Monday, March 25, 2019
HEFESTO
Nadie te obligó en tu elección de vivir eternamente etre las llamas del averno
Nunca quisiste preguntar el por qué de las actitudes de tu madre.
En la Edad de Bronce de Grecia
¿Los hijos no dialogaban con sus mamás?
¿Cómo hacían para croarse con total independencia?
¿Por qué siempre estuviste peleado con la vida?
¿Acaso no se enamoró de vos tu media hermana Afrodita?
¿Es cierto es la más hermosa del Olimpo?
Fue Hera, quien decidió traerte al mundo de los terrenos, concibiéndote sola?
Por ese entonces Zeus, quien luego te adoptaría como hijo, tenía amores clandestinos con Atenea.
De esa unión nació Afrodita, quien luego se convertiría en tu esposa.
¿Querés saber por qué sos minusválido?
Hera nunca aceptó los amoríos de su esposo con otras deidades.
Los celos enfermizos la llevaron a elegir un peñasco.
No fue cualquiera sino el más alto del Olimpo.
Desde las alturas arrojó tu cuerpecito.
Rodaste durante nueve días y sus noches.
Ese escarmiento fue elegido por tu madre.
Pensó que tu sacrificio en el fondo de piedra sembraría el arrepentimiento en tu padre.
No era la hora de tu muerte.
Caíste en brazos de Poseidón, el dios de las aguas.
El líquido amortiguó tu caída.
No alcanzó para evitar se quebrara una de tus piernas.
A ese accidente con final distinto al buscado le siguió aquello que para vos sería un estigma, una leve cojera.
Nunca lo asimilaste.
El resto fue tu exclusiva obra.
Dejaste que tu barba creciera de manera desaliñada.
Es cierto.
Fuiste condenado a caminar apoyado en un bastón.
Evitaste que el mismo se convirtiera en un signo de elegancia.
Hay jóvenes que lo portan con hidalguía.
¿No te alcanzó el amor de la mujer más hermosa para cambiar tu vida?
La historia no es un invento de quien escribe.
Fue perpetuada por Hesíodo en su obra “La teogonía”
Elegiste vivir en las profundidades de la tierra, igual a Vulcano el dios del fuego en la mitología romana.
¿Era necesario pasaras casi todas las horas del día inclinado sobre el yunque modelando armas?
¿Por qué motivo todos los terrenales debían tener una?
¿Acaso en tu era todos los mortales nacían con espíritu guerrero?
¿Quién te hacía ver tantos fantasmas?
¿No eras feliz con tu cónyuge?
Ella siempre estuvo profundamente enamorada.
¿Por qué hiciste oídos sordos a quienes te aconsejaban no usar arsénico para endurecer el bronce?
No solo padecerías de por vida arsenicosis, también envenenaría tu alma.
¿No te producía ardor el calor del fuego?
Tus manos deformadas por efectos del tóxico, no dejaban de producir armas.
Algunas letales, como las flechas que en su punta contenían dardos mortales.
¿Siempre jugaste entre el límite de la vida y la muerte?
¿Cuál era el beneficio?
¿No disfrutaste del amor de tu familia?.
¿De un plato de comida caliente?
Debe haberte amado demasiado Afrodita, la descendencia la crió como si vos no existieras.
¿Eludiste responsabilidades?
Sinceramente no puedo entender tu amor por las llamas.
¿Acaso querías esconderte?
¿Tal vez ser parte de ellas?
No todos los terrenales nacen dotados de belleza.
Tu esposa adivinó la tuya, escondida en las paredes de tu ama.
¿Has querido inspirar piedad con tus defectos físicos?
¿Para qué?
¿Nunca te dijeron que los hombres brillan por su talento?
¿Cuál era el objetivo al convocar siempre a la desgracia?
¿Nunca pensaste en el sufrimiento de quienes te amaban?
Verás, tuve la suerte de haber traído al mundo a mi hijo.
La muerte sin preguntar nada se lo llevó a destinos desconocidos.
Hoy dudo de la existencia de los mismos.
Un ser de luz como pocos.
Conforme con aquello que tenía.
Eso tendría una duración fugaz en su realidad.
Siempre pensó en la necesidad de los otros.
Capaz de despojarse de todo si alguien precisaba, incluyendo sus juguetes cuando era pequeñito.
Un ser tan sabio que conocía el final de su vida.
Los dos sabíamos que en cualquier momento se apagaría para siempre.
Es difícil para una madre la falta de su hijo, por ello no alcanzo a comprender la actitud feroz de Hera.
A los hijos se los trae al mundo con la ilusión que vivan felices concretando sus proyectos.
A nadie le deseo pase instancias parecidas a las mías.
No hay adjetivo capaz de calificar el dolor nacido en la ausencia del ser que más se ama.
Por ello mis debates internos.
No creo en nada de aquello que no he visto.
Tengo cierta tranquilidad, mientras duró su existencia terrena hice todo lo que pude.
¿Por qué no alcanzó?
Hefesto, no tengo nada más para contarte, solo deseo pedirle a mi sol que nunca olvide cuanto lo quiere su mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=0V8FLjkpd00
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