Hace dos semanas que vigila el edificio céntrico.
Detrás de cada ventana hay historias de vida.
Ocupa una mesa en el barcito, alejada de las columnas de los semáforos que parpadean tres colores intensos.
Con los binoculares enfoca uno de los cristales, ajusta las lentes.
Dos siluetas detrás del cortinado permiten observar a una apasionada pareja.
Bruscamente los movimientos cambian, pareciera que están discutiendo, imagina que ella ahoga un grito.
La tenue llovizna acentúa las imágenes.
Sobre la mesa deja el pago de la consumición.
Acomoda el cuello de su perramus.
Curioso el tiempo da vuelta las estaciones, pareciera que la primavera atrasa su llegada.
Nocturno violento teje tempestades.
Entrará al edificio, su intuición le indica que algo ha pasado.
El detective utilizará la tarjeta que le diera el propietario del departamento.
Las fragancias se mezclan.
Al llegar al tercer piso un hilo de sangre lo alerta.
La puerta del piso esta sin llaves, busca su revólver.
El silencio acompaña la escena.
Tendido en la alfombra yace inmóvil el cuerpo de la esposa de quien lo contratara.
La lividez del rostro aumenta la belleza de la mujer.
La lluvia persistente es cortada por el ulular de las sirenas.
Buscan al asesino, rodean la manzana para capturarlo.
Los peritos convocados informan que la víctima opuso resistencia rastros de piel debajo de las uñas así lo ameritan, el resto del cuerpo se mantiene intacto.
Las muestras son llevadas al laboratorio policial, terminados los exámenes indican que no corresponden al perfil de un ser humano.
No encuentran al asesino, el cuerpo de elite como pájaros saltan los techos de las edificaciones.
No hay indicios del asesino.
Mañana en la tapa de los principales periódicos en primera lana se irradiará un alerta.
Un criminal mutado en amante ataca a muchas mujeres, deben protegerse.
Otro caso no resuelto.
Detrás de cada ventana hay historias de vida.
Ocupa una mesa en el barcito, alejada de las columnas de los semáforos que parpadean tres colores intensos.
Con los binoculares enfoca uno de los cristales, ajusta las lentes.
Dos siluetas detrás del cortinado permiten observar a una apasionada pareja.
Bruscamente los movimientos cambian, pareciera que están discutiendo, imagina que ella ahoga un grito.
La tenue llovizna acentúa las imágenes.
Sobre la mesa deja el pago de la consumición.
Acomoda el cuello de su perramus.
Curioso el tiempo da vuelta las estaciones, pareciera que la primavera atrasa su llegada.
Nocturno violento teje tempestades.
Entrará al edificio, su intuición le indica que algo ha pasado.
El detective utilizará la tarjeta que le diera el propietario del departamento.
Las fragancias se mezclan.
Al llegar al tercer piso un hilo de sangre lo alerta.
La puerta del piso esta sin llaves, busca su revólver.
El silencio acompaña la escena.
Tendido en la alfombra yace inmóvil el cuerpo de la esposa de quien lo contratara.
La lividez del rostro aumenta la belleza de la mujer.
La lluvia persistente es cortada por el ulular de las sirenas.
Buscan al asesino, rodean la manzana para capturarlo.
Los peritos convocados informan que la víctima opuso resistencia rastros de piel debajo de las uñas así lo ameritan, el resto del cuerpo se mantiene intacto.
Las muestras son llevadas al laboratorio policial, terminados los exámenes indican que no corresponden al perfil de un ser humano.
No encuentran al asesino, el cuerpo de elite como pájaros saltan los techos de las edificaciones.
No hay indicios del asesino.
Mañana en la tapa de los principales periódicos en primera lana se irradiará un alerta.
Un criminal mutado en amante ataca a muchas mujeres, deben protegerse.
Otro caso no resuelto.
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