Cuando todo me produce inercia, cuando nada me llega, cuando
noto que mis musas me abandonan busco fórmulas para no ingresar en un estado de
descanso no buscado.
Cuando siento que no puedo compartir mis letras intento
escribir para un público de lectores imaginarios, que estén en ese estadío me
produce sentimientos encontrados. Desde pequeña me enseñaron a compartir alegrías
y tristezas.
Hace un tiempo que me encuentro en un cono de sombras, no
estoy alegre, tampoco puedo decir que estoy triste.
Tal vez el termino que mejor defina mi estado de ánimo sea
perpleja.
Siempre he sido libre como los pájaros, hoy desplegaré mis
alas para volar a través del tiempo situándome en épocas pasadas.
Dejaré a mi fiel compañero el reloj en su estuche, nadie
como yo sabe que necesita descansar de mi muñeca.
No llevaré ningún equipaje, las alas cuidadas serán quienes
me acompañen en este derrotero.
Mientras se produce el ascenso el paisaje cotidiano se va
tornando cada vez más pequeño, tanto que en unos momentos se transformarán en
puntos de referencia.
Tengo suerte, suave la brisa logrará que llegue a destino.
Desde lo alto observo colores azules, no puedo distinguir la
variedad, la curiosidad me lleva a descender en un campo de flores de lino, me
detengo.
El tono celeste delicado atrapa, son muchas, no puedo
contarlas.
Se mueven ligeramente tal si escucharan acordes de violines.
Más adelante un camino de tierra lleva a un bosque, a la
vera del sendero crecen azucenas de color azul profundo, tan azul como la
mirada de los seres que amo.
Están vestidas con gotas de rocío, los tibios rayos de sol
harán que esas perlas transparentes se confundan con la tierra, riego natural
que las mantendrá erguidas.
Detrás de ellas cual sinfonía de pianos y violoncelos los
alelíes las custodian.
Una colorida mariposa aletea sobre las campañillas, asustada se
aleja al oír el gorjeo de los ruiseñores.
Ahora un rosal me regala la exquisita fragancia de una rosa
que le copió los colores al cielo.
Una mata de pensamientos índigos me recuerdan la
transparencias de los tuyos.
Los jacarandaes inician en perfecta hilera el camino a un
bosque encantado.
Una ardilla me recibe sonriente, entiendo que quiere ser mi
guía, sabré por ella que vive en una cueva natura al pie de un añoso árbol.
No dudo en seguir sus pasos, conoceré duendes y las hadas, no tienen un lugar fijo
para vivir, moran allí donde las orquídeas sobreviven abrazadas a los árboles,
pétalos de tonalidades iguales a la profundidad del océano.
La caminata ha sido larga, la ardilla me dice que camine
unos metros más, al final del camino se escucha el canto de una cascada
cristalina.
Saciaré la sed bebiendo de ese curso de agua.
Contemplaré paisajes que no había visto nunca.
El sol comienza a esconderse detrás de las montañas.
Debo regresar antes que la primera estrella brille en el
universo.
He guardado para siempre en mis retinas una sinfonía
inolvidable.
La noche oscurece los matices azulados.
Extiendo mis alas para concluir un viaje inolvidable, las
replegaré en el instante preciso de abrazar a los seres que tanto amo.
http://www.youtube.com/watch?v=G_ny-UMEap8
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