Evoco con emoción nuestra estadía en un hotel serrano.
Todas las habitaciones tenían vista a los cerros y a un pequeño curso de agua cristalina-
Entre el espacio que había desde ese pequeño río y los cristales de los ventanales, la primavera estallaba en coloridas flores.
Parecía que todas esas ventanas estaban orientadas para admirar el cielo.
Lejos estaba de pensar en una tragedia que te llevaría en soledad caminos desconocidos que aparecen después que termina la vida.
¿Habrás tenido miedo?
¿Te acompañó una criatura celestial?
Preguntas que no puedo dejar de realizar.
Nunca te gustó estar solo.
Sos el ser más sociable y solidario que conocí.
Seductor con tu sonrisa y las palabras.
Un ser de luz que a diario me deja señales que solo una madre puede reconocer.
A diario encontraba en ese hotel cuyas ventanas miraban el cielo pequeñas cosas nuevas que le otorgaban más belleza a ese ventanal mágico.
Imposible olvidar los atardeceres.
El sol escondiéndose detrás de los cerros para volver a brillar al día siguiente.
Nocturnos exóticos.
La luna suspendida e un tapiz azul.
A su alrededor titilando cientos de estrellas y constelaciones.
Más bonitas que las que vemos en la ciudad..
En los espacios abiertos todo adquiere mayor nitidez.
Extraño esos viajes.
Nunca.
Jamás regresaré a los lugares que disfrutamos juntos.
Cada imagen queda grabada en mi mente.
Hijo te amo.
Deseo que nos reinamos tan pronto como Dios lo decida.
No olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=_l-CA0nv-vo
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