SOFISMAS

Despertar triste.
Como todos los que tengo desde tu partida tan injusta.
Acompañando cada gota de lluvia, llora mi alma desgarrada.
Quiero compartir como siempre con el ser que más amo en la vida un sueño sucedido en la noche.
La inquietud por el sonido del viento, pertinaz logró convocar a mis miedos.
Terrores orinados a partir de la elevación de tu esencia vaya a saber donde.
¿Puedo decir cielo?
Me gustaría así fuera.
Las turbulencias provocadas por mis titubeos, impiden genere esos pensamientos.
Las dudas opacan el libre discernimiento.
No voy a utilizar sofismas para hacerles creer a mis adversarios la veracidad de mis conceptos,
¿Por qué?
No tengo adversarios.
Solo entidades que no dudan en tergiversar el contenido de mis expresiones.
¿Podrán torcer el amor incondicional de una madre a su hijo?
No los creo tan delirantes.
En estado de profundo sueño, he sostenido al mundo en mis manos.
¿Cuál fue mi petición?
Acercarme a vos, más allá de cualquier resultado nefasto.
Con la tierra en mi poder, elegí un punto determinado, intentando dilucidar alguno de mis debates internos.
Con los ojos cerrados señalé, en el universo un sitio.
¿Querés conocer el destino elegido?
Grecia en la edad dorada.
Brillante en su esplendor y sabiduría.
El propósito conversar con Thot, la deidad consagrada a la escritura y sabiduría.
Nuestro encuentro se produjo en las alturas del Olimpo.
Debajo de un paisaje impresionante a la vista de los terrenales, tranquilas corrían las aguas del Mar Egeo.
Tan celestes como ese cielo que muchas veces dudo exista.
¿Por qué?
Nada indica lo contrario.
Como todo sabio, empuñando su pluma no tardó en requerir, el motivo de mis incertidumbres.
Confesé, no poseer adversarios.
Solo algunos intercambios de palabras con Cronos.
No revistan el carácter de peleas.
Sería otorgarle una entidad que no posee.
No piensen lo descalifico.
Trato de hacerle comprender que por más esfuerzos que realice, los mismos no tendrán resultado cuando se enfrentan ante el amor inconmensurable representado por una madre y su hijo.
¿Dónde estás mi alma?
¿Cuál es la distancia que nos separa?
¿Existe la misma o solo se trata de un mito para conformar las almas atormentadas?
No son sofismas.
A nadie debo convencer con mis argumentos.
¡Entiendan de una vez que es el sentir de una madre desgarrada por el dolor más agudo!
¿Han tenido alguno de Ustedes descendencia?
¿Pueden mirarlos a los ojos aferrados a paradigmas antiquísimos?
¿Qué ganancia obtienen jugando con los sentimientos que no son de su incumbencia?
¿Osan en pensar por mí?
¿Piensan soy una discapacitada mental?
No señores.
Razono mejor que cada uno de Ustedes.
Mi hijo amado pudo enseñarme en su corta estadía por suelo terreno, la existencia de un amor que no puede ser vulnerado por cualquiera.
¿Debo aceptar las sugerencias de Thot?
No tengo demasiadas certezas.
Mientras el agua azul del Mar Egeo, le cantaba a las rocas, desgastándolas, pude adivinar cada una de sus percepciones?
¿Soy sabia?
De ninguna manera podría arrogarme un calificativo semejante.
¿En estos casi cuarenta y tres meses no han tenido tiempo de leer cada una de mis disquisiciones?
Lejos de tenerles miedo, por Ustedes no siento nada que se pueda explicar con palabras o adjetivos.
Están.
Es cierto.
No puedo ignorarlos.
¿Cuál es la tarea que desempeñan?
No lo sé.
¿No es preferible que mi vida esté regida por sofismas, en tanto y cuanto no vulnere a terceros.
¿A Ustedes que les importa si prefiero pemsar que en cualquier momento podré encontrarme con el amor que da sentido a cada uno de mis días?
¿Han sentido la salinidad de las lágrimas rodando por su ristro?
¿Qué harían Ustedes si llamaran a sus hijos en sueños y los despertara el eco de su propia voz, indicando que no hay nadie, dispuesto a responderles.
Cada mañana abro los ojos llorando.
Mi mejor obra no puede responderme.
Entiende que cada gota de cristal rodando por mi rostro se transforma en clamor por verlo unos segundos.
¿Conocen los sonidos del silencio aterrador?
¿Han podido evitarlo en alguna ocasión?
¿Qué más da si utilizo sofismas para expresarme o lo hago convencida de la no existencia de otros caminos?
¿Alguna vez han pensando con seriedad que el instinto de las madres se puede comparar con la reacción de las fieras defendiendo a sus crías?
¿Son tan incapaces que en el mundo del sincericidio
nadie puede enarbolar una respuesta coherente?
¿Qué más da si utilizo sofismas, o argumentos valederos en el tiempo?
¿Han notado que para quien escribe no son tan importantes?
Es cierto.
En muchas ocasiones me revelo ante los seres opacos.
Ello no quiere decir deponga mis actitudes.
¿Saben que amo a mi hijo más allá de la vida terrena?
¿Qué los motiva a mantenerme prisionera de sus caprichos?
¿Torcerán el destino?
Nunca.
Más temprano que tarde podré cristalizar mi mayor utopía?
¿Serán invitados a tan magnifico encuentro?
No.
¿Ustedes asumirían que han sido derrotados por el amor más profundo existente en todos los mundos?
Tesoro de mi alma, luego de explicar al dios consagrado a las letras, mi posición inquebrantable, solo me resta comunicarte mi tranquilidad.
Aún tengo el mundo entre mis manos.
La punta de mis dedos recorre los sitios más recónditos.
¿Qué busco?
Encontrar tu rostro amado.
Acariciarte.
Confundirnos en un abrazo después de haberte llenado de besos.
Los tengo guardados en mi mochila.
Sos el único dueño.
¿Qué decir de esta espera, rayana al ridículo?
Mañana comienza la peor de las quincenas.
En una noche como esa, transitábamos rutas desiertas.
Los fantasmas aparecían durante el trayeco.
Ambos conocíamos que eran el preludio de la muerte.
¿Por qué tanta injusticia?
¿No debía ser to la elegida?
Mi bagaje de sueños puede transportarse hacia el infinito o al lugar que los designios del destino determinen.
¿Qué hago aquí entre los mortales?
Soy una mujer vacía.
Me falta la otra mitad de mi alma.
¿Deseo recuperarla?
Son dudas.
En ese instante se producirá el anhelado reencuentro.
¿Será otro sofisma y después de la muerte no hay absolutamente nada?
Triste es el derrotero de quienes nos dirigimos hacia mundos desconocidos.
¿Existirán o solo se trata de una alegoría macabra?
¿En que punto del universo estás?
¿Existen otras dimensiones?
¿Por qué siento las brumas carcomen el raciocinio?
¿Te encontraré más allá de la vida terrena?
¿Es un mito o una probabilidad?
Necesito tu ayuda para despejar estos titubeos.
¿El cariño que nos profesamos continua indemne o solo es una mentira?
Tesoro, te amo más que a nadie en el mundo.
No olvides cuanto te quiere tu mamá.

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