la Nación.
Curiosamente disertarían constitucionalistas reconocidos en el país y en el exterior.
Hubiera sido de gran utilidad, de haber podido acceder a la reunión, que conociéramos la palabra de hombres probos que conocen como pocos la letra de la Constitución Nacional, pequeño libro que todos deberíamos releer para evitar sucesos como el de ayer.
No importan las circunstancias que me llevaron a vivir en otro país, mis raíces seguirán estando en el que me vio nacer.
Comprendo Señor que Usted es un empleado que recibe órdenes, pero la dignidad debe anteponerse a la censura sin razón.
Usted se preguntará por qué esta misiva lo tiene como destinatario, simple, los otros que deberían leer no emiten opinión al respecto.
¿Sabe una cosa?
Como otros argentinos soy grandecita, como no quiero involucrar a terceros, le cuento mi caso particular.
Siempre elegí con libertad qué debía leer o mirar.
Espere.
No tire mi carta al cesto de la basura.
Usted no tiene la culpa de nada, pero si todos aportamos nuestro granito de arena podremos crecer en absoluta libertad.
Nos perdimos una lección de democracia que hubiera servido para madurar y entender.
Le pido un favor cuando comparta el asadito con su compañeros de trabajo comente mi inquietud, no le llevará mucho tiempo.
Tal vez entre todos podemos formar un eslabón, llevará tiempo conformar una cadena de pensamientos.
Por favor entienda, las mordazas no son buenas en ninguna parte.
Saludos cordiales de una argentina residente en el exterior.
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